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¿Existe un Perfil ético al cubrir sucesos delictivos y crímenes?
Lic. Claudia P. Sánchez Cárcamo
clauza83@yahoo.com  

 

Es sabido que la Psicología es la ciencia que se ocupa del estudio del comportamiento humano y los procesos mentales. Desde mucho antes que se deviniera la psicología como un cuerpo científico autónomo, de la mano de Wilhem Wundt en 1878 y otros estudiosos, se vio la necesidad de incorporar al estudio del delito y los delincuentes concepciones basadas en los desarrollos psicológicos, presentes por ejemplo en Johann Hoffbauer y su publicación de 1808 La Psicología en sus principales aplicaciones a la administración de justicia además de J. B. Friedrich con Manual Sistemático de la Psicología Judicial de 1835.

 

Existe un pilar de la disciplina de la Psicología Jurídica y Forense comprendida como “Toda psicología, bien experimental o clínica, orientada a la producción

de investigaciones psicológicas y a la comunicación de sus resultados, así como a la realización de evaluaciones y valoraciones psicológicas para su aplicación en el contexto legal” (Urra, 2002). Hay una vertiente conceptual que nos hace posible comunicar a las ciencias psicológicas con la investigación criminal, que proviene de la Criminalística, definida como “Una disciplina auxiliar del derecho penal, que se ocupa del descubrimiento y la verificación científica del delito y la persona del delincuente” (López-Rey y Arrojo, 1942).

 

Es sabido que la Psicología es la ciencia que se ocupa del estudio del comportamiento humano y los procesos mentales. Desde mucho antes que se deviniera la psicología como un cuerpo científico autónomo, de la mano de Wilhem Wundt en 1878 y otros estudiosos, se vio la necesidad de incorporar al estudio del delito y los delincuentes concepciones basadas en los desarrollos psicológicos, presentes por ejemplo en Johann Hoffbauer y su publicación de 1808 La Psicología en sus principales aplicaciones a la administración de justicia además de J. B. Friedrich con Manual Sistemático de la Psicología Judicial de 1835.

 

Existe un pilar de la disciplina de la Psicología Jurídica y Forense comprendida como “Toda psicología, bien experimental o clínica, orientada a la producción de investigaciones psicológicas y a la comunicación de sus resultados, así como a la realización de evaluaciones y valoraciones psicológicas para su aplicación en el contexto legal” (Urra, 2002). Hay una vertiente conceptual que nos hace posible comunicar a las ciencias psicológicas con la investigación criminal, que proviene de la Criminalística, definida como “Una disciplina auxiliar del derecho penal, que se ocupa del descubrimiento y la verificación científica del delito y la persona del delincuente” (López-Rey y Arrojo, 1942)

 

La psicología ve la relación del tratamiento psíquico de las víctimas y la concreción del levantamiento del perfil criminal del agresores, centrándose en el ser humano y su Seguridad Humana al trabajar además en la aceptación, confrontación y resolución de los problemas o trastornos que surgirán a causa del dolor de verse como víctimas y en los familiares de los occisos/as que por lo general son ignorados, en el trabajo realizado por policía, periodistas y fiscales, tal vez vistos en el último eslabón criminalista donde importa más el mundo material o físico en recolección de evidencia en la escena del crimen. Reflejado cuando por ejemplo no se da un trato de respeto a la víctima en el uso de tomas y el estilo periodístico o forma de presentar la nota dañando la imagen la/el víctima o la memoria del ya occiso/a

 

La seguridad humana es un concepto que se refiere a; "Seguridad de las personas en sus vidas cotidianas, que se alcanza no mediante la defensa militar de un país, sino con la consecución del desarrollo humano, es decir, garantizando la capacidad de cada cual para ganarse la vida, satisfacer sus necesidades básicas, valerse por sí mismo y participar en la comunidad de forma libre y segura"  (Naciones Unidas; 1994). Además existe un enfoque de género en relación a la Seguridad Humana, parte del reconocimiento de la situación de discriminación de las mujeres en una determinada sociedad y en el mundo.

 

Los medios de comunicaciones tradicionales en los que solo existen emisor y receptor han acabado, ahora contamos con múltiples formas de estar al día con los sucesos nacionales e internacionales ya no necesitamos ni siquiera tener un diario, una radio o un televisor para saber lo que acontece nos basta con hacer un clic y acceso listo, Según Clavell Carrasquillo. “Tuvimos dos siglos donde la estructura era la misma. El cambio más importante es que el periodista deja de ser un productor de contenido en una sola dirección, es decir, el periodista produce y el lector consume. Con la entrada de nuevos medios en red, es que viene el cambio radical. Por eso, el periodista se tiene que enfrentar a un nuevo modelo donde todo el mundo produce contenido a la misma vez y todo el mundo recibe contenido a la misma vez”

 

Al leer cualquier medio de comunicación impreso diario o rotativo, al prender la televisión, la radio, al navegar en internet en los medios alternativo de comunicación o hasta en las redes sociales es muy probable que la mayoría de lo que veamos serán noticias/notas de sucesos delictivos y criminales, de cualquier índole y es más que evidente el desequilibrio usado al dar la información entre la tergiversación según la línea del amarillismo, el oficialismo o el mismo morbo, en el trato de la nota roja todo en pro del recaudo en la venta/rating, o el trato de parcialismo cuando se da una opinión sobre lo sucedido y no el reporte de los hechos, por lo cual pensar en la privacidad y el respeto a la/as víctima son simplemente una utopía. 

 

La sociedad hondureña se ha visto sometida en los últimos años a niveles crecientes de violencia y criminalidad alarmantes, al grado que de América Latina ocupamos uno de los primeros lugares, debido a las desigualdades (altos en comparación con el resto de países no en guerra del mundo) los agudos niveles que ha alcanzado la inseguridad pública y baja calidad de vida en nuestro país con factores en la migración, problemática económica, narcotráfico, maras, criminalización.

 

Las causas de la criminalidad y violencia en Honduras son consecuencia de una serie de factores que se relacionan y se refuerzan entre sí, encontrando grandes inequidades de género, desigualdades sociales y económicas; falta de oportunidades para las/os jóvenes; una cultura que valida la violencia como un mecanismo para resolver conflictos; disponibilidad de gran cantidad de armas en la población civil y leyes permisivas frente a su tenencia y portación; debilidad y desarticulación entre los organismos encargados del control del crimen (Policía, Ministerio Público y Poder Judicial), que conlleva a altísimos niveles de impunidad, y el creciente fenómeno del narcotráfico. Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras."

 

La (in)gobernabilidad a la que estamos sometidos por parte del Estado nos niega a la población civil y en general el respeto a la seguridad e integridad humana, con lo cual descubrimos lo inherente que es el sentimiento de necesidad de seguridad para subsistir y coexistir en un mismo ambiente libre, seguro y protegidos de la violencia, la cual solo se ve disminuida en las estadísticas brindadas por el Estado ya que en la población civil y en general a nivel nacional no hay persona en cualquier estrato económico que no haya sido víctima directa o indirecta de la violencia y criminalidad.

 

En el contexto de violencia que vivimos en Honduras podemos afirmar que es cotidiano que se tenga una escena del crimen en cualquier ciudad del país, sin importar el tipo de delito que sea cometido. Las primeras personas en llegar a la escena del crimen son por lo regular los Policías, Periodistas, Fiscales, Forenses y demás Peritos. Existen algunas dudas que saltan a la vista en la escena del crimen; ¿Por qué si existe regulación Estatal y colegiada de las funciones de cada uno de estos actores claves en la escena del crimen no es visible su cumplimiento?, ¿Cuál es la labor de cada uno de ellos al final? ¿Se debe manejar el tema desde el aula de clase o aprenderse en la calle cuando se sale trabajar? ¿Cómo se debe cubrir con ética una nota roja sin contaminar la escena del crimen al reportear?

 

Hace más de diez años es evidente que existen periodistas e inclusive los propios medios de comunicación que muestran líneas editoriales en las que simplemente “Si no hay sangre no cubren los sucesos” haciéndonos flexionar que tanto se aplican o no en Honduras los estándares de ética al cubrir la escena del crimen donde el/la periodista además de realizar su labor informativa, hace el rol de detective/criminólogo con sus “Apreciaciones preliminares” olvidando que su función es la de informar brevemente lo que sucedido, donde, a quien/es y cuando, será con sus levantamientos de los hechos toman las precauciones necesarias para no contaminar/modificar las escenas del crimen, y evitar así violar los Derechos Humanos de las víctimas y hasta la memoria de las/os occisos, direccionando en ocasiones con dichas especulaciones sesgadas la opinión en el público, ya que un mal trabajo periodístico resulta en la pérdida de Derechos de víctimas y occisos/as según Mardelis Jusino “Derechos como un juicio justo e imparcial, y la protección contra publicidad excesiva y adversa”

 

Al trabajar bajo un marco científico en criminalística todos los actores claves involucrados ya tienen sistemáticamente las metodologías de cómo explayarse en la investigación en un trabajo en conjunto, respetando su espacio dentro y fuera de la delimitación de la escena del crimen según nos dice la academia, pero en nuestra Honduras existe en contraste con el inmenso margen de las malas prácticas encontradas al reportar un hecho delictivo, trabajando paralelamente en un clima de competencia por quien encuentra más pistas y datos a la par de una paranoia justificable por temor a la propia integridad al cubrir una nota que por lo regular trae consigo amenazas a la libertad de expresión y contra la vida propia del comunicador/a o su familia por intentar dejar al descubierto los intereses ocultos y los móviles del crimen.

 

Es ciento que en ocasiones las fallas en la investigación al no poseer toda la información pertinente dará una noticia sesgada o alejada de la verdad,  carente de pruebas que respalden la veracidad de la nota en primera plana, o mostrar falta de ética en la exposición de imágenes de las victimas exponiéndoles, dando como resultado la revictimización, estigmatización, futuras agresiones, la muerte o el desprestigio de la honorabilidad del occiso/a ante la imagen pública y la falta de respeto hacia los dolientes, todo ello que podría tener como única consecuencia el retractarse y pedir disculpas con letras muy minúsculas entre las páginas de los clasificados para resarcir el daño ante la/el víctima o los dolientes, en ocasiones justificado por quien o quienes son los/as primeros en dar la noticia serán los más eficaces.

 

Al respecto sostiene, José Hernández Falcón, editor de redes sociales de GRF Media, que; “El periodista moderno tiene varios retos con estas tecnologías. Tenemos muchas personas que pueden surgir como comunicadores. Estos ciudadanos están en la calle, están transitando y cuando tienen acceso a un evento de índole noticioso,  lo publican. Ellos toman la foto y no hay nada que les prohíba publicar”

 

La dinamización del 2.0 este inmediato y vertiginoso acceso a la información que nos brinda el internet a través de sus múltiples plataformas de comunicación masiva, nos hace sin duda perder el control entre la razón y lo eficaz, dando como resultado sobresaltos en el trabajo periodístico y hacer enloquecer entre el reportear un hecho y el compartir la nota, ya que por la prontitud y frescura de la misma hace marcar la diferencia entre ser los primeros en colgar la nota o solo ser un repetidor más lo que nos trae por alusión lo que según Nieves Moreno; “El hecho de que una noticia de un crimen salga en Facebook con los datos erróneos, con la foto que no es, eso no va a parar, le toca al periodista agarrar esa información y contextualizarla y darle el rigor periodístico que requiere”

 

Tal vez esto se deba a que existen países como el nuestro donde los medios tradicionales de comunicación están ya sea que estén con el punto de vista oficialista estatal, amordazados por la oligarquía/empresa privad, o se auto aplique la ley mordaza por temor a perder la vida, que esta forma interactiva es la única que nos queda a la ciudadanía para dar la información usando estas plataformas de redes sociales, floreciendo estos medios como los más veraces y prontos para que el resto de la población logre enterarse a tiempo del acontecer cotidiano sin importar en que parte de la noticia o de la población nos encontremos. 

 

No perdiendo de vista según Nieves Moreno; “Vivimos en la sociedad del espectáculo y la noticia y el contenido de los medios ha pasado a ser en los últimos años parte de esa sociedad. Creo que las redes sociales abonan a eso también, con todo el movimiento de memes y satirización, convierten el crimen en espectáculo y obviamente los comentarios de la gente le añaden esa sensación” A lo cual se añadiría lo que según Mardelis Jusino “No podemos olvidar que las redes sociales son un medio barato, atractivo, pero sobre todo terreno fértil. Terreno fértil para cualquiera”.

 

La democratización de la información, la evolución de los medios para trasmitir la nota, la injerencia descentralizadora y bidireccional del público ese periodista ciudadano que ahora ya no solo recibe y consume sino que generar contenidos, ideas y debates, sea con o sin veracidad en sus datos están creando así nuevas Resignificaciones al quehacer noticioso restándole relevancia y que en ocasiones esto podrían generar una especie de sensación de carrera por parte de los profesionales de la comunicación que les hagan cometer ciertos actos inadecuados en sus funciones al sesgar la información ya sea de manera inconsciente y no premeditada por la premura para no perder la primicia, además de desplazar la línea oficialista del discurso divisionista del odio culpabilizando a las víctimas por ser víctimas.

 

Se debe retomar un punto de ética periodística al cumplir sus labores en la escena del crimen respetando los Derechos Humanos de la/el víctima, la memoria del occiso/a en el cumplimento de su trabajo al informar con veracidad e imparcialidad la noticia al público y en general, evitando buscar un erróneo seudo empoderamiento, que en lo único que resulta es presumir ante el público que ellos si tienen el poder de estar del lado donde “En caliente se vive la acción” creyendo tener el prestigio del que más caza la nota roja, vista desde el sitio de los hechos viéndose al interior mismo de la escena del crimen. Como decía Ryszard Kapuściński: “El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”

 

¿Pero qué pasa que pasa si el/la periodista comienza actuar como una cucaracha? Quizás sea más que evidente que se comenzaran a confundir sus labores de comunicación imparcial y presentaran conductas antiéticas en el desarrollo de sus labores ya no de formar e informar al público, empezando a amontar un circo mediático viéndose ellos en el interior de un entretenimiento morboso con conductas como: sesgo en la deformación de la opinión pública,  parcialización oficialista en la line editorial al dar la nota, histrionismo, falsa precepción de sí mismo, ego inflado, rasgos de personalidad paranoides, Gratificación Voyerista necrófila, Sensación de superioridad al presumir que si tienen acceso la escena del crimen, exteriorizando una sensación oculta de experimentar el poder de decidir sobre otra vida humana, exhibicionismo de implementos militares o armas demostrando púbicamente sus deseos de uso.

 

Lic. Claudia P. Sánchez Cárcamo
clauza83@yahoo.com  

 

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