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La cotización de las cerezas
Joel Salpak

Entro en el supermercado, cumpliendo mis funciones de abuelo-chofer-muchacho de los mandados y me encuentro con el cartel “OFERTA – CEREZAS”. Después de traducir libras a kilogramos y dolares (era en Miami) a shékel – la moneda israelí – concluyo que salen a 22 shekel el kilo. Buena cotización.

¿Dónde me convertí en experto en el precio internacional de las cerezas? En los Balkanes.

Aterrizamos una madrugada en Zagreb, que a la mañana es verdaderamente encantadora, pero hacia el mediodía se va poniendo tórrida. El guía – geografo, historiador, politólogo y hasta psiquiatra de a ratos – nos dejó libres en la plaza del mercado, para que cada uno se alimente moderadamente. Mi alma de fotógrafo me llevó a una inmensa montaña de cerezas, rojísimas, sobre el fondo de una iglesia barroca: excelente toma, buen contraste.

Me agache para enfocar y Sara, una de las compañeras del grupo, me preguntó “¿A cuanto están aquí las cerezas?”. Hice un rápido cálculo, de rodillas, pasando de euros a kunas y lipas (esto últimos, los centavos de kuna, que son los sustitutos del dinar croata que a su vez sustituyó al dinar yugoeslavo) y tomando en cuenta que la cotización de las unas era unos 5 dólares y medio, o sea unos 20 shekel… En resumen, unos 25 shekel el kilo.

Sara corrió a contarle a las chicas del grupo que las cerezas valían menos de un tercio que en Israel; varias se abalanzaron sobre el puestito y atosigaron al vendedor. Mi preciosa foto se estropeó así que me fui en busca de otra mejor.

Al día siguiente paseamos por Liubliana – que los eslovenos se empecinan en escribir con jota por todos lados, y recalamos en otro mercadito.

De inmediato, Raquel – otra del grupo – me asaltó con la pregunta: “¿A cuánto están aquí las cerezas?”. Allí era facil, porque usan el euro, que estaba por ese entonces a más o menos unos 5 shekel y medio. Hacia tiempo que Eslovenia había abandonado el tolar (que tenía 100 stotins, ¿recuerdan?), por lo que de inmediato calculé que el precio andaría por los 15 shekel el kilo.

Raquel encaró a Sara: ¡”Más baratas que el Zagreb”! Y varias corrieron a comprar al grito de ¡”Una bicoca! ¡15 shekel el kilo!”.

En Triglav las cerezas eran más caras – y, se trata de una montaña, todo sube… – pero en Rijeka (la famosa Fiume de los italianos) el precio bajó hasta los 12 shekel. Se mantuvo, gracias a mis cálculos mentales a nivel de los 12 a 15 shekel a lo largo de la costa dálmata, hasta llegar a Split (la más famosa aún Spoleto de los italianos) en donde subió dramáticamente a los 20 shekel. Sara y Raquel me increparon, como si yo dominase el mercado internacional de las cerezas… Yo sufrí en silencio, hasta llegar a Mostar, en Bosnia-Herzagovina.

Allí usan el “marco convertible bosnio”, que tradujeron al euro y dejaron de utilizar… pero Sara y Raquel no se dieron por enteradas, así que al llegar al mercado, me saltaron: “Y aquí, ¿a cuanto están las cerezas?”.

Recuperé mi bien merecida fama de calculador de cotizaciones y tras pasar de marcos a euros y a shelel, proclamé: “¡Baratas! ¡A solo unos diez shekel!”.

Todos felices y yo el que más: pronto terminaría el paseo por los Balkanes en pos de la cereza más barata.

Ahora, en Miami, compré las cerezas de oferta a U$ 2,49 la libra, más impuestos, con lo que – según el cartel – me ahorré U$ 3,49. ¿Qué dirán Sara y Raquel? ¿Hice una buena compra?

Joel Salpak
joelita@netvision.net.il

Gentileza de http://joelsalpak.wordpress.com
Agosto 10 2010

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