Ellos eran muchos caballos

Fragmentos

4. A camino

         El Neon vaguea veloz por sobre el asfalto irregular, ignorando resaltos, lomos, zanjas, huecos, relieves, costillas, guijarro, negra nesga en la noche negra, aprisionada, la música hipnótica, tun-tun tun-tun, rege el tronco que tranza, tun-tun tun-tun, sensuales las manos deslizan por el cuero del volante, tun-tun tun-tun, el cuerpo, el auto, avanzam, apartan las luces que lucen a la izquierda a la derecha, un anillo comprado en la Portobello Road, satélite en el dedo medio derecho, tun-tun tun-tun, el bólido zumba en dirección al Aeropuerto de Cumbica, al contrário cruzan faroles de omnibus que convergen de todas partes,

otros más que se van a joder

un metro setenta y dos centímetros está en la libreta militar pantalón y camisa Giorgio Armani, perfume Polo rociado en el cuello, zapatos italianos, afeitado, pelo motilado con la dos, Rolex de oro bajo el tapiz,

otros más que se van a joder

ella debe estar llegando, una de esas estrellas que sobrevuelan la carretera, la mujer, el patrón

compromiso inaplazable en brasília le expliqué a

sí, claro, a él le trata como

hijo que le gustaría haber tenido

sí, claro, el hijo un pendejo el cocainómano pasea su arrogancia por las oficinas de la corredora,

sí, claro, el hijo, un pendejo el cocainómano desfila sus esteroides por entre mesas de discotecas y bares – que ya rompió –, por las caras de leões de chácara y de prostitutas – que ya rompió – por máquinas de escribir de comisarías – que también ya

sí pero es mi hijo

y soborna la policía,

                            el comisario,

                            el dueño de la discoteca,

                            las prostitutas,

                             los leões de chácara,

sí pero es mi hijo

sí, claro, la hija vive en Embu, macrobiótica, artista plástica, esotérica, los cuadros siempre los mismos,

quien no tiene ojos para ver

rayas rojas, histéricas, espasmódicas, gruesas, delgadas, fondo blanco,

no tiene ojos para ver

una vez la folló horrible en el estudio entre pinceles y latas de tinta sobre una mesa en donde yacía estirada una inmensa tela en blanco

eso es arte

ella olor a incienso

marijuana es natural

desnuda bajo la túnica indiana, restos de semen en la superficie blanca

eso es arte

otros más que se van a joder

enfurruñada en un rincón arrepentida? no pasa de un

empleaducho

sí, pero el padre me adora

un profesional competente

porque le gano la plata en la bolsa

un apartamentazo en el barrio de moema uno por piso trés suites contraté uno de esos maricones dinero no es problema él armó un lío a las mujeres les parece raro entonces yo les digo la decoración es de fulano y ellas anonadadas

sí, competente:

hace seis años escurría su pálida flacura por las pocas sombras de las calles tristes de muriaé ciudad triste

hace cinco años vestíase con las primeras nieves de fairfield ohio gracias a una beca del american fields recibida en un concurso promovido por la logia del rotary club de muriaé ciudad triste

hace cuatro años aruñava sus inseguridades en el citibank

                                      sus seguridades en el citibank

hace dos años gana dinero para el

el viejo no me va a dejar un carajo

hace un año cuida del negro de la corredora

todo se va a quedar para los

ella desembarca london-gatwick un anillo adquirido en la portobello road en la palma de la mano

es tuyo

londres¿como estaba?

tun-tun tun-tun tun-tun tun-tun

 

 

5. De memoria

         Vienen los tres, coleando, por el sendero estirado al borde de la carretera. La oscuridad disuelve sus cuerpos, entrevistos bajo la escasa luz de los faroles de los camiones, de los omnibus y de los autos que adivina la madrugada. Caminan, el pasto alto y seco roza las piernas de sus pantalones.

         Son padre e hijo y un muchacho, conocido, que, alentado, Sí, se puede. Hace diez años que voy a pie. Es una bruta economia al final del mes, decidió acompañarles.

         El hombre maneja la apiladera en una empresa de transportes en el barrio del Limão.

         El niño tiene diez-once años, aunque, cenceño, parezca mucho menos. Ahora, dejó la escuela, vende panchos – con salsa de tomate o de mayonesa – y coca-cola frente a la compañía en donde el padre trabaja. A la noche, guarda el carrito en el patio de la empresa, los vigilantes lo cuidan. Cuando crezca, perderse Brasil afuera, sueña, camionero.

         El muchacho, desempleado, accepta cualquier destajo, ¡Está fea la cosa!

         El niño sigue adelante, el hombre en el medio, el muchacho detrás.

         Este vale en oro lo que pesa, dice, orgulloso, el padre, intentando adivinar los rasgos del compañero, que jadea asmático a su espalda, pies husmeantes. ¡Es de una inteligéncia! ¿Lo quieres ver?

         Voltéase, fija el letrero del omnibus que pasa velozmente, “Garanhuns”, dice.

         - Pernambuco, el niño contesta, automaticamente.

         El muchacho desdeña, “¿Eso es?”

         - Sabe dónde quedan todas las ciudades de Brasil, el padre argumenta. Tiene un mapa en la cabeza, el peladito.

         - ¿Todas?

         - Todas.

         El conocido entonces pára, voltéase, fija el letrero del omnibus que pasa velozmente, ¡Mierda! , no lo puede leer, Muy rápido... ¡Mierda! Avergonzado, piensa, Alagoinhas , el nombre de su ciudad, “Alagoinhas”, Esa no la sabe él .

         - Bahia, el niño contesta, displicente.

         - ¿Es Bahia?, el padre pregunta, presuroso.

         - Sí, el muchacho accede, contrariado.

         Sin mirar hacia atrás, espera otro omnibus que pasa velozmente, “Itaberaba”, nombre de la ciudad de su mujer, Ahora no es... “Bahia, también”, ¡El mocoso lo acertó! ¡Culicagado!

         - Te lo dije.

         - ¿En donde lo aprendió él esas cosas?

         - Pues, no lo sé...

- No es hablador, ¿sí? Oye, ¡niño!

- Sí... Es como medio

callado... Asalvajado...

Envanecido, voltéase, fija el letrero del omnibus que pasa velozmente, “Governador Valadares”.

- Minas Gerais.

- ¡Espantoso!, el muchacho confómase.

Caminan, el pasto alto y seco pincha sus brazos.

- ¿Has pensado llevarle a él a la televisión?

- ¿He?

- Claro... a uno de esos programas adonde van las personas a responder las cosas...

- ¿Televisión?

Televisión...

- Dá mucha plata, ¿verdad?

- ¡Uy, sí!

El hombre busca el hijo que marcha adelante oculto dentro de una chaqueta dos tallas más grande que la suya

los omnibus los camiones los autos las luces de São Paulo

Televisión...

 

6. Madre

La vieja, desgalichada, tenazas pegadas al asiento número 3 de la línea Garanhuns-São Paulo, no duerme, cuarenta y ocho horas ya, suspensa, la velocidad del omnibus, Dios mío, ¿para qué tanta velocidad?, la charla del conductor con los compañeros recogidos asfalto afuera, Dios mío, ¡no le pone atención a la carretera! , devota, que el viaje

termine pronto, reza, ni al baño puede, queda tambaleando sobrecabezas, y, alcanzando el mal olor del cubículo en el rabo del pasillo, de nada serviría, aunque la vejiga aprietada, aunque los intestinos sueltos, ¡Dios mío! , solo se alivia en las paradas, cesado el zarandeo, ¿Y ahora? ¿Estamos cerca? , ¡Paciéncia, abuelita!, Todavía tarda un poquito , el apestoso aire de ventanas cerradas, vidrios sudados, en el piso, desparramados, papeles de caramelos, de bizcochos, servilletas, bolsas plásticas, palitos de helado, basos desechables, botellas plásticas, migajas de bizcocho-de-tapioca, de pan, de pan-de-maiz, harina, restos de comida, pié de zapatito de chochet azul-niño, nochedía, Y la gente aún logra dormir, Dios mío, la bocarra cocodrila, ¡hasta ronca!, ¡hasta babea!,¿como es que? , barájanse dinstintos paisajes, ciudades enoooormes, pueblito que, ¡zun!, pasó,

Y

las cercas de alambre de espino, el leño, el pasto, el cupin, osamentas de buey, urubúes, cielo azul, serpientes, seriemas, garrinchas, caga-sebos, wolksvagens, carros, cavallos, bueyes, burros, bestias, botinas, matorrales, beirais, chivos, boñiga, cucarachas, bichos, bananos, bicicletas, arbolitos, árboles, árboles, árboles,

el motor zumbando dentro del oído (zuuuunnnn)

 

Y

la caatinga, los campos, la caña, la cuerda, la reguera, el río, el arroyo, el riillo, el hilo de agua, el agua, el lupanar, el cuero, el cuerno, la cabeza, la herradura, el charque, el sal, perros, cucharas, cuchillos, tenedores, basos, platos, la mano, los olores, las chimeneas, los perros, la catinga

atención atención atención atención atención atención

el dolor, los dolores, las dádivas, el dolor, los dolores, los dolores, edificios, la chimenea, el humo, el cigarrillo, el humo, la harina, el frijol, los fuegos, el fuego, el incendio, las gallinas, las gentes, los palos del gol, las canchas de fútbol, jugadores, uniformes, colores asoleandose en el colgador, el sombrero, la pelota, la abeja, la billa, los gatos, las gallinas, las ventanas, los jipes, las jibóyas, las ventanas, las ventanas, andarillos, el miedo, el meado, los muertos, los montes, las montañas, los muertos, los montes, las montañas, los

el motor zumbando dentro del oído (zuuuunnnn)

Y

nubes, noche, la noche noche, la pala, el pie, el polvo, parajes, picaduras, piedras piedras piedras, puentes, plantaciones, ratones, ropas, o sertão, la sequía, el sol, el siléncio, el zumo, el sol el sol el sol el sol el sol, anzuelo, el suelo seco, urubúes, umbúes, urubúes, la llanura, el verde, el ceniza, las cenizas, y el olor a

atención atención atención atención atención atención

blancas vacas en el verdor del pasto, nubes estériles, ropa seca, carneseca, tierras, tierras, tierras, el viento, el día verde-caliente, la tarde azul-friolenta, la noche de estrellas empolvoradas, el mundo, mundogrande, que no se acaba más nunca, y ¡ Oiga!, abuelita, ahora ya casi la vejiga estofada, le duele la barriga, la espalda, ¡Ay! , las caderas, ¡Uy! , las piernas, ¡Ay!, ¡Uy! , sin posición, Mírele, abuelita, las luces de São el hijo esperando ¡Tantos años! Ganarse la vida en Sampaulo, en el Brejo Velho Dos veces solamente, ha vuelto, Dios mío , y eso de soltero, después, nadamás los retratos carreaban notícias, el empleo, la novia-ahora-esposa, ellos dos, la casa descostillada, los nietos, y entonces le esperamos para quedarse el Dia de las Madres con nuestra familia y todos nos vamos a poner muy contentos no se preocupe que le voy a recoger en la rodoviária saludos a todos del la vejiga parotidítica, los intestinos pepitosos, ¿como leer en los ojos del hijo?, saber si es feliz en el trabajo, en el matrimónio, si, pero ¡Ay! , la vejiga, la barriga, la espalda, ¡Ay! , las caderas, ¡Uy! , las piernas, ¡Ay! ¡Uy! , sin posición

         En la rodoviária, parado, friega las manos.

 

 

 

8. Era um niño

es un jesucristito alli así acostado ni parece un niño el largo pelo rubio barbilla antiguos ojos miel un jesucristito estampa comprada en un domingo de sol en la feria de la plaza de la república un muchacho probando inconformado la suma de las cosas un chico formidable experto en matemáticas y física y química que dominaba bien el portugués y cursaba el nivel avanzado en la cultura inglesa un niño maravilloso músculos enformados en el tae-kwon-do un muchacho adorable empujándole el carrito de supermercado a la mamá en el pão de açúcar riéndose de su manía de tardarse entre los stands calculadora somando y subtrayendo y multiplicando y dividiendo hasta tropiezando en los números e irritada no más cotejar el precio el peso fecha de caducidad y después de empilar todo en los armários sentarse exaustos en la sala para ver el noticiero nacional equilibrando el plato con las sobras del almuerzo en la palma de las manos los piés apoyados en la mesita-de-centro y en esos momentos creíase en sintonía con algo superior en harmonía con las fuerzas positivas del universo y hasta perdonaba aquél que la había abandonado un niño por crear necesito de tiempo y el jesucristito tomando cuerpo la ausencia de la figura paterna le hará a él algún daño en la cabeza las aprehensiones recelos no quisiera intrometerme hijo pero ese muchacho no es buena compañía para tí mi hijo ah la volcánica adolescencia y desdoblábase al fin de la jornada en el periódico en freelances en revistas para que el niño frecuentara los mejores ambientes quisiera legarle por lo menos eso incompetente que había sido para darle un padre decente a veces llamaba como van las cosas ah ese mes no voy a poder depositarles el dinero las cosas no han ido bien pero el mes que viene siempre el latazo en el día del cumpleaño como andas campeón en la navidad como andas campeón en el año nuevo como andas campeón a ver si el año que viene salimos juntos de vacaciones eh y las notícias

se hizo socio en una acesoria de comunicación

he pensado seriamente en sacarme el pasaporte italiano e irme a trabajar en la comunidad europea hacer cualquier cosa comprendes

se casó de nuevo

se volvió malmandado en la alcaldía las cosas que han dado en

el los periódicos todo mentiras tu mamá que es periodista lo sabe todo mentiras una basura es asqueroso

se separó y se fue a vivir con una muchacha veinte y pocos años mucha celulitis no no la he visto pero me imagino hoy día son todas así hasta las modelos no ves

está construyendo una mansión en alphaville

está viviendo en una mansión en alphaville

y ella pasando dificultades para pagar las cuotas del apartamentito en jabaquara

(nunca quizo pelear en la justicia no quisiera estorbar la relación del niño con el padre)

y él necesitando ponerse frenillos en los dientes

y aprendían tanta cosa dios mío leían la veja y la folha de s. paulo y discutían los temas cuando chiquito le hacía cada pregunta y ahora ella era quien se espantaba ante un mundo cada vez más estrambótico y quisiera engancharse en la lucha por la preservación de la naturaleza asociarse al greenpeace y en aquel día que llegó más temprano tendinitis el diagnóstico el bañándose el computador prendido entró en el cuarto para recoger la ropa tirada qué holgazán y los ojos relanceron el descanso de la pantalla una enorme bu vagina el bolso se le cayó en el revestimiento de madera el manojo de llaves se le cayó en el revestimiento de madera su cara colorada se marchitó su corazón y pensó dejar el cuarto fingir que nada pero los pies plantados el hijo cruzó la solera asustados los ojos el cuerpo goteando toalla a la cintura la algarabía de los papagayos en los ipés de la calle el bolso el manojo de llaves desparramados por el revestimiento de madera del piso el poster ozzy osbourne pegado en la puerta del ropero comiste algo hijo mamá balbució yo y ella ya lo sé vamos a salir y comemos una pizza qué te parece y la madrugada se disipa los amigos del colégio del edifício amontónanse entorpecidos el humo la parafina compañeros conocidos parientes voces velórias la silla a la cabecera corona de flores añoranza es un jesucristito así acostado estampa comprada en un domingo de sol en la feria de la plaza de la república diecisiete años en agosto

tan feliz tan lindo tan compañero tan querido tan inteligente tan amoroso

dios mío por qué lo hizo dios mío por qué

 

9. Ratones

Un ratón, parado sobre las patitas traseras, rilla una cáscara de pan, observando los compañeros que se esparcen nerviosos por sobre la inmundícia, como personages de un videogame. Otro, más osado, prueba masticar un pedazo de tela emplastado de caca mole, todavía fresca, y, desazado, aruña algo macío y caliente, que inmediactamente se mueve, asustándolo. En el después, rehecho, afierra los dientitos en la carne tenra, chilla. Excitado, el bando aproxímase, en convulsiones.

El cuerpito débil, momificado en harapos fétidos, denúncia el incómodo, el muslo de la pierna se contrae, el pulmón se arma para el llanto, expele un murmullo entretanto, un balbuceo de labios lastimados, un breve espasmo. La claridad avergonzada de la mañana penetra desmañada por el techo de hojas de zinc agujereadas, por las rendijas en las paredes de placas de outdoors. Sinembargo, es nocturno todavía el barraco.

El chupador susio, de bico roto, que el bebé mordiscaba, escabulló rodando por debajo de la hermanita de trés años, que, a su lado, chupa el pulgar con la insaciedad de cuando mamaba en los senos de la madre. El pequeño pecho rechinó todo el sueño y ella tosió y lloró, porque las cobijas delgadas, colgajentas, que les regalaron los crentes, el hermanito de seis años se había enroscado en ellas.

El colchón-de-resortes-de-pareja en donde se anidaban sobrevino en una tarde úmeda, manchas oscuras dibujando la tela rota, cuevas vomitando polvo, acuartelado en el techo de una kombi de carreteo, vencendo toda la Autopista de Itapecerica, desde la Villa Andrade hasta el Jardin Irene, cuando vivian con el Birola, buen hombre, el Birola. Una vuelta les llevó a los niños al circo, pallazos, perros enseñados ropa-de-balerina, mono en velocípede, domador azotando león desdientado dentro de la jaula, cavallos diestros, trapecista, equilibrista, palomitas, tragador de espadas, manzana-del-amor, muchachas en traje de baño, algodón-dulce, serrador de gentes, pirulito, paletas. Entonces empezó a abusar de la más grande, ahora mayor-de-edad, a la época trece años. Enojada, le hechó alcool en las partes, prendió un fósforo, el fuego ardió la vecindad, salvó a los hijos, pero el tal, aquel, en sueños de crack torró, carbón indigente.

De él heredó el niño, ocho años, igualito, hombrecito. El año pasado, o a lo mejor antes, lo ignora, reventó el comenzón, la espalda, la panza, las piernas, hecho todo una herida, el pobre. Internado, las enfermeras ni un pio escucharon, ni un nadita de reclamacion, un amor. Levou bronca del doctor, Absurdo, dijo, Irresponsable, gritó, que la acompañara la señora asistente-social, Sarna/chinche, ella ni siquiera se asomó.

Creen, es fácil, pero fuerzas no las tiene más, aunque sus treinta y cinco años, boca sindientes, los huesos tumefactos, los ojos, la piel pardusca, archipélago de pequeñas úlceras, la cabeza zumbona. Y piojos explotan en los pixains encipoados de los niños y ratas procrean en el estómago do barraco y chinches y pulgas entrelázanse a los harapos de las cobijas y cucarachas guerrean en las grietas. Ha pedido-implorado a que la de trece años le ayude, pero, callejera, se pierde, dias y noches. La vió cierta fecha auto en auto filando trocado en un señal en la Avenida Francisco Morato. Cuando aprieta el frío, aparece.

La de once, ajuiciada, cria los más pequeñitos: los carga para que tomen la sopa-de-los-pobres, los lleva para que se bañen en la iglesia de los crentes, les cambia la ropa, los cuida derechito, la nena. Y los hace dormir, contándoles invenciones, cosas habidas y pasadas, situaciones entredichas en aquí y allí. Faz gosto: no breu, su vocecita, encarrapichada en el osito-de-peluche que naufragaba en la torrentada, encavernase somnámbula oídos adentro, inoculando suenõs hasta mismo en su mamá, que gime bajito en un rincón, el blanco-de-los-ojos hendido bajo el vaivén de

un cuerpo flaco y tatuado, otro más nunca antes visto.

 

 

9. Lo que quiere una mujer

         Arreglándose en la nariz los anteojos de masa negra, el asta izquierda pegada con esparadrapo, los lentes de vidrio rayadas, la mujer penetra con vagar en la pequeña cocina, dirígese a la pia, destuerce con dificultad la llave cabestrillada con elástico y bramante entrelazados y lava un baso-de-requesón, Frajola persigue Piu-Piu en el decalco. El marido, que sentado a la mesa llevaba a la boca una taza de café con la mano derecha, mientras la izquierda sostenía abierto un libro, ligeramente inclinado   para proporcionar foco a la vista astigmatizada, asústase, alza los ojos, ¿Pasó algo?

         Arrastrando pantuflas deshilachadas, la sola encaroçada, la mujer aproximase de la mesa, coge el termo, hecha un trago de cafe en el baso-de-requesón, parte un trozo de pan francés dormido, príngalo de margarina, vuelve a apoyarse en la pia. ¿Que es lo que estás leyendo? , indaga, displicente, agasajando la mano izquierda bajo el chal que abraza el camisón de alza. Él, descansando el volúmen sobre las piernas, Microfísica del poder... de Foucault... Lo encontré en un sebo... en la plaza João Mendes ,

justificase, hastiado. Los dedos de la mano derecha barren las migajas que se desparramaram por el mantel ajedrez, intentando edificar un montecito único. Por qué... ¿Por qué ya estás despierta a estas horas?

Ella entreabre el vasculante de la ventana que da para la calle y observa, resguardados por la luz anémica del poste, los primeros pasageros del autobus que dentro de un rato empieza a circular. Mastica el pedazo de pan, empújalo con lo que quedó del café. Voltéase y, como si en una aula, calibra un punto imaginário en la pared contrária, en la altura de la caja de energía griz, a medio camino entre el armário de acero rojo oxidado y la nevera amarilla cojeante

anoche venía del colegio el tránsito todo completamente parado en la altura del Limoeiro un monton de autos de la policía sirena prendida un tremendo lío y yo sola muriéndome de miedo yo que sé uno no se dá cuenta de lo que le pasa por la cabeza en esas horas entonces

(El marido llena la taza da cefe, prende un cigarrillo, un insecto escala su mano abierta)

                                               empecé a escuchar los balazos pensé en huir pero todavía corría el riesgo de que me robaran el auto ¿te lo imaginas? saqué la llave de arranque me acosté en el asiento de bruces miedo de morirme allí sola y entonces pasó algo chistoso como que desmayé viajé en el tiempo yo que sé me ví otra vez muchacha con mis compañeros del grupo-de-jóvenes en una excursión ni me imagino adonde y alguien tocaba guitarra y cantábamos e reíamos y entonces empezaron a silvar detrás mío y asustada dí un salto prendí el auto engatei a primeira y vi los soldados en la acera arrastrando por las piernas dos tipos ensangrentados debían de estar muertos ya y varios otros sentados el la guia solo en pantaloncillos manos en las nucas como en las escenas de películas americanas

(El marido descruza las piernas, aplasta la guimba en el platillo, agobiado confiere las horas en el reloj de parede.)

         La mujer pastorea los ojos soñados por entre el humo azulado que se dispersa próximo a la lámpara de cuarenta velas prendida.

         La vecindad desperézase

                            una discusión, luego abortada

                            una puerta que se cierra

                            un radio prendido

                            perros que ladran

                            la puerta de acero descierrada de la panadería

                            pasos rápidos en la acera

                            un bebé que desgañita

                            una sirena, a lo lejos “ ¿Policía?

         el autobus arrima, los pasageros apúranse, arranca y yo decidi que esa vida no la quiero más no la quiero

(El marido, impaciente, “ Me voy a retrasar ”,

Pero...

me harté nada vale tanto sacrifício trabajar trabajar trabajar ¿para qué? si casi no nos vemos más no salimos a ninguna parte hace cuanto ya ni me buscas más

prende otro cigarrillo, se para, camina en dirección a la mujer,

Sí... es cierto... tenemos que arreglar unas cosas... Pero... sinceramente... no me parece... que... que las cosas estén tan malas como para...

el problema es que te contentas con cualquier cosa para tí como sea está bueno

Intenta enlazarla en los brazos marinos de su blusa descosida, ella se desvencija, voltéase para el basculhante, afuera bostezos del día.

¿te has enterado de que estoy debiendo plata de nuevo en el banco? ¿sabes por qué? porque lo que nos ganamos no alcanza para el més y lo peor es que no logramos salir de esta mierda estamos cada vez más

Estás hablando muy alto...

Ansioso, el pastor-alemán aruña la puerta de la cocina, lloriquea. En la contraluz, el crepúsculo de la mujer.

Cálmate... los niños... se van a despertar... Cálmate...

¿calma qué? me cansé ¿no lo vés? estoy cansada muy cansada cansada de vivir con un un lunático que la única cosa que valora en la vida son esos libros que nadamás sirven para llenar la casa de hongos y enfermar a los niños solo para eso y a ese ese ese estilo de vida esa opción por la pobreza ay por amor de dios lo que hace diez años me encantaba hoy me aburre

Pero

déjame hablar no he terminado todavía déjame desahogar yo nunca hablo

Los niños... vas a despertar a los

Fico segurando as pontas aqui dentro de casa ni siquiera para cambiar una lámpara sirves claro tienes muchas cualidades eres fiel honesto trabajador pero una mujer una mujer necesita mucho más que eso mucho más

Pero

el problema el problema es que llegué a una conclusión una conclusión terrible tu en el fondo eres un inconformista conformado en el foondo lo que tu quieres es seguir dando tus clasuchas porque en el aula nadie te jode nadie te cuestiona

Pero

la nuestra pobreza es una excelente escusa para tu falta de empeño de osadia de corage tú ocultas tú cobardía tu falta de vigor trás tú inconformismo intelectual como si el mundo estuviera muriéndose de miedo de tu indignación ja ja ja

Pero

una mujer una mujer necesita mucho más que eso pero mucho más mi amor tú no vés el futuro mi amor porque tú no tienes futuro

Pero

tu no lo entiendes nunca lo entendiste tu crées realmente que la vida se resume a eso vivir mal deberle a toda gente nunca tener plata para comprar algo diferente para comer fuera viajar

Pero

eso es quedarte metido en la casa tensa a la hora de salir tensa a la hora de volver rogando a que nuestros hijos no se metan con la bandidaje del barrio no se metan con drogas

El marido prende otro cigarrilo, sacude el salvado que quedó pegado a la ropa, junta los libros, pone los anteojos,

discúlpame yo yo no quisiera ofenderte

No no me ofendiste...

es que estoy estoy tan cansada

Yo lo sé... necesitas unas vacaciones... descansar un poquito...

no lo que necesito es ay olvídalo

no lo entenderías olvídalo

escancara la puerta que abre para un patiocito cementado, una brisa fría y el perro entran atolondrados, la mujer agasájase, él comprime su brazo con cariño,

Hay que tener fuerza... persisténcia...

estoy envejeciendo el tiempo se está agotando

acarícia la cabeza del pastor-alemán, que, agitado, aguarda un orden).

Hace falta lavar el pátio... ¡mira qué olor! ¡Quieto! ¡Quieto!

Ella cierra la puerta da la sala

y apoyándose en la maçaneta

oye el crujido del portón

                 el motor del chevete

                 perros que ladran

                 pasos en la acera

                 voces

                 un autobus que arranca

                 el crujido del portón

                 el motor del chevete

                 voces

?quien es ese hombre, dios mío, cara gorda puente-mueble panza-de-barril ropas destartaladas sin amigos

que gasta las mañanas de sábado lavando al perro y al patiocito latas de cerveza y tapas espetados en el palito

que gasta las tardes de domingo viendo al fútbol en la televisión

latas de cerveza y tapas espetados en el palito

                            y que duerme en su cama

                            y que es el padre de sus hijos

                            y que

                            dios mío

                            ya no reconoce

                            ¿quien es ese hombre quien?

Luiz Ruffato 

Versión en español de Simone Ruffato

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