La libélula y los niños 
Bertha Rojas López.

La libélula luciendo sus alas de cristal todos los días se paseaba por el valle, buscando la flor más bella y aparente para descansar; pero aquella hermosa mañana con sus ojos tornasolados vieron la flor de un girasol que se aparecía al disco solar. Allí se echó a dormir envuelta con los rayos solares cual niña en los brazos de mamá.

Pronto gritaron las flores ¡Libélula despierta!, ¡despierta! Ahí vienen los niños que odian y matan a las aves. También atrapan a mariposas y libélulas. ¡Ellos son! ¡Ellos son!

¿Creen qué podrán atraparme? Preguntó con tanta tranquilidad la inocente libélula.

- Libélula no preguntes. ¡Vuela lo más alto que puedas. Gritó el girasol. En el acto le cayó una malla a la libélula.

Los girasoles clamaron libertad, las aves piaron, las abejas zumbaron con todas sus fuerzas pidiendo libertad, pero a los niños ni les importó.

Los niños se sentaron a un costado del camino y ataron en el cuerpo de la libélula un hilo. La libélula en su afán de escapar voló. Los niños decían: ¡Miren mi avión! Avión con alas de cristal ¡jajajajaaa!

¡La pobre libélula! jadeante volaba sin libertad. En un esfuerzo rompió el hilo, la libélula se vio libre. Voló con dificultad hasta el lugar donde dejó a sus amigos.

Grande fue la sorpresa de la libélula cuando encontró cortado y pisoteado a los girasoles. Lloró amargamente. Llamó a las aves para decirles: ¡Miren! los girasoles están muertos. Las aves dijeron ¡Salvemos a ellos! recojamos las semillas para esparcirlos por todas partes de la tierra.

La libélula enferma buscó un refugio.

¡Miren! ahí vienen otra vez esos niños. Alertó una abeja. Indignadas y horrorizadas por todas las cosas que vieron salieron de sus escondites las abejas.

- La reina de las abejas dijo: ¡Le daremos una buena lección!

Los niños cuando se aprestaban nuevamente a capturar a la libélula enferma. Las abejas hundieron sus lancetas en la cara y las manos de los niños, quienes se fueron llorando.

Pasó el tiempo; ahora, en ese lugar del desastre causado los niños, florecen los girasoles, juguetean libélulas, revolotean mariposas de todo color, chirrían grillos, croan sapos y ranas.

Los niños crecieron, aprendieron a admirar y disfrutar la belleza de la naturaleza.

Bertha Rojas López

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