El grillo y el sapo 
Bertha Rojas López.

Una noche fría, iluminada por la luna, un grillo vestido con su levita marrón iba cantando y tocando la guitarra por la orilla del río. 

- Chisst ¡Cállate! por favor. 

El grillo pasó moviendo socarronamente la levita, tarareando y bailoteando su huaynito, Dos corazones amantes. 

- Nuevamente la voz - chisst ¡Por fav…oorr! ¡Cállate ya! – Salió la voz a todo pulmón.

El grillo asustado calló y dejó caer la guitarra.

- ¡Dime! ¿Quién eres y dónde estás?

Soy tu amigo el sapo. Tú sabes que la gente persigue a mi familia. Dicen que nosotros curamos la tuberculosis, la desnutrición y la anemia. Estoy escondido porque tres veces me libré de ser atrapado. No puedo salir a cantarle a mi amada la luna. Ella está tan sola y triste. ¡Mírala! qué pálida está, ya no sonríe. Antes mi familia salía a la orilla del río a cantar canciones de amor. Ahora como ves canta y danza solo el silencio, en las riveras de los ríos y los manantiales. 

El grillo guardó la guitarra a un lado y se arrodilló a lado del sapo. Secándole las lágrimas – Hermano, los dos huiremos –Nos iremos lejos y muy lejos para salvar a nuestra especie. No podemos callar más. No podemos aceptar la acción inhumana de los hombres contra nosotros.

El sapo salió del escondite y exclamó: ¡Levántate hermano! Llegó el momento de alzar la voz. Escondido nada sacó, porque al fin y al cabo tengo que morir, todos somos pasajeros. Dios al crear al hombre le dijo de polvo eres y polvo volverás, también a nosotros nos dijo así. Estoy convencido de que todos los seres vivos mueren, pero no de la forma como lo hacen. 

Los hombres no saben lo que dicen, ni hacen. Hablan tanto de cuidar la naturaleza, buscan el equilibrio ecológico. ¿Será esta una nueva forma de cuidar a los seres que les ayudan en la agricultura?

¡Bravo! Así se habla. Replicó el grillo.

Iremos juntos gritando a los cuatro vientos, la clase de gente que vive en el Valle. Argumentó el sapo.

¡Ofrendaremos nuestro pecho a favor de nuestra generación joven. Agregó el grillo.

- El sapo- Si nos vamos de aquí es una cobardía. Hay que enfrentar el problema. ¿No te parece? 

¡Claro! Mañana puede ser tarde. ¡Vamos!, ¡vamos! - Alentó el grillo.

¡Sapos y grillos unidos jamás serán vencidos! ¡Sapos y grillos unidos jamás serán vencidos! Los amigos repitiendo a viva voz el slogan recorrieron la rivera del río. Al instante detrás de ellos se iban ubicando los pocos sapos que ahí estaban escondidos y una gran cantidad de grillos. Croando y chirriando invadieron el local del Centro de Estudios y Defensa de los animales.

Hoy en la Región Central del Perú está prohibido licuar sapos para beber en jugo.
Usar los recursos naturales racionalmente para evitar su extermino.

Bertha Rojas López

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