Prólogo de Juan Eugenio Rodríguez para la cuarta edición soporte papel del poemario “PICTÓRICA” de Rolando Revagliatti, a reeditarse en 2011. |
Vivir en el incendio que resta, un movimiento de apertura. Ir al encuentro de una mujer conmovedora sentada frente a mí que me nombra. La voz poética, es esa otra voz en la muchacha de los bulevares del desnudo rojo, en las nueve ninfas que danzan en el parnaso, en las meretrices del salón, la voz del poeta invocando a la Virgen de la Escala bella, bellísima y reímos juntos mientras la magia se pinta de blanco desnudo saltando corriendo, asaltando el blanco desnudo. Reímos. Me detengo y digo, ¡yo ya estuve aquí!
sombreros y bonetes, estrellitas erectas, franjitas erectas, Labios o peces de los arrabales, entonces sólo lo ajeno, lo extraño, me es posible. Ella sigue allí, mujer conmovedora sentada frente a mí, un seno rubio despierto frente a mí. En mí como sed, como otredad, como deseo. Abres mis ojos, espíritu que no vives en ninguna forma. Reinas en el silencio donde arden todas las formas. Vivir en
el incendio que
resta un artificio ante la fatalidad irremediable, un acto poético. Pictórica palabra
en busca de la palabra. |
Juan Eugenio Rodríguez
Febrero 2011
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