Esencia de una obra creadora por Dra. Anastacia Rivas Olivo |
Los
hombres trascienden por sus obras, y la obra de Paulo Freire, fundada en
una magna razón utópica realista, además de convertirse en
autoconciencia de resistencia y de lucha por la libertad del hombre en su
momento histórico, sigue marcando pautas, no sólo en nuestro continente,
sino en Europa, también. Su
utopía crítica para la liberación del ser existencial humano, refleja
el “mar incierto” de la vida brasileña, y enriquecida con
experiencias vividas en diversas latitudes, trasluce tristeza e
incertidumbre como la vida misma. Rechazo
y aceptación, asombro diario que emociona y conmociona. Obra que al ser
leída, conocida y reconocida propicia el despertar mismo de la
conciencia, originando sentimientos de inconformidad, de lucha y de ánimo
para actuar y transformar. Obra, pensamiento vivo, que propicia como señala
Piaget, un desequilibrio para comprender primero
e integrar después una filosofía que conduce a la crítica, al
cuestionamiento constante y permanente de la realidad, especialmente sobre
el actuar docente en sus innumerables mediaciones. Es
Freire, con su palabra, vertida en comunicación dialógica que respeta,
que anima y provoca, una fragua de espíritu y una guía para la acción.
Una pedagogía crítica que mueve la conciencia para la defensa de
la existencia autónoma y libre de las grandes masas desposeídas. Pocas
ideas y palabras, concretan su pensamiento: espíritu de raíz, ansias de
humanidad, libertad incondicional, amor al prójimo, alto vuelo
aprehensivo para captar el drama humano y comprometerse con él,
tolerancia crítica y vocación ecuménica. Una
síntesis de la obra filosófica, no sólo de Freire, sino de algún otro
importante pensador, resulta todo un reto, porque la iluminación de las
ideas a mi juicio, es producto de esa necesidad interna surgida en y para
un contexto, lo que implica múltiples
aristas, y como tales,
aparecen para interpretarse y aplicarse, pero que en un heurístico
procedimiento para su reconocimiento, su connotación puede ser tan
extensa y a la vez tan sucinta, que se caiga en un desliz de
superficialidad y de omisión, por lo cual la obra de Friere trasciende en
la vida porque surge de su propia experiencia de la vida. Esa es la mágica
connotación del pensamiento pedagógico de Freire, ¿por qué acaso no se
vive en el aula? ¿Acaso no es la enseñanza- aprendizaje de vida lo que
da sustento a nuevos conocimientos y valores? ¿No es el intercambio y
comunicación dialógica en el aula lo que permite esa generación de
saberes vivos, aplicables para y por la vida?
Ése es el numen esencial de la filosofía de Freire, dar vida en
la realidad misma y en “la vida de las ideas” y reflexiones, para
transformar, para cambiar, para ser mejores. Es
difícil aprehender en su totalidad, una obra de tal envergadura, sin
embargo, en mi criterio, todo puede sintetizarse: 1.
Se aborda la existencia y devenir del
pensamiento filosófico y la obra de Paulo Freire como un sistema integral
en desarrollo, contextualizado, que asume críticamente sus fuentes
principales sin quedarse en ellas. Todo un proceso dinámico, sin
supuestos y a priori, en tanto su pensamiento, más que reflexionar sobre
ideas puras, se nutre de la realidad viva y las experiencias prácticas
para ascender con fuerza intelectiva y dar cuenta de la enajenación
constante que embarga al hombre en la sociedad capitalista. 2.
Un pensamiento que siguiendo a Marx y a otros pensadores y corrientes
filosóficas, no se queda en la contemplatividad. Hurga en las
contradicciones reales, con ímpetu de inquietud y superación para
transformar la realidad existente para bien de las grandes masas desposeídas:
su razón de ser en toda la evolución de su pensamiento y personalidad. 3.
La postmodernidad, época que envuelve el sentir y pensar de las mayorías,
en la cual los medios y avances tecnológicos nos enlazan, pero a la vez
nos aíslan, donde la espiritualidad, aunque integrada en la génesis de
la humanidad, sólo funge como accesorio del hombre, porque se confunde
interioridad con superficialidad,
donde se percibe que la educación ha quedado anclada al pasado y las
nuevas generaciones aparentemente informadas y formadas corren
aceleradamente hacia el futuro sin elementos para sortear nuevos retos, y
millones de infortunados han
perdido la esperanza y se refugian en la sombra de quienes en apariencia
saben, avalan por sí mismas suficientes razones para establecer un
acercamiento al pensamiento filosófico de Paulo Freire
y darnos la oportunidad de discernir el camino para abrevar en sus
ideas. Ideas que cobran
vida, porque surgen de la vida misma. Ideas reflexivas impregnadas
de humanismo y de valores libertarios, tan distantes, pero tan necesarios
para revitalizar la práctica educativa y la “práctica de vida.” 4.
Es esa filosofía del pensador brasileño, que constituyéndose en guía
espiritual pedagógica, ha revolucionado la relación docente-discente,
relación cada vez más insondable debido a la educación bancaria, en
donde sólo “el que sabe” ordena, pero encadena, impidiendo el libre
paso de las ideas, de la reflexión y de las propuestas de “aquellos que
no saben” ideas muchas
veces más sabias y prometedoras, porque surgen de la necesidad, del interés
y están enriquecidas por la realidad misma. Es ésa la
“revolución educativa” de Freire,
la que es menester abordar porque
reiteradamente nos enlaza teórica y prácticamente a la liberación
del hombre. Revolución educativa que permite “hacerse” a través de
un proceso de reconocimiento y reconfiguración, mediada por la comunicación
dialógica, la concientización y la praxis que construye saberes y revela
valores, hechos cultura. Por eso Freire es un pensador del pasado, del presente y del
futuro, porque el elan de su obra no sólo se vio enriquecido por las
ideas de grandes intelectuales como Jaques Maritain, Cardonnel, Mounier,
Jaspers, Marx, Martí, y muchos otros, que igualmente adelantados a su época
buscaban la completitud del hombre, su formación humana integral. 5.-
El pensamiento de Paulo Freire, convergencia de razón y sentimiento, de
diálogo y de praxis, de
ciencia y conciencia, de oficio y misión, emerge al
lado de un marasmo social inestable e
injusto, no sólo en Brasil su tierra natal, sino en diferentes
pueblos de la tierra, en donde grupos conscientes de este panorama
buscan por diferentes medios poder
decir su palabra y señalar las inequidades. Así, en estas condiciones
Freire vive, se prepara y se proyecta para darle a su vida un sentido
social y de servicio hacia los más necesitados, porque reconoce el valor
de lo humano y al integrarse como educador
a la acción solidaria de llevar la letra y la cultura a los
pobres, se da cuenta que no sólo hay que hablar, sino actuar con los demás,
y primero con el discernimiento de las distintas influencias filosóficas
e ideológicas como el personalismo fenomenológico, el existencialismo,
el marxismo y la teología de la liberación latinoamericana, que
fueron guía de reflexión para
Freire, y después tomando como soporte indiscutible su experiencia
en el exilio, primero en Bolivia, y
después en los diferentes países de Latinoamérica, en África y en
Europa, sistematiza y consolida su pensamiento crítico, teniendo como visión
clara la vocación del
hombre: su humanización, para poder ser sujeto, y
agente del cambio de las circunstancias. Así es como dan a luz las
líneas vivenciadas de su filosofía en libros que lo registran como un clásico
de la filosofía pedagógica y educativa, tales como: “Educación como práctica de la Libertad”; “¿Extensión
o comunicación?”; “Cartas a Cristina”; “Pedagogía de la
Esperanza”; “Cartas a Guinea Bissau”; “Pedagogía de la Autonomía”:
“Cartas a quien pretende enseñar”; “La naturaleza política de la
educación”; ” La educación en la ciudad” y muchos otros más, pero
especialmente su principal obra “La Pedagogía del Oprimido”, aceptada
por muchos y controvertida a la vez,
en donde presenta con elocuencia,
claridad y a la vez
con crudeza, el panorama de la injusticia, de la vida de los oprimidos, de
los desarraigados y pobres del mundo. Pero no sólo de esos que no pueden
ni deben hablar, sino de todos aquellos que en distintos niveles y
organizaciones sociales se ven impedidos para mejorar, porque
sencillamente le temen a la libertad. En
esa línea cogitativa es como
aplica su Método de alfabetización, el que no sólo saca de la oscuridad
de la ignorancia a miles, sino que les muestra el camino para reconocerse,
reencontrarse y en dialogicidad con los demás, darle sentido a su
existencia para actuar y transformarse. 6.-
La aprehensión del hombre es una tarea compleja, porque se vincula
razonamiento y espiritualidad, reflexión y acción, creación y
transformación, pero la filosofía y el pensamiento de Freire nos
permiten integrar al hombre a los hechos, y los hechos al hombre, y cuando
pensamos asidos a la realidad latente y viviente, hacemos, actuamos, transformamos. Se va consolidando la acción
dialógica que debe
prevalecer en los seres humanos como sujetos,
porque en última instancia, así es como surge la cultura, en
donde el hombre transita y transmite al otro, su creación.
7.-La
concepción que Freire tiene del hombre es precisamente diametralmente
opuesta a la que poseen los opresores, puesto que éstos lo objetivan, lo
vuelven objeto, inerte, y aunque a través de la historia de la humanidad
ha sido esclavo y vasallo, patricio y plebeyo, señor y siervo, en
concreto oprimidos y opresores, Freire
lo humaniza dándole la categoría de un ser activo, dinámico,
participativo, espiritual, reflexivo. Incompleto pero capaz de completarse
a través del diálogo para alcanzar la libertad y la dignidad
que es la humanización.
Esto parece utópico, pero no se puede olvidar que las grandes
realizaciones humanas, han estado precedidas de magnas utopías. El
hombre inacabado busca su constante perfeccionamiento dentro de un proceso
histórico cultural que a la vez es movimiento permanente en pos del
horizonte. Un horizonte, que si esta mediado por el amor,
guía la acción y hace camino al andar. Freire
plantea una filosofía educativa que parte precisamente del amor, de una
relación de horizontalidad, entre educando - educador, en donde la
construcción del conocimiento no devi0ene unidireccionalmente, como un
fenómeno de transmisión automática de saberes inertes, sino que se
origina a través de la comunicación, en donde no existe la absolutización
de la ignorancia, sino el reconocimiento de las experiencias y la valoración
de saberes de los demás, para que en un encuentro reflexivo exista
construcción y reconstrucción, codificación, aprehensión, y
praxis para la transformación. 8.-
En Friere no tiene cabida la educación bancaria, repetidora, estática.
En su concepción, se hace necesaria la educación problematizadora, para que la
mente se encuentre alerta, reflexiva, inquisidora, cuestionante, y en una
comunicación dialógica, donde se realice con eficacia la
intersubjetividad. Freire puntualiza que el reflexionar y re- admirar a la
sociedad, al entorno, permite una visión nueva, un re -encuentro que debe
mover a la praxis, porque se identifica lo que está en equilibrio y lo
que está fuera de la armonía vivificante, es decir, lo que tiende al
aniquilamiento y a la
deshumanización. 9.-
Es pues la filosofía educativa de Friere una visión cultural y
compleja actual, aplicable, innovadora, porque en su génesis lleva la
necesidad de cambio, la inconformidad del hombre, y a la vez ese deseo de
transformar, de aceptarse y aceptar, de ser mejor. Porque son esos valores
de libertad, de tolerancia, de respeto al otro, lo que permea su pedagogía
filosófica crítica. Valores
que le otorgan trascendencia y aplicación, en tanto cauces de
humanización, de posibilidad de elección, de eticidad concreta y
de axiología de la acción. Es
en suma una pedagogía liberadora que mueve al desarrollo personal y
colectivo y a la búsqueda permanente para la complementación del ser humano. En síntesis, la filosofía de Paulo Freire, como en Martí, y tantos otros grandes filósofos de la educación, deviene programa educativo para la formación del hombre, mediante un sistema de valores que prioriza la subjetividad humana y los valores que le dan concreción. Sobre su base cosmovisiva es posible diseñar proyectos viables para la formación humana, incluyendo, por supuesto, una visión andragógica integradora que llene de luz a los discentes adultos, y los prepare para la aprehensión de la cultura, ya libres de la enajenación que aniquila su ser esencial humano, o al menos, que sean capaces de resistir las consecuencias nefastas de la globalización neoliberal. |
por Dra. Anastacia Rivas Olivo
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