El Quijote, un héroe soñador
Jorge Arturo Reyes
jorge.art.seyer@gmail.com

…no es un hombre más que otro,

sino hace más que otro. 

Cervantes

Los caminos del tiempo han sido recorridos por épocas coloras e incoloras, a su vez, éstas son pobladas por hombres de corazón coloro e incoloro. Somos seres con una raíz enterrada en el pasado; sin embargo enfrentamos una realidad descarnada ante la cual nos debilitamos, por ello, debemos encontrar el mástil de donde podamos asirnos, o tal vez un néctar de donde podamos beber la virtud de la resistencia. De ahí que debamos cabalgar sobre el lomo de nuestro Rocinante y enfrentar con fe los senderos de la vida, defendiendo con gallardía la ruta que hemos elegido; y llegar a ser, lo que queremos ser.

Por su parte, Miguel de Cervantes Saavedra es mundialmente conocido por el legado literario que dejó a la humanidad, sin duda nos referimos a su Ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha. Con esta obra, Cervantes crea un inagotable código interpretativo de la realidad que da cabida a nuevas realidades. Existe un mar de textos escritos en relación a la obra cervantina, pese a ello, contribuimos con estas piscas dóciles para mantener la rigidez de una estatua que permanecerá incólume mientras existan hombres sobre la faz de la tierra.

En nuestros días, nos encontramos esclavizados por un presente regido por la duda y la zozobra, nos condenan al consumo de productos y bienes que atentan contra aquello que defendió el Caballero de la Triste Figura, porque la óptica quijotesca contiene enseñanzas axiológicas y epistemológicas que vemos ejemplificasen las acciones que generan el movimiento interno de la obra literaria.

El Quijote es un soñador que refleja eso que somos, y también, eso que no somos. Por medio de su denuncia, trata de defender empresas que rayan entre la locura y la cordura, entre la realidad y la irrealidad, entre la fantasía y la vida, alimentando así, los campos de la fe y la esperanza. En suma, creemos que el Quijote soltó las riendas de su Rocinante, cabalgando con mayor soltura que nosotros, los seres “cuerdos”.El Quijote es un soñador que a pesar de sus constantes derrotas, crea mundos posibles y dignos de vivir.

Naturalmente, la novela cervantina contiene múltiples mensajes que nos conciernen a todos los hombres, convirtiendo su obra en universal, dejando de lado las barreras del tiempo y el espacio. Retomemos el tenor ya conocido de la amistad a partir de los personajes principales. A través de las palabras dirigidas a Sancho, el Quijote crea diálogos formativos donde muestra su filosofía, apreciándose a su vez el proceso paulatino en el que Sancho se descubre a sí mismo; lo que permite una exploración emotiva y reflexiva en el lector.

Valores olvidados, o peor aún, ignorados por nuestra sociedad contemporánea, palpitan en la denuncia que argumenta el Quijote. También, es posible percibir como se paga la condena por observar el rostro de la derrota y la duda, ya que la pena puede desembocar en seres con corazones estigmatizados y fe minada. Todo lo anterior, se puede percibir en la exploración de una realidad alumbrada por ilusiones que como lo hemos mencionado, construyen el credo y los ideales que la visión quijotesca relaciona con la libertad, la libertad de un héroe soñador.

El titubeo, la cobardía, la deshonestidad, la inaceptabilidad a sucumbir ante imposiciones sustentadas en convencionalismos de carácter social o moral que tengan por objeto mutilar el destino del hombre; son inconcebibles dentro del actuar del Quijote, pero para él, también son fuente de conocimiento, son realidades susceptibles a ser reinventadas en las que se afirma o se niega, lo que se quiere ser.

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