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Idiosincrasia popular venezolana
Ramón Arnoldo Ramos Fagúndez

pipo3515@hotmail.com  

Convengo de que todo hecho viene precedido de un pensamiento o muchos pensamientos; ejemplo: La historia de la humanidad. Se presentaron una sucesión de hechos, que indirectamente se convierten en una sucesión de pensamientos buenos o malos. Hace miles de años, brotó en el cerebro del hombre paleolítico, la chispa del pensar y los pensamientos fueron evolucionando, hasta el grado de convertirse en ciencias filosóficas.

La mayoría de los hombres  rupestres, durmieron, comieron y se multiplicaron sin preocuparse por nada; pero a través de esa evolución germinó en las masas de humanos, un sentimiento de curiosidad y de la duda, que hizo a mas de uno, una pregunta: “Cómo y Por qué” estos sentimientos producen hechos, pero de estos hechos nacen pensamientos espontáneos, no coordinados, que pocas veces  edifican nada. Los pensamientos que figuran dentro de procesos elaborados y coordinados por el hombre en su mente, constituyen elementos y acciones de utilidad.

La descripción documentada de los acontecimientos humanos, de los hechos heroicos y de los episodios intrascendentales de la vida  en familia, de las gestas nacionales, de las economías, las relaciones entre los pueblos, la adoración espiritual, son los hechos de la historia de la humanidad, y esto no habría sido posible, sin que el pensamiento del ser humano lo recopilara y coordinara.

Ha debido ser del hombre, y del hombre, el poder mágico de pensar, lo que ha hecho posible de que el hombre de hoy tenga una idea de lo que fue el hombre de ayer.

Se ha dicho con poco fundamento, que la historia de la humanidad se haya escrita en las rocas, lo cierto es que una ciencia tan respetable como la Geología, no nos diría nada por si sola, de no existir la mente humana, con su lámpara exploradora, como lo es el pensamiento, que es el único capaz de leer e interpretar por si mismo lo que esas rocas dicen al observador.

El pensamiento creador, que viene a ser el pensamiento por antonomasia, no ha dejado de funcionar en el hombre, ni un solo instante desde el origen. No siempre nos damos cuenta pero alrededor nuestro, todo crece, germina y vivifica, es decir, una sucesión que no es explicable de no obedecer a un pensamiento supremo (Dios).

Los pensamientos, no por serlos son necesariamente buenos, lo mismo presiden el bosquejo de un hecho heroico, que de un crimen imperdonable.

El pensamiento de Nerón, creó en todo momento fechorías; y el pensamiento de Marco Aurelio creó máximas admirables de bondad y justicia.

Porque en el YO de cada hombre existe o no, eso que llamamos conciencia, y que sirve de criba para determinar la calidad de pensamiento recién nacido: cuando la conciencia se halla en su lugar sólidamente emplazada para una labor central, el hombre tiene mucho de ganar, ya que con atender a sus dictados, evitará siempre que un mal pensamiento cree una realidad negativa, pero si la conciencia no existe, no podemos escuchar sus reproches y la facultad maravillosa de los pensamientos  pueden convertirse en bendición o maldición.

El pensamiento creador, es el influyente principal, en las diferentes manifestaciones culturales de los pueblos, que se producen a partir de las creaciones alusivas, por el objeto de nuestra forma de vivir y pensar. Entendiéndose ciertas acciones particulares que generan evidentemente los signos. Sociales que enriquecen la cultura popular.

Los pensamientos de influencia popular, muchas veces no son de estética y de arte. Muchas veces intervienen factores del pensamiento político, que lo hacemos alusivo a nuestra idiosincrasia popular.

En Venezuela a partir del siglo XIX, hasta el presente, uno de los campos de reflexión en el pensamiento popular, es el acontecer político.

A mediados del siglo XX, la vida política de Venezuela, se caracterizó por la pacificación guerrillera, el cierre por tres años de la máxima casa de estudio ( U.C.V.) Universidad Central de Venezuela. La estabilización y consolidación de la democracia representativa, eran las formas que tenían de hacer políticas, los partidarios del partido Social Demócrata (Acción Democrática), que después del derrocamiento del presidente dictador General Marcos Pérez Jiménez, en el año 1.958, los primeros gobiernos democráticos padecieron cruentas luchas entre ellos por el bastión del poder.

Recordemos que quien depone al poder dictatorial del general, fue el partido comunista de aquel tiempo, y que luego se convirtió en Acción Democrática a través de su líder Rómulo Betancourt.

La historia revela  los hechos de la política Venezolana, que son recogidos en el pensamiento del pueblo, generan alusiones con ciertas particularidades, que las tomamos como espacio en la cultura popular.

Es el hombre que por sus formas de pensamiento, de coordinarlos y ordenarlos con su libre adverdrio, genera criticas de los regímenes de gobiernos de turnos.

Tengo a bien, presentarles una obra de dramaturgia Venezolana del escritor Alberto Pinto. En alusión al siglo pasado, refiriéndose a la vida política que se vivía para la época: 

“Los Fantasmas de Tulemón”

Es una severa critica a la dictadura que implantó el General Marcos Pérez Jiménez y las formas de represión que este empleaba, donde el personaje Tulemón esta lleno de matices que van al mismo tiempo construyendo y descontruyendo el personaje. Él se vuelve despótico al detentar el poder, y el poder en esta obra, juega un papel muy importante, así el personaje en algunas ocasiones utiliza las fuerzas máximas del poder detentado por otros.

Tulemón termina en una celda oscura, de donde desea escapar, salir un poco a ver la luz del sol y es asechado por sus propios fantasmas, contra los que no puede mas, con los que se abate cada día.

En esta obra no importan los nombres de los personajes de quien se hablan, sino tratar de forma la problemática político-social, de cómo se maneja y conduce.

La obra sostiene tres fundamentos:

1)    Legitimidad, que se gana por voluntad popular.

2)    La autoridad de la gracia.

3)    Legitimidad de poder.

En la obra los Fantasmas de Tulemón, no se cumplía ninguno de estos tres fundamentos por no gozar de la voluntad popular y ser un personaje atípico, por imponer la  fuerza para demostrar la autoridad y legitimidad, del uso de poder e imponía un camino hacia el totalitarismo.

Esta obra no trata de cambiar lo político, sino de interpretar los asuntos sociales y sus particularidades, pero todavía hoy en día pululan muchos fantasmas de Tulemón por allí; esperemos no encontrarlos y que en estos tiempos estemos por ende ante una nueva Venezuela.

El pensamiento influyente en la cultura popular Venezolana, lo ejerce el control del YO, de cada uno de los ciudadanos de Venezuela; que en el conglomerado humano se crea la idiosincrasia popular.

Bibliografías:

·  El Poder Mágico del Pensamiento. Autor.

·  Ladrón Legama.

·  Ceremoniales y Teatralidad. Autor. Carlos Dimeo.

Ramón Arnoldo Ramos Fagúndez

pipo3515@hotmail.com

Maracay Edo. Aragua. Venezuela

Elaborado: 23 de Enero 2011.

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