José Revueltas: entre la soledad y la vigilia
Reflexiones en torno a
Ensayo sobre un proletariado sin cabeza

ensayo de Alejandro Salvador Ponce Aguilar

 

Hay que conquistar la exaltación verdadera.
Pero para lograrla, tenemos que ser serenos,
sin prisas, estudiar, trabajar, disciplinarse.
José Revueltas

 

Noviembre de 1968 marcó la disolución del movimiento estudiantil. Lecumberri se llenaba poco a poco de presos políticos. José Revueltas, a sus cincuenta y tres años, tuvo gran actividad política entonces. Participó con los estudiantes en las asambleas, las brigadas, las discusiones, y en un intento de teorización del movimiento. Él ya sospechaba que el gobierno tendría que moverse por la ilegalidad para resolver el conflicto. Nunca hubo posibilidades de diálogo auténtico. Revueltas se escondía en casa de algunos camaradas, muchos de los cuales lo habían conocido en el baluarte en que la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se había convertido. El 15 de noviembre Revueltas daría una plática en esta facultad. Él sabía que ya lo andaban buscando, que no tardaría en caer y ser arrastrado a una horrible pocilga. Para poder presentar su ponencia durmió en CU el jueves 14. Una vez que despistó a sus perseguidores dio su charla acerca de los presos políticos y la autogestión universitaria. Pudo regresar a su casa pero no tardó en pisar la cárcel. Una vez más era preso político.

Casi cuarenta y cuatro años después de que Revueltas llegara a Lecumberri, del 15 al 18 de octubre de este año, se celebró un coloquio en la misma facultad que lo despidiera: José Revueltas, el escritor incomprendido. A 50 años de la publicación del Ensayo sobre un proletariado sin cabeza. Lejos de despertar ostentosos discursos y honrosos himnos, laureles, odas, placas y toda clase de homenajes, el día de la inauguración la sede era un desierto apenas unos minutos antes de la hora indicada. “¿Me habré equivocado de día?, pensaba el visitante despistado. No era así. La fecha era la precisa y el lugar el acordado. La única anomalía evidente era que no había nadie. Pasadas las cuatro de la tarde comenzaron a llegar los primeros interesados. No había muchos espectadores, la sala, pequeña para un coloquio, lucía espaciosa. Eugenia Revueltas, hija de José Philippe Cheron, editor de la obra completa del escritor mexicano y Enrique González Rojo, miembro cofundador de la Liga Leninista Espartaco, fueron los encargados de inaugurar la mesa. El coloquio continuó durante tres días más con la participación de un total de catorce académicos. Las participaciones versaron sobre el ensayo de Revueltas y en torno a la valoración histórica del escritor comunista.

Después de cincuenta años, ¿qué tiene que decirnos el Ensayo, que lectura podemos darle a la luz de medio siglo de devenir histórico, y sobre todo, cómo comprender a Revueltas en sus múltiples facetas? La cuestión no radica tanto en juzgar desde qué puntos de vista ciertas personalidades o tradiciones de pensamiento pueden o no calificar a Revueltas como un escritor incomprendido, sino de cómo nosotros podemos volver a interpretar no sólo su obra, sino su vida. Conviene a quien haga esta reflexión llegar a comprender algo, siendo fiel a las necesidades de su propio tiempo. Quedarse con la idea de la incomprensión en que vivió Revueltas no es lo más pertinente, es en todo caso sólo el primer paso. Por tanto, resulta más coherente a esta visión cambiar el título del coloquio de “escritor incomprendido” a “Comprendiendo a José Revueltas” o “Hacia una nueva comprensión sobre la vida y obra de Revueltas”. Ténganse las próximas líneas como un bosquejo de esta tarea. Bosquejo porque el cuerpo de un ensayo de tal naturaleza sólo pueden sustentarlo las acciones de toda una vida.

Revueltas, como todo riguroso teórico marxista, no aspiraba a otra cosa sino a la unión de teoría y praxis. Sirvan estas palabras con las que Lukács describe a Lenin en la introducción de Historia y conciencia de clase para describir un matiz revueltiano: “No es Lenin, en el sentido estricto de la palabra, ni un teórico ni un práctico, sino un profundo pensador de la práctica, un apasionado traductor de la teoría a la práctica”. Para el Revueltas previo al movimiento estudiantil del 68, el problema fundamental se encuentra en la cuestión de la autoconciencia organizada del proletariado; es decir, en el partido. Esta inclinación no es exclusiva de Revueltas, sino que se enmarca en un contexto de reflexión sobre el socialismo en el mundo, sus limitaciones y tareas.

Después de la muerte de Stalin y su eventual desmitificación surgió una reacción contra el estalinismo, contra el dogmatismo, la falta de libertad y el excesivo protagonismo de los líderes de los partidos. Revueltas fue capaz de apreciar la forma en que estos problemas generales tenían su manifestación concreta en la realidad mexicana. Él mismo había sido víctima de estos procedimientos arbitrarios. En 1949 se vio obligado a retirar Los días terrenales debido la crítica “marxista” de la que fue objeto. A partir de entonces Revueltas se dedicó a combatir el dogmatismo, lo cual lo llevó a apartarse definitivamente del Partido Comunista Mexicano (PCM). En 1960 fue miembro cofundador de la Liga Leninista Espartaco (LLE). De esta forma el Ensayo encuentra su posición y su necesidad histórica en la etapa espartaquista de Revueltas, según la división propuesta por Enrique R., como una forma de crítica libre contra el sectarismo del PCM, “contra los poltrones, contra los filisteos, contra los engañadores de profesión, contra las avestruces que entierran la cabeza en la arena”, tomando a título de oportuno préstamo estas palabras dirigidas a su hermano Silvestre en una carta del 22 de abril 1938. Dadas tales condiciones, ¿qué tenía que decirle José Revueltas  a todos los engañadores de profesión?

Ensayo sobre un proletariado sin cabeza
es un texto, según palabras de Philippe Cheron, al igual que la obra del escritor mexicano, poco leído. Es una excepción histórica. Quizás se trate del más importante intento de análisis dialéctico materialista de la política mexicana de más de medio siglo y una interpretación de la condición del proletariado mexicano. La obra ha permanecido en la oscuridad más de medio siglo. La tesis de la obra es que en México (hasta 1960) no ha existido un partido comunista que represente en la realidad objetiva, con absoluta independencia, los intereses del proletariado. El ensayo argumenta la “irrealidad histórica” del PCM.

El Partido Comunista Mexicano existía físicamente pero no era real porque no representaba la conciencia organizada de la clase proletaria, sino que estaba enajenado a la conciencia de la burguesía. Por tanto, tenía una existencia irreal. Era un partido sin cabeza, o mejor dicho “con una cabeza que no le pertenecía”. En otras palabras: para despertar de un sueño no es suficiente darse cuenta que se sueña, es necesario querer despertar y no sólo eso, es indispensable encontrar los medios para hacerlo. El proletariado en México no tenía los medios para despertar porque no sabía que quería hacerlo porque no sabía que soñaba. Para determinar este hecho, Revueltas elaboró una interpretación materialista de la historia reciente de México, desde los albores de la revolución hasta la conformación y años de acción del partido comunista. Revueltas afirma que la conciencia proletaria se encontraba enajenada por tres corrientes ideológicas:

 

  1. Corriente democrático-burguesa. Representada por la ideología de la revolución. Esta corriente estaba dividida en “ala izquierda” nacional-revolucionaria, y “ala derecha” nacional-reformista. Tenía sus posiciones en el gobierno y en el partido oficial.

  2. Corriente del “marxismo democrático-burgués”. Encabezada por Lombardo Toledano.

  3. Corriente sectario-oportunista. Representada por el PCM y el Partido Obrero (PO).

Revueltas enfatiza el hecho de que lo que se juega en las tres corrientes es el papel de la burguesía nacional. La burguesía nacional logró constituirse como clase en el gobierno pero disfrazada con los colores de la revolución, por tanto, no reconocida como tal. De acuerdo con Revueltas, la clase burguesa “no constituye una clase determinada, sino una revolución de todo el pueblo, su programa no es el de una parcialidad social, sino el programa del país entero que se expresa en la constitución”.  La clase burguesa no era la expresión abierta de sus intereses de clase, era ella misma la encarnación de la revolución, incluso el partido del gobierno llegó a constituirse como principio de nacionalidad. Todas las acciones de la burguesía oculta en el gobierno resultaban ambivalentes y convenientes al propio interés de clase. El gobierno era revolucionario y progresista, movía a las masas con la estructura del partido, el cual funcionaba como una extensión social del Estado y hacía concesiones a los trabajadores.

La revolución burguesa absorbió a la clase proletaria y evitó que surgiera su ideología y acción independiente. El desprestigio histórico de Ricardo F. Magón responde al hecho de que fue el único pensador político capaz de vislumbrar, aun antes de que ocurriera, la enajenación histórica del proletariado frente a la ideología burguesa, los ideólogos de la revolución suprimieron la importancia histórica de Magón. La revolución mexicana fue una revolución democrático-burguesa que se encargó, entre otras cosas, de derribar las formas latifundistas de producción que aún persistían en México durante el porfiriato y de combatir a la burguesía extranjera. Esta situación histórica hacía pensar a las diversas facciones obreras que el partido comunista tenía que unirse a la burguesía nacional revolucionaria en su combate contra la burguesía extranjera imperialista, reaccionaria y opresora. La contradicción de esta praxis, que adolecía de reflexión teórica y de sus mediaciones, era que no era una praxis legítima y real. El proletario en México, en tanto que carecía de conciencia histórica de clase, se transformó ideológicamente en un no-proletario que luchaba por un no-socialismo a pesar de que objetivamente sufría las vejaciones de su condición deshumanizada.

Esta característica de la burguesía nacional, aunada a una falta histórica de teorización materialista, es decir, a la ignorancia del marxismo en México, resultó en la confusión del proletariado en México; esta condición dejaba el camino abierto al oportunismo y sectarismo, a aquellos líderes a los que Revueltas llamaba “ideólogos de la enajenación”. A esta situación histórica la fracción espartaquista, que en palabras de Enrique Rojo “no es otra cosa que el intento de aplicar en México la teoría leninista del partido”, intentó brindar las pautas para la creación del partido obrero. El ensayo de Revueltas brinda principios prácticos para la acción de la clase obrera.

En este punto se alcanza a vislumbrar una de las limitaciones del ensayo y de la LLE. No lograron constituir una crítica concreta para la creación del partido. Revueltas fue expulsado de la liga en 1963. De acuerdo con Jaime Ortega, maestro en estudios latinoamericanos por la UNAM, quien participó la tercera jornada del coloquio, a pesar de que el núcleo conceptual del ensayo de Revueltas es poderoso, de que pone en cuestión el problema de la totalidad y de que la historia de los últimos cincuenta años permite ampliar la tesis revueltiana de la mediatización de la totalidad del cuerpo político llevada a cabo por el Estado mexicano, el ensayo contiene al menos dos debilidades o ingenuidades. A saber:

1. La esperanza de que el problema central se encuentra en la teoría del partido. Tesis que perdió fuerza durante la etapa pos-espartaquista, con el advenimiento del movimiento estudiantil y cuyos cambios teóricos están expresados en su texto Dialéctica de la conciencia.

2. La insuficiencia del material historiográfico del trabajo de Revueltas. En su recapitulación histórica, el ensayo recurre como fuente de evidencia de contenido ideológico a las obras de políticos, tal es el caso de Ponciano Arriaga, Portes Gil y el propio Magón. A juicio de Ortega, este material no es suficiente.

No obstante, quizás no resulte del todo aventurado agregar que incluso allí donde confluyen algunas limitaciones de Revueltas, su aura no se extingue, sino que nos alecciona una vez más. La realidad como construcción social es algo que no se logra individualmente. Sólo en la medida en que se reflexiona conjuntamente el trabajo teórico pueden suprimirse gran parte de las limitaciones, si este pensamiento es válido para la teoría con cuanta más razón para la praxis. Las limitaciones de Revueltas son quizás producto de su excepcionalidad histórica. Sembrar en soledad siempre será más extenuante que hacerlo en compañía. ¿Queremos seguir siendo hombres que reflexionen en soledad? ¿Reflexionar en soledad no confiere cierta oscura inclinación por reflexionar la soledad?

Cuando en un sueño lo único que debería ser real (mediación concreta que aspira a unir teoría y praxis, el partido, confianza en el otro, literatura, la expresión vívida y concreta de la totalidad que desea vivir) aparece hipostasiado como parte de la totalidad un sueño, la total irrealidad en que el sueño se transforma se revela como soledad para quien es capaz de distinguirla en su existente irrealidad. Despertar es romper esa soledad, pero la mayoría permanece dormida. La vigilia es el estado de los que no olvidan su soledad, de los que evitan que el sueño más terrible se suspenda triunfante. Para algunos este principio se vuelve imperativo teórico, moral y estético. Tal es el caso de José Revueltas. Su soledad se manifestó como necesidad de convertirse en protector de la vigilia. Alguien tiene que permanecer despierto. Sobrellevar una vida exaltando ese valor es sufrir la propia soledad y vivir los sufrimientos que el prójimo sufre injustamente pero cuyas penurias experimenta inconscientemente, como contradicción objetiva pero no consciente, como un sujeto-objeto no idéntico. Despertar al otro es un quehacer filosófico, político-moral y literario. Despertar al otro es despertar al otro concreto, no a un sujeto abstracto o trascendental. En otras palabras, despertar al otro es enfrentarse a la cruda realidad, despertar al obrero, al compañero, a la madre. Hay que escribir con los pies puestos en la tierra. A propósito de este proyecto general de vida de Revueltas, permítaseme concluir con estas palabras tomadas de la carta a Silvestre ya citada más arriba:

Decía Dostoievski, a quien cada día amo más, que para él no hay nada más fantástico que la realidad. Pero para poder ver la realidad en ese sentido vertiginoso y lleno de misterios [...], necesitamos vivir en medio de la exaltación y el sufrimiento. Hay que sufrir ahora por los demás. No excluyo la alegría del arte. Pero me parece que el drama es lo que más acerca al hombre —mientras tengamos un hombre tan dramático— y mientras más cerca del hombre esté el arte, es más arte. [...] No precisamente decir la verdad o la mentira —eso todavía es un prejuicio— sino decir la Vida, que no es falsa ni verdadera, sino simplemente Vida, con sus contradicciones y su dolor.

"José Revueltas en el centenario de su nacimiento" por Florence Olivier

Publicado el 10 oct. 2014

La Dra. Florence Olivier, investigadora invitada del CELL en 2014 y catedrática de Literatura Comparada en la Universidad de París III Sorbonne Nouvelle, nos ofrece un espléndido comentario sobre la obra de esta figura tan relevante no sólo de las letras mexicanas, sino también de la política nacional, al haber sido un luchador incansable que, entre otras cosas, participó en el movimiento estudiantil de 1968, por lo cual fue condenado a 16 años de prisión en Lecumberri. La Dra. Olivier es es autora de Carlos Fuentes o la imaginación del otro (2007), originalmente publicada en francés, y es también traductora de las obras de Diamela Eltit, José Revueltas, Nellie Campobello, Guillermo Samperio, Alain-Paul Mallard, Margo Glantz y Rogelio Guedea. Producción: Programa de Educación Digital / Colmex Digital

 

por Alejandro Salvador Ponce Aguilar (Ciudad de México, 1990). Es estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha publicado en las revistas electrónicas Milmesetas, Perro Negro, Contratiempo y Revista Autónoma de Comunicación.

 

Publicado, originalmente, en la Revista Punto en Línea, núm. 41.
Es una publicación bimestral editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, , a través de la Dirección de Literatura
http://www.puntoenlinea.unam.mx  puntoenlinea@gmail.com

Link del texto: http://www.puntoenlinea.unam.mx/index.php/720

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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