Con María Ester de Miguel
Entrevista de Cristina Pizarro

C.P. María Ester de Miguel, ya que estamos en tu casa, me gustaría que nos cuentes, el escenario de tu casa natal ¿de qué manera aparece en tu narrativa, el paisaje de Larroque, de Entre Ríos...

M.E.D.M.: Mirá, yo creo que el paisaje de Larroque, de Entre Ríos, de la zona de donde yo soy, aparece en casi todos mis libros, salvo en las novelas urbanas como fue El Palacio de Los Patos, aunque tiene algunos personajes  también donde va a aparecer mi casa, mi casa de  Larroque  que todavía está, está mi hermana, esa va a  aparecer en un libro que estoy terminando, que va a salir

C.P.: Entonces tenemos una primicia, me estoy adelantando a la pregunta

M.E.D.M: Claro

C.P: También pensando en el paisaje de Entre Ríos, el siglo XIX, en la época de la inmigración, de las colonias, sé que hay un museo en San José, cerca de Colón.

Tu familia ¿de qué manera pudo haber estado conectada  con ese museo y si  todo eso también, lo vas conformando dentro de tus personajes?

M.E.D.M: mirá, el museo San José que yo conozco que es un museo muy interesante, la verdad, para ser tan pequeño, ahí yo no me siento conectada porque yo soy de familia, por parte de madre era más bien de las colonias que rodeaban a Basalvilvaso, las moscas

Y la parte de mi padre, es decir, mi familia propia, está en el museo de Larroque, que se está formando; porque allí han quedado artefactos que pertenecieron a mi papá  tenía la usina de Larroque, la usina eléctrica.

Yo me acuerdo que en mi casa había un gran diploma que decía "A Victoriano De Miguel, ( así se llamaba) benefactor del progreso argentino"  porque él había dado esa fuente.

A mí y a mi hermana nos decían en Larroque "las chicas de la luz", cosa que nos divertía mucho. Éramos las chicas de la luz

A mi casa le decían "El palacio de colores y de luces" porque teníamos mucha luz y porque

Como no pagan la luz, tiene encendido todo

C.P. y en la nueva novela hay alguna foto?

M.E.D.M: Foto no, pero aparece eso, eso de que mi casa era un barco porque al caer la tarde se oía chuc chuc chuc que era el ruido de los  motores, como tenía muchos vidrios de colores, desde el jardín miraba

Hay gente que no ha sido feliz

Yo en mi casa de la infancia era muy muy feliz

Porque era un espacio muy alegre

C.P, y esta casa de Buenos Aires ¿tiene parecidos,

M.E.D.M: no...

C.P. tal vez en cuanto a algunos objetos?

M.E.DM. Sí, algunos objetos sí, por ejemplo en esa dulcera  con todas las cucharitas, era de la familia de mi madre. Por ahí teníamos un samovar ruso de la familia

Un banco de mi abuela materna

Y son pequeñas cosas que te van quedando 

C.P.: Las mujeres de esa novela

M.E.D.M: no es novela, esa no es novela, está  más bien entre la memoria y el ensayo.

Nació, mirá. este libro el año pasado, a fines del 2001, cuando fue lo del cacerolazo Era una cosa tan terrible, tan caótica y tan que apretaba el corazón todo lo que pasaba y yo en algún momento pensaba yo he vivido situaciones límites parecidas y ahí empecé a escribir Me acuerdo que mirando la televisión, saliendo por ahí por la avenida Coronel Díaz, la gente, la muchedumbre que pasaba y a rememorar otras instancias antiguas y de golpe eso se fue convirtiendo en un libro de memorias donde yo por algún lado en algún grado me vuelco hacia lo histórico y en otro hacia lo muy personal. Según un amigo mío, Julio Crespo que lo ha leído, y que me ha hecho algunas referencias, él  me dijo, "cuando  te metés en lo personal es cuando el libro toma más cuerpo". Porque claro

C.P:  Justamente eso es lo que yo he podido vislumbrar en los primeros cuentos que había leído de Los que comimos a Solís; me acuerdo de esa niña del "Biyi Biyi"

M-E.D.M: ése es muy biográfico

C.P: y también de la Ciriaca de "La creciente" Justamente cuando hablabas de las situaciones límites.

M.E.D.M.: porque el Biyi Biyi es un personaje que existió, yo lo cuento en el cuento. Cuando yo nací apareció ese muchacho que era mudo y mi padre ese día a mí me empezó a decir Bichito y a él le dijo Biyi Biyi porque el hombre lo que decía era Biyi Biyi y fue mi compañero de la infancia y creo que me ayudó a descubrir el mundo más que los grandes, porque decía cosas que yo no entendía y que mi imaginación descubría. Es un cuento muy tierno.

C.P.: Lindísimo. Muy bueno, una fluidez en la narración y pienso que eso se mantiene como una constante en tu escritura. El ritmo ágil, la imagen así casi como de cine

M.E.D-M: ahora lo que he ido agregando con los años, porque lo he ido agregando a mi vida, yo más bien era melancólica, aunque siempre fui traviesa y movediza y demás, tenía un dejo melancólico

C.P.: y amor.

M.E.D.M.: Bueno, sí, el amor desde siempre. La verdad, hay tantas cosas por las que uno se tiene que preocupar, por esa guerra, esa paz que parece que se va a quebrar, por la muerte de un ser querido o no querido, por esa muerte que uno siempre ....Estamos tan rodeados ahora. El corralito, el corralón

C.P.: además de encontrar en tu producción el tema de la esperanza, pienso que también hay personajes que tienen mucha fe y religiosidad. ¿Cuáles son los personajes que más se identifican con la religiosidad?

M.E.D.M.: lo que pasa, sabés, querida, que yo soy una persona religiosa, como yo digo 'transcendentalista'. En mi familia no eran católicos pero casi toda la familia después se hizo católica. Pero tengo una hermana que no es bautizada, mi única hermana

Yo soy verticalista

Sin quererlo en mis personajes aparecen

Y lo de la esperanza, y si no tenés esperanza, si no tenemos esperanza tenemos que dejar caer los brazos

Yo creo que no. Como el ave fénix, el hombre encuentra adentro de él y adentro de sus potencialidades, la capacidad para seguir volando, para renacer y eso lo trato de poner en mis personajes pero lo trato de poner porque lo tengo en mi corazón.

Yo soy una persona que no me ha sido fácil todo, yo he tenido problemas. Empezando o terminando que tengo dos operaciones de cáncer. Eso te pone en situaciones límites. La esperanza, la esperanza.

C.P.: es evidente, no,  en la actitud de la palabra oral y de la palabra escrita. Porque también tu tarea de escritora se complementa con tu tarea de promotora de la literatura, en la Fundación El Libro

M.E.D.M: uy, sí,  tanto, ya ahora estoy un poco cansada porque desde que yo me acuerdo, desde los diecisiete años me recibí de maestra y caí a Larroque y había una biblioteca que estaba muerta y con una amiga y un cura que apareció por ahí, un profesor, un director de escuela resolvimos donar libros para la biblioteca. Ahí empecé con la actividad cultural. No se sabía qué eran los promotores culturales, no se sabía qué era la cultura. Ahí yo era una enanita que ya empecé a comprar libros, y hacer grupos de lectura de libros, y debates de libros y cuando conseguíamos una película.

C.P.: y hay personajes trazados con esas características en algunos de los libros?

M.E.D.M.: Sí, en el último, El Palacio de los Patos aparece un instituto que funciona en uno de los pisos.

Sí siempre hay un escritor. Escritores aparecen  en los libros

Y ahora en este libro que ahora ya estoy terminando, que ya casi está terminado revisten cosas de personas que yo he conocido

C.P. :también es interesante los escritores no solamente que conocemos como lectores sino los escritores amigos porque siempre  los escritores con los que uno comparte o que tiene la suerte de escucharlos y conocerlos nos nutren e influyen mucho con su trayectoria muy vasta y muy rica

M.E.D.M.: mirá, cuando yo vine acá a Buenos Aires que yo vine a la compañía de San Pablo me dieron a dirigir una revista que se llamaba Señales

Y ahí, fijate que hicimos un centro cultural privado. Yo iba a la Facultad de Filosofía y Letras

Julián Marías, Borges era prácticamente habitué. Jaime Rest que daba la cátedra con él, que era profesor mío, Victoria Ocampo, Murena, Cúneo y después las nuevas generaciones

C.P.: Yo me acuerdo de los programas de la radio, yo los escuchaba, con Hebe Clementi.

M.E.D.M: sí, con Hebe Clementi y después en radio Municipal estuve sola. Con Hebe Clementi y María Sáenz Quesada. La radio es una cosa que a mí me gusta

C.P.: y sobre historia discutían mucho

M.E.D.M.: sí, con María Sáenz Quesada. Después en Radio Municipal, durante mucho tiempo, hacía comentarios de libros. En aquel tiempo, recuerdo que cuento en el libro que va a salir. Era la  época en que ninguno de nosotros salía a la calle si no tenía  un libro bajo el brazo, porque viajamos en tranvía, porque nos reuníamos en los cafés o cafetines mientras esperabas a tus amigos a tu noviecito, a tu amiga o a que sé yo quién, estabas  con el libro abierto. Los libros  tenían un lugar diferente.

Yo tengo un grupo con el nos reunimos todos los sábados en La Biela, a las once y media de la mañana. Porque yo no tengo tiempo de ver a todos mis amigos, tengo muchos amigos, los quiero mucho a todos pero si yo les doy horarios a mis amigos

Es como un club, ahí hablamos de Literatura

C.P. Hablemos de tus personajes, El general Urquiza, o Juanita, sobre todo sobre el tema del amor, la fidelidad y la infidelidad y también el poder porque todo personaje histórico atraviesa el deseo y las ansias. ¿De qué manera las vivencias de los personajes de otra época  de que manera se pueden comprar las vivencias de una mujer del siglo XIX con nosotras?

M.E.D.M. Si, yo creo que lo he hecho y en varias novelas, El pintor, el general y la dama, La amante del restaurador, Las batallas secretas de Belgrano. Los temas fundamentales son y han sido muy pocos y son siempre los mismos. Las modalidades pueden cambiar en ciertos detalles El poder  sigue siendo nefasto siempre te lleva a extremos inhumanos y el amor te lleva a la felicidad y al dolor grande también cuando se te niega. Eso con  las modalidades que te da la costumbre, la cultura, los hábitos, de ciertas ciudades están siempre. Lo que pasa es cada  hombre, cada generación  reinventara los sentimientos y las situaciones pero son las mismas. Ahora el trabajo que te da cuando te metés en un libro histórico es que tenés  que empaparte con dicha época, desde el lenguaje hasta  las formas de amar. Tenés que empaparte de la situación del momento para darles el lenguaje, porque los valores y los disvalores son los mismos. Hay que recuperar los valores

Estamos en una anomia ética impresionante

C.P.: ¿de qué manera  tu experiencia en una situación masiva, como son las charlas que organiza Planeta, Verano Planeta, ¿de qué manera el público muestra, no, que lo que lee lo modifica, lo transforma y va superándose un poco como persona, como ser humano?

M.E.D.M.: yo mirá, la experiencia que tengo es de muchos años, menos estos dos últimos años, no he ido. Mi último libro no lo publicó Planeta, aunque casi toda mi obra está en Planeta. La experiencia ha sido siempre muy rica. El otro día fui a ver una obra de teatro Glorias porteñas, muy divertida, que es muy interesante. El Casacuberta lleno, total, de cabo a rabo, de bote a bote. La gente cuando se reía por cosas que tenían sentido, pero sentido lingüístico.

M.E.D.M.:L a gente se rió porque pescó el sentido de 'interview' en lugar de intervalo

C.P.: Ah, claro, el humor que aparece en la palabra.

.M.E.D.M.: Te das cuenta en Pinamar, vos encontrás  que con estas novelas históricas, que fueron las que me dieron más popularidad.Todo el mundo ya aprendió quién era Urquiza, por ejemplo,  Belgrano. También mueve a interesarse por aprender Historia

Recuerdo que una vez Juan Carlos Ghiano me dijo, "mirá, María Ester que de ahora en más, el Leandro Gómez, el protagonista de mi libro de tema histórico, el que la gente va a conocer es el tuyo, no el de la historia

C.P.: se nota que hay una tarea minuciosa en tu metodología de trabajo

M.E.D.M.: Yo respeté a Belgrano. En los diálogos de Belgrano, lo que puse fueron las cartas de Belgrano, no las cosas que me parecieron a mí. Es muy trabajoso una novela. Leía  libros y libros. Son muchas horas de trabajo.

Siempre hay  otra versión

C.P.: El título ya está ?

M.E.D.M: Se llama Ayer, hoy y todavía. Es borgeano. Te acordás del tango. Ayer, el hoy, aún. Me agregó, reflexiones al paso de los años.

C.P. Además, el tiempo, el devenir.

M.E.D.M.: la memoria, las cosas que te pasan, la infancia. Mi agente me dijo "Parece que estás sentada con un amigo y le estás contando cosas".

C.P: Esa es la esencia de la narración. La fluidez, esa capacidad de poder decir como si estuvieran juntos, conviviendo. Que no haya un salto abrupto entre la palabra hablada y la palabra escrita.

M.E.D.M.: Otros escriben de otro modo, más críptico, con más hermetismo

C.P: la novela tiene que fluir.

M.E.D.M.: yo creo que todo el lenguaje tiene que fluir.

El lector elige de acuerdo con lo que le gusta.

C.P.: Bueno, María Ester, muchas gracias, yo te haría miles de preguntas más.

M.E.D.M.: Si no llamame por teléfono. Vení  que te preparo un cafecito

Cristina Pizarro
25 de febrero de 2003

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