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Hugo Chávez, legado histórico
Del libro "La última crisis del sistema capitalista"
por Moisés Pinzón Martínez
moypinzon@yahoo.com

 
 

Luego de la caída del Bloque Socialista (1991), por las razones expuestas en este ensayo -faltando un factor que expondremos ahora-, las fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias recibieron un rudo choque eléctrico al mero centro del corazón, que inmediatamente desestabilizó incluso a sus más tenaces teóricos. Muchos, en su confusión y desmoralización, empezaron a surfear sobre «olas» inciertas y «cambios de poderes» extraños los condujeron al existencialismo platónico. En esos aciagos días, China y Viet Nam, emblemáticos iconos del socialismo, venían y vienen moderando sus políticas económicas socialistas que no están muy claras;  que incluso podrían ser estrategias de desarrollo para enfrentar los nuevos retos que los cambios científico-técnicos imponen, pero que, no nos ofrecen luces sobre el devenir  político en estos momentos tan difíciles.

Siendo el único destello que nos iluminaba el porvenir la  hasta hoy imbatible Cuba, cuya resistencia heroica, flameando con dignidad la bandera del socialismo, en medio de la más absoluta oscuridad, nos muestran el camino de la esperanza. Su resistencia ha tenido el mismo significado que Stalingrado asediada por  años en la Segunda Guerra Mundial por las «noches de cuchillos largos» y la complicidad silenciosa de los “aliados”, sobre la cual todos los ojos del mundo democrático miraban con desesperación hacia esa machacada ciudad implorando al cielo que resistiera. Si Pablo Neruda viviera, seguro que dejaría otra «granada oscura» en honor a Cuba, en nombre de la humanidad, para que sepan nuestras generaciones venideras que «hemos muerto amándola» y que tú -reducto  revolucionario del  mundo- «nos has amado».

En esa tenebrosa década, llena de incertidumbres y debilidades revolucionarias, surge en 1998, como el ave Fénix de las entrañas de las cenizas con su plumaje rojo incandescente, la  figura de Hugo Chávez Frías blandiendo con orgullo y destreza la Espada de Bolívar.

Como el mismo dijera en múltiples ocasiones fueron, entre otros, sus más cercanos mentores: el General Omar Torrijos Herrera, asesinado por el imperio (1981) por su papel en la revolución de Liberación Nacional el cual logra negociar pacíficamente la salida del Ejercito Norteamericano y su administración, del Canal de Panamá, hito histórico único que se hace efectivo en el año 2000. Siendo otro mentor, Fidel Castro Ruiz, líder de la resistencia más tenaz que nación alguna haya podido enfrentar, acosada, asediada, por tanto tiempo, por un imperio, sin poder ser doblegada.  

Grandes coincidencias entre  Chávez y Torrijos

Hugo Rafael Chávez Frías y Omar Efraín Torrijos Herrera tuvieron demasiadas coincidencias. En primer lugar provinieron de padres que se dedicaban a ser maestros rurales de enseñanza primaria; lo que los convierte, por las penurias que eso significa en cuanto a salarios recibidos, en unos obreros de la educación. Por otro lado la composición familiar era muy números; Hugo tenía 5 hermanos y Omar 10. En ambos casos los padres vivieron unidos compartiendo  los innumerables retos por toda la vida.

En la academia militar los dos lograron ya formarse una visión transformadora de la realidad, sin ninguna pretensión más allá de ser soldados al servicio digno de su pueblo. Evitando que la metodología de educación militar, que castra la dignidad, los consumiera. Además, fue combatiendo a las guerrillas revolucionarias en donde logran completar su cosmovisión y decisión de tratar de cambiar el sistema injusto en que se encontraban.  El coraje de los héroes martirizados en el campo de combate atravesó el blindaje de los chalecos militares, poseyendo las almas de Hugo y  Omar para siempre.

Fueron combatidos con saña desde el primer momento de sus mandatos por los sectores más atrasados del imperialismo norteamericano y sus aliados, lo más recalcitrante e ignorante de sus respectivas sociedades.

Al morir, ninguno tenía cuentas cifradas con millones de dólares en banco alguno ni mucho menos eran dueños de grandes compañías ni socios o accionistas ni mucho menos inversiones en la bolsa. Y se convierten en  el espíritu de resurrección popular de sus pueblos.

Y por último, son los primeros líderes revolucionarios de estatura nacional que logran grandes transformaciones, que provienen de extracción popular; todos los anteriores tanto teóricos como dirigentes máximos tales como Ho Chi Ming, Lenin, Marx, Engels, Mao, etc. su extracción social es pequeño burguesa o burguesa. Esto último es cardinal porque este cambio de la composición de clase de los líderes supremos se presenta justo en el momento, en que según este ensayo, la rueda de la revolución mundial le está dando una abrupta vuelta al reloj del tiempo, después seguirán presentándose muchas más sorpresas en esta dirección provenientes de las entrañas de los propios países imperiales. Hasta ahora, cada vez que un miembro de las clases populares que logra ostentar algún cargo de poder con grado de autonomía, sus traumas infantiles de extrema necesidad sobrepasaban los límites de los principios formados, de la dignidad humana y acaban, en la enorme mayoría de los casos, traicionando a su clase, negando incluso a su familia, en busca desaforada de El Dorado. 

Antecedentes de la revolución socialista democrática de Chávez 

Cuando Chávez gana las elecciones a finales de 1988 y luego de su toma de posesión en febrero de 1999, da inicio a una agresiva política nacional e internacional de recuperación de las riquezas y de cambios estructurales en Venezuela, que nos sorprendió a todos los que, a la distancia, observábamos con ojos hambrientos y escrutadores; fue sorpresa incluso de los sectores reaccionarios tanto nacionales como internacionales. No obstante, el proceso de acumulación y maduración revolucionaria de la población venezolana ya tenía su tradición.

Para 1962 el Partido Comunista, luego de muchos años de tesonero esfuerzo, habían logrado organizar a las masas populares, a los obreros, a las juventudes y a los sectores democráticos, su influencia trascendía tan profundo en la sociedad venezolana que incluso estaba insertado en el seno del ejército. Me cuenta Luther Thomas (1932-2011), Secretario de Relaciones Internacionales del Partido del Pueblo de Panamá, que en los eventos internacionales, en las tertulias, era tal la organización de los partidos chilenos y venezolanos, que discutían quien iba a lograr la revolución primero.

Errores de la dirección del movimiento popular e influenciados por la exitosa revolución cubana, creyendo que tenían todas las condiciones para triunfar en un asalto revolucionario del poder, patrocinan una insurrección denominada El Carupanazo, la cual no pudo cuajar; propiciando con ello que los sectores reaccionarios se fortalecieran en el seno del gobierno democrático de Betancourt y en una intensa ola de represión liquidaran el impresionante acumulado organizacional del movimiento popular.

No obstante, bajo la lupa de la historia y del desarrollo de los procesos sociales, esta catastrófica experiencia no es más que parte de la acumulación práctico-teórica que los pueblos adquieren, obligadamente, en su avance ininterrumpido hacia el desarrollo; además indican que la República Bolivariana de Venezuela ya poseían, al arribo de Hugo Chávez a los acontecimientos, en sus dirigencias, después de casi 36 años desde  aquellos sucesos,  una obligada recomposición de sus organizaciones y entendimiento maduro de la teoría revolucionaria.

Estando en Moscú en 1982, reunidos con jóvenes dirigentes de la juventud venezolana, curiosamente no comunistas, contaban que ellos –refiriéndose a diversos grupos- discutían en sus tertulias clandestinas la esencia dialéctica de las canciones de Rubén Blades; lo que me sorprendió sobremanera, dado que en esos años, este país, no estaba entre los posibles candidatos de una pronta transformación revolucionaria. Dejándome con muchas dudas de las apreciaciones subjetivas que nosotros realizábamos sobre el estudio de las probabilidades sobre el desarrollo y movimiento de la “Situación Revolucionaria”; dudas éstas que se disiparon totalmente cuando empezamos a observar la poderosa concentración de fuerzas sociales que determinaron el Chavismo y con una conciencia social que indica que son la sociedad de mayor formación y madurez en el conocimiento de la teoría revolucionaria en Suramérica. Esto no es producto de milagros mediáticos, sino de una ardua tarea en el tiempo de educación sostenida y de un desarrollo significativo de las fuerzas productivas. 

El imperio nuevamente contraataca 

Los agentes inteligentes (analistas) del imperio conocen mejor que nosotros la teoría científica de las transformaciones sociales desarrolladas por Carlos Marx y Federico Engels y todos los teóricos siguientes que la han enriquecido. Empero, adolecen de dos grandes faltas, la primera es que la historia está totalmente en contra de su sistema caduco, nosotros somos el futuro, mientras ellos son el pasado. Y la segunda, es que la genialidad de sus conocimientos solo puede ser activada si se les paga altos salarios; y nosotros nos activamos gratis solo por amor al prójimo,  por el intenso dolor de ver la miseria humana y la injusticia que nos arranca lagrimas desde lo más profundo del alma marcándonos, para siempre, nuestra conciencia; por lo que no toleramos el filantropismo que  logra  aumentar la desventura  y humillación, no solo de los que la reciben sino de los que la dan. Escribía Antonio Gramsci a su madre desde la cárcel de Turín en 1931: «Yo no hablo nunca del aspecto negativo de mi vida, en primer lugar porque no quiero ser compadecido; fui un combatiente que no ha tenido suerte en la lucha inmediata y los combatientes no pueden ni deben ser compadecidos cuando han luchado no por obligación sino porque lo han querido conscientemente.»

Esto último lo comento porque ellos -el lado oscuro de la fuerza-, luego del despertar  «sorpresivo» del pueblo venezolano y teniendo completa radiografía de los fenómenos que se desarrollaban en Latinoamérica y que había la posibilidad de que se les saliera de las manos el control, atacan a Chávez con ferocidad desesperada. Aptitud ésta producto de que no podían aceptar, por ningún motivo, que Venezuela tuviera un gobierno anti-capitalista, ante el inminente triunfo del sindicalista Ignacio Lula Da Silva  a la Presidencia del monstruo dormido de Brasil en 2002 (ellos estaban seguros de ese desenlace, nosotros solo implorábamos al cielo por un milagro); era evidente que esa inevitable alianza era devastadora para los sectores más reaccionarios del imperio, como efectivamente lo ha sido. Desesperación que obliga a estos grupos de poder obscenos y testarudos de los Estados Unidos de Norteamérica a cometer abundantes errores, fortaleciendo aún más el proceso de transformación venezolana. Es tan cierto estas aseveraciones, que  a finales del 2002 se juegan su última carta de «poder inminente» concentrando «todo» lo que les quedaba y montaron la huelga empresarial para quebrar al gobierno de Chávez antes de que Lula tomara posesión. El 1 de enero de 2003 todavía la huelga empresarial general en Venezuela estaba en su apogeo, siendo la primera decisión de Ignacio Lula Da Silva como Presidente de Brasil enviarle a Chávez dos tanqueros de combustible en apoyo a su gobierno.

E inmediatamente, a partir de esa memorable fecha, la geopolítica de América cambió y la del mundo también, además en forma irreversible, no importando lo que maquiavelisen los productores de la miseria del mundo. Observe mi estimado lector que no estaban en nada equivocados y pienso que nosotros, en el resto del mundo,  estábamos todavía curando nuestros traumas producidos en la década pasada; pero demuestra además que los procesos históricos se realizan en función de leyes que  no pueden ser determinadas por ningún ser humano. 

Legado práctico-teórica de Hugo Chávez    

Ahora bien, ¿cuál es el legado histórico en el plano práctico-teórico de Hugo Rafael Chávez Frías?  Que lo coloca entre los más grandes ante la historia y que nos obliga a estudiar minuciosamente los sucesos ocurridos y que seguirán ocurriendo es ese hermano país.

Lenin desarrolla en 1917 el concepto de Coexistencia Pacífica, el cual no pudo concluir por su prematuro deceso. En esa ruta se entiende que la Dictadura del Proletariado debía dar paso a la Democracia de todo el Pueblo, para viabilizar este tránsito era necesario desarrollar la autogestión económica de la población en forma creciente y con plena autonomía, fenómeno éste solo posible con el desarrollo del cooperativismo. Esta novedosa forma de producción, que nace en Inglaterra en 1844 por obreros despedidos de una fábrica luego de haber participado en una huelga, es utilizada por el líder de la primera revolución socialista del mundo; Lenin creó un plan sostenido de promoción de cooperativas a todos los niveles, era su prioridad y hasta su muerte era la prioridad económica del gobierno.

Luego, los que dirigieron el Estado Soviético, posterior a él, no pudieron darle continuidad a esta forma de dirección de la producción, dado que era inminente la invasión global de la URSS por las coaliciones fascistas en gestación, impulsada por todos los países capitalistas. Lo que los obligo a establecer una Política de Guerra Total, que implicó la formación a todo vapor de empresas por la vía de la dirección Estatal, concentrando los recursos económicos y sociales en un solo mando; abandonando la compleja, tediosa y difícil formación y promoción de las cooperativas.

Este error estratégico, e inevitable, fue el que finalmente le impidió, al primer estado socialista del mundo, seguir llevando las riendas de la vanguardia en el mundo; ya que, luego de haber derrotado en forma igualmente sorpresiva al fascismo, no hicieron el giro en la orientación de la economía definido por Vladimir y abandonado veinte años atrás. Evidentemente este garrafal error, de creer que son las Empresas Estatales las que pueden sustentar el socialismo, se debe al brillante éxito obtenido y que en forma natural obnubiló el entendimiento, confundiendo la estrategia; llevándolos inevitablemente al retroceso social que todos conocemos.

Esta misma confusión impregnó la visión de los principales criterios teóricos que sostenían el armazón ideológico del sistema soviético, haciendo aportes teóricos equivocados en forma imperceptible y a la vez sensible que determinaban las decisiones que fueron lentamente corroyéndola, al  no poder hacer el tránsito de la dictadura del proletariado a la democracia socialista, liberando los procesos económicos y sociales al rejuego de la participación masiva, libre y planificada de la sociedad; cosa esta que solo es posible basada en un sistema económico sustentado por el cooperativismo; cuidad con los absolutismos, en el libro Visión Empresarial, exponemos que las industrias principales de una nación deben ser dirigidas con carácter Estatal.

La definición que el Diccionario Filosófico Soviético expresa sobre la Coexistencia Pacífica es: “La coexistencia pacífica es una forma peculiar de la lucha de clases, que se lleva a cabo por medios pacíficos, con la particularidad de que el principal campo de batalla entre socialismo y capitalismo radica en la emulación económica, en la cual el socialismo, gracias a las ventajas que le son inherentes, alcanzará la victoria. Lo que contribuirá a que las ideas del comunismo conquisten las mentes y los corazones de las masas populares no en la guerra con otros países, sino el ejemplo de una organización más perfecta de la sociedad, el florecimiento de las fuerzas productivas, la creación de todas las condiciones para que el hombre alcance la felicidad y el bienestar.” La primera parte de la definición la hemos suprimido porque está parcialmente equivocada, dado que la presenta exclusivamente como forma emulativa entre países y no dentro de los límites de una nación.

Hugo Chávez Frías, producto de la experiencia desastrosa de 1962 en El Carupanazo, y de la intentona fallida de Golpe de Estado dirigida por él en 1992, hace un cambio  en la visión de la vía para cumplir el objetivo como es la Democracia Electoral. Con su triunfo en las urnas en 1998, orienta decididamente una revolución distinta a todas las que hasta ahora han venido realizándose basadas en la toma del poder por el asalto revolucionario de las masas; incluyendo la independencia de la India que por ser pacifica no dejo de ser extremadamente violenta, lo único pacifico fue la entrada final.

Hugo Chávez con su práctica revolucionaria de carácter electoral ha demostrado al mundo, justo en el momento histórico en que la sociedad necesitaba ese conocimiento experimental, que la Coexistencia Pacífica es la vía por donde tienen que transitar la nueva revolución, entendiéndola no únicamente en el contexto de la existencia de Estados Diferenciados como erróneamente era vista, sino, y es lo más importante, en el seno mismo del Régimen Socialista.

Obviamente, queda claro, que para que eso sea posible, la dirección suprema del gobierno tiene que ser absolutamente controlada por los dirigentes más evolucionados de las clases populares, en este punto del devenir histórico no hay negociación ni componendas. La burguesía y todas sus variantes están impedidas por su propia naturaleza a pensar en otra cosa que no sea en las ganancias. Y las ganancias es el germen que va corroyendo lento y seguro todo valor  moral y ético; escribía Marx, que es la revolución socialista la que iba a salvar a la burguesía del fetichismo del dinero. Por lo que dentro del marco de la Coexistencia Pacífica pueden existir libremente pero bajo el total control del gobierno del Proletariado, campesinos y sectores democráticos no empresariales.

Silvio Rodríguez, escribe en su canción “Sueño con serpientes”: Las mato y aparece una mayor. Lo que indica que la batalla más grande y peligrosa que los herederos de Hugo Chávez tienen que enfrentar es la lucha contra la corrupción. Deben crear un aparato de investigación económica junto con las leyes necesarias que castiguen en forma ejemplar e implacable todo brote de apropiación indebida de los recursos del pueblo, elemento éste que tiene muchas variantes; iniciando siempre, estas medidas, desde la superestructura del poder constituido. Y si no me creen vayan e investiguen como este terrible vicio epidémico del capitalismo doblegaron el temple revolucionario de Panamá y del Torrijismo, consignadas estas investigaciones en el libro “El Diputado o la muerte del príncipe”.

El rápido desarrollo revolucionario de las fuerzas productivas están transformando el pensamiento de las masas en un grado y velocidad que suponiendo que los órganos de inteligencia del imperio estén tratando de repetir la experiencia exitosa de la década de los 80 del siglo pasado en el nombramiento del Papa Juan Pablo II, el que se convirtió en un activador eficiente en la caída del Bloque Socialista (ver capitulo 6), esto solo fue posible porque esa primera experiencia socialista estaba plagada de errores tanto objetivos como subjetivos; sin embargo ahora es todo lo contrario. Como consecuencia la experiencia y el ejemplo de Hugo Chávez Frías no solo es un sol de esperanzas para el mundo sino que además, desata una ola de triunfos electorales encabezados por lo más avanzado de las clases populares, cosa que jamás había sido posible hasta hoy. Triunfos estos que incluso tocan la puerta del gran imperio, donde por primera vez gana las elección a la Presidencia de Estados Unidos, ya no un “culto” obrero europeo de ojos azules sino que para grandeza de la historia y colmo y humillación de la gran burguesía desalmada, de las manos toscas de un liberto. 

 

Moisés Pinzón Martínez
moypinzon@yahoo.com

 

 

En Letras-Uruguay desde el 29 de marzo de 2013

 

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