¡Torres de Dios! ¡Poetas!. Homenaje a Rubén Darío. Textos, fotos y videos
C
oordinado por Alfredo Pérez Alencar
Poeta y profesor de la Universidad de Salamanca

alen@usal.es

 

Retrato de Unamuno. Casillas
(Aula Unamuno de la Universidad de Salamanca)
Fotos: José Amador Martín

 

”Crear en Salamanca” estuvo el pasado sábado 22 de febrero en el homenaje a Rubén Darío, organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Salamanca, y por la Sociedad de Estudios Humanísticos y Literarios de Salamanca (Selih), con la colaboración del Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua. El coordinado del mismo ha sido el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Usal.

Román Álvarez, ex decano de Filología - José Ángel Domínguez, vicerrector de la Usal - Enrique Cabero, presidente de ASUS -

Vicente González, decano de Filología - Carmen Ruiz Barrionuevo, catedrática de la Usal

Alfredo Pérez Alencart, poeta, presidente de SELIH

 

Unamuno, en voz de Sánchez Terrones, rinde homenaje a Darío y lee:
“¡Hay que ser justo y bueno, Rubén”.

Transcribimos un fragmento del conmovedor artículo escrito en 1916:

“…¡Pobre Rubén! ¿Te llegarán tarde estas líneas de tu amigo que no quiere ser injusto ni malo? Nunca llegan tarde las pa­labras buenas Dicen que la hora de la muerte es la de las alabanzas. Pero si estas son sinceras y son justas, hasta vale la pena de morirse, porque ante Dios y los hombres resuenen las alabanzas sinceras y justas. ¿Por qué en vida tuya, amigo, me callé tanto? ¡Qué sé yo…! ¡qué sé yo…! Es decir, no quiero saberlo. No quiero penetrar en ciertos tristes rincones de nuestro espíritu…”

Enrique Cabero, presidente de ASUS

 

Carmen Ruiz Barrionuevo, catedrática de la Usal

 

Ester Bueno ( Ávila)

¡TORRES DE DIOS! ¡POETAS!

¡Torres de Dios! ¡Poetas!
¡Pararrayos celestes
que resistís las duras tempestades,
como crestas escuetas,
como picos agrestes,
rompeolas de las eternidades!

La mágica esperanza anuncia un día
en que sobre la roca de armonía
expirará la pérfida sirena.
¡Esperad, esperemos todavía!

Esperad todavía.
El bestial elemento se solaza
en el odio a la sacra poesía
y se arroja baldón de raza a raza.

La insurrección de abajo
tiende a los Excelentes.
El caníbal codicia su tasajo
con roja encía y afilados dientes.

Torres, poned al pabellón sonrisa.
Poned, ante ese mal y ese recelo,
una soberbia insinuación de brisa
y una tranquilidad de mar y cielo…

Nely Iglesias. (Alemán)

TÜRME GOTTES! DICHTER!

 

 

Türme Gottes! Dichter!
Himmlische Blitzableiter,
die ihr den schweren Stürmen trotzt,
kargen Gebirgskämmen gleich,
wie schroffe Bergspitzen,
Wellenbrecher der Ewigkeiten!

Die magische Hoffnung kündet einen Tag,
an dem auf dem Felsen der Harmonie
die heimtückische Sirene ihren letzten Atemzug tun wird.
Wartet, lasst uns noch warten!

Wartet noch.
Das bestialische Element ergötzt sich
am Hass auf die heilige Poesie
und es wirft sich der Schandfleck von Rasse zu Rasse.

Der Aufstand von unten
richtet sich gegen die Ausgezeichneten.
Der Kannibale giert nach seinem Stück Fleisch
mit rotem Zahnfleisch und spitzen Zähnen.

Türme, gebt dem Gebäude ein Lächeln.
Fügt, angesichts des Bösen und des Argwohns,
eine prachtvolle Andeutung von sanfter Brise
und eine Ruhe von Meer und Himmel bei …

                                 Traducción al alemán: Nely Iglesias y Beate Igler

 

 

María Koutentaki (Griego)

 

ΠΥΡΓΟΙ ΤΟΥ ΘΕΟΥ! ΠΟΙΗΤΕΣ!

 

Πύργοι του Θεού! Ποιητές!

Ουράνια αλεξικέραυνα

που αντιστέκεστε στις τρομερές τις καταιγίδες

σαν κορυφογραμμές του ορίζοντα

ωσάν τραχιές  βουνοκορφές

κυματοθραύστες της αιωνιότητας!

 

Η μαγική ελπίδα προμηνύει μια μέρα

που πάνω στο βράχο της αρμονίας

θα ξεψυχήσει η άπιστη σειρήνα.

Περιμένετε! Ας περιμένουμε λίγο ακόμα!

 

Περιμένετε λίγο ακόμα!

Η θηριωδíα αναπαύεται

στο μίσος προς την καθηγιασμένη ποίηση

και ύβρις εκτοξεύεται  από τη μια φυλή στην άλλη.

 

Η  εξέργεση από κάτω

εξαπλώνεται στους Άριστους.

Ο κανίβαλος καταβροχθίζει το καπνιστό του κρέας

με ούλα κόκκινα και  δόντια σουβλερά.

 

Πύργοι, βάλτε χαμόγελο στο λάβαρό σας.

Αντιτάξτε, σε τούτο το κακό κι αυτόν το φθόνο,

το υπερήφανο άγγιγμα του ζέφυρου

και μια γαλήνη θάλασσας και ουρανού.

 

                                                  Traducción al griego moderno: María Koutentaki

 

Vicente González ( Italiano)

TORRI DI DIO! POETI!

 

Torri di Dio! Poeti!

Parafulmini celesti

che resistete alle dure tempeste

come creste spoglie,

come picchi selvaggi,

frangiflutti dell’eternità!

 

La magica speranza annuncia un giorno

in cui sullo scoglio dell’armonia

spirerà la perfida sirena.

Sperate, speriamo ancora!

 

Sperate ancora.

Il bestiale elemento si sollazza

nell’odio alla sacra poesia

e si scaglia offesa da razza a razza.

 

L’insurrezione dal basso

 fa cadere  gli Eccellenti.

Il cannibale brama la sua fetta

con rosse gengive e affilati denti.

 

Torri, sbandierate un sorriso.

Mettete, davanti a questo male e a questa diffidenza,

una superbo accenno di brezza

e una tranquillità di mare e cielo…

Stuart Park ( Inglés)


POETS! TOWERS OF GOD!

 

Poets! Towers of God!

Lightning-rods that rise toward the sky

and stand against the tempest’s wrath

like bold pinnacles,

like wild peaks,

storm-breaks of eternity!

 

The magic of your hope foretells a day

when on the rock of harmony

the treacherous Siren will expire.

Hope, now! Let us be hopeful still!

 

Be hopeful still.

The bestial element basks

in its loathing of sacred poetry,

and hurls affront from race to race.

 

The mutiny of the base

aims at the Excellent.

The cannibal craves its flesh,

with red gum and sharp teeth.


Towers, face their banners with a smile.

Face this evil, this distrust,

with the proud hint of a breeze,

and a quietness of sky and sea …

                                                        Traducción al inglés. Stuart Park

 

Huaping Han (Chino)

¡上帝之塔!  ¡诗人!

 

 

¡上帝之塔!  ¡诗人!

¡天蓝色的避雷针

抵抗着狂烈的暴风雨,

像自由的浪峰,

像粗犷的棱角,

永恒的岩礁!

 

魔幻的希望预示着一天

在和谐的岩石上

迷失的美人鱼将要死去。

¡等待,我们还在等待!

 

你们还要等待。

在厌恶中残忍的东西

变成圣礼中的诗歌

耻辱从一个种族蔓延到另一个。

 

底层的叛乱

伸向了贵族。

食人魔贪婪的看着它的干肉

用它血红的齿龈和尖利的牙齿。

 

塔,让亭阁充满欢笑。

在邪恶和恐惧面前

布满柔风的高傲姿态

还有天空和海一样的安静。。。

 

 Elena Liliana Popescu. (Rumano)

Traducereîn limba română

TURNURI ALE LUI DUMNEZEU! POEŢI!


Turnuri ale lui Dumnezeu! Poeţi!
Paratrăsnete cereşti
ce rezistă furtunilor grele,
precum crestele golaşe,
precum vârfurile abrupte,
diguri ale eternităţii!
Speranţa magică anunţă o zi
în care pe stânca armoniei
va sfârşi perfida sirenă.
Aşteptaţi, să mai aşteptăm!
Mai aşteptaţi.
Elementul feroce se bucură
în ura faţă de poezia sacră
şi împrăştie oprobiu de la o rasă la alta…
Insurecţia de jos
se extinde spre Culmi.
Canibalul jinduieşte după ciozvârtă
cu roşii gingii şi dinţi ascuţiţi.
Turnuri, puneţi surâsul pe pavilion.
Puneţi, în faţa acelui rău şi acelei suspiciuni,
o superbă insinuare de briză
şi o linişte de mare şi cer …

 

   

José María Muñoz Quirós

RUBÉN DARÍO RECUERDA A FRANCISCA SÁNCHEZ

 

Mírame, amada; está la tierra

en tus ojos y duele. La luz

se enciende donde tú me abrazas.

El surco de tu cuerpo

me acaricia: honda prisión

que encarcela mis labios

en ti, líquida noche.

Rózame, amada: húmedo

sueño de secreta roca,

alta cima de torres diluidas

en el paisaje de la niebla.

Siénteme ,amada, en esa rosa

que se marchita, en ese cisne

donde la blanca luna se despierta

en el coral de tu mirada.

Escóndeme en el hueco

de tus labios, en el paisaje dócil

donde una tarde muere.

He subido a la altura de la tierra,

Allá en Navalsáuz, en las orillas

de  Gredos, a los pies de la piedra

dibujada en el azul de un cielo

transparente. Todo me habla de ti.

La luz de atardecida se derrama

sobre la muerte, y el silencio

esconde una sombra de sueño

en unos ojos que se encienden

de un infinito amor cuando me miras.

 

Juan Carlos López Pinto

TUYA LA BELLEZA DE LA PALABRA

 

                                                          (A Rubén Darío)
 
Como los hombres sabios de Alejandría
Llegaste a la vida
Con las palabras que moldean el rostro del tiempo.
 
Tocaste fecundo el paraíso,
Después de haber amado tanto,
Para encendernos la lumbre de los versos,
Que son brasa y son fuego,
Que son llama y son beso.
 
Como vientre de vida,
hoy volvemos a ti
Buscando lo infinito,
La geometría de la rima con alma.
 
Te digo que la luz
Y la semilla te pertenecen,
Que en tus surcos
Eterna se derrama nuestra gratitud.
 
Que nunca seas olvido,
Ni recuerdo despoblado.
Sólo tomillo en nuestras manos,

Sueño donde se posan las palomas.

 

Luis Arturo Guichard

 

 

                                   TURQUESAS DE DARÍO

 

                                          1

A veces las piedras están vacías. Fuego volcánico enfriado de golpe,

lava pagando un momento de duda, yo no sé. En el mejor de los casos,

un fénix preparando la casa de la que volverá a nacer. Piedras huecas,

flotantes. Me gustaría llenarlas de tinta, de colores ligeros,

y dibujar  con ellas cavernas brillantes, selvas turquesa. Piedras

que cambian  de textura y emigran a otros horizontes, lejos del suyo.

 

                                          2

Comienza la letra negra y con surcos. Es carbón que se incrusta en la mano,

camino hendido para que cunda la vida. Sigue roja y amarilla y sepia,

se adelgaza, se vuelve más ligera, y acaba turquesa ramoniana,

sutil, sin tocar apenas la hoja, como los pies de quien corre porque

el aguijón lo alcanza. Acaba turquesa ramoniana cuando ya no hay nada:

sólo un parpadeo y el color se ha ido.

 

Luis Frayle

 

 

                               SIRENA

                                               El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.

                                                           Rubén Darío. Venus. Azul.

 

Te deslizas por un mar blanco

y mis ojos traspasan las tibias aguas

que acarician tu grácil cuerpo de cristal.

Te persigo desde la dorada arena

de un mundo creado para amarnos.

Entre las espumas que despuntan con el alba.

Hemos bajado desde las verdes cavernas

por campos de pirámides rojas

cubiertas de cálida bruma

que entona sublimes romanzas antiguas

y se hunde en los arrecifes azul  cielo.

Las hojas oscuras arrastradas desde los cañaverales

iluminan el mar

en la misma garganta de un río negro.

Tu olorosa cabellera de azabache

ha crecido con los belluteros de la playa

y cubre tus tersas espaldas

de espumas brillantes de jade.

Tus piernas se alargan infinitas

como la flecha que vuela a clavarse

en el mismo origen natural de tu hermosura.

Ah, sí. Eres tú, Amor.

Voy siguiendo tu estela.

Eres la mujer de mis ensoñaciones,

alma de mis miradas.

Estás en tu ciudad, en tu casa,

bañándote en la dulzura de todos los rincones

que se asombran al mirarte.

En la belleza que estalla bajo el edredón

que acaricia la suavidad de tu piel.

Déjame añorarte,

alcanzarte de una brazada,

no me huyas, no te me pierdas en los mares de coral.

No te escondas en los tamarindos marinos

y los peces dorados.

Quiero adivinarte desde lejos

y llegar a sentirte con la yema de mis deseos.

Como cuando te tuve dormida entre mis brazos

y me dejaste un perfume celestial interminable.

Eterno.

 

José Antonio Valle Alonso (Zamora)

 

 

                  A ESTA ORILLA DEL MAR

                                                            (A la memoria de Rubén Darío,

                                                              en su Homenaje salmantino)

 

 

Yo supe del dolor desde mi infancia,

mi juventud…¿fue juventud la mía?

Sus rosas aún me dejan la fragancia…

una fragancia de melancolía…

Rubén Darío

 

Templo la lira en un floral de versos,

un alba de alegría se asoma a la ventana

y ha encendido los ojos la estrella matutina,

y hay anémonas blancas en la linde del sueño.

 

El reloj de la carne golpea la mañana

y una cita sin hora ya está palideciendo.

 

He llenado mis ojos de un ramo de violetas

tempranas de febrero,

esa flor que me llega del jardín de los astros

cuando medito a solas en mis largos paseos

 al aura de la noche desvelado y noctámbulo.

 

Me estoy bebiendo el néctar de todas las fragancias,

todas las primaveras,

y en el alma una pena ya siento que se agranda

en el mar de la infancia  azul de mis deseos,

donde duerme el relámpago del llanto

a la luz del sueño, al calor nocturno de la almohada,

al diapasón de los recuerdos, suspiros, pájaros

en el pentagrama de la nostalgia, en la yema

del corazón, en la partitura del tiempo.

 

Y siempre en las alturas, más allá de las nubes,

en el balcón del cielo, donde anida la paz

inalcanzable de las garras del miedo.

 Y sueño, sueño, sueño…

con el mar rosa y malva, el color de los besos.

 

Araceli Sagüillo (Palencia)

 

 

Y ME SIENTO MORTAL Y APENAS VIVO
 
                                                       Con la frente apoyada entre mis manos
                                                         pienso y quiero expresar lo que medito.
 
Rubén Darío
 
...Y me siento mortal y apenas vivo
si entre llantos la canción se me complica.
Los ojos encadenados al desaire cruzan la oscuridad.
El silencio tiembla, y siguen los destellos creciendo
hasta el lugar donde todo se aleja.
 
Sin casi respirar olvidaste parte de tu vida,
y entre los caminos sagrados cruzaste la niebla,
los árboles, el ronco túnel persiguiendo las voces
que nunca vuelven.
 
El jardín del poeta, con la fisura abierta del poema.
Los cansados ruiseñores respirando siempre libertad.
La lluvia, rozando el último rosal del mundo.
Los lirios abrazados a las largas madrugadas.
El desorden, al cruzar el puente desigual de las
conciencias.
 
La luna, velando la hecatombe de la noche.
Lejos queda el inmenso descampado de la ciudad,
la quimera del dolor que se mantiene vivo.
La hora punta pisando los pétalos caídos...
Y un nuevo día.
 
Volverán nuevas costumbres, nuevos latidos juntos,
y entre las burbujas de los días
buscaremos el lugar, donde el dolor se calma. 

 

José Pulido (Jaén)

 

 

            LA MÚSICA  DE RUBÉN

 

Sintió la  música dentro de sí

antes que fuera escuchada

y en él siguió cuando ya nadie la oía.

Puso en la rosa el gozo de la carne

y  coronó el dolor con sus espinas,

el deseo que el amor  nos descubre

pero no muere con él. 

                                   En la luna

deposita  la llave de los sueños

que, seducida,  un hada le entregó.

Bebe  el elixir de la locura

de los labios de pálidas princesas,

mide los rubores del mármol,

el ángulo equinoccial del arco iris

y el laberinto de la telaraña.

Fue el amante y el seno fecundado

en los lechos nupciales del idioma,

Varón  de dolores, altivo Apolo,

dulce Fauno, conquistador vencido,

hermano del pobrecito de  Asís,

arcángel infernal, mil veces fuego

y otras mil su caricia arrepentida.

Cuando los cisnes abandonaron el estanque

quedó solo, enamorado de la estrella

que se mira en la ceguera de sus aguas.

Y una música en él siguió sonando.

 

Montserrat Villar (Galicia)

 

A RUBÉN DARÍO, INVENTOR DE PALABRAS Y BELLEZA    

 

                                                                               La armonía el cielo inunda,

                                                                               Y la brisa va a llevar

                                                                               La canción triste y profunda

                                                                               del mar. 

                                                   (Tarde de trópico, Cantos de vida y esperanza)

  

 

Inventar ser mar

y convertirlo en océano

que blande caracolas en tierra,

alentando a las sirenas

a bailar olas.

 

Inventar ser arpa

que mece hojas en la gran selva

hasta alcanzar cielos

esperando a ser bañados

por eróticas sombras.

 

Inventar ser capa

y convertirse en alma lírica

que cobija al milenario niño

depositario de historias.

 

Inventar ser tortuga dorada

y descubrir en sus pisadas

al caracol en la playa

donde vibran sol y tierra,

sal y savia…

vida y muerte,

blanco y azul…

esperanza en la belleza,

siempre en la palabra.

 

José Amador Martín (Salamanca).
Foto Elena Díaz

Piedras Perfumadas de Versos

“pintar el color de un sonido, el perfume de un astro, algo

como aprisionar el alma de las cosas”

Rubén Darío

 

¿Qué tendrán las piedras de esta ciudad

que hablan, cuando los pasos te llevan

prendido en la memoria, al aire entrecruzado

entre arcos y torres, bóvedas y claustros?

 

¿Qué tendrá la ciudad cuando la besa el sol

y es un dorado tapiz que baña el Tormes?

Acaso es la ciudad de la memoria,

amasada en la nervadura recia de Castilla.

 

En el paseo, el aire se serena y la palabra

es piedra tejida con primor de plateresco…

Visiones e historias, coronadas de enigmas

y leyendas que perviven en silenciosos ecos.

 

Y la noche en esta ciudad es alma,

poesía de singular dulzura

dentro del pensamiento.

Belleza en la que arde un manantial de sueños.

 

Tiemblan los ojos al mirar los versos;

los palacios son abismos insoldables de soledad

y amanece lloviendo,

y aún en la lluvia,

la ciudad es taller de platero, crisol de estrellas.

 

La música es la sinfonía de las sombras

y habita entre las calles.

 

Y las palabras y jardines

hablan de otro tiempo, son ruedos de pasión,

luz entregada a la melancolía.

 

Las fuentes, veleros que cruzan la tarde,

dejan  una larga estela de singular principio:

porque ya nadie habita en la cumbre del cántico,

deshecho entre las luces de olvidados crepúsculos.

 

Qué tendrá la ciudad, que al contemplarla

tus versos se me vuelven canciones que habitan el espacio,

músicas vivas de palacios y atrios

que se van por la tarde, cuando llegan las sombras

 

Qué tendrá la ciudad, perdida en la memoria,

entre madreselvas azules, en bosques de silencios,

entre la música que emana de sus doradas piedras,

brillantes en el sol del ocaso, como un sueño infinito.

 

Verónica Amat (Salamanca)

A Rubén Darío

 

 

Llega de aquel remanso la armonía

para quedarse en mi apasionada

puerta de un sentir huella dejada

por frágiles senderos de poesía.

En éxtasis el viento lleva alas

de orquídeas, mil caricias  de colores

en recuerdo del poeta y sus nostalgias

reclamos del pasado, hoy presentes.

Brillando en la palabra su princesa

de su hora crucial, su sonatina

que es música, de luna en el recuerdo.

Poeta donde perdura el misterio

se adhiere su parnaso, su reclamo,

construido  en  la luz del universo.

 

Humberto Avilés (Nicaragua)
-en voz de Xenaro Ovín-

 

 

                         DARIANA

 

Infantil asombro descubrirse poeta,

imaginar que León de Nicaragua es a Darío

lo que París de Francia

para peregrinos del arte.

 

Bach en concierto para oboe de amor

fondo musical de asombramientos…

lengua transformada,

magia del verso modernista

fecunda inagotable

al castellano.

 

Azul profana prosas

canta la vida de los raros

errantes de otoño

en primavera.

 

Es sonatina de hadas

para princesas de cuento,

fábula para dioses presos

de inmortalidad.

 

Grandeza de sueños

para pequeñez de patria

que nuestro amor construye.

 

Antonio Colinas (León)

Vicente Aleixandre en Las Navas

 

 

Verano de 1917.

Él tenía tan sólo 19 años.

Las Navas del Marqués,

allá donde la sierra

de Ávila

se desnuda aún más

en pinos aromados, en los roquedos-lágrimas,

para entreabrir mejor la sed de amar el campo,

una vida más cerca de cielos frescos, puros:

la sed de infinitud.

Un joven, que es “rollizo y andarín”,

llamado Dámaso,

pone un libro en las manos de otro joven.

Es una antología de Rubén

Darío (el buen oro

de la palabra americana, aquella

que diera a la nuestra modernidad, hondura, gravedad).

“Adiós a Bécquer”, dice el otro joven,

pues de golpe ha nacido, gracias a ese regalo,

a otra poesía más ardiente.

“Fue algo incendiador,

muy virginal y puro,

pues aquella lectura

supuso para mí revolución

de espíritu”.

La alta sierra estaba revelando

la pasión de otra vida más alta,

vocación, poesía incesantes.

Medio siglo después (1964) aquel poeta

que recibió los versos de Rubén

Darío (y que ahora es un hombre maduro)

renueva el rito:

como un don va y transmite a otro joven

de 18 años

aquellos mismos versos, le recita

en voz alta el poema de Rubén “Lo fatal”

en la penumbra de un jardín,

al pie de una robusta velintonia,

debajo de la cual un perro, “Sirio”,

se adormece.

Allá, a lo lejos, hondo, el ocaso

siempre es el de la misma sierra

de fuego.

Aquí, muy cerca,

se revela otra vez la sed de vocación,

el don de la palabra inspirada

que a otro joven inspira.

Volvió a germinar

la semilla.

Los versos

aún llamean.

La palabra

aún sana

y salva.

 

Carlos Aganzo (Madrid)
-en voz de Alfredo Pérez Alencart-

Memoria de Navalsáuz

“Hoy he visto, bajo el más puro azul del cielo,
pasar algo de la dicha que Dios ha encerrado
en el misterio de la naturaleza”

Rubén Darío. ‘Fiesta campesina’

 

 

Llueve en León. El árbol de la plaza,

contra el aire de enero,

se cimbrea y esparce

un aroma de frío.

Hasta mí viene ahora

la muralla de Ávila

mirando el campo inmenso de Castilla;

la sed de aquella senda entre montañas

a lomos de borrico,

los chopos junto al teso.

Rubén Darío Sánchez,

Phocas el campesino,

crisálida del alma entristecida,

¿llegaste a ver siquiera entre tus sueños

los mesones y ventas harto pobres,

la casa entre peñascos, la alameda,

la fiesta campesina

bajo el puro y rotundo azul del cielo?

¡Mi arcádica pasión de pastoría…!

Rubén Darío Sánchez,

los ojos de tu madre enamorada,

los tejados con grandes ramas verdes

donde duermen las niñas casaderas…

¡Turbadoras y célibes canéforas,

Phocas el campesino! ¿No te acuerdas?

Un lugar en el mundo,

una hora segura

en la dicha de Dios.

Llueve en León. Otro león de piedra

me aguarda en el sepulcro.

El dolor, hijo mío,

de luto tan temprano,

va cediendo su sitio

a las verdes praderas del silencio.

Nos volvemos a ver.

 

Miguel Elías. Pintor y profesor de la USAL

 

Rubén Darío, de Miguel Elías (Técnica mixta sobre lienzo)

Jesús Fonseca (Huesca)
-en voz de José Amador Martín-

Por debajo del tiempo

 

 

¡Qué puedo hacer! Vivo

en el recuerdo de Rubén,

que me abrió de par en par

las puertas de la poesía y

dio a beber de un sorbo

su dulce veneno.

                  

Que me enseñó a celebrar la  

vida, por vez primera, allí

donde brotan las flores y es

el aire caricia presentida; en

en el paraíso de los dioses

Digo Rubén Darío y vuelvo

a sentir, por debajo del tiempo,

la palabra amor, el refugio

seguro de lo fugaz, lo sutil, lo                                    

frágil, que no se acabará nunca

 

Rafael Soler (Valencia)

Ajeno Rubén a este delirio

 

 

Te conocí Rubén desnudo

quiero decir vestido con tu palabra alta

desprovisto de mí cuando leía

 

le vio la tarde pálida, le vio la noche fría

y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán

Rubén príncipe amigo

preciso cirujano

que hiciste de tu casa nuestra Casa

escúchame Rubén cuando repito

que iluminado vuelvo

que con mi tronco sigo

que soy en lo imposible

tu Rubén aprendiz Caupolicán.

 

Jacqueline Alencar, J. M. Sánchez Terrones

María Angelez Pérez López (Salamanca)
Foto. Elena Díaz

Yo persigo una forma…

 

 

Yo persigo una forma que no encuentro mi estilo, 
botón de pensamiento que busca ser la rosa; 
se anuncia con un beso que en mis labios se posa 
al abrazo imposible de la Venus de Milo. 

Adornan verdes palmas el blanco peristilo 
los astros me han predicho la visión de la Diosa; 
y en mi alma reposa la luz como reposa 
el ave de la luna sobre un lago tranquilo. 

Y no hallo sino la palabra que huye, 
la iniciación melódica que de la flauta fluye 
y la barca del sueño que en el espacio boga; 

y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente, 
el sollozo continuo del chorro de la fuente 
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.

(Leído por M. Ángeles Pérez López)

 

 

Pilar Fernández Labrador

Cosas del Cid
(Fragmento)

 

 

Cuenta Barbey, en versos que valen bien su prosa,
una hazaña del Cid, fresca como una rosa,
pura como una perla. No se oyen en la hazaña
resonar en el viento las trompetas de España,
ni el azorado moro las tiendas abandona
al ver al sol el alma de acero de Tizona.

                          (…)

(Declamado por Pilar Fernández Labrador)

 

Palabras de despedida Román Álvarez, ex decano de Filología.

 

Alfredo Pérez Alencart, poeta, presidente de SELIH

 

José Ángel Domínguez, vicerrector de la Usal

 

Alfredo P. Alencart, Carmen R. Barrionuevo (Catedrática de la USAL), Vicente González (Decano de Filología)

 

Vídeo del acto Homenaje a Rubén Darío.

“Crear en Salamanca”, en exclusiva, publica en cinco entregas sucesivas el Homenaje a Rubén Darío
que se realizó en la Universidad de Salamanca el día 22 de Febrero de 2014.
Letras-Uruguay agradece a “Crear en Salamanca” y al coordinar del evento Alfredo Pérez Alencart

 

Primera Entrega
José María Sánchez Terrones
Articulo que le dedica D. Miguel de Unamuno a Rubén Darío, unos días después de su muerte

 

Segunda Entrega
Presentación del acto y Lectura del poema ¡Torres de Dios! ¡Poetas!
y de las traducciones a Alemán, Griego, Italiano, Chino, Ingles y Portugués.

 

Tercera Entrega
Poemas y Poetas homenajeando a Rubén Darío

 

Cuarta Entrega
Poemas y poetas homenajeando a Rubén Darío

 

Clausura del acto

 

por Alfredo Pérez Alencart
Poeta y profesor de la Universidad de Salamanca

alen@usal.es

 

Publicado, originalmente, en "Salamanca - RadioTelevisión" - http://www.salamancartv.com/ el 20 de enero de 2014
 

http://www.salamancartv.com/contributorpost/edwin-yllescas-salinas-soy-un-alucinante-del-eros-y-un-timado-por-la-vida

 

 

Los videos fueron publicados, originalmente, en “Crear en Salamanca” http://www.crearensalamanca.com/

 

http://www.crearensalamanca.com/video-del-acto-homenaje-a-ruben-dario/

 

Enviado por el coordinador del evento, e ingresado a Letras Uruguay el 9 de marzo de 2014.

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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