El columpio de la luna 
Ruth Pérez Aguirre


Luna, luna, lunita
baja pronto que quiero jugar
meciéndome en tu columpio
porque el mío se ha roto ya.
No puedo jugar contigo
querida niña mía
es de noche y para mí 
no es hora de jugar,
debo iluminar el camino 
de la gente que regresa a su hogar
cansada de tanto trabajar.
Luna, luna, lunita
baja pronto a jugar conmigo
como lo hacías cuando era pequeña
y no podía dormitar.
No puedo columpiarte ahora
querida niña mía
es aún de noche
y debo iluminar
a la costurerita
que está sentada en el ventanal
bordando la ropita que sus hijos van a usar.
Luna, luna, lunita
si no bajas a jugar conmigo
no voy a poder dormir.
Mi columpio se ha roto
y me quiero columpiar
hasta que el sueño venga
y mis ojos pueda cerrar.
Deja a la noche de alumbrar 
para que la costurerita
se vaya a descansar.
Cando vio 
que todos llegaron a su hogar
y que la costurerita
había dejado de bordar
bajó entonces muy despacito 
con su querida niña
que la aguardaba con seguridad.
Pero se encontró a la niña acostada ya
bien dormida en su camita
cansada de esperar.
La meció hasta la mañana siguiente
cuando la vio despertar.
Ruth Pérez Aguirre

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