“Otra vez los perros”  de Obed González - Por Jorge Santiago Perednik

Habrá sin duda, una historia del perro en México y, lo interesante en este caso, una historia del uso desviado o figurado de la palabra perro como calificativo, aplicado a las personas, pero yo no las conozco. Sí conocí en los últimos tiempos dos manifestaciones artísticas mexicanas en las que el perro es invocado desde el título: la película “Amores perros”del cineasta Alejandro González Iñarritu, y el poemario “Otra vez los perros”, del poeta Obed González. Lo que tienen en común, para empezar, es una coincidencia en la manera de introducir al perro como un protagonista que no es protagonista, en tanto su función en la economía de las obras es la de mediar, como presencia simple, en la agonía verdadera sobre la que tratan: la relación entre los seres humanos. El perro es de alguna manera el símbolo de esta manera de relacionarse, pero también su testigo. En “Amores perros” las relaciones tienen como signo una violencia aguda y generalizada, en “Otra vez lo perros” también hay violencia, pero acotada mas bien a su protagonista.

 

Él ejerce esta violencia-en alguna ocasión muerde, o ladra, o rasguña-, aunque sobre todo lo sufre. Encarnada en forma animal, recibe para empezar el ataque de sus congéneres de especie, como en el poema 1: “Del fango/ trato de levantarme/ ellos muerden mi piel/ mi sangre/ mi odio/ mi dolor y mi muerte/ / Un aullido polvoriento de varillas/ se eleva”.

También y sobre todo sufre el ataque del ser amado: “Sí mujer/ tú te me has trepado en la nuca/desorbitas mis ojos/ mientras mi corazón gruñe” (poema 7), o “te ladro mi cariño/ y tú lentamente.../ me rompes el hocico” (poema 9). Finalmente la mayor violencia la recibe de sí mismo bajo la forma de rabia, una enfermedad canina, que también, como la palabra perro, tiene un uso figurado extendido sobre las personas como sinónimo de ira. Y en el caso de “Otra vez los perros” se trata de una ira padecida, esto es, vuelta contra sí mismo, bajo una forma de violencia que puede considerase  una auto agresión psíquica. La palabra está presente en muchos de los poemas. Los de la segunda parte del libro se agrupan bajo la común denominación de “Hidrofobias”, nombre científico de la enfermedad, y en algún poema se habla de que “un suspiro es absorbido/ por el temor al agua” que es la traducción literal de esta expresión. 

La violencia sobre otros también es una forma de auto agredirse, pero este libro trata sobre todo de la violencia recibida, incluso auto inflingida, para empezar con la reducción de la persona a la condición de perro. Y trata especialmente de cómo repercuten estas maneras en una relación amorosa especifica que también porta los ingredientes contrarios, en una suerte de amor perro bifronte: “ te adoro y te soy fiel/ soy animal cariñosos/ bestia mansa que espera” (poema 9), o “abro los sueños/  con un colmillo/pero/ yo sólo deseo el amor/ que me llueve por dentro” (poema 7).

El perro podría ser una imagen de las relaciones personales en México, o incluso en la sociedad mexicana, de su violencia. Efectivamente hay un perro salvaje, agresivo, e incluso un perro rabioso, cuyos ataques son el signo mismo de su enfermedad, pero también un perro que es su contracara, considerado el mejor amigo del hombre, y esta es otra figura posible de México, el México dulce y amable que en suerte me tocó conocer. Como México, el perro en los poemas de Obed González es una presencia de dos caras.

Obed González. México, D.F.1969. Profesor de Español, Literatura y Métodos de investigación en el Desarrollo Educativo “Ignacio Zaragoza”. Maestro de oratoria en el IPN. Autor de cinco libros de poesía y cuento en México y uno en Argentina. Entre ellos podemos mencionar: “Hidrofobia”, Ed. Tintanueva, México, 2001; “Muerte de tercera” Ed. Del lirio, México, 2005 y “Otra vez los perros”, Ed. Tres haches, Argentina, 2007.  Integran sus escritos los siguientes libros antológicos: “Eco de voces”, Ed, Arlequín y CONACULTA, México, D.F. 2004, “Vientos del pasado”, Ed. Centro poético, Madrid, España, 2007, “Calemburtrécano”, SOGEM, México, D.F. 2007 y está en edición la obra “Letras de oro”. Ed. Nuevo ser, Buenos Aires, Argentina, 2007. Colabora en revistas como: “Ritmo” de la UNAM; “Momento pedagógico” de la UPN y en periódicos como “El excélsior”, “Revista Mexicana de orientación Educativa”, “Asfalto” y otras revistas y periódicos de Brasil, Italia, Argentina y México.

Jorge Santiago Perednik

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