Clarice: una cartografía futura

Expositora Constanza Penacini [1]
UBACyT
cpenacini@gmail.com

Resumen: Analizar el protagonismo que Clarice Lispector tiene en el pensamiento contemporáneo da cuenta de la productividad prodigiosa que su obra posee para reflexionar sobre el presente: desde lecturas biopolíticas, feministas o psicoanalíticas, pasando por la teoría del perspectivismo antropológico o las filosofías vitalistas. Ha sido frecuente pensar a Clarice Lispector como una “máquina de escribir”, en función de cómo ella misma ha descripto su propia forma de escritura “ao correr da máquina”, y también en función de la proliferación de escrituras literarias producidas en torno a su obra. Sin embargo, y a la luz de las nuevas lecturas que ha generado y sigue generando, resulta mucho más certero pensar la obra de Clarice como una “máquina de leer”.

Palabras clave: Clarice Lispector - biopolítica - teoría de los afectos - feminismo -perspectivismo antropológico - inespecificidad del arte -literatura post-autónoma - literatura mundial - interdisciplinariedad - crítica literaria.

Abstract: Analyzing the role that Clarice Lispector has in contemporary thinking we realize the prodigious productivity that their work has to reflect on the present time: from Bio-political Philosophy, Feminism or psychoanalytic readings, Anthropological Perspectivism or Vitalist Philosophies. Often, it has been thought to Clarice Lispector as a "typewriter", depending on how she has described his own form of writing "ao correr da maquina", and also in terms of the proliferation of literary writings produced around his work. However, from the new readings it has generated and continues to generate, it is much more accurate to think Clarice's work as a "reading machine".

Keywords: Clarice Lispector - biopolitics - theory of affects - feminism -cosmological perspectivism antrophology - unspecificity of art - post-autonomy art - world literature - literary criticism.

El año pasado tuve la oportunidad de asistir a un seminario interesantísimo que se realizó en San Pablo (organizado por los profesores Eduardo Sterzi y Verónica Stigger): “Variagoes do corpo selvagem”, alrededor de la obra del antropólogo Eduardo Viveiros de Castro. Durante los tres días que escuché exponer a antropólogos, psicoanalistas, lingüistas, especialistas en filosofía, arte y literatura, me encontré con una situación que si bien me sorprendía por un lado, venía a confirmar algo que yo percibía desde hacía tiempo. Viveiros en su conferencia, explicando su teoría del Perspectivismo, recurrió a la novela La pasión según G.H., de Clarice Lispector. Allí, en las escenas de G.H. con la cucaracha, en ese intercambio, decía el antropólogo, encontraba prefigurado el concepto que él luego desarrollaría para pensar la cosmovisión amerindia y su metodología antropológica.

No esperaba encontrarme con Clarice en un seminario acerca de un antropólogo, pero la sorpresa se instaló, porque casi todos los demás expositores volvieron una y otra vez sobre la obra de la escritora.

Me fui de allí con la convicción de que la presencia de Lispector no se limitaba al ámbito de la crítica literaria. Por primera vez entendí el protagonismo que la escritora brasileña tiene en el pensamiento contemporáneo.

Hay numerosos ejemplos que dan cuenta de la productividad prodigiosa de la obra de Clarice para reflexionar sobre el presente: Viveiros piensa su perspectivismo desde la antropología; Gabriel Giorgi analiza la relación humano-animal, pero también la figura del trabajador en las sociedades contemporáneas, desde la filosofía biopolítica; Florencia Garramuño se centra en la pérdida de autonomía y en la inespecificidad del arte contemporáneo, desde distintos marcos teóricos. Pero también hay trabajos que abordan la obra de Clarice desde la conceptualización lacaniana del sujeto, es decir, desde el psicoanálisis; o que abordan el carácter desterritorializador de su literatura, desde lecturas deleuzianas; o que indagan sobre la apertura de su literatura a las fuerzas de la vida, desde las filosofías vitalistas... Clarice reaparece cada vez, prestándose con facilidad a estas apropiaciones contemporáneas de interdisciplinariedad.

Era preciso pensar en estas apropiaciones disciplinares (que son desplazamientos de un objeto en diferentes campos del saber) así como en los desplazamientos temporales que su obra mostraba desde muy temprano.

Una cartografía futura

Es sabido que la literatura de Lispector fue leída en su tiempo como una rareza en las letras brasileñas, como un desvío, una excepción. Entendida en clave psicologista y asociada a la literatura de Virginia Woolf y James Joyce, o pensada en los términos intimistas de la literatura femenina, su obra quedó en ese lugar incómodo de lo inclasificable.

Aquello no impidió su reconocimiento. Antonio Cándido fue uno de los primeros en notar que se encontraba frente a un caso de renovación estético-verbal. En este sentido, como señala Gonzalo Aguilar en su texto “Clarice Lispector en la legión extranjera, avatares de una recepción”[2], los críticos quedaron tan desorientados como conmovidos, de manera tal que “en los sesenta (Clarice) tuvo una incursión desafortunada en la llamada literatura del boom -relacionada con la literatura fantástica de Cortázar y compañía-, y en los setenta recibiría una consagración que todavía perdura con la lectura de Héléne Cixous -desde una perspectiva feminista. Ambas lecturas muestran el carácter aparentemente no local de su literatura y su ajenidad a la cuestión nacional”. Pero su extranjería no se limitó a Brasil; su presencia está desdibujada en la World literature, porque los textos de Clarice “definen un territorio (un no-lugar, una zona franca, un espacio de escalas violentadas)”.

¿Cuál es el mapa entonces que define ese territorio?, se pregunta Aguilar. Tal vez, una cartografía futura.

Este desplazamiento temporal que se da en las lecturas de Lispector es central para pensar la obra de la escritora.

Resulta esclarecedor el ya clásico texto de Ítalo Moriconi sobre la última etapa de Clarice, titulado “A hora do lixo (La hora de la basura)”, como precuela de otro artículo del mismo autor, en el que pretende mapear la literatura posmoderna del Brasil, titulado “Tentando captar o homen-ilha”. La impresión de continuidad que aparece en la lectura de ambos textos es notable. Gran parte de las caracterizaciones de la literatura posterior a Lisperctor aparecen ya en el artículo sobre la escritora.

Del mismo modo sucede con el capítulo “Ficción 80”, del libro Vidrieras astilladas, de Flora Süssekind.

Personajes -incluido el narrador- reducidos a lo mínimo (lo que Moriconi llamó el “hombre isla”), sin fondo ni privacidad: lugar de paso entre exposición e intimidad, hombres y mujeres sin cualidades, anónimos, deambulando y siendo, a veces, objetos implacables de narradores-otros, en un intento por disolver las subjetividades a partir de una prosa anónima y fragmentaria.

Lo que vemos en esa transición es cómo muchas de las renovaciones formales y apuestas experimentales que Lispector llevó a cabo, sobre todo, en su última etapa y que, como dijimos, fueron vistas como anomalías, se instalaron fuertemente como características de la literatura de la generación siguiente, modificando la forma de la literatura brasileña: Joao Gilberto Noll, Caio Fernando Abreu, Ana Cristina César, Silviano Santiago, Cazuza, Caetano Veloso, etcétera. Continuidad que Florencia Garramuño, Luz Horne y otros críticos trabajaron en profundidad.

El ideario posmoderno que emerge con fuerza en los 80 aparece prefigurado en la literatura de Clarice, un tipo de percepción propia de un tiempo al que no pertenece del todo, por eso se torna fundamental para quienes empezaron a escribir durante esa década.

Otros desplazamientos

Conversando con Flora Süssekind sobre el fenómeno que registré en el seminario sobre Viveiros, coincidimos en esta impresión de que todo el mundo leía a Lispector, pero para Süssekind se trata de operaciones que trafican conceptos de disciplinas extra-literarias para ir a buscarlos a los textos de Lispector, forzando la materia literaria y haciendo un movimiento circular por el que encontraban exactamente aquello que iban a buscar. Süssekind dice esto en función de su explicación del momento que vive actualmente la crítica literaria: para ella esta disciplina no cree en sí misma y necesita de conceptos ajenos para poder legitimarse. Por esta razón, Süssekind sostiene que hay que buscar en la literatura de Clarice aquello que se resiste a ser sistematizado, conceptualizado.

Ya en su polémico artículo “A crítica como papel de bala”, publicado en 2010, Süssekind sostenía que el estado de la crítica literaria era básicamente acrítica, conservadora y había retornado a la figura del especialista todo-poderoso y monotemático, agenciador con capacidad de tránsito interinstitucional, que se limitaba a repetir: “Formas variadas de culto a personalidades literarias, en general muertas (y Clarice Lispector, Paulo Leminski, Ana Cristina Cesar han sido objeto preferencial de dramaturgias miméticas, curadorías acríticas, ficciones y comentarios “a la manera de”)” (“A crítica”; la traducción es mía).

En Mundos en común, Florencia Garramuño desarrolla largamente la idea de que el arte contemporáneo ha ido desapropiándose de su especificidad, y lo presenta como un campo expansivo, en constante reformulación, una inestabilidad que atenta contra la propia noción de campo estático y cerrado. Un tipo de mutación también define lo literario en la literatura contemporánea. Y concluye Garramuño: “Para un arte inespecífico, pues, una crítica inespecífica” (41).

Hay aquí otra posición respecto de cómo debe asumirse hoy la crítica literaria frente a nuevos objetos artísticos. Pero, en todo caso, no se trata de traer conceptos extraliterarios para hacer decir algo a la literatura que no está en ella, sino todo lo contrario. El planteo de Garramuño intenta dar respuestas (desde la crítica, con elementos adecuados) a un objeto que ha ido mutando y sigue mutando, y que ciertamente ha ampliado sus fronteras en términos de materialidades expresivas (literatura, plástica, audiovisual, escultura, todo puede convivir), y en términos disciplinares también.

El asunto aquí es que la obra de Clarice Lispector es un precedente de estos objetos, y en este sentido, cabe revisar las características que aparecen como el germen de cuestiones que luego serán retomadas y reformuladas. Ya en la última etapa de su obra los géneros se tornan irreconocibles, la sintaxis se entrecorta, la trama es casi inexistente, los personajes se despojan de cualquier marca subjetiva, personal, y hablan a las claras de una reducción de la narrativa llevada a los mínimos componentes.

Otros mapas

No obstante lo dicho, no se trata aquí solo de fronteras disciplinares o nacionales, sino también de los umbrales que existen entre cuerpos. El mapa de los afectos que configura la obra de Clarice Lispector es una cartografía de la vida en sus variaciones que, como señaló Silviano, “recupera cuerpo y potencia de movimientos, exhibiéndose en constante transformación para el lector”. Me refiero a los pasajes de transición o momentos vividos que definen al afecto spinoziano, y que Lispector busca recuperar en su escritura. Desde esta perspectiva, el cuerpo de la escritura de Clarice provoca innumerables afecciones provocando una variación de intensidad existencial en sus lectores y, a su vez, se ve afectado por aquellos esas lecturas que se llevan a cabo desde circunstancias singulares.

Es por esto que pensar a Clarice en la literatura mundial y en el mapa afectivo que traza su obra es pensar en nuevas cartografías que no tienen fronteras, sean nacionales, disciplinares o temporales.

Mediante un juego de palabras, María Librandi-Rocha desplaza la idea de “literatura planetaria” por la de “literatura placentaria” con el fin de pensar las ficciones claricianas en términos de transformación-metamorfosis. Esta transformación-metamorfosis produce un retorno al vientre, una involución de lo humano a lo no humano (y su lenguaje). Lispector aparece en la versión de Librandi-Rocha como una traductora de un lenguaje que no entiende. Florencia Garramuño parte de ciertas obras de Lispector para pensar el arte y su hibridez, o la apertura del arte a la experiencia en el presente, y también, en una línea spinoziana, la desjerarquización de lo humano-animal y los procesos de desubjetivación y apertura hacia las fuerzas de la vida. Asimismo, Gabriel Giorgi ha encontrado en la obra de Clarice elementos cruciales para pensar figuras políticas propias del presente. El personaje de Macabea de La hora de la estrella le permite leer desde la biopolítica, las condiciones del sujeto en las sociedades post-estatales: “Un bios vuelto zona de interrogación desde donde se piensan otros enlaces, otros modos de percepción, otro recorte de los límites y de la naturaleza de ‘un cuerpo’”, señala Giorgi. Un personaje que prefigura las nuevas formas del trabajador -precario, sin pertenencia ni identidad, sin fuerza de trabajo ni cuerpo que vender-, que se encuentra muy lejos del sujeto proletario propio de la Modernidad. Viveiros de Castro, por su parte, va a decir que lo que hace Lispector es “chamanismo literario” en tanto muestra lo que no se ve, haciendo visibles simultáneamente dos perspectivas en un intercambio entre animales y humanos en el que no es indispensable la identidad [3]. Y en este sentido es que sus textos iluminan su idea sobre el pensamiento amerindio, que entiende la humanidad como un punto de vista.

En su trabajo “O útero do mundo”, Verónica Stigger sigue la misma línea de Vivieiros de Castro, cuando el antropólogo propone que en Latinoamérica los filósofos son los escritores de lo que él llama “ficciones especulativas” -del mismo modo que a sus propios textos-, en un sentido que no tiene que ver con el género de ciencia ficción sino con un pensamiento especulativo que se vale de ficciones para desarrollarse. En “O útero do mundo”[4], Stigger califica a Lispector como “escritora-filósofa”, y toma tres conceptos de diferentes novelas de Clarice para analizar el arte contemporáneo en relación con lo femenino y la histeria.

¿Podemos sostener, entonces, que se busca aplicar conceptos a la literatura clariciana desde diferentes disciplinas? ¿Puede afirmarse que esas operaciones son producto de lecturas dirigidas y utilitarias que fuerzan el texto literario para que diga aquello que van a buscar en él?

El panorama que acabamos de esbozar demuestra que sería inadecuado pensar que muchos de los conceptos junto a los cuales se ha leído la literatura de la escritora brasileña, son ajenos a esa obra. Pensar a Lispector como escritora sin pensarla como pensadora es resultado de una mirada sesgada. Esta mirada oculta, además, un aspecto fundamental de su obra. Porque lo cierto es que es ella quien elabora los conceptos y los desarrolla en su literatura (las nociones de “instante-já”, de “it” o de “beatitud”, que podemos encontrar en Agua viva; las nociones de “grito ancestral” o “montaje humano”, en La pasión según G.H.; la de “vida primaria”, de La hora de la estralla; por mencionar algunas).

Ha sido frecuente pensar a Clarice Lispector como una “máquina de escribir”, en función de cómo ella misma ha descripto su propia forma de escribir “ao correr da máquina” -como titula varias de sus crónicas-, y también en función de la proliferación de escrituras literarias producidas en torno a su obra. Sin embargo, y a la luz de las nuevas lecturas ha generado y sigue generando, resulta mucho más certero pensar la obra de Clarice como una “máquina de leer”. En este sentido, las otras disciplinas no vendrían a forzar el texto literario, sino que se daría el movimiento inverso: la propia obra de Lispector sería la que debe ser pensada como una “máquina para hacer ver y hacer hablar”, en términos de Deleuze. En suma, se trata de un dispositivo [5]  privilegiado que permite pensar ciertos problemas políticos, artísticos y vitales del presente que se activa una y otra vez, permitiendo reconfigurar en cada puesta en acto de la lectura -siguiendo a Ranciére- un reparto de lo sensible y una cartografía afectiva, conceptual y literaria, que se va desplazando en tiempo y espacio, siempre proyectada hacia el futuro.

Bibliografía

Aguilar, Gonzalo. “Clarice Lispector en la legión extranjera, avatares de una recepción”, artículo de próxima publicación. Mimeo.

------------------- “La intensidad de los perros vagabundos. Introducción a La hora de la estrella”. Clarice Lispector. La hora de la estrella.

                            Buenos Aires: Corregidor, 2010.

Areas, Vilma. “Con la punta de los dedos: El via crucis del cuerpo”. Clarice Lispector. El via crucis del cuerpo. Buenos Aires: Corregidor, 2012.

Barthes, Roland. El susurro del lenguaje: más allá de la palabra y de la escritura. Barcelona: Paidós, 1994.

Cámara, Mario. “Los secretos movimientos del respirar. Palabra, cosa, mundo en Un soplo de vida”. Clarice Lispector. Un soplo de vida. Buenos Aires: Corregidor, 2010.

Deleuze, Giles. En medio de Spinoza. Buenos Aires: Ed. Cactus, 2008.

---------------“¿Qué es un dispositivo?”. Michel Foucault, filósofo. Barcelona: Ed. Gedisa, 1999.

Garramuño, Florencia. Mundos en común. Ensayos sobre la inespecificidad del arte. Buenos Aires: FCE, 2015.

---------------------La experiencia opaca. Literatura y desencanto. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2009.

Giorgi, Gabriel. Formas de lo común. Animalidad, cultura y biopolítica, Buenos Aires: Eterna Cadencia, 2014.

--------------“De qué está hecha Macabea”, Coloquio Internacional ¿Por qué Brasil, qué Brasil? Recorridos y prácticas críticas desde

                    Argentina, Universidad Nacional de Córdoba, 2015. De próxima publicación. Mimeo.

Lispector, Clarice. Agua viva. Buenos Aires: Cuenco de Plata, 2010.

------------------El via crucis del cuerpo. Buenos Aires: Corregidor, 2012.

------------------La ciudad sitiada. Buenos Aires: Corregidor, 2009.

------------------La hora de la estrella. Buenos Aires: Corregidor, 2010.

------------------Un soplo de vida. Buenos Aires: Corregidor, 2010.

Moriconi, Ítalo. “A Hora da Estrela ou A Hora do Lixo de Clarice Lispector”. Rocha, Joao Cezar de Castro (org.).

                         Nenhum Brasil existe: pequena enciclopédia. Rio de Janeiro: Universidade, Opbook 1, UERJ, 2003.

---------------“Tentando captar o homemilha”. Revista Matraga: Estudos linguísticos e literários v. 2 (1987).

Moser, Benjamin. Clarice. Sao Paulo: Cosac Naify, 2011.

Santiago, Silviano. “La lección inaugural de Clarice Lispector”.

Spinoza, Baruch, Ética. Demostrada según el orden geométrico. Madrid: Editora Nacional, 1994.

Stigger, Verónica. “O útero do mundo. Clarice Lispector. A arte, a histeria”. Apertura de la exposición “O útero do mundo”. Coimbra y San Pablo, 28 de junio de 2016.

Sussekind, Flora. “A crítica como papel de bala”, Suplemento “Prosa e Verso”. O Globo. 24 de abril de 2010. Web: https://www.academia.edu

---------------- “Ficción 80”. Vidrieras astilladas. Buenos Aires: Corregidor, 2003.

Viveiros De Castro, Eduardo. Metafísicas caníbales. Líneas de Antropología Posestructural. Madrid: Katz Editores, 2010.

Notas:

[1] Constanza Penacini es Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y profesora de Literatura Brasileña y Portuguesa en la misma institución. Se ha desempeñado además como editora de literatura y ensayo en diferentes editoriales argentinas. Es becaria UBACyT y cursa el Doctorado en Literatura en la Universidad de Buenos Aires. En 2015 realizó una estadía de investigación en la Universidad Estadual de Campinas, Sao Paulo, en el marco de la Beca Faepex Internacional. Ha publicado artículos sobre Clarice Lispector en diversos libros.

 

[2] Gonzalo Aguilar: “Clarice Lispector en la legión extranjera, avatares de una recepción”.

 

[3] Ya Silviano Santiago había señalado que el intercambio entre G.H. y la cucaracha no se trataba sólo de un devenir animal de la protagonista, sino también de un devenir humano de la cucaracha.

 

[4] Verónica Stigger, “O útero do mundo. Clarice Lispector. A arte, a histeria”. Texto apertura de la exposición “O útero do mundo”.

 

[5] Para Foucault, un dispositivo es una red entre discurso, cosa y sujeto.

 

Expositora Constanza Penacini
UBACyT
cpenacini@gmail.com

 

Publicado, originalmente, en: Acta del IV Coloquio Internacional Literatura y vida (8 al 10 de junio de 2016)

por el Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria - Facultad de Humanidades y Artes - Universidad Nacional de Rosario (Argentina)

Link del texto: https://www.cetycli.org/trabajos/penacini_.pdf

 

Ver, además:

 

                     Clarice Lispector en Letras Uruguay


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