La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, del 4 de Julio de 1776, sirvió de inspiración para la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, proclamada en París en igual día y mes de 1789. Las dos citadas cartas de libertad fueron anteriores en 20 y 33 años al Primer Grito de la Independencia que se diera en Quito, el 10 de Agosto de 1809, del que ya se viven ‘ad referéndum’ celebraciones bicentenarias y se preparan otras de gran magnitud para el día exacto. Los historiadores debaten si en realidad dimos los de esta tierra tal iniciático ejemplo, pero de lo que no cabe duda es que de dar el segundo estamos lejos.
De la escritora Premio Nobel 1993, la estadounidense Tony
Morrison, hemos escogido la novela " Una bendición" que resulta estupenda, contundente y reciente.
Letras en las que está calada la melancolía en una versión vital originaria e inapelable y dolida de cuatro mujeres negras sometidas a todo tipo de abuso. La tragedia humana de los negros, los pobres y las mujeres sin filtros hipócritas. La esclavitud y todas sus inmoralidades a la vista. Y todavía se cuentan esclavos. Han cambiado los métodos, más sí existen perversos que se creen dueños de las vidas ajenas. Chantajistas del trabajo y hostigadores modernos ejerciendo brutalmente hasta nuestros días Urbi et Orbi. Lo saben los negros de África que cruzan el Mediterráneo en pateras. Lo conocen los pobres del Sur a quienes les está negada la visa a los países ricos del
norte. Denuncias sin temor y a pecho descubierto, sobre la segregación racial y la intolerancia excluyente e infame, que no tiene más sustento que la estupidez humana.
