Masri el hombre del delta
Por
Dr. Oswaldo Paz y Miño J.

Borges sentenció: "Todas las cosas del mundo llevan a una cita o a un libro". Buscaba una novela para confesarle, leyéndola, mis angustias por las consecuencias de la peligrosa verborragia que se esparcía días atrás por el continente, levantando en tres países hermanos olores putrefactos de guerra. Y la encontré, di con Masri, el hombre del Delta. Me han seducido tanto sus verdades que no he querido callarme. La adquirí en Libri Mundi, por recomendación de un erudito librero: Cris Albán. El libro que os muestro ahora es raro, de coleccionista, primera edición en 1994, suscrito por el egipcio Youssef Al Quaid. Sin duda, literatura portentosa de aquel lado tan enigmático del mundo.Narrada en seis voces: el alcalde, el emprendedor, el guarda, el amigo, el oficial y el inspector, la obra es una denuncia abierta sobre la corrupción y los elementos que a ella contribuyen, entre ellos el de las leyes innecesarias.

Tácito ya lo decía allá por el año 77: "Cuanto más corrupto es un Estado más numerosas son las leyes". Y nada más podrido, asqueroso e inmoral que los enfrentamientos a bala entre países, promovidos por los negociantes de armas, por los intolerantes, los fanáticos, los narcisistas, los que mal cumplen con los pueblos que los eligen, los que ordenan batallas por sus ideologías vampirescas, sea cualquiera su color y su sin razón. Con buena voluntad y sabiduría siempre quedan alternativas para evitar los desangres y sus burdas justificaciones: la patria, el heroísmo y los discursos demagógicos. Las guerras son cortinas de humo para tapar realidades sociales, son inhumanas, primitivas, y los que las disponen viven el colapso de su inteligencia, su fracaso como especie, deben ser inscritos como sub humanos a extinguirse en los zoológicos. Es de estadistas esgrimir razones, no incendiar pasiones. Es de valientes y cuerdos extender las primeras manos por la tregua, sobrepasando a los provocadores. Youssef Al Quaid, sin amilanarse, evidencia con enjundia y arte que en las guerras la sangre primera y más abundante la ponen los pobres, por esa antigualla, absurda- ya erradicada en muchos países democráticos- que es el servicio militar obligatorio. Los que quieran prepararse para matar a otros seres humanos que entren a los ejércitos como profesionales. La trama del tomo de hoy desnuda las miserias que se cometen para que unos cumplan y otros no, con esa cuestionable forma obligatoria de servir a la patria.‘Paz sin fronteras’ han cantado miles de personas el domingo pasado en Colombia, en las explanadas del puente Simón Bolívar. ¡Viva! Se ha publicado Masri el hombre del Delta en ciento noventa y una páginas con el sello de Editores Noguer y Caralt, colección Galería Literaria. Como colofón, el mundo de los libros no tiene linderos. Visité en son de paz, con ilusión y emergí emocionado de ‘Confederate Books’, allí en la Calama 410 y Juan León Mera, en Quito, la librería del gringo Dr. William Grochowski. Recordé París y sus sótanos letrados. Libros usados, en otros idiomas.

"He aprendido una lección: nuestro país es como los gatos que se comen a sus crías sin piedad. Las propias crías se comportan como animales, devorando el fuerte al débil. Observemos atentamente nuestro país actual. Es un mundo extraño, minado y seguro a la vez, simple y complejo, amable y detestable, saciado y hambriento". Pág. 135

Datos biográficos

Youssef Al Quaid, egipcio de nacimiento, es uno de los más destacados representantes de las generaciones de novelistas en lengua árabe, que tan decisivo y relevante papel literario han alcanzado en las últimas décadas del siglo XX, como exponentes de un acervo cultural altamente enriquecedor.

Dr. Oswaldo Paz y Miño
Gentileza de "Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/

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