“La existencia de un gran escritor es un milagro, el resultado de tantas convergencias fortuitas como las que concurren a la eclosión de una de esas bellezas universales que hacen soñar a toda generación. Por cada gran escritor, cuántas malas copias tiene que ensayar la naturaleza? ¡Cuántos Joyces, Kafkas, Célines flous, velados o sobreexpuestos habrán existido!”
Julio Ramón Ribeyro. ‘Prosas apátridas’. Editorial Planeta, pág. 14.
Paul Auster es un gran escritor, que a nadie le quepan dudas. Sin embargo, algunos malévolos en ejercicio perverso lo anunciaban desgastado, perdido y lo sentaban a vivir de las rentas, terminado y recluido en sus cuarteles de invierno. Pues los ha callado, y cuando a él le ha dado la gana -no faltaba más- ha puesto en el tapete una novela magistral, una más que se añade a su grandes obras, pero que marca diferencias. Si se tratara de música, diríase que ha presentado una sinfonía excelsa, que por la gestión librera de Mr. Books -hay que decirlo- podemos tenerla en casa, en la estantería de los libros preferidos.
Invisible es una novela que pasará a vivir tangiblemente en la memoria de nuestros lectores, estamos seguros de ello. Aquellos leyentes que tengan la sensibilidad, el juicio y el buen gusto instalados en sus respectivos espacios, en el cerebro y en el espíritu, han de escogerla y disfrutarla palmo a palmo.
El autor ha hecho acopio en ella de todo su arte, de su manifiesta erudición, de su talento sin par. Un tomo metaliterario que brilla con luz propia, en el que consta sin recato el estilo maravilloso de Auster de sobreponer narraciones que en un solo cuerpo deslumbran al lector más voraz, más experimentado. Pocos tienen tal don. Invisible es una obra que se ha escrito para quedarse en el tiempo. El escritor francés Marcel Prévost, ante la emoción que produce una bella lectura, decía: “El hallazgo de un buen libro puede cambiar el destino del alma”.
La novela es un viaje entre máscaras y paradojas, entre mentiras y verdades, entre deseos escondidos y repasos provocadores de la memoria, que pueden tocar fibras íntimas que los lectores desconocían tener. Un recorrido de vidas que no fueron tales porque vivieron llenas de miedo. Letras que abrirán y cerrarán ventanas, diarios sin completar, parrafadas pasionales, encendidas, brutales, de psicoliteratura y atrevidas tramas que no conceden espacio a la hipocresía cuando detallan relaciones de un amor tabú, en el que el sexo es, como en toda relación de pareja, fundamental y en la narrativa, delicioso. No se menciona en la reseña cual el ‘pecado’, porque el elemento sorpresa es importante para incitaros a leerla.
