Carlos Julio Arosemena: 'No me importa el juicio de la Historia'
Dr. Oswaldo Paz y Miño J.

Carlos Julio Arosemena Monroy. Un Presidente irrepetible. 
Un "Pelucón" sabio. Uno de los que hacen falta al Ecuador.

Cuatro entrevistas 1985, 1987, 1999, febrero 2002, preguntas y respuestas biográficas. El pensamiento coherente de un hombre en distintas épocas. Un libro exquisito. Una tarea de trascendencia del Periodista Carlos Calderón Chico. Un personaje de excepción el entrevistado. Más allá de cualquier análisis subjetivo, 'mogigatoide' particular y por ello interesado de quien lo haga. Carlos Julio Arosemena Monroy es un hombre que se ha hecho un lugar en la Historia del Ecuador, entre otras cosas importantísimas de su vida, por una cualidad que no todos los seres humanos muestran en su verdadera dimensión: Autenticidad. Este guayaquileño de pura cepa. Ex Presidente de la Republica. Polémico, brillante, culto hasta la médula, millonario en lecturas, punzante, lapidario, sentencioso, despiadado en el debate político, contundente en la argumentación, enigmático pero transparentemente humano, respetado y respetable, ha dejado lecciones de vida allí por donde ha ido. Sí, lecciones de haber transitado por este mundo viviendo el día a día plenamente y por los cuatro costados. Que para eso nos puso la creación en este mundo, para plantarle cara, para batirse con valor y sobre todo dignidad en las circunstancias en que nos correspondan los desafíos. Y Arosemena tuvo muchos. El libro da cuenta de tantos.

"La dictadura enana" en palabras de su ex canciller, a la que usted estigmatizó con el adjetivo de los "coroneles de la traición" ¿a qué intereses obedeció? Respondían a órdenes de una potencia extranjera. Pág. 39

 

El Ex Presidente Ecuatoriano a través de una estupenda recopilación de entrevistas realizadas por un agudo, enterado y humano, profesional, como se presiente a Carlos Calderón Chico, en esta obra, abre su corazón, su mente y su cuerpo, para descarnadamente responder, a más o menos 590 preguntas, que son: 

 

"Casi veinte años de diálogos, solos con la complicidad de una grabadora." Pág. 11.-

Una parte de la historia dicha en directo, expresada sin tapujos, sin reparos y mirando de frente, con altivez y sin concesiones, reviviendo pasiones.".

 

Un ex integrante de la Junta Militar del año 63, en un artículo aparecido en el Diario el Comercio, hace años, decía que cuando fue ministro de Defensa usted intentó derrocar al doctor Velasco Ibarra. ¿Qué hay de cierto? Esa es una bellaquería de Marcos Gándara Enríquez. Gándara fue un bellaco, despreciado siempre por todos sus compañeros, por eso es que fue una especie de "germen infeccioso" aislado; fue promocionado por la palabra de un hombre a quien le tuve mucho afecto, el general Alberto Enríquez Gallo, quien al parecer tuvo algún parentesco con Gándara. Él me dijo que Gándara sería un hombre muy leal a la Constitución, a la Bandera y a las Fuerzas Armadas. Por eso le di un cargo de importancia." Pág. 27.

 

Al 'toma y daca', frente a frente, el periodista y el personaje protagonista de una ración histórica de la Patria. 

 

La entrevista es de largo aliento, duró 20 años, se volvió nutritiva y apasionante. Se ha plasmado testimonialmente y su decir revitaliza la figura de un hombre que se ha ido sin irse, que no se ha marchado y no se ha despedido. Que se ha retirado a sus cuarteles de invierno. El Ecuador agrega páginas que estaban ocultas y que en el tiempo, con otros hombres y nombres reciclan situaciones y presiones, fortalezas y debilidades. Esas de los pobres y los ricos." Estuvo Francisco Acosta Yépez.

 

Yo di órdenes terminantes a mi canciller, quien me informó que de los países que nos habíamos comprometido a no romper con Cuba, dos ya cedían. Le dije al ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Acosta Yépez: "Aún cuando nos quedemos solos, nosotros no rompemos con Cuba", por razones tales y cuales, una de ellas porque yo había recibido una carta muy delicada, muy culta del presidente John F. Kennedy pidiéndome que ojalá el Ecuador acompañara a los Estados Americanos con su voto para expulsar a Cuba de la OEA. Yo le respondí a Kennedy, aun cuando en verdad apreciaba la gentileza de sus términos, que toda carta que dirigía el presidente de una gran potencia al presidente de una pequeña nación, entrañaba una orden y que yo no aceptaba esa orden y que además la expulsión de Cuba no era jurídica." Pág. 37.

 

Tintos de por medio el lector puede ser parte de la tertulia, y beberse el libro, que a eso impulsa. Delicioso, franco como el aroma del café o de un buen habano. Tiempo es lo que ahora le falta al hombre sobre el cual tanto bueno y de lo otro se ha dicho, generación, tras generación. Está ahora enfermo, lejano del mundanal ruido. La sociedad que tanto se metió con él, siente su ausencia. Tantos de dudosa reputación lo acometieron y se rasgaron las vestiduras. De ellos nadie se acuerda.

 

"Aquello de los vicios masculinos que se le imputó, fue la causa para derrocarlo.

 

"Yo no me arrepiento de nada de lo que he hecho, señor periodista. El día en que me vaya al infierno le diré a Satanás:" Aquí viene Carlos Julio Arosemena, con sus ideales y sus vicios" Punto final. No me defiendo de nadie, ni necesito defenderme de nada, ni me importa la opinión que tenga de mí la gente." Pág. 38.

 

Recuerdos sí tenemos los que bordeamos los cincuenta del estruendo de los aviones Canberra sobre el Palacio de Gobierno. Fotos en los diarios daban cuenta del golpe de estado contra Arosemena Monroy. La psicosis generalizada del comunismo que se propagaba como viruela y la figura de Fidel Castro como la personificación de Satanás en la Tierra. Eran otros tiempos tal vez sí, tal vez no.. 337.- Febres Cordero fue presidente o estadista?

 

No, él fue presidente. Presidente es el que gobierna los cuatro años para los cuales lo eligen: el estadista piensa en un país cuarenta años más tarde. Así es, yo no creo que Febres Cordero sea un lector empedernido como lo es usted, como lo soy yo, pero sí creo que ha leído obras de interés social, no solamente profesional, pero cada uno tiene una vocación para algo, usted me pregunta de caballos y yo nada sé. En cambio, él es una autoridad en materias equinas." Pág. 336.

 

En este juego de intelectos, de conocimientos, de talentos 'bis a bis', no caben las circunstancias efímeras del triunfo o de la derrota. Solo quedan los diálogos, las palabras que dichas han sido buriladas en un libro de Editorial Planeta, que refresca nuestra historia con el verbo de Arosemena Monroy. 

 

- ¿Usted cree en la palabra de la Iglesia Católica?

 

En la Palabra. En el mensaje de humildad, de solidaridad de la Iglesia Yo no creo hoy día ni siquiera en el Papa. No creo nada con los ojos cerrados. Yo reflexiono, medito, si me gusta una tesis, una idea, la acepto y si no, la impugno. Este género. La entrevista es tal y como una partida de ajedrez en el que se ponen en juego muchos recursos técnicos y psicológicos. Hay que mover las fichas con prudencia, respeto y audacia. Ha de obtenerse lo que en este libro se ha logrado, respuestas concretas, sabias, explosivas, tiernas inclusive. Nunca se rompió el cordón de plata entre el periodista y el entrevistado, por ello duro el casete tanto tiempo. Hubo conversación para rato: 

 

"Para los datólogos, es decir para aquellos que aman la precisión histórica, la última entrevista tuvo lugar en su villa (la de Arosemena) de la calle Los Ríos, entre Vélez y Luque, un sábado 2 de febrero de 2002, a las diez de la mañana, diálogo que se extendió hasta las doce del día, hora en que su enfermera ­preocupada- me hizo una señal, indicándome que él debía descansar." Pág. 11.

 

-Quedan temas sin responder. Lo dice el coprotagonista del Libro, que es su autor. El entrevistador que con profundidad domina el género y por ello deja al entrevistado la portada de fondo y de forma. Juntos hacen el contenido. Carlos Calderón Chico no consumió su tiempo en vano, le regala al Ecuador un trabajo que cierra un ciclo y que era necesario. El testimonio en vivo de un hombre completo al que la historia absolverá, aunque a él mismo no le importe el juicio de la historia... Ni falta que le hace.

Dr. Oswaldo Paz y Miño
Texto publicado en Diario La Hora  

Semana del 21 al 27 de septiembre del 2002

Autorizado por el autor
La Hora

Gentileza de "Desde la Acacia: la vitrina de los libros y autores"
http://lavitrinadeloslibrosyautores.blogspot.com/

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