Globalización, sociedad del conocimiento y sujeto.
por Luis Parás González

Introducción.

La revolución en la tecnología de la información y la comunicación, vinculada estrechamente, y en acción recíproca, con el desarrollo de la ciencia, la práctica social y  los procesos globalizadores en general, ha dirigido las miradas de la contemporaneidad hacia la posibilidad de la emergencia de una sociedad del conocimiento, donde los problemas esenciales del ser humano se resuelvan  a través de la información[1].

En los tiempos actuales el tema de la sociedad del conocimiento ha tomado una importancia extraordinaria, como resultado de la presencia de la sociedad postindustrial[2] y  la revolución producida en la tecnología de la información y la comunicación, entre otros factores económicos condicionantes que han influido en la aparición de las metrópolis, “concepto aplicado a la expansión demográfica, espacial y funcional de las ciudades, especialmente para aquellas mega ciudades cuyas actividades alcanzan alta complejidad. Según diferentes escalas de análisis, se distinguen las metrópolis regionales y las nacionales. A partir de las últimas décadas del siglo XX se comenzó a utilizar el concepto de metrópolis o ciudades globales”[3].

 “Se trata de amplias regiones urbanas con núcleos espacialmente discontinuos pero conectados por las redes de autopistas, ferrocarriles de alta velocidad, redes modernas de telecomunicaciones y de informática (conocidas como autopistas de la información)[4]. En tales condiciones el conocimiento se amplía y enriquece de modo nunca antes visto, hasta devenir fuerza intelectual decisiva para los procesos productivos, pero al mismo tiempo, hay que verlo con sospecha, para evitar que sólo sirva a los intereses de las grandes transnacionales, como está ocurriendo en el mundo actual, con el imperio de la globalización neoliberal. Hay que evitar que la “sociedad del conocimiento”, si realmente existe, se convierta en una sociedad de “elegidos”, excluyente. Por eso el humanismo no puede faltar en los proyectos científicos, pues la ciencia y el saber deben marchar juntos con las grandes masas, con los intereses de las naciones y del mundo. Esto significa que la educación y la cultura, guiadas por  el humanismo, tendrán mucho que decir y hacer. De lo contrario, la sociedad del saber será infecunda y huérfana de ideas. Sus grandes aportes científicos no se pondrán en beneficio del ser humano, sino en función de la guerra y la inhumanidad enajenante.

¿Cómo asumir la sociedad del conocimiento? ¿Cuáles son sus perspectivas,  alcances, y qué riesgos y desafíos trae consigo en el mundo en que vivimos? ¿Cómo deben asumirla las Universidades y otros centros científicos dedicados a producir conocimientos? ¿Se requiere de una nueva epistemología de la educación, y de la educación  superior, en particular, para lograr una aprehensión cultural y humana del conocimiento y sus resultados.

Existen varios acercamientos conceptuales y hermenéuticos en torno a la sociedad del conocimiento, en correspondencia con la visión del mundo del hombre y del conocimiento que se posea. Estas aproximaciones van desde las que se circunscriben al conocimiento puro, al margen de contextos y determinaciones, hasta las que poseen un  abordaje complejo y cultural humanista, que propicia la conjunción orgánica del conocimiento, con los valores y la práctica social. Jorge Núñez, propone, con argumentos sólidos, que aceptemos la idea de «sociedad del conocimiento» en un sentido específico: ella capta la relevancia que tiene hoy la ciencia y la tecnología, la información, la calificación permanente de las personas en el mundo del trabajo. Así vista es una tesis movilizadora del esfuerzo por la superación: en medio de una avalancha tal de información, nuestros conocimientos se hacen obsoletos muy rápidamente y la educación tiene que ser ininterrumpida[5].

En los  escenarios globalizadores donde la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías de la información asumen un protagonismo nunca imaginado, es preciso reflexionar  sobre la posición del hombre como sujeto individual y social. Una aproximación al significado de la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías de la información en la preeminencia del hombre como sujeto es el propósito del presente artículo, que incursiona breve mente además en la creación del espacio Monterrey sociedad del conocimiento.

Desarrollo

Hablar de globalización  resulta  complejo, sobre todo porque en su más esencial enfoque  se refiere al intento de desarrollar múltiples vínculos e interconexiones para unir  a los países. Algunos autores asocian el término con  diferentes criterios, unos  hacen referencia a la expansión de la tecnología informática, otros al  mayor nivel de interacción económica, otros lo relacionan , con la apertura de espacios de mercado y la movilidad de capitales, y  con la homogenización cultural como producto del cambio de relaciones sociales, resultado de la modernidad. Según la definición de Hallak, la globalización es: “la combinación de la liberalización de los intercambios de bienes y servicios, así como de movimientos capitales a nivel internacional” [6]

La globalización se refiere a  los procesos políticos, económicos, sociales y ecológicos acontecidos  actualmente a nivel mundial, generadores  de  una mayor interrelación económica entre los países, promoviendo  avances tecnológicos y  la apertura de los mercados capitales y la interdependencia económica de los países, así como también  la transacción de bienes y servicios que generan mayor desigualdad de oportunidades entre países subdesarrollados.

La globalización afecta las esferas que de alguna  forma  pertenecen a la política educativa, pues lo cambios económicos, las innovaciones tecnológicas y sus aplicaciones, han marcado un reto  que  ha convertido en un factor necesario la aspiración del  desarrollo sostenido, para alcanzar la trasformación productiva con equidad,  incrementar la justicia social,  fortalecer la integración, la participación y la competitividad.

Así  la definición de globalización se encuentra en un marco de   interpretación insertado en  el campo del desarrollo, ante fenómenos como  la economía mundial, los escenarios sociales, las influencias sociales, políticas, así como  los sistemas de comunicación e interacción mundial.

Independientemente de las diferentes concepciones en torno  a la globalización,   lo que resulta  innegable son   las trasformaciones que ha provocado, ya que se ha transitado de  la sociedad industrial a la sociedad  del conocimiento, generando cambios estructurales en aspectos económicos, políticos y educativos.

Los efectos de la globalización han implicado  que las sociedades contemporáneas se enfrenten al reto de proyectarse y adaptarse a un proceso de cambio que desemboca en las llamadas  Sociedades del Conocimiento.

Este proceso es dinamizado esencialmente por el desarrollo de nuevas tendencias en la generación, difusión y utilización del conocimiento, y está demandando la revisión y adecuación de muchas de las empresas y organizaciones sociales, así como  la creación de otras nuevas con capacidad para asumir y orientar el cambio.[7]

La Sociedad del Conocimiento se refiere a  una sociedad con capacidad para generar, apropiar, y utilizar el conocimiento para atender las necesidades de su desarrollo y  construir su propio futuro, convirtiendo la creación y transferencia del conocimiento en herramienta de la sociedad para su propio beneficio. Tales  transformaciones  sociales  han llevado a acuñar diversos términos para entender estos cambios como lo son “Aldea Global”  “Sociedad post industrial” “Sociedad de la información” y “Sociedad del Conocimiento”

No obstante, esta terminología lleva a aclarar la diferencia entre el concepto de “información” y el concepto de “conocimiento”, ya que la información es efectivamente un instrumento del conocimiento, pero no es el conocimiento en sí, el conocimiento obedece a los elementos que pueden ser comprendidos por el ser humano al poner en práctica sus procesos cognitivos, mientras que la información está constituida  por   elementos tales como el discurso y los datos  a transmitirse y que requieren de elaboración e  interrelación  tanto por personas como por procesadores tecnológicos de información, nacidos principalmente por  intereses comerciales.[8]

El concepto de “sociedad de la información”  ha sido tema de reuniones de los países más poderosos del mundo, lo que ha llevado a la construcción de una política ideológica cuya principal meta ha sido impulsar  la instauración de un mercado mundial abierto para acelerar la globalización económica, por lo que su imagen pública está más asociada a aspectos que han resultado ser mas amigables para la sociedad como el Internet, la telefonía celular y  la televisión por satélite, entre otros. Así la sociedad de la información ha asumido la función de ser un medio esencial de la globalización cuyos beneficios podrían estar al alcance de todos.

En este contexto, las sociedades de la información surgen con el uso e innovaciones intensivas de las tecnologías de la información y las comunicaciones, donde el incremento en la transferencia de información, modificó en muchos sentidos la forma en que se desarrollan las actividades en la sociedad moderna dando lugar al término “ sociedad del conocimiento”

El término de “sociedad del conocimiento” emergió hacia finales de los años 90  empleado particularmente en los ámbitos  académicos. La UNESCO ha adoptado una variante del término como “sociedades del saber” dentro de sus políticas institucionales, buscando incorporar una concepción más integral que trascienda lo meramente económico.

El desarrollo de la tecnología ha sido el factor clave  en la sociedad contemporánea generando cambios sociales y modificando radicalmente las formas de vida y  la concepción de nuevos valores sociales debido a los cambios en los sistemas de producción, en lo político y administrativo

De tal manera que se puede concebir a una sociedad del conocimiento como el conjunto de comunidades, empresas y organizaciones que avanzan gracias a la difusión, asimilación, aplicación y sistematización de conocimientos creados y obtenidos localmente, o accesados del exterior, donde el  proceso de aprendizaje se potencia en común, a través de redes, empresas, gremios, comunicación inter e intrainstitucional, entre comunidades y países. Una sociedad de aprendizaje significa una nación y unos agentes económicos más competitivos e innovadores; donde  se  eleve la calidad de vida a todo nivel.

La sociedad  del Conocimiento ha sido caracterizada desde diversas perspectivas y por varios autores a   partir de los cuales podemos generalizar que posee dos rasgos  esenciales: la conversión del conocimiento en factor crítico para el desarrollo productivo y social y  el fortalecimiento de los procesos de aprendizaje social, como medio para asegurar la apropiación social del conocimiento y su transformación en resultados útiles, en donde la educación juega el papel central.

Sin embargo,  la sociedad del conocimiento es aún una etapa no totalmente  alcanzada por la civilización, ya que los efectos negativos generados por  la globalización como la desigualdad en el acceso a las tecnologías de información y las carencias en aspectos cruciales en la calidad y cantidad del impacto de la educación, han generado una alta competitividad en el conocimiento, alejándolo de la idea  de ser un bien público al que solo tiene acceso  una minoría de la población, provocando así una deshumanización de las sociedades actuales.

La expansión tele comunicativa del mundo depende de exclusividades sociales,

 barreras y posibilidades de participación política, hegemonías culturales y nuevos patrones económicos de distribución mal equilibrada.

“Forjar una sociedad del conocimiento, si bien es concebida como la antesala  del desarrollo económico de un país, implica entonces comprender cada vez mejor cómo funciona una sociedad, sus normas, las relaciones de poder entre sus componentes, la estratificación social y las fuentes de cambio en pro del desarrollo”.[9]

Ya existen ciudades del conocimiento  alrededor del mundo como Liverpool, Sheffield, Southampton, Barcelona, Berlin, Hong Kong Melbure, el corredor Houston – San Antonio y recientemente la ciudad de Monterrey en México, fue  concebida como tal en el 2004,  a través del  “Programa Monterrey Ciudad Internacional del Conocimiento” como   una  alianza entre los distintos sectores de la comunidad para detonar una economía en la cual se crea, se transmite, se adquiere y se utiliza el conocimiento con mayor efectividad por sus ciudadanos y sus organizaciones con el objetivo de promover el desarrollo económico y social de la propia comunidad, fundamentado  en las siguientes estrategias:

1. Rediseñar la agenda del sistema educativo de N. L.

2. Atraer centros de investigación y empresas de innovación y desarrollo tecnológico, además de fomentar los centros existentes.

3. Promover la innovación en las empresas existentes.

4. Crear nuevas empresas de innovación.

5. Equipamiento urbano y cultural que propicie los Parques del Conocimiento y fomente la creatividad.

6. Difundir la nueva cultura.

EL programa de Monterrey, Ciudad internacional del conocimiento, destaca tres elementos principales para el conocimiento sustentable relacionados con el desarrollo cultural, económico y social a partir de los criterios de una comunidad  competente tecnológica y solidaria.[10]

Ante  la tendencia de la concepción de una  sociedad del conocimiento  o aprendizaje se plantean profundas y nuevas exigencias de adaptación del hombre a sus relaciones con la tecnología y la ciencia, pues se ha llegado a reconocer que la supertecnologización termina por imponer un aislamiento del sujeto, así se vive un importante problema cosmovisivo relacionado  con la necesidad de replantearse a profundidad el qué, el cómo, el cuándo y el para qué de la actividad del sujeto en la sociedad global del conocimiento para justificar su existencia y su quehacer y estar acorde con las necesidades de las tendencias mundiales, sin  perder lo más preciado del hombre en su dimensión espiritual.

Para comprender la problemática del sujeto en la sociedad del conocimiento y especialmente  con relación a las nuevas tecnologías de la información, debemos remontarnos a los dos grandes momentos de la modernidad y las posmodernidad para contextualizar el asunto que nos ocupa.

El pensamiento científico positivo de la modernidad acostumbró a apreciar   los modos de conocer a través de las certidumbres científicas, ayudó a conformar un pensamiento pragmático y objetivista con  esperanza ciega e ilimitada en el poder de la ciencia.

La post-modernidad es   sin embargo   es una época que inaugura unos modos de conocer mediante las incertidumbres, la subjetividad y la movilidad de las significaciones sociales, con  un nuevo paradigma tecnológico, basado en el discurso de las redes, las comunicaciones y el pensamiento complejo, de lo cual se deriva  la necesidad de volver al pensamiento teórico, a la reflexión crítica, en el campo de las ciencias,  revisar sus bases , revertirlas y rescatar el lugar del sujeto y las relaciones del lenguaje en la producción científica en este campo. Como afirma Morin, es preciso comprender que se vive en parcelas de certidumbre,[11] porque se han derrumbado las antiguas nociones en torno al poder grandioso de la ciencia para explicar todos los acontecimientos naturales y sociales.

La inserción de las nuevas tecnologías de la computadora, las comunicaciones y la informática, conocidas abreviadamente como TICs, ha creado modificaciones, transformaciones y cambios significativos en el ambiente laboral y de aprendizaje. Se discute con profundidad el carácter de los cambios, con unos partidarios de que son positivos para  mejorar el destino del hombre sobre la tierra y otros, tendientes a afirmar que son más bien negativos. Pienso que todas las posiciones son extremas  y que los impactos de la globalización en general y de las TICs en particular deben ser enfocados con sospechas, pero sin nihilismos excluyentes.

El hombre  y su inserción social que debe ser la aspiración suprema de todos los adelantos, se ve profundamente conmocionado en la nueva era porque las  nuevas tecnologías ya han efectuado cambios en las formas de relaciones entre personas,  entre  organizaciones, países y sociedades, porque la noción fundante de  la sociedad red, plantea nuevos desafíos epistemológicos y cosmovisivos.

El concepto de identidad personal y colectiva es importante para analizar los efectos de la tecnología y de los medios en cualquier ámbito de actividad humana, incluyendo el trabajo. La identidad ha sido impactada en el mundo laboral por efecto de las TICs, cambiando las formas de construcción del “yo”.

En general, se puede observar que el trabajo ha perdido su papel tradicional como elemento central de construcción de identidades dentro de la sociedad desde el final del Siglo XX. La identidad del trabajador se transforma en las actuales condiciones y se agudizan  los procesos de enajenación. Las TIcs han iniciado transformaciones en la acción y escenario laboral y también  en los esquemas cognitivos de individuos y organizaciones. Como efecto positivo, la invención e inserción de la computadora permitió la transición paradigmática del conductismo hacia las ciencias cognitivas, lo cual trajo como ventaja el rescate de la comprensión  de  cómo el ser humano configura, procesa, ordena, y transforma el entorno en general, y en específico, el laboral, educativo y personal.

Las TICs producen nuevas formas de relación, no solamente interpersonales sino intrapersonales, particularmente en cuanto a las formas, medios, niveles y cantidad de operaciones cognitivas laborales que pueden realizarse simultáneamente o en períodos cortos de tiempo. La nueva construcción de la colectividad por la interrelación de los sujetos, así como los procesos comunicacionales, ha sufrido cambios significativos con la nueva forma de trabajar el tiempo, el espacio y los medios en el escenario laboral que incluye nuevas formas de auto-organización y  auto-gestión en el empleado:“… la comunicación no es un mero proceso de transmisión de información sino que es el proceso mediante el cual nuestro entorno adquiere realidad”[12]

En lugares donde las TICs han sido implementadas, y donde se usan con regularidad siendo ya parte “natural” del escenario del trabajo, se destaca la configuración de nuevos conocimientos, destrezas y actitudes sobre el uso de la tecnología. Se establece el manejo y el dominio de algunas destrezas y herramientas como extremadamente necesarias, tales como:  las reuniones grupales en teleconferencias;  las tele clases o adiestramientos por medios electrónicos;  Módulos tutoriales electrónicos para solución de problemas;  correo electrónico (email);  correo de voz (voice-mail);  el uso de buscapersonas (pagers); ) el manejo de la intranet corporativa u organizacional;  paquetes de proyectos y tareas administrativas (maneagement);  herramientas grupales (groupware software) y  inserción de la tecnología para el alcance y éxito de las metas y objetivos laborales.[13]

El manejo del conocimiento, y del conocimiento mismo, está cambiando hacia nuevas configuraciones que responden a la integración moderna y postmoderna de la nueva perspectiva ser humano/ máquina en donde tiempo, espacio e identidad se reconfiguran. La complejidad, no solo por cantidad, sino por operaciones cognitivas e  instrumentales en el nuevo mundo digital, obliga a re-organizar en el imaginario público, y en  las construcciones y representaciones sociales nuevas formas de abordaje al rol, condiciones, conocimiento, destrezas, habilidades, consecuencias y operaciones fundamentales para dar continuidad exitosa al desempeño laboral.[14] Así,   todos reconocen que continuaremos haciendo las mismas tareas laborales,   de forma distinta, con la impostergable necesidad de  reconocer que la tecnología, por sí sola, no  funcionará bien si no se propicia  un adecuado equilibrio   entre los seres humanos y adelantos  científico  tecnológicos.

 Se deben reconocer, también  los nuevos problemas que las TICs han implicado sobre todo en el problema de la subjetividad y la necesaria socialización de los seres humanos. Paradójicamente  en la era de las comunicaciones en que se navega en las grandes autopistas de la información y nos conectamos con una celeridad  inusitada, el hombre puede estar solo y enajenado en su relación con la máquina.

A modo de conclusiones:

Las nuevas tecnologías, si se emplean humanamente, no sólo favorecen la comunicación multidireccional, sino  su real eficacia educativa que radica en  ayudar a garantizar mejores, conscientes y creativos procesos de aprendizaje permanente,  con posibilidades de acceso para todos. No debe olvidarse  que   en la mayoría de las ocasiones la tecnología altamente desarrollada abre abismos infranqueables entre los países.

Es necesario un  enfoque renovado y pertinente al siglo XXI para que se produzca la comprensión y actuación necesarias en torno al enorme impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad global del conocimiento y de estas en todo el proceso de reinserción  y redescubrimiento del hombre. En tal contexto es preciso comprender la necesidad de la articulación y discusión de los análisis filosófico-epistemológicos, semiológicos, sociopolíticos, culturalistas, educativos en una discusión crítica global,  provisoria, plural  y de  síntesis, desde un enfoque cultural y complejo, donde el conocimiento y los valores sean visto en una unidad tal que garantice la valoración de la condición humana y la preeminencia del hombre como sujeto.

Bibliografía:

Carta informativa del IIPE vol. XVI No 2.  “La reconstrucción y la trasformación de la educación Desafíos del siglo XXI”, 1998.

Clark I: 200) artículo. http://www.voltairenet.org/article149351.html

http://www.mtycic.com.mx/acercade.html

Gil Suárez, A. Foro: Nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación. IX Congreso de Psicología Social. Coruña.

Ponencia: Nuevas tecnologías de relación. Tomado de: http://72.14.203.104/search?q=cache:Rme5fhwwZ1oJ:portal.uoc.edu/

west/media/F-306-591.pdf+construccionismo+social+y+tics&hl=es&gl=pr&ct=clnk&cd=8

Malhotra, Yogesh. (1993). Role of Information Technology in Managing Organizational Change and

Organizational Interdependence [WWW document]. URL http://www.brint.com/papers/change/

Morin Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Francia. UNESCO, 1999

Núñez, Jover, J. La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Editorial Félix Varela, La Habana, 1999.

The Top 10 Virtual Management Skills (1996). Tomado de:http://www.topten.org/content/tt.AB13.htm

Notas:

[1] Por supuesto, este criterio hay que mirarlo con sospecha, como bien lo hace el Dr. Núñez: “1.Crece aceleradamente el ritmo de producción de conocimientos. Se asume que el 90 % de los científicos que han existido están vivos, cálculo que realizara Price (1973), y según él mismo el número de PhD se duplica cada 15 años. Desde 1750 las revistas científicas se han venido multiplicando por un factor de 10 cada 50 años y doblando cada 15 años. También se multiplican exponencialmente patentes, especialidades, obsolescencia de conocimientos y formaciones.

 Se reduce el tiempo necesario para transformar el conocimiento básico en ciencia aplicada y esta en tecnología. 3. Las sociedades capitalistas avanzadas son meritocráticas: es el conocimiento quien define la movilidad social de las personas y el poder de las naciones” (¿Vivimos en la sociedad del conocimiento? En del propio autor: Núñez, J. La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Editorial Félix Varela, La Habana, 1999, p. 86.

[2] “Sociedad postindustrial, estructura social en la que predomina el sector terciario de producción, y que se caracteriza por un alto grado de automatización y por el desarrollo de la cibernética.

El concepto de sociedad postindustrial, del que es autor el sociólogo estadounidense Daniel Bell, surge a principios de 1970 y pretende explicar los cambios sociales y económicos que se producen en las últimas décadas del siglo XX. Según esta idea, el progreso y los planteamientos políticos que producen el cambio social se basan en el conocimiento teórico. (Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos).

[3] Ibídem.

[4] Ibídem.

[5] Núñez, Jover, J. La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Editorial Félix Varela, La Habana, 1999, p. 86.

[6] En la conferencia sobre “La reconstrucción y la trasformación de la educación Desafíos del siglo XXI”, 1998 tomado de la carta

informativa del IIPE vol. XVI No 2.  

[7] La noción de Sociedad del Conocimiento fue utilizada por primera vez en 1969 por Peter Drucker, en su libro “La sociedad post-capitalista”, en el que destaca la necesidad de generar una teoría económica para colocar  al conocimiento en el centro de la producción de riqueza. Al mismo tiempo, señalaba que lo más importante no era la cantidad de conocimiento, sino su productividad; en este sentido, reclamaba para una futura sociedad  el convertirse en una sociedad del conocimiento en la que el recurso básico sería “el saber”.

[8] El término que introdujo el sociólogo estadounidense Daniel Bell en 1973 bajo la noción de “sociedad de la información” en su libro “El advenimiento de la sociedad post – industrial” postula que los servicios basados en el conocimiento habrían de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una sociedad apuntalada en la información; esta expresión reaparece con fuerza en los años 90 en el contexto de desarrollo de las tecnologías de información y comunicación.

[9] (Clark I: 2007) articulo. http://www.voltairenet.org/article149351.html e igualmente  conlleva a una profunda reflexión sobre el destino del sujeto individual en esta sociedad

[10]  Ver http://www.mtycic.com.mx/acercade.html

[11] Ver Morin Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Francia. UNESCO, 1999

[12] Gil Suárez, A. Foro: Nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación. IX Congreso de Psicología Social. Coruña. Ponencia: Nuevas tecnologías de relación. Tomado de: http://72.14.203.104/search?q=cache:Rme5fhwwZ1oJ:portal.uoc.edu/west/media/F-306-591.pdf+construccionismo+social+y+

tics&hl=es&gl=pr&ct=clnk&cd=8

[13] The Top 10 Virtual Management Skills (1996). Tomado de:http://www.topten.org/content/tt.AB13.htm  

[14]  Malhotra, Yogesh. (1993). Role of Information Technology in Managing Organizational Change and Organizational Interdependence [WWW document]. URL http://www.brint.com/papers/change/ 

Luis Parás González

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