Globalización, sociedad del conocimiento y sujeto. |
Introducción. La
revolución en la tecnología de la información y la comunicación,
vinculada estrechamente, y en acción recíproca, con el desarrollo de la
ciencia, la práctica social y los
procesos globalizadores en general, ha dirigido las miradas de la
contemporaneidad hacia la posibilidad de la emergencia de una sociedad del
conocimiento, donde los problemas esenciales del ser humano se resuelvan
a través de la información[1]. En
los tiempos actuales el tema de la sociedad del conocimiento ha tomado una
importancia extraordinaria, como resultado de la presencia de la sociedad
postindustrial[2] y la
revolución producida en la tecnología de la información y la comunicación,
entre otros factores económicos condicionantes que han influido en la
aparición de las metrópolis, “concepto aplicado a la expansión demográfica,
espacial y funcional de las ciudades, especialmente para aquellas mega
ciudades cuyas actividades alcanzan alta complejidad. Según diferentes
escalas de análisis, se distinguen las metrópolis regionales y las
nacionales. A partir de las últimas décadas del siglo XX se comenzó a
utilizar el concepto de metrópolis o ciudades globales”[3]. “Se
trata de amplias regiones urbanas con núcleos espacialmente discontinuos
pero conectados por las redes de autopistas, ferrocarriles de alta
velocidad, redes modernas de telecomunicaciones y de informática
(conocidas como autopistas de la información)[4].
En tales condiciones el conocimiento se amplía y enriquece de modo nunca
antes visto, hasta devenir fuerza intelectual decisiva para los procesos
productivos, pero al mismo tiempo, hay que verlo con sospecha, para evitar
que sólo sirva a los intereses de las grandes transnacionales, como está
ocurriendo en el mundo actual, con el imperio de la globalización neoliberal.
Hay que evitar que la “sociedad del conocimiento”, si realmente
existe, se convierta en una sociedad de “elegidos”, excluyente. Por
eso el humanismo no puede faltar en los proyectos científicos, pues la
ciencia y el saber deben marchar juntos con las grandes masas, con los
intereses de las naciones y del mundo. Esto significa que la educación y
la cultura, guiadas por el
humanismo, tendrán mucho que decir y hacer. De lo contrario, la sociedad
del saber será infecunda y huérfana de ideas. Sus grandes aportes científicos
no se pondrán en beneficio del ser humano, sino en función de la guerra
y la inhumanidad enajenante. ¿Cómo
asumir la sociedad del conocimiento? ¿Cuáles son sus perspectivas,
alcances, y qué riesgos y desafíos trae consigo en el mundo en
que vivimos? ¿Cómo deben asumirla las Universidades y otros centros
científicos dedicados a producir conocimientos? ¿Se requiere de una
nueva epistemología de la educación, y de la educación
superior, en particular, para lograr una aprehensión cultural y
humana del conocimiento y sus resultados. Existen
varios acercamientos conceptuales y hermenéuticos en torno a la sociedad
del conocimiento, en correspondencia con la visión del mundo del hombre y
del conocimiento que se posea. Estas aproximaciones van desde las que se
circunscriben al conocimiento puro, al margen de contextos y
determinaciones, hasta las que poseen un
abordaje complejo y cultural humanista, que propicia la conjunción
orgánica del conocimiento, con los valores y la práctica social. Jorge Núñez,
propone, con argumentos sólidos,
que aceptemos la idea de «sociedad del conocimiento» en un sentido específico:
ella capta la relevancia que tiene hoy la ciencia y la tecnología, la
información, la calificación permanente de las personas en el mundo del
trabajo. Así vista es una tesis movilizadora del esfuerzo por la superación:
en medio de una avalancha tal de información, nuestros conocimientos se
hacen obsoletos muy rápidamente y la educación tiene que ser
ininterrumpida[5]. En los escenarios globalizadores donde la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías de la información asumen un protagonismo nunca imaginado, es preciso reflexionar sobre la posición del hombre como sujeto individual y social. Una aproximación al significado de la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías de la información en la preeminencia del hombre como sujeto es el propósito del presente artículo, que incursiona breve mente además en la creación del espacio Monterrey sociedad del conocimiento. |
Desarrollo Hablar
de globalización resulta complejo,
sobre todo porque en su más esencial enfoque
se refiere al intento de desarrollar múltiples vínculos e
interconexiones para unir a
los países. Algunos autores asocian el término con
diferentes criterios, unos hacen
referencia a la expansión de la tecnología informática, otros al
mayor nivel de interacción económica, otros lo relacionan , con
la apertura de espacios de mercado y la movilidad de capitales, y
con la homogenización cultural como producto del cambio de
relaciones sociales, resultado de la modernidad. Según la definición de
Hallak, la globalización es: “la
combinación de la liberalización de los intercambios de bienes y
servicios, así como de movimientos capitales a nivel internacional”
[6]
La
globalización se refiere a los
procesos políticos, económicos, sociales y ecológicos acontecidos
actualmente a nivel mundial, generadores
de una
mayor interrelación económica entre los países, promoviendo
avances tecnológicos y la
apertura de los mercados capitales y la interdependencia económica de los
países, así como también la
transacción de bienes y servicios que generan mayor desigualdad de
oportunidades entre países subdesarrollados. La
globalización afecta las esferas que de alguna
forma pertenecen a la
política educativa, pues lo cambios económicos, las innovaciones tecnológicas
y sus aplicaciones, han marcado un reto
que ha convertido en
un factor necesario la aspiración del
desarrollo sostenido, para alcanzar la trasformación productiva
con equidad, incrementar la
justicia social, fortalecer
la integración, la participación y la competitividad. Así
la definición de
globalización se encuentra en un marco de
interpretación insertado en el
campo del desarrollo, ante fenómenos como
la economía mundial, los escenarios sociales, las influencias
sociales, políticas, así como los
sistemas de comunicación e interacción mundial. Independientemente
de las diferentes concepciones en torno
a la globalización, lo
que resulta innegable son las
trasformaciones que ha provocado, ya que se ha transitado de
la sociedad industrial a la sociedad
del conocimiento, generando cambios estructurales en aspectos económicos,
políticos y educativos. Los
efectos de la globalización han implicado
que las sociedades contemporáneas
se enfrenten al reto de proyectarse y adaptarse a un proceso de cambio que
desemboca en las llamadas Sociedades
del Conocimiento. Este
proceso es dinamizado esencialmente por el desarrollo de nuevas tendencias
en la generación, difusión y utilización del conocimiento, y está
demandando la revisión y adecuación de muchas de las empresas y
organizaciones sociales, así como la
creación de otras nuevas con capacidad para asumir y orientar el cambio.[7]
La
Sociedad del Conocimiento se refiere a
una sociedad con capacidad para generar, apropiar, y utilizar el
conocimiento para atender las necesidades de su desarrollo y
construir su propio futuro, convirtiendo la creación y
transferencia del conocimiento en herramienta de la sociedad para su
propio beneficio. Tales transformaciones sociales han
llevado a acuñar diversos términos para entender estos cambios como lo
son “Aldea Global” “Sociedad
post industrial” “Sociedad de la información” y “Sociedad del
Conocimiento” No
obstante, esta terminología lleva a aclarar la diferencia entre el
concepto de “información” y el concepto de “conocimiento”, ya que
la información es efectivamente un instrumento del conocimiento, pero no
es el conocimiento en sí, el conocimiento obedece a los elementos que
pueden ser comprendidos por el ser humano al poner en práctica sus
procesos cognitivos, mientras que la información está constituida
por elementos
tales como el discurso y los datos a
transmitirse y que requieren de elaboración e
interrelación tanto
por personas como por procesadores tecnológicos de información, nacidos
principalmente por intereses
comerciales.[8]
El
concepto de “sociedad de la información”
ha sido tema de reuniones de los países más poderosos del mundo,
lo que ha llevado a la construcción de una política ideológica cuya
principal meta ha sido impulsar la
instauración de un mercado mundial abierto para acelerar la globalización
económica, por lo que su imagen pública está más asociada a aspectos
que han resultado ser mas amigables para la sociedad como el Internet, la
telefonía celular y la
televisión por satélite, entre otros. Así la sociedad de la información
ha asumido la función de ser un medio esencial de la globalización cuyos
beneficios podrían estar al alcance de todos. En
este contexto, las sociedades de la información surgen con el uso e
innovaciones intensivas de las tecnologías
de la información
y las comunicaciones, donde el incremento en la transferencia de información,
modificó en muchos sentidos la forma en que se desarrollan las
actividades en la sociedad
moderna dando lugar al término “ sociedad del
conocimiento” El
término de “sociedad del conocimiento” emergió hacia finales de los
años 90 empleado
particularmente en los ámbitos académicos.
La UNESCO ha adoptado una variante del término como “sociedades del
saber” dentro de sus políticas institucionales, buscando incorporar una
concepción más integral que trascienda lo meramente económico. El
desarrollo de la tecnología ha sido el factor clave en la sociedad contemporánea generando cambios sociales y
modificando radicalmente las formas de vida y
la concepción de nuevos valores sociales debido a los cambios en
los sistemas de producción, en lo político y administrativo De
tal manera que se puede concebir a una sociedad del conocimiento como el
conjunto de comunidades, empresas y organizaciones que avanzan gracias a
la difusión, asimilación, aplicación y sistematización de
conocimientos creados y obtenidos localmente, o accesados del exterior,
donde el proceso de
aprendizaje se potencia en común, a través de redes, empresas, gremios,
comunicación inter e intrainstitucional, entre comunidades y países. Una
sociedad de aprendizaje significa una nación y unos agentes económicos más
competitivos e innovadores; donde se eleve la
calidad de vida a todo nivel. La
sociedad del Conocimiento ha
sido caracterizada desde diversas perspectivas y por varios autores a
partir de los cuales podemos generalizar que posee dos rasgos
esenciales: la conversión del conocimiento en factor crítico para
el desarrollo productivo y social y el
fortalecimiento de los procesos de aprendizaje social, como medio para
asegurar la apropiación social del conocimiento y su transformación en
resultados útiles, en donde la educación juega el papel central. Sin
embargo, la sociedad del
conocimiento es aún una etapa no totalmente alcanzada
por la civilización, ya que los efectos negativos generados por
la globalización como la desigualdad en el acceso a las tecnologías
de información y las carencias en aspectos cruciales en la calidad y
cantidad del impacto de la educación, han generado una alta
competitividad en el conocimiento, alejándolo de la idea
de ser un bien público al que solo tiene acceso
una minoría de la población, provocando así una deshumanización
de las sociedades actuales. La
expansión tele comunicativa del mundo depende de exclusividades sociales, barreras
y posibilidades de participación política, hegemonías culturales y
nuevos patrones económicos de distribución mal equilibrada. “Forjar
una sociedad del conocimiento, si bien es concebida como la antesala
del desarrollo económico de un país, implica entonces comprender
cada vez mejor cómo funciona una sociedad, sus normas, las relaciones de
poder entre sus componentes, la estratificación social y las fuentes de
cambio en pro del desarrollo”.[9]
Ya
existen ciudades del conocimiento alrededor
del mundo como Liverpool, Sheffield, Southampton, Barcelona, Berlin, Hong
Kong Melbure, el corredor Houston – San Antonio y recientemente la
ciudad de Monterrey en México, fue concebida
como tal en el 2004, a través del “Programa
Monterrey Ciudad Internacional del Conocimiento” como una alianza
entre los distintos sectores de la comunidad para detonar una economía en
la cual se crea, se transmite, se adquiere y se utiliza el conocimiento
con mayor efectividad por sus ciudadanos y sus organizaciones con el
objetivo de promover el desarrollo económico y social de la propia
comunidad, fundamentado en
las siguientes estrategias: 1.
Rediseñar la agenda del sistema educativo de N. L. 2.
Atraer centros de investigación y empresas de innovación y
desarrollo tecnológico, además de fomentar los centros existentes. 3.
Promover la innovación en las empresas existentes. 4.
Crear nuevas empresas de innovación. 5.
Equipamiento urbano y cultural que propicie los Parques del
Conocimiento y fomente la creatividad. 6.
Difundir la nueva cultura. EL
programa de Monterrey, Ciudad internacional del conocimiento, destaca tres
elementos principales para el conocimiento sustentable relacionados con el
desarrollo cultural, económico y social a partir de los criterios de una
comunidad competente tecnológica
y solidaria.[10] Ante
la tendencia de la concepción de una
sociedad del conocimiento o
aprendizaje se plantean profundas y nuevas exigencias de adaptación del
hombre a sus relaciones con la tecnología y la ciencia, pues se ha
llegado a reconocer que la supertecnologización termina por imponer un
aislamiento del sujeto, así se vive un importante problema cosmovisivo
relacionado con la necesidad
de replantearse a profundidad el qué, el cómo, el cuándo y el para qué
de la actividad del sujeto en la sociedad global del conocimiento para
justificar su existencia y su quehacer y estar acorde con las necesidades
de las tendencias mundiales, sin perder
lo más preciado del hombre en su dimensión espiritual. Para
comprender la problemática del sujeto en la sociedad del conocimiento y
especialmente con relación a
las nuevas tecnologías de la información, debemos remontarnos a los dos
grandes momentos de la modernidad y las posmodernidad para contextualizar
el asunto que nos ocupa. El
pensamiento científico positivo de la modernidad acostumbró a apreciar
los modos de conocer a través de las certidumbres científicas,
ayudó a conformar un pensamiento pragmático y objetivista con
esperanza ciega e ilimitada en el poder de la ciencia. La
post-modernidad es sin embargo es
una época que inaugura unos modos de conocer mediante las incertidumbres,
la subjetividad y la movilidad de las significaciones sociales, con
un nuevo paradigma tecnológico, basado en el discurso de las
redes, las comunicaciones y el pensamiento complejo, de lo cual se deriva
la necesidad de volver al pensamiento teórico, a la reflexión crítica,
en el campo de las ciencias, revisar
sus bases , revertirlas y rescatar el lugar del sujeto y las relaciones
del lenguaje en la producción científica en este campo. Como afirma
Morin, es preciso comprender que se vive en parcelas de certidumbre,[11]
porque se han derrumbado las antiguas nociones en torno al poder grandioso
de la ciencia para explicar todos los acontecimientos naturales y
sociales. La
inserción de las nuevas tecnologías de la computadora, las
comunicaciones y la informática, conocidas abreviadamente como TICs, ha
creado modificaciones, transformaciones y cambios significativos en el
ambiente laboral y de aprendizaje. Se discute con profundidad el carácter
de los cambios, con unos partidarios de que son positivos para
mejorar el destino del hombre sobre la tierra y otros, tendientes a
afirmar que son más bien negativos. Pienso que todas las posiciones son
extremas y que los impactos
de la globalización en general y de las TICs en particular deben ser
enfocados con sospechas, pero sin nihilismos excluyentes. El
hombre y su inserción social
que debe ser la aspiración suprema de todos los adelantos, se ve
profundamente conmocionado en la nueva era porque las
nuevas tecnologías ya han efectuado cambios en las formas de
relaciones entre personas, entre organizaciones,
países y sociedades, porque la noción fundante de la sociedad red, plantea nuevos desafíos epistemológicos y
cosmovisivos. El
concepto de identidad personal y colectiva es importante para analizar los
efectos de la tecnología y de los medios en cualquier ámbito de
actividad humana, incluyendo el trabajo. La identidad ha sido impactada en
el mundo laboral por efecto de las TICs, cambiando las formas de
construcción del “yo”. En
general, se puede observar que el trabajo ha perdido su papel tradicional
como elemento central de construcción de identidades dentro de la
sociedad desde el final del Siglo XX. La identidad del trabajador se
transforma en las actuales condiciones y se agudizan
los procesos de enajenación. Las TIcs han iniciado
transformaciones en la acción y escenario laboral y también
en los esquemas cognitivos de individuos y organizaciones. Como
efecto positivo, la invención e inserción de la computadora permitió la
transición paradigmática del conductismo hacia las ciencias cognitivas,
lo cual trajo como ventaja el rescate de la comprensión
de cómo el ser humano
configura, procesa, ordena, y transforma el entorno en general, y en específico,
el laboral, educativo y personal. Las
TICs producen nuevas formas de relación, no solamente interpersonales
sino intrapersonales, particularmente en cuanto a las formas, medios,
niveles y cantidad de operaciones cognitivas laborales que pueden
realizarse simultáneamente o en períodos cortos de tiempo. La nueva
construcción de la colectividad por la interrelación de los sujetos, así
como los procesos comunicacionales, ha sufrido cambios significativos con
la nueva forma de trabajar el tiempo, el espacio y los medios en el
escenario laboral que incluye nuevas formas de auto-organización y
auto-gestión en el empleado:“… la comunicación no es un
mero proceso de transmisión de información sino que es el proceso
mediante el cual nuestro entorno adquiere realidad”[12] En
lugares donde las TICs han sido implementadas, y donde se usan con
regularidad siendo ya parte “natural” del escenario del trabajo, se
destaca la configuración de nuevos conocimientos, destrezas y actitudes
sobre el uso de la tecnología. Se establece el manejo y el dominio de
algunas destrezas y herramientas como extremadamente necesarias, tales
como: las reuniones grupales
en teleconferencias; las tele clases o adiestramientos por medios electrónicos;
Módulos tutoriales electrónicos para solución de problemas;
correo electrónico (email); correo
de voz (voice-mail); el uso
de buscapersonas (pagers); ) el manejo de la intranet corporativa u
organizacional; paquetes de
proyectos y tareas administrativas (maneagement);
herramientas grupales (groupware software) y
inserción de la tecnología para el alcance y éxito de las metas
y objetivos laborales.[13]
El
manejo del conocimiento, y del conocimiento mismo, está cambiando hacia
nuevas configuraciones que responden a la integración moderna y
postmoderna de la nueva perspectiva ser humano/ máquina en donde tiempo,
espacio e identidad se reconfiguran. La complejidad, no solo por cantidad,
sino por operaciones cognitivas e instrumentales
en el nuevo mundo digital, obliga a re-organizar en el imaginario público,
y en las construcciones y
representaciones sociales nuevas formas de abordaje al rol, condiciones,
conocimiento, destrezas, habilidades, consecuencias y operaciones
fundamentales para dar continuidad exitosa al desempeño laboral.[14]
Así, todos reconocen
que continuaremos haciendo las mismas tareas laborales,
de forma distinta, con la impostergable necesidad de
reconocer que la tecnología, por sí sola, no
funcionará bien si no se propicia
un adecuado equilibrio entre
los seres humanos y adelantos científico
tecnológicos. Se
deben reconocer, también los
nuevos problemas que las TICs han implicado sobre todo en el problema de
la subjetividad y la necesaria socialización de los seres humanos. Paradójicamente en la era de las comunicaciones en que se navega en las
grandes autopistas de la información y nos conectamos con una celeridad
inusitada, el hombre puede estar solo y enajenado en su relación
con la máquina. A modo de
conclusiones: Las
nuevas tecnologías, si se emplean humanamente, no sólo favorecen la
comunicación multidireccional, sino
su real eficacia educativa que radica en
ayudar a garantizar mejores, conscientes y creativos procesos de
aprendizaje permanente, con
posibilidades de acceso para todos. No debe olvidarse que
en la mayoría de las
ocasiones la tecnología altamente desarrollada abre abismos
infranqueables entre los países. Es necesario un enfoque renovado y pertinente al siglo XXI para que se produzca la comprensión y actuación necesarias en torno al enorme impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad global del conocimiento y de estas en todo el proceso de reinserción y redescubrimiento del hombre. En tal contexto es preciso comprender la necesidad de la articulación y discusión de los análisis filosófico-epistemológicos, semiológicos, sociopolíticos, culturalistas, educativos en una discusión crítica global, provisoria, plural y de síntesis, desde un enfoque cultural y complejo, donde el conocimiento y los valores sean visto en una unidad tal que garantice la valoración de la condición humana y la preeminencia del hombre como sujeto. Bibliografía: Carta
informativa del IIPE vol. XVI No 2. “La
reconstrucción y la trasformación de la educación Desafíos del siglo
XXI”, 1998. Clark
I: 200) artículo. http://www.voltairenet.org/article149351.html
http://www.mtycic.com.mx/acercade.html Gil Suárez, A. Foro: Nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación. IX Congreso de Psicología Social. Coruña. Ponencia: Nuevas tecnologías de relación. Tomado de: http://72.14.203.104/search?q=cache:Rme5fhwwZ1oJ:portal.uoc.edu/ west/media/F-306-591.pdf+construccionismo+social+y+tics&hl=es&gl=pr&ct=clnk&cd=8
Malhotra, Yogesh. (1993). Role of Information Technology in Managing Organizational Change and Organizational
Interdependence [WWW document]. URL
http://www.brint.com/papers/change/ Morin
Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
Francia. UNESCO, 1999 Núñez,
Jover, J. La ciencia y la
tecnología como procesos sociales. Editorial
Félix Varela, La Habana, 1999. The Top 10 Virtual Management Skills (1996). Tomado de:http://www.topten.org/content/tt.AB13.htm Notas: |
[1]
Por supuesto, este criterio hay que mirarlo con sospecha, como bien lo
hace el Dr. Núñez: “1.Crece
aceleradamente el ritmo de producción de conocimientos. Se asume que el
90 % de los científicos que han existido están vivos, cálculo que
realizara Price (1973), y según él mismo el número de PhD se duplica
cada 15 años. Desde 1750 las revistas científicas se han venido
multiplicando por un factor de 10 cada 50 años y doblando cada 15 años.
También se multiplican exponencialmente patentes, especialidades,
obsolescencia de conocimientos y formaciones. Se
reduce el tiempo necesario para transformar el conocimiento básico en
ciencia aplicada y esta en tecnología. 3. Las sociedades capitalistas
avanzadas son meritocráticas: es el conocimiento quien define la
movilidad social de las personas y el poder de las naciones” (¿Vivimos
en la sociedad del conocimiento? En del propio autor: Núñez, J. La
ciencia y la tecnología como procesos sociales. Editorial Félix
Varela, La Habana, 1999, p. 86. [2]
“Sociedad postindustrial, estructura social en la que predomina el
sector terciario de producción, y que se caracteriza por un alto grado
de automatización y por el desarrollo de la cibernética. El
concepto de sociedad postindustrial, del que es autor el sociólogo
estadounidense Daniel Bell, surge a principios de 1970 y pretende
explicar los cambios sociales y económicos que se producen en las últimas
décadas del siglo XX. Según esta idea, el progreso y los
planteamientos políticos que producen el cambio social se basan en el
conocimiento teórico. (Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ®
2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los
derechos). [3]
Ibídem. [4]
Ibídem. [5]
Núñez, Jover, J. La ciencia y
la tecnología como procesos sociales. Editorial Félix Varela, La
Habana, 1999, p. 86. [6] En la conferencia sobre “La reconstrucción y la trasformación de la educación Desafíos del siglo XXI”, 1998 tomado de la carta informativa
del IIPE vol. XVI No 2.
[7]
La noción de Sociedad
del Conocimiento fue utilizada por primera vez en 1969
por Peter
Drucker, en su libro “La
sociedad post-capitalista”, en el que destaca la necesidad de
generar una teoría económica para colocar
al conocimiento en el centro de la producción de riqueza. Al
mismo tiempo, señalaba que lo más importante no era la cantidad de
conocimiento, sino su productividad; en este sentido, reclamaba para una
futura sociedad el
convertirse en una sociedad del conocimiento en la que el recurso básico
sería “el saber”. [8]
El término que introdujo el sociólogo estadounidense Daniel Bell en
1973 bajo la noción de “sociedad de la información” en su libro
“El advenimiento de la sociedad post – industrial” postula que los
servicios basados en el conocimiento habrían de convertirse en la
estructura central de la nueva economía y de una sociedad apuntalada en
la información; esta expresión reaparece con fuerza en los años 90 en
el contexto de desarrollo de las tecnologías de información y
comunicación. [9]
(Clark I: 2007) articulo. http://www.voltairenet.org/article149351.html
e igualmente conlleva a una
profunda reflexión sobre el destino del sujeto individual en esta
sociedad [10]
Ver http://www.mtycic.com.mx/acercade.html [11] Ver Morin Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Francia. UNESCO, 1999 [12] Gil Suárez, A. Foro: Nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación. IX Congreso de Psicología Social. Coruña. Ponencia: Nuevas tecnologías de relación. Tomado de: http://72.14.203.104/search?q=cache:Rme5fhwwZ1oJ:portal.uoc.edu/west/media/F-306-591.pdf+construccionismo+social+y+ tics&hl=es&gl=pr&ct=clnk&cd=8 [13]
The Top 10 Virtual Management Skills (1996). Tomado
de:http://www.topten.org/content/tt.AB13.htm [14] Malhotra, Yogesh. (1993). Role of Information Technology in Managing Organizational Change and Organizational Interdependence [WWW document]. URL http://www.brint.com/papers/change/ |
Luis Parás González
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