Caracteres humanos

Tania Pagés Palma

A: Leonardo Padura, Frank Abel
Dopico e Hiram Hernández,
los que armaron al loco

La noche escurría manchando la fuga de los sortilegios

Detrás de las lámparas detonaban los huesos del karma levadizo

El todopoderoso credo hojeaba el luto

Garabateaban un aliento migratorio      loco

Un ser que maniató la luna

Para no descollar de popular infeliz

 

La multitud pidió a oscuras

El desnudo corazón aparecido

Y no entendieron          nunca entienden

Como nacen pasos o plegarias idealistas

No vieron un poema grande

 

Eternísimo

 

El último bastardo de soledades

Despidiendo mitológicamente las piedras abiertas

La victoria coloreada de los zapatos enfurecidos

Pugnándose la reverencia de las entrañas

Hasta poner vallas negligentes y mal estudiadas

 

Supe del pecho loco donde hervía la mitad del mundo

Prohibió mentir de lobos y cuchillos

Tiró a matar

Siempre asesina el intento de los insalvables

Y me fastidia catedrales

 Dice que le recuerdan a mi cabello

 

Su feliz cultura de horcas me ayudó a venerar tus espaldas

Aliviar el bostezo ilusorio de tu desnudo

La alergia inaudita a pasillos y esquinas

Y comprender la psiquis de un mísero caso de hombre

Si cada vez que invocases sábanas 
Crearas versos de escaleras
Me prostituiría segura a tus sueños

Este loco ha clareado el pardo de su mirada

Anidó cuatro palabras desoladas en los bolsillos

Hoy la bondad es una conquista inútil –dice

Inflamar las sañas harapientas

Siempre colmó los santuarios de fervores ingenuos

El pecho se ha llenado de noche

Del polvo de caballos manuscritos

Cristina duda diez años menos de Andrés

Adela se extrema en la peor mutación de los infelices

Ve toser la voz que riega dimensiones mentales

Al borde de su alumbrado suicidio

Pero ella supo amarrar los vértigos

Y estrenó rebosante la escena de su caída

 

No se si los dos es el loco

Tienen miradas parcialmente comunes a mis disfraces

Pero sólo uno se enormiza al borde de mi castillo

Deshoja los humos hambrientos

Y rebusca el hueco más profundo

Para alumbrar mi planeta con su corazón imaginario

 

 

El silencio es un papel estrujado de auroras

Un puente meditando el parecer de los cuervos

La música vaga la oscuridad del profeta

Sin un espacio para engendrar una letra atolondrada

La espiral tomó un segundo aire en el concierto

Pero enferma aún de desarmonías

Hilvanó el cuerpo con briznas de la sombra alienada

Descubrió la cabeza como la catapulta de las hipótesis

El pasaporte de su canción como el ultimátum de un salto

                           Hasta mis raíces

                                Parpadeó

Su voz arde todavía a través del crimen

Tania Pagés Palma

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