Donde no hay cartas

poema de Roxana Páez

El grito del chau,
mi amiga. La urgencia de avanzar
por las luces anaranjadas del aeropuerto
durante la noche. Qué tiempo de ráfaga.

El tesoro momentáneo es esa presión
desde los muelles pies que ya no pisan
el suelo curvo verde de un mapa.

Al sopor cae y rueda el pensamiento,
hundiéndose el piso a veces en olas de aire.
Las hojas blandas donde no hay cartas
llevan muy lejos el sentido común. Así,
el mar, un volvo en retirada del desierto.

Mi amiga, ¿es mucho tiempo el de navegar en
el aire? Los bocetos del dulce lamentar
¿a quién le muestran mi divertimento
de ver pasar el mundo ?

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