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Gonzalo Otero Pizarro

Gonzalo Otero Pizarro, nació en la ciudad de Córdoba Capital, en el año 1948 y fue trasladado a Río Cuarto cuando contaba con un año de vida.

Desde entonces siempre quiso vivir en Río Cuarto, pero sus veleidades adolescentes lo llevaron a Córdoba entre 1961 y 1962, los consejos de su padre a Buenos Aires entre 1966 y 1973 y la Triple "A" riocuartense a Barcelona entre diciembre de 1975 y diciembre de 1983.

Los estudios suyos y los de sus hijos, Sancho y Floren lo mantuvieron en la ciudad catalana hasta diciembre de 1991. Desde entonces pudo volver a su ciudad de los vientos.

Recién en el 2001 celebró haber vivido más tiempo en su ciudad que en otras.

Nunca estudió literatura y asistió a un único taller literario, pero no pasó de la primera sesión.

Estudio Derecho en Buenos Aires (UBA, 1966-1973) y en Barcelona (Universidad Central, 1986-1988), graduándose de abogado en la última.

También estudió periodismo en Río Cuarto (U.N.R.C, 1974-1975), si graduarse.

Inició su andar periodístico en Río Cuarto, como cronista deportivo del diario "La Calle", 1963 a 1965. Colaboró en diversas publicaciones menores de Buenos Aires entre 1966 y 1967.

En 1973, junto a Antonio Tello, Roberto Fabiani y Elpidio Blas, fundó en Río Cuarto la revista "Puente" , que flotó sobre nuestro caudaloso río hasta diciembre de 1975, bajo su dirección, siendo cerrada por "decreto" de la Triple "A".

En España colaboró en distintas revistas, dirigiendo para Editorial Bruguera "El Rompecocos y Jaqueca" entre 1980 y 1986.

En libros publicó "Indiosincrasia" (Editorial Macá, Buenos Aires, 1967), poemas de los que reniega pero ama; "Elvis, la rebelión domesticada" (en coautoría con Antonio Tello, Editorial Bruguera, Barcelona, 1977), "Valentino la seducción manipulada", (en coautoría con Antonio Tello, Editorial Bruguera, Barcelona, 1978) y "Las Prostitutas y yo" (en coautoría con Osvaldo Natucci, Editorial Bruguera, Barcelona, 1979), dos biografías críticas una serie de entrevistas, respectivamente, tres libros que califica de alimenticios pero no se los comió porque los ama también; y "Hombres y Mujeres de Río Cuarto", reseñas biográficas, edición propia a beneficio del Cottolengo Don Orione, (Río Cuarto, 1995). "La Cola del Pato" es, por tanto su primera novela.

Y amenaza con seguir en otras esta misma historia.

El narrador de "La Cola del Pato" nos fotografía el Río Cuarto de la década del 30, su gente, su comercio sus actividades políticas, sociales, culturales y deportivas.

Nos metemos en la vida de un inmigrante que ancla en la ciudad por un hecho fortuito, sus esfuerzos por sobrevivir primero y por conquistar en centro después, en un período relativamente corto, que le permite al autor reflejarnos las luces y sombras de una ciudad creciente. Veremos desfilar personajes históricos, apellidos reconocibles, tratados con respeto y objetividad.

Asistiremos, por ejemplo, a una velada de Box con un tal Juan Filloy como comentarista avezado. Las ávidas lecturas cotidianas de los dos diarios locales por uno de los personajes principales nos introducen en los avatares políticos, gremiales y policiales de la ciudad, del país y del mundo, Lo aparencial y lo profundo, las intrigas del poder, las costumbres de la gente del pueblo, van acompañando al fugaz paso de este inmigrante joven que nos anticipa la indiosincrasia de esta ciudad enclavada en el corazón de la pampa húmeda, ciudad que es , en definitiva, el principal protagonista de la historia.

Rubén Padula

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