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"A los narcos también les entran las balas"
por Diego Enrique Osorno

ENTREVISTA- Milenio Diario

Al teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez lo han tratado de asesinar con bazucas, emboscadas, camionetas clonadas del Ejército, coches bomba y mediante un sicario infiltrado en su grupo cercano, pero cuando habla sobre ello parece el hombre más tranquilo de todas las oficinas de la policía de Tijuana.

Algunos de esos intentos fallidos fueron convertidos por Los Tucanes de Tijuana en pegajosos corridos, que acaban diciendo que el narco no le perdonará la vida al actual secretario de Seguridad Pública de esta ciudad, donde se comete la mitad de los delitos de Baja California.

Leyzaola es famoso por decir que los capos que operan aquí son “simples mugrosos” y que quienes les cantan corridos, como Los Tucanes, son “sátrapas y viles esbirros de mugrosos”.

Teniente Coronel Leyzaola

En entrevista con MILENIO, el teniente coronel expresa su respaldo a la estrategia del presidente Felipe Calderón contra el hampa y pide a la sociedad quitar “el halo de misterio” que hay sobre los capos, pues “son como cualquiera: tienen miedo a morirse y les entran las balas igual que a cualquiera”.

¿Qué piensa de la actual guerra contra el narco alguien como usted, que la libra desde una trinchera fundamental?

El Presidente se aventó contra toda la estructura criminal, tan fortalecida y tejida en la estructura social. Y el Presidente, a pesar de que pudiera generarle negatividad, de que se le iban a venir encima la sociedad o los empresarios, ha adoptado la estrategia necesaria. Dicen que se generó más violencia. ¿Entonces vamos a permitir que sigan (los capos) reinando y apoderándose del gobierno, de la sociedad, de la mente de la juventud? No debemos permitirlo. Entiendo bien la estrategia del Presidente y cada uno en el nivel que nos toca tenemos que empujar la estrategia y tenemos que apoyarla. Vamos a ir con él.

Parece que no hay policías considerados héroes, pero a usted se le empieza a ver así. ¿Qué siente ante esa responsabilidad?

No siento ninguna carga. Tengo claro que primero hay que recuperar una corporación, luego una ciudad y luego la conciencia de una ciudadanía. Es cierto que la sociedad carece de ejemplos, las corporaciones carecen de ejemplos y tienen que generar esos héroes urbanos positivos, porque estamos llenos de ejemplos negativos como El Chapo Guzman, los Beltrán Leyva, García Ábrego o Caro Quintero. Pero del lado bueno, ¿quién? Y no porque me sienta el que va dirigir las huestes de la ley. Cada uno de los que asumimos un trabajo como representantes de la ley, en cuanto llegamos al puesto aceptamos el paquete completo: el sueldo, el cargo y el riesgo. Quien no lo vea así es corrupto, porque no está cumpliendo con su deber. Tengo amenazas diarias. Diario me están diciendo que me van a matar. La seguridad pública en estos tiempos no es un juego, no es para principiantes. Es para alguien que conozca, alguien profesional.

¿Por qué llama mugrosos a los narcos?

Hay una situación importante. Aquí en Tijuana, no sé si en el resto de la República, hablar de un delincuente era hablar de cosa prohibida. Nadie se refería a los capos. Nadie hablaba de ellos. Sabíamos que existían las estructuras criminales, sabíamos quiénes eran, pero nadie lo decía. Como que ellos se rodeaban de un halo de impunidad, de misterio, de seres indestructibles. Lo que nosotros tenemos que hacer, los que representamos la ley, es bajarlos de esa nube.

¿Es propaganda de guerra?

Hay que hacerle entender a la sociedad y a nuestra tropa, a nuestros policías, que estas personas no vinieron de Marte. Son gente que creció aquí y que tiene debilidades, bajezas como cualquiera y además tienen miedo a morirse, igual que cualquiera. Y les entran las balas, igual que a cualquiera. A la sociedad hay que enseñarle a que los conozca y a que les quiten ese halo de dioses, son humanos como cualquiera. Que aprendan a reírse de ellos. No porque sea fanfarrón; no me gusta a mí ser fanfarrón, pero cuando digo que El Teo es un gordo asqueroso, que lo es, la intención es que la gente se dé cuenta de la clase de rufianes que son, son criminales, son delincuentes.

¿El cadáver de Arturo Beltrán Leyva con joyas y dinero encima es algo así?

Ahí no participé yo.

Pero lo que dice me suena a eso.

Esa vez murió un marino en el enfrentamiento. Cuando eso sucede, los oficiales se enardecen, y cuando ven el cuerpo de quien fue (el capo), expresan ese coraje y hay una intención de desquitarse. Creo que eso fue lo que sucedió. Tal vez no fue algo planeado, fue algo que ocurrió en el momento. Fue como reducirlo a un montón de billetes que no representaban nada al final, cuando lo tenían como El jefe de jefes.

Diego Enrique Osorno - Historias de Nadie
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enero 28, 2010
Autorizado por el autor

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