Gente de la calle
Poema de Antonio Miranda 
Traducción de Aurora Cuevas Cerveró

"... mi percepción de la calle: hilo de unión 
entre materia y espíritu". 
Cristina Dos Santos Pereira

La calle es la patria de los excluidos 
de la gente de la calle, desalojados 
durmiendo semidesnudos en las aceras 
procreando y formando 
familias errantes y pobres. 

Brasil es una sola calle 
que comienza en Salvador 
continua en Maceió y Fortaleza 
llega hasta Río de Janeiro 
pasa por Curitiba y Belo Horizonte 
estrechándose en Belém do Pará 
y terminando en Porto Velho 
y Cuiabá, mas allá de Brasilia. 

Una sola calle sin techo 
en la que transitan hordas 
humanas, desechos, pueblos desheredados 
de la suerte, desafortunados 
expulsados, una cohorte 
de humillados, desempleados 
buscadores de cartón, travestis 
prostitutas y proxenetas 
en las alcantarillas, bajo las marquesinas.

Una calle que nació en Lisboa 
con sus despreciados, limosneros 
niños sin padres, abandonados 
a las puertas de las iglesias, expulsados. 

Una calle que empezó en las bodegas 
de las galeras con los esclavos de África 
en las raleas de inmigrantes y exiliados 
en la ruta de los que huyen de la sequía 
del latifundio y de la ignorancia. 

Hambrientos pero llenos de fe 
locos pero con esperanza 
en andrajos pero con orgullo 
exigiendo respeto y dignidad 
en el lumpen pero en libertad. 

Trapicheantes, vendedores ambulantes 
malandros, lisiados, bohemios irremediables 
niñas violadas, transeúntes 
feriantes trasnochadores, vagabundos nocturnos 
víctimas de asaltos y masacres 
- y los fanáticos, pregoneros biblia en mano 
anunciando el fin de los tiempos. 

Poema de Antonio Miranda 
Traducción de Aurora Cuevas Cerveró

Chácara Irecê, 7 de mayo de 2005

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