Nunca Rolando
Rolando Merayo

   Te mataré mañana
L. M. Panero

Te mataré mañana cuando al viento le astille mi alma robusta de miedo. Escalando la tenue amarillees de un vestido rozando el humo. Te mataré ayer cuando mi letra sea el epitafio del que fue mi rostro hoy pasado mañana en tu mano. Te mataré cuando la rosa estalle fingiendo ser mi cuerpo. Buscando el cause de un rayo casi vivo. Te mataré cuando el amor despierte del beso oxidado en la sábana acuchillada por la telaraña. Te mataré cuando yo sea quien escriba tras la hoja irrumpiendo el dolor de una lágrima buscando su color en la rara media noche del andén. Me matarás para que escriba el poema en la mesa del pájaro triste. Anclado al aire de mi amargo poemario lleno de arena. Ese resto de clavel que aún tirita en la raíz luminosa de tus ojos. Me matarás cuando el alba. Cuando el río. Cuando la lejanía se estacione en una cuidad que no nazca. Cuando la primera primavera sea el dorso del  otoño. Cuando haga frío y fotos. Cuando el niño que lanza el beato firmamento sea el rey exhausto en su gloria. Cuando sea el poeta y el dolor no quepa en una carta que nunca dejo de inventar. Una carta que termino. Amparada en un cruz. Hace ya tiempo. Hace ya noche. Hace ya que acá lego el último rosas: La sonrisa del tiempo. Mirándome por tus ojos y atraes de mis ojos los tuyos. Este final. Que sólo empieza abrir la grieta de otra herida. Te mataré aunque la luna salga a matar. Cuando merezcas mi pena viajando por la noche al cenit de tu cuerpo. Ya dormido en la escasez. Pues he elegido el jardín: la maravilla. Y esta derrota que nunca dejo de alabar en el umbral deshojado de tu pecho. Esta neutra soledad.

Rolando Merayo

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