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Anadiómene
del poemario Figuras de tormenta.
Mario Martínez Sobrino

Único sismo en la nada

Única presencia que la niega —

Límites perfectos que germinan irrumpen

En los espacios del caos

  

Piel que abre las aguas

El ímpetu de arterias hacia sus bordes

Hacia el brillar de las sustancias transformados

 

La mirada

La mirada que es mirada

La surgente

 

Fin de las formas

Ya es la forma

Latiendo

Urgente carne de sed

De oros de bronces de pulsos de puñal   

Latiendo ascienden

Su cosmos hacen

 

La iluminación

La expansión

La densidad

La intensidad

La ascensión

Selva y diáspora de poros 

Magma de la realidad

Piel latidos

 

La forma

La insurgente forma

El cuerpo

El absoluto cuerpo

 


Color que es vida perfecto mar ..

 

Femme nue, femme noire ,

Vêtue de ta couleur qui est vie

De ta forme qui est beauté

Léopold Sédar Senghor

 

Explayada

Desnuda

Majestad tendida

                 

Los muslos de tu esplendor

Entran forman

Destinan 

El vacío y sedición de las aguas

Al suelo feraz de tus orbes

 

Verdascas arenas sargazos      

Toda la violencia y depredación de brutales infinitos

Se pliega ordena

Redime

En el perfecto mar de finitud

Del negror e imperios de tu cuerpo

 


En la cima de una montaña negra ..

 

¿En cuál latitud

  En qué historia

  No hay nadadores descubiertos

  En la cima de una montaña negra

 

 ¡Apártense suaves palabras

  Verbo revela toda tu metáfora

  Di el secreto de combinaciones y finales

  En el conflicto de tu infinita reproducción —

 

Había un río

Unas piedras unas ascuas

Había una noche nosotros

No había más

 

Luego tú un griot algún tambor regio

Sobre animales suntuosos ejercen su miseria

Cánones dirán o enigmas esparcen

Clavados en sus pechos en sus lomos brillantes

 

La húmeda conmoción de sus entrañas y miembros

Despojada

 

       Sangre votiva

       Sangre vacía

 

Sangre oculta  

Evaporada en solo una atmósfera

De imágenes convertidas

Ciega función

      

Pero son aspas enjoyadas

Esas liturgias en frente de las ráfagas

 

No inventes tu ultraje

No confieses en la historia

No admitas latitud

 

Unos soplos una herida la entrega

El gemido de la encarnación

En la misma carne

 

Luces totales

Nova en el cosmos travestido

        

Nadadores desnudos entre negras arenas

Por las aguas cálidas

En constante adiós

 

 

 


Estatuas abrazadas  ........  

 

De tierra

De fríos y veranos

De tormentas —

Ven con tus ramas confusas de voces

Liberta el canto en esta piel de lluvias

Detén tus pasos

Detén los míos

Nos unirás viniendo

Te reuniré llevándome

Manos que nuestras hambres nunca alcanzan

Ojos en los que no sacia el mirar

Sueños trashumados por los espacios de mármol

Gestos que van y mueven la intemperie del tiempo

Más

Aun reclaman

 

 


Entre columnas ...

 

Existe un mundo

Donde nos estamos esperando

 

Un mundo

 

Iluminado y descubierto

 

Un mundo

 

De los seres magníficos que crean     

El mar más libre el mar más húmedo

El mar más cierto

 

Un mundo

 

Adonde escapan los peregrinos secuestrados

Más lámparas y salmos 

De todos nuestros mundos

 

Un mundo

 

De pulsos y espacios y palabras

Que nunca han existido

Entre columnas  

 

 


Siervos ..

 

Cada fragmento —el agua íntima,

el ojo que nos ama

Luis Marré

 

Siervos de paraísos

Siervos de abismos —

Y en cualquier estar

Donde el otro vive

Hojas de aire lluvias transfiguradas

Zumos de tormenta

 

Trasgos de agua íntima y carnes del diluvio

Persecución del claror

Bordes y centro

De un infinito que dura?

 

 

 


Tres instantes ..

 

Esos astros

Espasmos incesantes

En medio de noche nunca acabada

En los lados de la noche

Que era la noche que fue luz

 

Sin música

Sin fuerza para el silencio

Sin estatuas que de pronto destellaran —

 

Poblaciones de un drama sin nadie

Lo remoto de lo que se acerca vuelve a ser lejano

 

No busques no yerres

Por esas noches aparentes

 

Ebrios

Ebrios de tanto y de nada

De un temblor un destello

Nos fuimos de un lugar sin encuentros

 

Había un astro esperando otra luz

Un fuego claro pendiente del asombro

Estampida de animales ante otras miradas

Debió haber

 

Por eso

Te llamaré

Entre tanto ser y tanta nada

Entre tanto yo y tanta noche

Entre tanto error y tanta espera

O entre algo y verdad

 

No encuentro mis manos viéndolas

Y presienten las tuyas 

 

Hay un vértigo de fieras

Mordiendo esas estrellas del absurdo

 

Te llamaré

 

Te llamaré

Necesito un claror en las manos

Entre certeza y tiniebla de ese torbellino 

Donde viva nuestra calma

En lo que no sé

 

Si a partir de este momento

Empieza la historia
Y no hay todavía

Estrellas con nombre

Aun te llamaré

 

Espera mi voz

No hace falta que respondas

Tu voz será la mía

En una sola noche

Una sola noche sin instantes

Te llamaré

En la misma locura de esos astros

En el drama de la noche que nos mira

 

Te encontraré

 

Noche real tierra de luz

Mañana plena

 

Manos ciertas en la noche develada

 

 


Intramuros ..

 

                                                  Romba alta una notte

                                                  di caldi insetti

                                                   Salvatore Quasimodo

 

Velada incierta entre muros abiertos

A las alegorías de otras alegorías

Farándulas percusión de figuras

Espectáculo de litúrgica casi noche

Y llega la desconocida o viene

Transpirando su anhelar de avenidas

 

Rodeados de insectos de junio

Cruzados por rondas de payasos

Nos besamos hasta no escucharlos

Nos unen guitarras sepultadas   

 

Besarnos otra vez es desunirnos

No seremos de esa noche amurada que resuena

Tú invades y también voy a tus fondos 

Hacia esos senos tras los cuerpos que expanden a los cuerpos

Así anónimos sin aquí sin vernos

Unos muros sin límites tenemos en los brazos —

 

Escucha ese canto sin cantos

Qué libre se ha quedado la noche

Qué silencio hechiza los insectos

Qué feroz será el espacio que nos mueva

 

 


Cuerpo presente ..

 

Aura de sensaciones

Tensiones de espejismos resonancia de brillos

Sílabas en los poros encumbrados

Oraciones que intentan entrar en la sangre —

Mis palabras

En tu cuerpo

Jazzean por la piel sin fin

 

Nombres

Minusnombres ultranombres que desesperan

La fijación de tus mundos

En el árbol de la piel sin fin

 

Frases

Minusfrases ultrafrases

Espacios rotos alientos exasperados

Nervios que te erigen —

 

Para apagar el cosmos que te condena a sombra

Brotan las palabras de los cuerpos míos  

Mario Martínez Sobrino

callehabana@cubarte.cult.cu

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