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Shugniqui 
Khira Martínez Rivadeneira

"A fin de cuentas, solamente los propios niños son quienes deben de identificar quien y que es lo que son. A nosotros los investigadores nos corresponde escuchar y aprender. Las decisiones clínicas no deben estar basadas en predicciones anatómicas, ni en la "correcta" función sexual, tampoco es una cuestión de moral o de "congruencia" social, sino en aquel camino que sea el más apropiado para el probable desarrollo del patrón psicosexual del niño. En otras palabras, el órgano que se presenta como crítico para el desarrollo psicosexual y la adaptación, no son los genitales externos, es el cerebro." William Reiner, M.D., Ser Varón o Hembra--Esa es la Cuestión, 151 Arch Pediatr. Adolesc. Med. 225 (1997)].

¡Huallmicu!  ¡Huarmiashca! ¡Mapajuchata may munag!

¡Miserable aberración de los elegidos infernales!

Impura arcilla amasada con premeditación diabólica

¿Quién le movió la mano al artesano para enmarañar su obra?

¿Quién pergeñó esos esbozos para que extraviaran el pulso?

El maleficio por ocultar la esclavitud de la sangre se ha cumplido

El cundur no ha batido sus alas,

no ha descendido de las cúspides

sarachagra con sus cabezas cenicientas se bambolea

tucuy

pucushca chagra muruta tandash huacaychina

chingay

Cómo te atreves a abandonar a los tuyos

a tu pueblo que desde el despojo no ha sido libre

Tú, el que prolongaría el poder de los runa-cari

el que reivindicaría la nobleza que nos fue expoliada

el que nos devolvería el esplendor de nuestros ancestros.

Has vulnerado la palabra que han honrado los guerreros

has permitido que el Supay te hable con su lengua sucia

Te has revolcado como millanaypag sin vergüenza

y nos has negado la esperanza de volver.

 

Esas palabras el cerebro te arponeaba.

Tu confesión en un acto de libertad te había condenado

Tú, el heredero de la tradición, el que negó su hombría

el que relegó a la elegida de tu siririna palti al desierto.

Tú, frente a tu juicio, te has traicionado

¿Dónde enterrarás la fe de todo un pueblo que en ti creía?

¿Dónde esconderás la historia que te profetizaba…?

Llora, laméntate,

esa decisión te abisma en un mundo incomprendido

 

 

 

Mírate, pobre despojo de una fastuosidad milenaria

sin afectos, vilipendiado por la infamia de tu estigma

en el fluctuante mundo de los deseos sucumbirás extraviado.

 

Cuando naciste la tempestad confundió las advertencias

!huaquinhuaquinqui ricurig!

la exhortación se perdió en la atarraya de los truenos

mientras el diluvio lamía el cuerpo exangüe del alambique

y en precipitados riachuelos desperdigaba los vestigios.

Se ha esfumado de la memoria el recuerdo de tu origen.

Te nombraron como al primero de tu estirpe

huañugpa saquishcata chaquig

Redentor, Quetzalcoatl, Serpiente Emplumada…

No, no, no, tú no querías un rebaño de desesperados

tú no estabas predestinado para devolver nada a nadie

tú no eras el último guerrero que la insurrección generaría.

Siempre supiste

que la liberación se gestaría en tu propio cuerpo

Ya de niño sentías que la masculinidad no se te antojaba

ya de niño te enfrentaste al mundo con la imagen fragmentada

aprendiste a callar cuando ella te sacudía desde adentro

fingiste ser el macho que legitimaban las miradas

nadie sospechaba de esa virilización incompleta entre ingles.

 

Crispados tus impulsos olfatearon la tragedia

la adrenalina estancada en tu zozobrante mirada

en un relampagueante fogonazo a tus manos empujaron

y los duendes de las malignas delicias, apretaron.

Desgranados tus pensamientos en un rosario de blasfemias

petrificado por el paroxismo de tu testimonio

incoherente, macilento, irradiando emocionales fusilamientos

no advertías

que tu amante declinaba en el holocausto de su orgasmo

desgarrado del último soplo consciente de su vida;

heredándote el crimen de su ausencia se perdió en la oscuridad.

 

Sumido en las alborotadas aguas del afluente bautismal

el bramido de la cascada ensordecía la letanía de tu unción

el agua, el aire y la respiración se rubricaron en tu legado

interpretaste magistralmente la obertura de la muerte.

El más allá reconoció al ungido de las rebeliones indígenas

al ser que se dilucida y que escindido el umbral atraviesa.

Tu harem de vírgenes con su danza erótica-espiritual

con parpadeos de vientre, ondulaciones de caderas y hombros

deshojaban tus deseos para satisfacer tus complacencias.

Todas las distinciones azarosas

que exhortaría tu investidura de kuraka

 

 

 

dispuestas en el altar de las oblaciones se hallaba

apenas un destello de cruel vanidad se clavó en tu alma

una risa estrepitosa en el laberinto de tu interior pendenciaba

ululando el viento se unió a la detonación de tu carcajada

confundidos y atónitos los contertulios aún aletargados

asistían a la incorporación de su orisha personificándose

asumiendo tus poderes políticos y sacerdotales

moviéndote libremente y en tres dimensiones

explotando tu poder con el movimiento quieto del cerebro.

La cabeza bruñida del Inti con sus rayos hirsutos

se hundió más allá de la lobreguez de esos murallones

ebrio de ternura maligna, de otredad asomada en tus formas

develaste el misterio de tu invisibilidad

afinado, esculpido con el buril femíneo

una mujer imponía sus atributos de la cintura hacia arriba

bajo tu ombligo el caracol desdoblaba su cabeza

evidencia absoluta de esa transición de soles preteridos.

Silencio, asombro, inaudible murmurio creciendo

mandíbulas descoyuntadas, ojos desorbitados,

lentamente reconquistaban la serenidad de sus movimientos

ofertas diversas clamorearon por tus derroches

tempestuosas demandas atiborraron el tabernáculo de libaciones

tu cabeza en la picota otros demandaban,

en la confusión desatada

una mano te arrastró hacia los pasadizos

perdiéronse en las tinieblas de aquellos olvidados sotabancos

que el histerismo de los poblanos mitigaban.

Lejano ya el vocinglerío de la turbamulta

callada evidencia de la historia se precipita ante tus ojos

dispuestas las terracotas a lo largo del santuario del deseo

parecían susurrarte con sus gestos inmovilizados.

Un fuego sin calor, sin flamas, aparece de la nada

ilumina el huerto de los silentes gestos y ademanes

acaricias una figura fálica y apenas poseída

todas se revuelven continuando su acto paralizado.

Intenso olor a esperma derretida se clava en las paredes

el testimonio de los huesos confundidos con la arcilla

en su develamiento irreflexivo se evapora y termina.

Parejas en amoroso anudamiento en las vasijas se estampan

silbatos fálicos emiten sus pitidos como exhalaciones

duplas y duplas

en una sobrecarga congestionada se han suspendido

voluntad perennizada que ha dormido siglos

para ser despertada por tu contemplación maravillada.

Los amantes de terracota desde el misterio de su rigidez

esclavizados en los ritos de creación y muerte de su finito remoto

con elaborados tocados y tatuajes fascinantes

 

 

 

engalanaron sus cuerpos embadurnados de miel quemada

para el ritual tantas veces celebrado

en honor del hiperbólico príapo.

Liberados hoy de sus ademanes apenas imaginados

el dios falo con su edicto de placer se posesiona de la hembra

conjura la esterilidad y conjura la carne perentoria.

Simulacros eróticos

embarullados entre calaveras y falos enormes

anagrama que descifra solamente la supresión del límite

y más allá del término, sexualidad caricaturesca de tramoya

con sus signos indumentarios y gestuales,

disfraz que oculta pero que definitivamente devela

la más inicua de todas las bestias de la profanación.

Ambigüedad… que seduce como un magma indiferenciado

múltiples y paradójicos,

que juegan a la incertidumbre, al peligro

seducción que radica en la mutación de la vergüenza

en el destronamiento de la prohibición y de la censura

diversificación libidinal traspasando el límite de su propio sexo

creando los placeres mutantes en un mestizaje perfecto

donde la arcilla fabula un erotismo diluido y ambiguo

y los sentidos edificados

desde tus mismas cenizas vuelven a ser.

Amalgama de gemidos, sudores, eyaculaciones y arcilla

obligaciones insolutas represadas en esta rémora de fábula

rabiosas fantasías en estatuillas intemporales inmoladas

que te raptaron por toda esa eternidad pretérita de tus cazadores

 

Aplacados ya del desbarajuste que tu declaración produjo

Desmoronados los arrojos de evasión escandalosa

rítmicas espiraciones sosegaba el polvo de la historia

Enredados en un abrazo estremecido

con los escurridos fermentos de sus símiles naciones

cuerpo con cuerpo aguijaron sus pasiones, tan sólo, humanas.

 

Agchasapa cuyag

desafiando la garganta de fogonazos que lo ultimarían,

te musitaba:

manaimata manchag challi

yuyal illag; huayrashca

¿no pensaste en mí?

¿Divaga tu memoria extraviando los acuerdos en la indiferencia?

¿No agotamos los juramentos para defender nuestra alianza?

Aprendí a amarte en el camino a tu transustanciación

no me amedrentaron los castigos por procurarte mis devociones

te amé aún en contra de los presagios que me acobardaban

te amé aún cuando tus desvaríos de mi presencia te despoblaban.

 

 

 

Cuántas noches velé tu sueño espantando a los fantasmas

desconcertado, dolorido por tu ineludible destino que nos alejaba

Te apoyé aunque mi vida deshecha se resolviese entre sombras.

 

¿No comprendes que esta comedia tu nombre representa?

Jamás mi cuerpo se lo habría entregado a ninguna predestinada

Tuyos son mis afectos y pasiones, mis impotencias y fortalezas

¿No ha sido tuya la marea recidiva de mi cuerpo?

¿No has agonizado con el galope interminable del deseo?

Me sedujiste con el único convite al cual ya luego accedí solo

Montañitas blancas para mitigar el abandono de los míos

Líneas y líneas absorbidas que la realidad me disfrazaba

Debía desencantarlos de sus fantasías

pretendiendo el reencuentro

Yo no era el hombre que todos reconocieron por mi sexo:

dentro de mí latía una mujer

y mi cuerpo iba proclamando ese albedrío,

debía demostrarles la transformación que había gestado

nunca quisieron escucharme… ¡nunca quisieron escucharme!

Esperaba el día en que la diosa Quilla pariera otra noche plateada

Ante todos espetaría la verdad que ellos encubrieron

El destino me impuso el deseo de otros

todo mi interior, mi mente, mis deseos, declaraban ser mujer.

 

Mi huarmilla, mi huaquinhuaquinqui ricurig

has cruzado el puente

al otro lado en la memoria de la ira pervive tu pasado

en los ojos, en las lenguas, en los dedos del ayer

en las tumbas por el olvido destruidas

y en aquellas que la muerte va edificando.

¡Ámame! ¡ámame y destrúyeme!

Ellos acabarán conmigo.

 

Invadido por una lujuria dolorida,

arponeado de angustia ante la partida de tu amante

te entretejiste en su carne libando toda, toda su pasión.

Estallaron sus ríos en tu cóncava salvaje

se infartaron sus cauces siseando en el valle

y hundió sus garfios para eyacular el dolor de su entrega.

El universo giraba cuando tendido sobre el cuerpo exánime

unas voces te gritaban jatun juchayug.

 

Eres lo que haces, lo que sientes, lo que piensas

¿Cómo te hablan tu cuerpo, tu corazón, tu alma?

¿Tu realidad se apiada de tu espejismo cotidiano?

¿Qué experiencias legitiman tu ser percibido y vivido?

¿Será tu existencia un trabajo inacabado?

 

 

 

¿Será el género elegido el que a tu reasignación le de sentido?

Esa reconstrucción despliega su dosis de provocación

explora y explota sus contrastes

y los extremos de tu personalidad

Goce, deseo, placer indiferentes

Exceso, saturación, transgresión,

mutación en un erotismo impreciso

nueva seducción indeterminada bajo otra piel: la misma

Sólo tú sabes que tu risa enmascara un asfixiante sufrimiento

tus delirios te arrebatan de tu mundo construido,

vives escindido, fragmentado, solitario entre destellos

imprecando en los rincones el despojo de tu espacio

escuchando clamores de momificados griteríos

soportando el diluvio de los siglos que quieren sepultarte.

Voces de los de ese lado, voces de los de este lado

arrollador murmurio que se esponja en tus oídos

magma vociferante que el cerebro te calcina

burbujas resonantes estallando sin control.

 

Si pudieras regresar al inicio de tu metamorfosis

habrías preservado tu integridad intersticial

sincretizados estarían lo evidente y lo incorpóreo

tu experiencia masculina sirviendo a la femenina

tu dualidad comprometida con el destino de tu gente

un estado intermedio sin ablaciones, sin suturas.

 

Shugniqui

 

Fusionados, fraternos, latiendo bajo la misma férula

cohabitando el mismo cuerpo sin conflictos subyacentes

gozando diferentes sensaciones, percepciones sin censura

amor expansionista, magnánimo, libérrimo

sin libretos aprendidos, sin batutas concertando los gemidos

respirando el perfume de una ambigüedad definida

yaciendo con ella y yaciendo con él sin haberte dividido

sintiendo reventarse globulitos de felicidad en tu sangre

siendo tú con tus genuinos atributos

sintiéndote ella en la expansión de sus latencias

siendo él desde el alboroto que marcó su advenimiento

desbarajuste de conciencia de un amanecer que no elegiste.

 

Apariencias del alma o realidades del alma

Turbulentos deseos que a ser arrojados se niegan

Espejo, espejo; misericordioso enemigo

en la esencia de tu laberinto quiero fundirme

para ser de mis naufragios alter permisible.

Ábreme tu entraña y deja que el tiempo se revele.

 

 

 

Confiéreme la audacia de gozar mis perversiones.

Seré el reflejo viviente que no retornará

Seré mi dios, mi propia imagen sin crepúsculo

el grito, el llanto, la conmoción, la paranoia

seré libre, habré matado o me habrán matado.

 

Ese espejo de oropel refleja tu leyenda mutilada

tu escroto camaleónico no resguarda la simiente

tus pechos implantados sin el arroyo de la vida

no serán maná de un pueblo que no has elegido.

Una hembra te mira y se ríe de tu estampa

se carcajea, te injuria, te amenaza

intentas asfixiar las acusaciones que brotan sin cesar

aprisionas su cuello…aprietas, aprietas y te desplomas.

 

Esa… eres tú, un hombre sin testículos y pechos impotentes

una mujer que por el arte de su baja espalda se decanta

un intergénero sin género ni sexo

sin propósito de enmienda, sin posibilidad de retorno

ni tampoco de tu reconocimiento corporal antagónico.

Exiliado de ti en ti,

cubierto por una densa soledad,

separado por un océano de desafectos

sobreviste en el mundo que tu gente para ti había gestado.

 

La montaña siempre te resguardó cuando te clausurabas

cobijado por las crestas enmarañadas de los árboles

retozabas en los pastos híspidos del páramo

en sus laderas y llanuras podías sentirte como eras

no temías, no debías, no sufrías, no gemías, no, no, no

La naturaleza te comprendía y te acogía como hermano

Tu familia te borró, te desconoció, te desamparó,

eliminó la degeneración exiliándote…

asesinándote con el silencio.

Si te hubiesen amado sin censura

Si te hubiesen escuchado…si te hubiesen escuchado…

Habrían sabido cuán necesitada de amor estaba tu alma

habrían aprendido a aceptarte y te habrían recuperado

tú, criatura desvalida, incomprendida, repudiada, solitaria

tú, el que gobernarías el destino de tu tribu

tú,

 

Un campo de batalla tu vida y tu cuerpo

Sacrificio del caballero, de la espada,

por la dama, por los tules

Maquillaje permanente definiendo tu apariencia

Cóctel de hormonas rescatando tu mujer oculta

 

 

 

¿Y tu pasado? ¿Y lo que fuiste?

 

No se puede escapar nunca del pasado

“Me cortaron partes de mi cuerpo

y las echaron en el basurero.

Me desgarraron la mente.”

 

¿Cómo olvidar tu origen?

Cómo no reconocer que tu hombre no ha partido

no ha sido victimado, ¡ha sido transformado!

tus genes delatores inalterables permanecen

camino a tu ideal te has despersonalizado

No comprendes que desheredado de tus derechos aún subsistes

que aquello que implantado en tu ingle varonil no te extermina

eres una pintura desrealizada que jamás alcanzará la gloria

todos los días de toda tu vida te inocularás la fantasía

no puedes desviar el bumerang de tu certeza

y no puedes reintegrar el alma que agoniza eternamente

¿Quién e r e s  realmente?

¿Quién te habita?

¿Quién detonó la convulsiva obsesión que te oprime?…

¿Por qué una infiltrada del legado su hálito impone?

¿Acaso, perturbado por el viento el pensamiento te robaron?

¿Otra vez las voces te hablan en un lenguaje incomprensible?

Falta cárcel para una condena que rebase tu existencia.

Falta carne para que el furor de la lujuria te confine

Los apetitos no se calman con el zarpazo de los ojos

Es un deseo ilimitado el que corroe tus sentidos

¿Tendrás voluntad para negarte al asedio de la voz?

¿impedirás a tus ansias renacer en la elasticidad

que ese insospechado crótalo

arremolina en el latido de tu ingle?

Zigzagueo de libélula orbita en tu poblado oculto

Pueblo de fantasmas en tus huellas palpitando

Como vivir la vida en un espacio suspendido.

 

¡Basta!

Deja que se corrompa el fermento de tu peor pesadilla

al otro lado no sólo ramalazos reaniman el pasado

la oración de la sangre tu espíritu ensalmaba

Te amaba, tiernamente te amaba

sus donceles caricias te fundían en su entrañable latido

te protegía con el apretado cerco de su hermanado abrazo

de tus temores infantiles

que poblaban tus sueños con redoblado espanto

de esas noches tormentosas en la que el cielo se derrumbaba

te cantaba quedito al oído;

 

 

 

canciones de Enrique Males te cantaba

canciones de la tierra, de la supervivencia y el reconocimiento

de la defensa de nuestros derechos territoriales ancestrales.

En la densa noche

la inconfundible voz del Shamán subía hasta las estrellas

su canto

te iba abriendo el espíritu para esa ascesis a lo divino intemporal

donde detenido, sólo sentías al dios vivir dentro de ti.

Palabra por palabra todas las invocaciones,

gemidos y plegarias

Revolvían tus inquietudes

profetizándote el regreso y la querencia.

 

Taita Inti, Inti Taita,

Sumag Taita, Jatun Mapu

Kaipiñucanchi tucusha

Wuawuakuna, Mamakuna

Taitakuna, Mashikuna

Tucusha mikaipikanchi

Taita Inti

Kaipamanta Kausaimanta

Makanaikushpa Mukanakana puricunchi

 

Taita Inti,Inti Taita

Sumag Taita, Jatun Mapu

Kaipiñucanchi tucusha

Wuawuakuna, Mamakuna

Taitakuna, Mashikuna

Tucusha mikaipikanchi

Taita Inti

Kaipamanta Kausaimanta

Makanaikushpa Mukanakana puricunchi

 

Llanto a carcajadas en medio del sonido de los cencerros

Procesión de dolores hasta la morada de los espíritus

Murmullos del viento, de las voces compungidas.

 

Ñaupamantá, kainamantá

Kunakaupá Kausas Cachik

Ñaupamantá kainamantá

Kunakaupá Kausas Cachik

Kausa chikausa shumí

Kausa chikausa shumí

Kausa chikausa shumí

 

Ñaupamantá, Kaisaimantá

Ñaupamantá Kausaimantá

 

 

 

Kunakaupá Kausas Cachik

Kunakaupá Kausas Cachik

 

 

 

Kausa chikausa shumí

Kausa chikausa shumí

Kausa chikausa shumí

 

 

 

Urpi gusha, huahua gusha

Urpi gusha, huahua gusha

Ambatai takarishkami

Ambatai takarishkami

idamás kangaparishka

idamás kangaparishka

Ambawakai chuhuahuawu

Ambawakai chuhuahuawu

 

Urpi gusha, ari gusha

Urpi gusha ari gusha

Ambatai takarishkami

Ambatai takarishkami

Idamás kangaparishka

Idamás kangaparishka

Amawakay chumawawa

Amawakay chuwawawu

Ah aaahaa ah aaaha wawitaaaa

Ah aaahaa ah aaaha wawitaaaa

 

 

 

Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha

Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha

Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha

Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha

Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha

Similla, naquilla, kumaisha, sinaisha

 

…/…

 

Pactara caraju pactara

Pactara caraju pactara…

…Cuyayay cuyayay

Cuyayay cuyayaaaaay

 

 

 

 

Cumandá………….…………

 

Clamores derritiendo tus venas

conmoción de entrañas electrizadas por atávicos retumbos

confundidos con el plañir del viento virucchuros y kilikos

armonizan la procesión de tristeza y soledad del indio

ensimismado

sintiendo la poderosa voz explotando en la garganta

escarbando el pecho bajan hasta tu vientre gélidas pulsaciones

efervesce el trueno en una oratoria de súplicas y plegarias

y estallan las conchas y churos

con las espiraciones del aire y de la lluvia.

Habla el rondador denunciando su cansancio

sus gargantas de carrizos trastornan las denuncias que ahogadas

retumban en los oídos

de un espacio

que no se encarna en el vacío,

truenos y rayos escinden el horizonte

en un holocausto de fragor y fuego

truenos y rayos te recuerdan en medio de la borrasca tu designio.

Ella está a tu lado descifrando el malabarismo del mundo

Taita Males te acompaña con el alma de los Andes en los labios

Nada, nada, podía desgarrar el encanto,

bebías del cántaro de sus voces y embriagado te dormías

sus manos se perdían en tu cabellera rebelde apaciguándola

sus labios sellaban la serenidad en tu frente estremecida.

Sisa Huayra, Sisa Inti, Sisa Yacu, Sisa Allpa, Sisa Ugsha

la llamabas.

 

Tú nacida entre los mismos torrentes y relámpagos

néctar del mismo alambique,

acto de fe de los humanos sufrimientos

Sisa mía

fuiste lo único que la obsesionada tragedia dejó impoluto.

Cuántas veces lloré en tu pecho con gran desesperanza

Cuántas más desboqué mi alegría reflejándome en tu risa

¡Oh Sisa, Sisa,

dame tu eternidad y destruye mi morada transitoria!

¿Fue así como debió ser?

 

Estigma palmario de ferocidad e insolencia

en tu vientre como el hambre se agita.

Hijo de infortunios, sismático pendulante.

Tinieblo, Caín, feudatario de la muerte.

Artrópodo salaz devorador de corazones.

Santuario devastado, tribuna de fatalidades.

Frágil criatura soportando iniquidades,

 

 

 

continuamente confrontado y sumergido

en una marea incesante de confusiones;

arenas turbulentas acopiando perversiones

levantando fortalezas en oasis sofocados

adorando la carne que instiga y se abanica

en el desenfreno de solícitas demandas

como el girasol que se descabeza en las tinieblas

y sin el dorado extracto lánguido se desploma.

 

¡No! ¡no! ¡no! ¡no! ¡no!

¡ no elegiste nacer como has nacido!

Naciste intersexual,

con genitales ambiguos y cruce de género

tu sexo neurológico se implantó en el vientre de tu madre

tus estructuras cerebrales

en el albor de la gravidez se feminizaron

Innatos son tu sentimiento y tu identidad de género

te lo has preguntado sintiendo el perfume femenino invadirte

te has percibido mujer, te has soñado mujer

Ni esa profunda Disforia de Género y angustia mental

que te acompañaron en el descubrimiento y reafirmación de tu yo

ni los ataques, ni las diatribas, ni las injurias te amilanaron

Tus pensamientos, tus sensaciones corporales y sexuales

manifestaban el deseo de ser penetrada y manipulada

tú no construiste estas sensaciones;

simple y grandiosamente  ¡las experimentaste!

Y nunca, nunca más ningún sanador de los orígenes conspicuos

intentaría reformar tu mente y readecuar tu pensamiento

Expresaste con reprimido temor tu aspiración diversa

te travestizaste tantas veces al amparo de las sombras palpitantes

disfrutaste de tu imagen turbadora, de tus maneras gráciles

de la penetración de todos los deseos en tu piel erotizada

tan amado, amado brutalmente, insaciablemente amado.

Amor tanto amor, locura y demasiada locura

 

La brújula extravió el imán de tu desesperada demencia

repugnancia y hastío tu semblante habían inmovilizado

continuamente tus gestos se perennizaban en una frialdad acerada

tu mirada divagante, escurridiza, en la distancia se clavaba

Revueltas de polvo desperdigando las guerras de resistencia

oleaje de caballos ensangrentados arrastrando la vernácula rebeldía

Flor de Páramo derramando el polen de sus pétalos heridos

venían por ti, para perpetrar los ceremoniales de tu sacramento.

Tú, un embrión de todas las formas soñadas de mutación

Existencia más allá de las fronteras imaginables

Liberación de todas las virtualidades del deseo.

Un grito de impotencia castigado sin piedad

 

 

 

máscara trágica que revive amenazas del pasado.

 

Anegada de víboras que reptan y se atornillan a tu cuerpo

víctima de una inervación sensitiva que te había dopado el instinto

confusión y contagio difusos, entreverados bombardeándote

extrañeza en derredor, apretada humanidad girando

aplastada sollozas ante tus monumentales desgracias.

 

Peldaño a peldaño desciendes abstraída

en busca de esa conciencia que detenida en el arco

te dispara el veneno desde la clandestinidad

El incógnito verdugo de tu risa,

el ladrón que roba tus pensamientos

se esconde en esos laberintos agazapado como una pantera

acechándote desde la terracota para entretejerse en tus delirios

para sorberte hasta el último hálito de sensatez.

Tú, no permitirás que saqueen tu tesoro

no consentirás que hurguen en tus arcones

Esos coleópteros encarnan el alma de tus antepasados

has descubierto la conspiración que niega tu historia

te han despojado de tu identidad mutándote la apariencia

te interpretas a ti misma en un viaje hacia las sedas

hacia el remoto de tus cicatrices abiertas

hacia el desfogue de la sangre que asediada se precipita…

…la encontraste pendulando gélida y lívida

ultimada por el cordel que ciñó su caricia hasta la magulladura  

hasta la rúbrica indeleble del olvido

Alejada ya de todo sufrimiento que la sumió en el desencanto

la suplantaste para continuar el acoso de tu libertad

para rebrotar en el azulado espíritu del incienso

confesor de los deseos que al infinito se elevan.

 

Un acopio de ficciones el espejo te endosa

babilónicas miradas, sonrisas fotográficas

sofisticada postura de gestos excedidos,

seductora figura de licencias encendidas.

Te  gustas engalanada, evaporando aromas

exudando fantasías en la oscilación de tus caderas

propiciando el quebranto de varoniles votos

sólo para alimentar tu clonada suficiencia.

 

El jardín de senderos que se bifurcan

en el estrado de ensoñaciones

desplegaron sus celestiales plumajes

hipérbole de arrogancia de los desenfrenados deseos

rito y consumación de verbena desbocada

como potro en espantada

 

 

 

drama y comedia viviendo en las noches de la diversidad

gay/drag

Candelario Mariscal acechando a Josefa

 con su alma de caimán

serpientes hibernando sus lunas

para despertar hambrientas de amor

Tú, una chica TG transgénero

excitada por la sensualidad del acoso

cercabas tu cuerpo

con sensuales ropajes y exquisitos aromas

para encantar a los noctívagos del antro

espíritus trasnochados

perdidos en el lóbrego hemistiquio del sol

Convertías todas las ambiciones en deliciosas urticarias

femenilmente tus atributos meneabas y exhibías;

el alboroto de tus frondas

que te eligiesen como mujer demandaba

ellos en ti veían

el hombre al que disfrazabas y al que deseaban

al hombre detrás de la máscara,

al hombre perdido entre satines y tules

al hombre turbulento, al hombre griterío, sólo al hombre.

Te develabas mujer a través de tu ansiedad dolorida

marioneta de tus pendencias movida por tus desencuentros

herido títere impulsado por los hilos del infortunio.

 

Confrontada tu disforia de género subyacente,

finalmente a una transición transexual te sometiste

el ritual de tu sumergimiento social y hormonal

tu universo femenino complementaba

el espejismo se objetualizaba en la maravillosa hembra

en la mujer legal, en el nombre, en el perfume…

por ti, para ti, para tus amantes.

 

Se descolgaron las provocaciones con imaginativos artificios

Tu nueva piel despertó con los abismos anegados

tus exigencias del placer no mitigaban tu ninfomanía naciente

orgasmo denal, encordamiento, dominio/sumisión

gusto refinado por las líneas níveas y los vapores tormentosos

vahos de la noche, resacas de lo transgredido

Tutapunzha

Una constelación de deseos tus ambiciones perpetuaba

Nina, amaru

Tauca caricunahuan juchallig huarmi pucará

Conocida, reconocida, buscada, reclamada, exaltada

diva del antro, la T/S transexual más deseada e impredecible

la que se había deslizado por la pendiente inasible

 

 

 

la que flotando en la burbuja de su feudo construido

llegó a las alturas que ambicionó desde niña

Una dimensión alucinada de libación y estimulantes

te había campaneado el escándalo de la tentación

Jamás te detuviste en la indagación de tus desenfrenos

Veneno las sustancias que desbrujuladas te invadían

góndolas sin control en las hondas zozobras te abismaban

te hundías irremediablemente cayendo, penetrando

en ese hoyo negro que se escurría hacia la estratosfera.

Incapaz de detenerte,

de sentir piedad por tu cuerpo degradado

alucinada, la comedia de tu destrucción interpretabas

temeraria, suicida, paranoica,

no habías convenido trasmigración hacia la inmortalidad

tu inversión te señaló el camino que querías recorrer

y tú,

tú no entendiste

que seguías siendo esclava de tus limitaciones

Jamás imaginaste que esas desconexiones paulatinas

te conminaban a naufragar en el infierno

seducida por los resplandores de las noches azucenas

invadida por una languidez que te inmovilizaba los sentidos

intemporalizada en una burbuja que las emociones te reventaba

yacías inánime en la vorágine del barullo vivencial.

Delirio crónico se había apoderado milímetro a milímetro

de la confianza de tu mente

con paciencia mineral una psicosis depresiva te había invadido

un monstruo mutista tus palabras se había tragado

y alguien tus sentimientos los había escurrido

Despersonalizada, desrealizada, desorientada

en el silencio sin silencio la huarmicana te acosaba

desde la siririna palti la flor despetalada estrujando.

No, no, la huarmicana no, jamás, si tú, si tú…

tú eres la huarmicana,

celebrarás tus esponsales cuando se tiña de sangre el crepúsculo

cuando el sol en su agonía, de su mitra de fuego se desprenda

y el firmamento cubierto de ceniza escupa el último claror.

Un cortejo de esperpentos por tu felicidad elevará plegarias

te guiarán hasta aquel lecho

donde los esponsales no se consumaron

donde tu cadáver de hombre mutilado gemirá por su impotencia.

Jeroglíficos intraducibles tu desvarío vomitaba

hiperbórea oleada de constricciones te había empapado

los destellos de tu gloria en algún escondrijo trasnochaban

de tu pubis se descolgaban tus masculinos glóbulos

entre tus ingles una abundante pelusa oscura crecía indetenible

conjunción entre principios contrarios y mutilados

 

 

 

la gran obra de tu nacimiento, se negaba a desparecer

allí, gallarda permanecía

para ser decapitada por las consunciones.

Los eucaliptos con sus plateadas vestimentas balsámicas

cubrían las laderas

que escurridas llegaban hasta el sendero de tu morada

y hacia el horizonte sacudían sus efluvios milenarios

la bruma frívola de los humedales

su denso tejido devaneaba

un incógnito pintor

doblegaba su paciencia esbozando la temporalidad

de esa naturaleza

que se materializaba cuando la niebla se angustiaba.

En ascesis todos los cánticos y sahumerios

imploraban por los hermanos imperfectos

hijos de la iniquidad de algún alquimista trashumante

o del glorioso apogeo del sol en su triunfo místico.

Soñaste colgando de tu cuello una guirnalda de calaveras

esplendores extraviados de tu oro fulminante

soñaste devorándote a ti mismo como el Catoblepas

soñaste que resbalaban por tus pavores esas perturbaciones

esas alienaciones, esas explosiones querellantes

que nunca, nunca se apartaron de tus horrores

Ps psssss psssss ps pssps psss

¡Oh no! desaparece inmundo espantajo triturado por el tiempo

hunde tus aspas en esas voluntades deleznables

exhala tu mefítico aliento en las azufradas cruces del infierno

Apenas un huambra me derrumbé en tus espejismos

estrujaste el celofán de mi inocencia

me robaste la esperanza, corrompiste mi alma diáfana

y me arrojaste al légamo para revolver mi vergüenza

¡No!¡no!¡aléjate!

Apestas a rancia podredumbre de los siglos y los siglos…

ni mancha, ni polvo, ni ceniza, ni olvido mereces

ya no te temo, te he matado, te he sepultado para siempre

no existes más triste expoliador de desventurados…

 

…¡Oh ! mi ángel caído, víctima de mis alucinaciones

 

Estrangulaste su amor en un intento de liberarte de la mácula

chacotea en tu memoria esa resaca emocional que te persigue

Insensato, cómo pudiste destrozar lo que más amabas.

El único ser que jamás te afrentó y te amó dentro de tus hitos

el que te sublimó creyendo que tú eras su elegido

Él, tributario de tus exigencias y pasiones peregrinas

Tú, feudatario de sus exigencias peregrinas y pasiones.

Dos soles, dos fuegos occiduos que el Sahara amamanta

 

 

 

ahora separados por un Muro de Lamentaciones y renuncias.

 

Como un clavo fundido derritiéndose en tu mente

sin presagios que alivien las dolencias de tus llagas

lidiabas con los fantasmas de tu pasado

y los monstruos de tu ahora

aquellos golpeándote el cerebro hasta reventarte de dolor

¿Recuerdas desde cuando esas percusiones te fulminaban?

Como un relámpago te incineraron esa noche de tu gloria

convulsionada por el estallido de luces y eclipses destellantes

girando tu cabeza, efervesciéndote los pensamientos

¡te derrumbaste!

¿Qué o quién te había empujado por esa pendiente nebulosa?

Incapaz de resistir te dejaste arrastrar por el vómito y el deliquio

Te esclavizaste para siempre con ese conjuro que tu calma destruía

¿Cuántas calamidades más

                        habrías de echar al fardo de tus desventuras?

Por qué a ti, si sólo querías vivir los temblores de tus efusiones?

Te denigraron hasta confinarte en ese limbo sin esquinas

te abandonaron aquellos que debían acogerte sin prejuicios

te negaron el calor, la risa, la ternura,

te sepultaron en la tumba de la impiedad castrándote los afectos

con el corazón estremecido por un vendaval de súplicas infecundas.

Si aquel día no hubieses exorcizado tu recóndito sentir…!

¿Habrías desafiado

las intimidaciones que el destino te tenía reservadas?

¿Sería el pukará el guardián de tus ajusticiamientos

o el trono desde el que apuntalarías las batallas?

Te faltó carne

o te extravertiste en el deseo que te apresuraba?

No querías sólo sensaciones, emociones, ni motivaciones

La carne, el olor, la seducción, el mundo fascinante de la hembra

querías, querías la autenticidad, el reconocimiento

el olvido de esa cárcel que te impedía el retorno a tu principio

donde eras sin ser, donde te formaste sin haberlo consentido

donde el cerebro en una cirugía incomprensible

te procuró el atributo que nadie pudo percibir

o que se extravió en el misterio de aquella noche tormentosa.

Mutante protagonista de una cultura andrógina

Laberinto y contaminación

Forma desdibujada en la que los sexos entremezclan sus signos

 

Shugniqui

 

Misterio y claror, tormenta y calma.

Precipicio, caída, extrapolación de seducciones

¿Será el nigromante errático que sucumbió a sus perversiones

 

 

 

o el agujero negro de donde fugaron los delitos del universo

los dictadores que te atribuyeron el aura de tus extravagancias

y te legaron ese paraíso artificial en la ciudad desnuda?

 

Noche, basílica de despropósitos

Santuario de apóstatas y excluidos de resplandores

Criaturas que medran en las tinieblas de sus almas azarosas

Incomprendidos fugitivos con sus mundanas dislocaciones

 

La noche es ser,

Es crisol donde todos los deseos se reúnen y fecundan

donde nada perturba la eucaristía de los noctámbulos convidados.

 

Amanece en la ciudad carcomida por los desenfrenos

la noche travestizada se adormece en sus desvaríos

las cucarachas liban los almíbares de la humanidad derramada

las ratas se disputan a pedazos el cadáver del día sacrificado

los vampiros ahítos de eternidad dormirán su embriaguez

Miras en el espejo ese extraño que te mira

que te mira y te persigue

que te persigue y te acorrala

que te acorrala con los ojos

que te hurga con los gestos

que te cautiva y te paraliza

que te paraliza y temes

que temes y abominas.

 

Celestina de cristal sólo existes si te miro

Cautivas y dominas sin habértelo propuesto.

¿Cuál es el misterio de tu abismo esplendente?

¿Por qué renunciar no puedo a tu frágil refulgencia?

¿Por qué la realidad del otro lado me fascina?

¿Por qué me derrocho en tu confesionario vano?

Anverso efímero de la sustancia que reflejas.

Eje y ámbito de fugaces representaciones.

Comedia eterna de gestos que se olvidan.

Cámara de celofán la perspectiva no restauras.

¿En qué destello de tu ficción se desvanece mi mirada?

¿Donde se estrangula el impacto que envanece?

¿Acaso eres la falacia de mis apariencias

y la imagen que me plagia solo existe en la mirada?

Glorificada seguridad al mundo expones

autosugestión en la clonación de tu ingenio.

Tabernáculo de la belleza que demandas,

efímeros seres de sustancia inasible revientas

en cuanto la estrella su aureola oscurece.

 

 

 

 

Amanece, la ciudad recoge sus encajes percudidos

por las noches excesivas

tus noches, tus amantes, tus desenfrenos, tus esquizofrenias

donde los ponchos abrigan más allá de la cara oculta del Inti

zamarros estremecidos por el furor equinoccial giran y brincan

chozas de adobe se deslavan azotadas por el ímpetu del cielo

donde los olores escandalosos denuncian dolor y cansancio

los polylepis se descascaran por el álgido aliento de las cumbres

frailejones de verde terciopelo

retan las alturas con su recia raigambre

confundidos en el ágora del páramo

con olor reciente de las últimas bostas

superviven como legionarios de los Andes.

Resuenan las espiraciones de las ocarinas,

clamor de pingullos y caracolas;

percuten los tambores

arrancando de la membrana de los llamingos

los hondos y graves tan-tan en un trance religioso casi místico.

Exalta la ternura de la fecundidad, la fuerza espiritual de la tierra

la permanente lucha de reivindicación y retorno.

“Soñamos con nuestro pasado y nos acordamos de nuestro futuro

Nosotros los pueblos indígenas

no somos ni el folklore de la democracia

ni el complemento del paisaje

Pertenecemos a la Pachamama y vivimos gracias a Inti el sol

Somos los huéspedes transitorios de un territorio

que debemos legar a las generaciones futuras”

 

Ofrendas sagradas honran al Inti y la Quilla, dioses del firmamento

danzantes de las cumbres,

danzantes del trueno y del vómito de los volcanes

funden el atavismo y las nuevas expresiones en su forzosa transición

fuego del pasado te atraviesa con su azagaya de recuerdos

estremecido penetra en la más remota grieta de tu memoria

removiendo los sepulcros donde yacen las evidencias de la historia

 

Bailas con gozo ancestral festejando el triunfo de la cosecha

tu vestimenta fastuosa

se engalana con el tesoro de Los Llanganates

semioculto tras una careta de cabuya teñida de azafrán

tocada tu cabeza

con penachos de vistosas plumas, espejos y ficciones

descendiente de Cápac Citua de los Incas

tu pecho resguardado por un escudo ostenta el poder del shungo

 

Uh…¡ Eh…! Oh…! Ah…! Aya…! Ih…! Oh…! Eh…! Uh…!

Huairapamushka ya, Uh, eh, Huairapamushka ya.

 

 

 

Honras a tu soberano supremo de los cuatro orillos de la tierra

Danzante, Tushug , Sacerdote de la Lluvia

Huma Inty Aya, Cabeza del Espíritu del Sol anónimo rostro

Saludas al ritmo de la inspiración religiosa

Saludas y te despides de tu monarca el Rey del Tahuantinsuyo

Te despides del palacio de Callo

del rey del Imperio de los hijos del Sol

Varias lunas llenas han de renacer

antes del triunfo del soberano Atahualpa.

 

Uh…! Eh…! Oh…! Ah…! Aya…! Ih…! Oh…! Eh…! Uh…!

Taita Atahuallpa ya,  Uh Eh, AH, Taita Atahuallpa ya..

 

Diabluma, doblecara, atrayente y colorido arrobamiento

Relicario de coplas y danzas

inmortalizan la gesta de la estirpe asfixiada

dominio castellano y dominio cristiano, exterminio de la identidad

guitarras, rondines y flautas aúnan sus lamentos con cada golpe

con cada raspado, con cada movimiento de jalingas y sonajas

con cada vibración de silbatos, quenas rondadores, y la ronca

palpitación resonante de trompetas bronceadas por el sol.

Pólvora multicolor, espasmódico aliento de vacas locas

castillos de luces, bolas de fuego, retretas de toros populares,

desfiles, corridas de luces, ramas de gallo y verbenas

Verdadero encadenamiento de tradiciones que renacen remozadas.

 

Corazas de Pascua Florida y Corazas de la Fiesta Grande

Trajeados de encajes y oropel, tutelan el ritual de los agrados

Culto punlla, paisapunlla, uma pascai y ucufichai.

Aruchico, tu momento culmina la expectativa del cultivo

tu horizonte de cosecha tirita con zamarros de cuero de chivo

cencerros atados a tu espalda para ahuyentar los malos espíritus

máscara metálica tu rostro,

rematado con cintas multicolores

pendiendo de tu sombrero de paño ondean a tus movimientos

sobre tus hombros

una manta roja se desangra hasta tus alpargatas de esparto

arrebatado por el júbilo del fruto vivo, brindas por la abundancia

bebes y cantas y danzas al son monótono de las bandas poblanas.

Te adaptas, te transformas, te solidarizas

en formas transitorias vives un mundo diferente

huacay huayra, fatigoso sonido de carrizo

marcha fúnebre del rondador que arrastra su voz dentro de las cañas

consternado demanda toda la riqueza usurpada

cultura sepultada por un ser extraño que no murió por redimirte

el hombre crucificado por amar, por perdonar, por no ser dios

Y tus dioses, tu culto, tu fe, tus héroes

 

 

 

Atahuallpa, Rumiñahui,Calicuchima, Nasacota Puento

arrastrados a Yahuarcocha por el gélido llanto del Imbabura

la espada y el plomo grabaron sus nombres de indomables guerreros

Se fundieron en la caldera del Inti bajo la mirada furtiva de Quilla.

Tierra y cielo sacuden su poderío en un holocausto de estruendos

su delirio se une a los rayos aúricos del Inti que celebra su dominio

memoria desterritorializada, transformada violentamente

mutada como tú en la clandestinidad de su propio desprecio.

Te conquistaron los hombres y las doctrinas del sol del otro lado

tu llanto se sembró en la tierra rebrotando en los granos de maíz

tus indias vírgenes

en el festín de los instintos ahogaron su impotencia

amantes, concubinas, amancebadas, los primeros mestizos parieron

Indios y mestizos, raza infravalorada, cultura popular subvalorada

El momento había llegado,

tú el profetizado de las tormentas y los caciques momificados

te erguirías en justa rebeldía para reclamar el trono de tus ancestros.

 

Estás cansado, las ojeras cercan desvaídas tu mirada nebulosa

Acopiado en tu sangre rimeros de químicos degradados te corroe

Cada vez eres un milímetro más anarquista

y energúmeno deplorable

se ha extinguido la fastuosidad de tus escenarios de lujuria

Apunchipag Aycha , apunchipag Nina, apunchipag Amaru

no son más

ese rostro tumefacto, envenenado,

caricatura de Jácome El Feísta,

no puede ser más horroroso que el espanto que te estrangula.

Asediada por las miradas, acorralada por los gestos sensuales

o simplemente por el embeleso de un orgasmo prometido

ninguna noche tu lecho dejó de albergar apasionados derrames

 

Shugniqui

 

Afuera está la tragedia, el llanto, la devastación

Aquí la esquizofrenia se desata en fluctuaciones delirantes:

Rumi vuelve, regresa

tucuy pucushca chagra muruta tandash huacaychina

rupashca

esparce el humo asfixiante de bagazo quemado

runas y huarmis  rupacuna deshaciéndose en cenizas

Flor de Páramo prisionera de tu siririna palti yace calcinada

Horrísonos gritos repercuten en las tumbas

                                    y a las momias zarandean

demonios escarban tu cerebro y el pensamiento te roban

gestos y ademanes se diluyen en la comedia de los bufones

actitudes impostadas, repetitivas, agresivas,

 

 

 

lenguaje incoherente, inexpresivo

Galimatías que perturba, que hunde la razón en la desmemoria

Tú eres la virtud de la voluntad, el triunfo sobre lo imposible

 

 

Rinimi, Llagta, rinimi

may carupi causangapa;

mana quiquin llagtashina

cuyanguichu runataca!

 

Huarmi, churita saquishpa,

ayllucunata cungashpa,

cay tuta, quillallugshigpi,

Ñanta japinimi, Llagta.

 

Anga millayta ricushpa

imashinami urpi huahua

urcuta tigrash, chingarin,

cacapi miticungapa;

 

Chasnami cuyayla rini,

supay aputa manchashpa;

chasnami, mana jaycapi

ricuringapa, chingasha.

 

¡Sisa, ah Sisa, Sisa de mi alma!

 

Se ha instalado una batalla entre tu mente y tu cuerpo

Tú una obra de arte en movimiento

Un cuadro surrealista que no puede ser disfrutado por las miradas

Que no puede ser deleitado ni en su forma masculina ni femenina

Colgajos de carne mutilada circundan el legado de la sangre

¿dónde se perdieron las vanidades de tu arquitectura?

¿serías apenas un trazo de la mano que te destruyó antes del ocaso

sin esperanza, sin retorno, extirpado de ti?

 

¡Ah Sisa!

Extiende tu mano y llévame donde moras allá en la umbría

allá donde el tiempo detenido ha transformado el sufrimiento

donde no hay rencor, ni amor, sólo soledad, soledad…

¿Será un llamado este dolor que agita tus entrañas?

Fogonazo, tajo, melancolía; en la mitad de la noche

Ardentía que resquebraja tus ingles donde explota la cañada

Tus manos aterrorizadas, humedecidas por cálidos borbolleos

se hunden en el cráter donde antes pendían tus testículos.

¡Tus testículoooos!!!!!

A tu lado… con la garganta cercenada

 

 

 

                                    sobre el lecho ensangrentado…

Sisa Ugsha ha sido raptada por el cuchillo que tu mano empuña.

 


Khira Ma.Riv

Este poema forma parte del libro "Peligrosas Libertades" (inédito)

Khira Martínez Rivadeneira
mocbakim@hotmail.com

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