Rómulo 
Khira Martínez Rivadeneira

Rómulo Edmundo Martínez Rivadeneira, 43 años

00:45  9 de noviembre de 2008 Glasgow 13T/15

19h00, 9 de noviembre de 2008 glasgow 4T/15

17h00, 16 de noviembre de 2008 glasgow 3T/15

Muerte cerebral, donante de órganos

Ablación hepatorenal/corneal 19h20,

17 de noviembre de 2008

Transplante hígado:

Quiña Gamboa María Gabriela, 19 años

Hospital Eugenio Espejo 9no piso cama 19,

Fibrosis hepática congénita.

20 noviembre de 2008 Patronato Municipal San José

Transplante corneal Luis Martínez Guerrero, 15 años 

Keratocono y leucoma.

Transplante riñones  NN NN

Transplante córnea izquierda NN NN.

 

Una densa crinolina negra el cielo oriental revestía

El fuego de las hogueras

se convertía en inesperados ojos de la espesura

Se arrastraban los torrentes bramando rítmicamente

Chillaban, croaban, cantaban,

rugían los animales de las sombras

El eco de los tambores

del otro lado del Upano llamaba a los guerreros

con el atavío de plumas y lanzas para el rito del advenimiento

Sevilla Don Bosco esperaba el nacimiento del caciquito blanco

El tigrillo heredero de los misterios andinos

y de la quimera del dorado

Un cortejo de unchipos encrestando sus vitriólicos oasis

matapalos bebiendo la savia de los que a su sombra se arriman

anunciaban con voz herrumbrada

desde la perpetuidad de su raigambre el inminente alumbramiento.

La primera bocanada de aire en esa noche de lava pirotécnica 

quema tus pulmones insuflándote la savia de la naturaleza

trasunta el dolor en la caricia anhelada que devuelve el aliento

Los labios de Teresa

Tumultuosos se aprietan besando tu tierna cabeza sangrante

ese 3 de julio de 1965 en que a la vida desciendes.

Pequeño Macabeo asistido por Don Ayo, Partero del pueblo.

Hilvanador de historias con milillos, mullos y semillas.

Escultor de arenas dormidas por el vaivén del Upano.

Purifica el santuario con matico, hierba mora, hierba luisa,

humo de tabaco, palo santo, ishpingo, canela,

exhorta cánticos y ensalmos espantando a los malos espíritus

y deseándote una vida larga y provechosa a ti,

el cuarto de la estirpe.

Te nombra Rómulo como el afuerano gestor de tu existencia

y esa es la rúbrica que estampillará tus decisiones.

Mashumbra,

cacique-shamán de los shuaras te bautiza con su sangre

Te reconoce

como el  hijo de la hija del colono Temístocles Rivadeneira

Esa walkiria de amazónicos senos y fiera nobleza

tigra encastada de cielos rugientes y selvas fragosas

barro levantino en el bastimento de su esencia

desbordó sus cálices para poblar la exuberante caverna.

Te sahumeria con los secretos del yagé.

Te vaticina tu destino en un trance por los relámpagos sellado.

Cual un jaguar indómito y tímido ante la mirada inquisidora

cercado por los afectos nacientes y las voces de tus antepasados,

te escabulles entre la maleza rugiendo con tu voz de gatito rubio

y dejas que el murmullo te ensimisme en la extrañeza.

El gran shamán te revela los secretos de la selva 

Aprendiste a rastrear las huellas de las anacondas y tigrillos.

Cazaste el fuego del volcán en su vómito enfurecido.

Dominaste los remolinos de las salvajes torrenteras.

Poseíste las entrañas de la selva y sus recónditas cavernas.

El sol te besó tantas veces con sus flamígeros labios

y tantas veces te agobió su demasiado abrazo candente.

Perdido entre los cañaverales

libabas el jugo de esos inagotables bejucos

y tus shigras se repletaban de las frutas

que a tu paso colectabas

Los kikuyos y murciélagos

te maravillaron en las oscuridades

como los fogonazos del Sangay en la distancia.

 

Cual un ceibo de tronco liso, amplio y caprichoso

que estalla en orgía de ramaje en su copa lejana

Magnánimo como la mañana

que se derrama al ser tocada por el sol

Como el aroma irresistible de la guayusa,

humilde y obstinado

como la hierba que se la arranca y a crecer vuelve

atrevido y bravo remontando

como río en la crecida de las lluvias;

el espíritu de la selva;

su degüelle tzántzico y exorcista: fueron  los sacramentos

que te confirió Etza desde su tiempo inexpugnable.

Delirios de ternura y amor

como arena desparramada prodigabas

Chaval de inquietudes infinitas y deseos que se evanescen

perdido en las palabras

y los conceptos que se funden en el silencio

fuiste alejándote del rugido de los jaguares,

de tu selvática esencia.

Indigente de un mundo que se empeñó en destruirte

fuiste cazado por los espíritus contrariados

y sus pérfidos cofrades,

reo de escandalosas noches entre alucinaciones y vértigos

reo del amanecer

amordazado hasta la inconciencia de tu desenfreno.

¿Qué incertidumbre

doblegó tu carácter indómito Macabeo del Kílamo?

¿En qué momento tu signo invalidó el vaticinio del shamán

los cánticos,  las sahumeriadas, los cataplasmas?

Te precedieron tus padres en la vida y en la muerte.

Los muertos no mueren, suben y miran por nuestros ojos

y sus sueños se realizan

en el escenario de nuestras ambiciones.

No comprendiste las señales de su alarma convocándote al sosiego.

Te faltó carne,

te faltó valor,

te faltó voluntad,

te falló la palabra.

Dando tumbos, esquinazos, abatido en las aceras,

persiguiendo quimeras entre sombras bamboleantes

descontrolado, despersonalizado y solo

erraban tus días en completo abandono

estrellándote contra  el planeta.

La memoria del pavor

se confrontaba con la inmediata transgresión;

falsa calma para engañar al tiempo, esperar las noches

y hundirte en el abismo desbocado de tu angustia.

Escarbaste más allá de las sombras buscando una respuesta

el aullido enloquecedor

que traspasaría tu garganta en el último espiro;

el hundimiento aberrante

de la cuchillada que derramaría tu vida;

la eviterna embriaguez allanando el derrumbe

o quizás el milagro

que te  rescataría de esas nefandas tinieblas.

Fulminado por la ignavia

los deseos corruptos tu voluntad revocaron

perdido entre las brumas turbulentas de tu desplome

esperaste el momento de la oscuridad perpetua.

Para detonar tu cerebro no levantaste tu mano

ni deslizaste la cuerda alrededor de la persistente condena

Ese llamado te tentaba

desde el trance sicodélico de tu indigencia

desde la crisis en su médula,

desde la impotencia de tus convicciones.

Ilimitadas perversiones a tu espíritu cautivaron

necesidades compulsivas a la sombra emergieron

Captura de percepciones alteradas

viviendo en un mundo imaginario;

Abate tu audacia la restricción del cerebro,

Indaga tu instinto entre alcoholes y vahos

relámpagos de rock ácido en las guitarras estallan

heavy metal, deathmetal flotando en el láser.

Al ritmo de acelerados latidos el viaje se inicia

cóctel de éxtasis líquido estimula y perturba

spinello, píldoras de la paz, barbitúricos

heroicas líneas derrotando al café energizante;

estaciones emotivas que agradan y degradan

infierno de inquietudes, ansiedades y psicosis.

Te arrastran, te desploman, te depravan, te arruinan

Alucinadas noches en el vértigo de alientos se desmayan;

Tórnase irredenta tu audacia en la caída.

Voluntad sometida no impugna a la hiena del escándalo

a carcajadas de tu dolor maldito la soledad se burla.

Ausencias, lejanías, memorias como dardos del recuerdo.

Los espectros intentan fundirse en el acordeón de tu mirada

se agolpan las imágenes sin alma

en una lujuriante estampida.

Invadido por deseos disfrazados

no consigues develar la vanidad refractada;

Ese abanico de intrigas, ese devorador siniestro,

el maquillaje circunstancial

ha legitimado en iterados tormentos

alteridad soterrada que el artificio exige

en el escenario circense de la ficción humana.

Espejo, espejo, ojo delator de verdades encubiertas

Por qué el dolor que lo oprime

no denuncias en tu ojo dilatado?

¿Por qué la muerte de su estirpe reflejas, impávido sin alma?

¿Cuáles son los rostros que el asesinato develar no puede?

¿De que máscara los delitos se desbandan?

¿Qué Dios gobierna la fe de sus sentidos?

¿Será Satanás manifestándose en el camino?

 

Tu pecado un epitafio cincela y el continente traspone

Allá al otro lado de las montañas y de los océanos

Ella vive en la tregua inmarcesible que dividió sus destinos

Allá subsiste el tiempo que Macas te otorgó en ignaro deliquio. 

Tus fantasías se desbandaron cual tornado en  Apocalipsis.

Sin brújula, ni cenit, sólo umbría desoladora y mortal.

Tantos tajos concibiendo distancias más hondas que los abismos

Tanto desamor por la devota fidelidad de tus latidos.

Tú, un hombre forjado por la zarpa poderosa de los iwias

probado en las mandíbulas de la espesa bestia selvática,

has desarticulado los lazos, has resignado la sangre,

dolorido por los infamantes rechazos que te aniquilaban

con una sensación de vacío existencial, de soledad

necesitado de afecto, de reconocimiento

fascinado por la concupiscencia, esclavizado en el delito,

atrapado sin argumentos que tu acabóse aboguen;

irremediablemente te condenaste

a la adicción perversa de esos tóxicos devastadores, 

a la baja tolerancia de las normales frustraciones.

Tu falta de proyectos de vida te impulsaron a transgredir

las normas sociales y la ley

transmutaste tu personalidad tantas veces al filo de la paranoia,

te humillaste ante la infecundidad del carácter.

 

Te llama la tierra, el patriarca, el duelo.

Se han edificado tus sueños en deleznables cimientos.

Se ha consumido tu flama sin irradiar su esplendor.

Se ha postrado tu búsqueda porque el mañana es incierto.

Gritaba tu sangre, vociferaba tu impaciencia.

Tu nombre voceaba la noche desde esos mefíticos antros.

La tragedia el alma exiliaba a pasos ingentes.

De todos los afectos sucumbías degradado y proscrito.

Mar salvaje zarandeando tu rostro,

denunciaba el tormento que tus evocaciones ahondaba.

Querías acabar, estrellar tu vida sin brújula ni sentido

Embarcarte en el  navío que zozobraría noche adentro

donde ni la voz ni el latido se escuchasen

donde perdurarías recluido en el silencio.

El delirio aún no había raptado tu alma ni tu conciencia

querías liberarte de las cenizas de tu idolatría

querías expulsar los demonios que tu cerebro carcomían

Buscaste en los templos la palabra divina,

el albedrío perdido

prosternado ante el séquito de santos y dioses

ninguna  plegaria, ningún ensalmo, ninguna eucaristía

levantaron tu alma de los continuos desplomes.

Los retumbos del Sangay las incógnitas no te revelaron

cataplasmas de malicawa, baños de serpientes,

ritos shamánicos en las ceremonias de la boa y el jaguar

no expulsaron la ponzoña que navegaba por tu sangre.

Sólo los hombres que reconocen su ineludible destino

lloran como tú ante el cadáver de su propio crepúsculo.

 

Al aullido de la tragedia quisiste anticiparte,

a la risa sardónica, a la bala,

al cuchillo, al veneno, a la traición, 

al espanto el pavimento ensangrentando.

Te refundiste en el frívolo argento que delataba tu historia

y encontraste los cadáveres de tus desvergüenzas

insepultos en el vórtice inmutable de tu condena

girando y bamboleándose como títeres sin tiempo.

Del asesinato de tu inocencia fuiste cómplice,

cometido con premeditación y sin asco

para seguir viviendo en la incuria de los días,

para seguir devorando corazones no natos

en el frenesí de una demencia incontrolable.

Espejo inexorable tu memoria lo delata,

los sucesos sobrevienen en tu ojo misterioso;

déjame penetrar tus laberínticos resquicios,

déjame gemir por su existencia defraudada,

deja que su cobardía el olvido la sepulte.

 

El tiempo triturador te ha ido transformando

sin olvido ni indulgencia con sus aspas fantasmáticas.

Esa lupa acrecienta tus escindidas existencias

legionarias insurrectas no se integrarán jamás.

Con un fragoso bramido la existencia se desploma,

incinerada por la metáfora absurda del sino.

Aplastada por la impotencia sucumbieron las penurias,

sin gritos, ni gemidos, ni el pavor amordazando.

Desde entonces el dolor furiosamente se encresta

reclamando su tributo en  violencias extremadas.

 

8 de noviembre de 2008.

En El Porvenir agazapada yace la desgracia.

La cara del asesino permanecía encubierta.

11 de la noche la tribuna de la desventura montaba la función.

Inicio de los acostumbrados ritos y sacrificios

otra noche tutelada por el consumo de vahos deletéreos y alcohol

otra noche en que la memoria sería estrangulada
desorbitando y desquiciando
el espíritu con fogonazos absurdos.

El frío y la neblina derrababan su mordedura hiriente.

La montaña  con su imponente silueta parecía abalanzarse

proyectada al fondo de la cuesta sigilosamente observaba:

marginales ratoneras, lumpesca plaga del sistema disoluto

guarida de la escoria, de la degradación, del asesino

arrastre ibérico, soberanos de la infesta podredumbre,

inframundo, delirante poder de las cloacas.

El viento espiraba los hurtados olores de aquellos cuchitriles

Marihuana, base, cocaína, crack

palo santo, tabaco, alcohol,

vómito, detritos

Imprecaciones, amenazas,

se perdían en los nauseabundos laberintos

 

Precede la chispa a la deflagración,

el sonido al estruendo

Cruce de provocaciones,

miradas encendidas que acorralan

Un golpe, otro,

te bates contra la jauría que sus dientes afila

te bates contra los buitres que desenvainan sus garras.

Tus puños vigorosos a los matreros sin tregua castigan.

Te defiendes de cada golpazo, de cuchilladas sinuosas.

Caes, te levantas, te yergues, aspiras y furibundo arremetes.

Te preservas de los pendencieros, tu integridad proteges.

No le alcanza el coraje a tu cuerpo vencido.

Rúbrica Ñacato, verdugo Ñacato, nefando Ñacato

turba Ñacato como hormigas te muerden, se cuelgan

arañan tu rostro, tus brazos; doblegan tu fuerza, te postran.

Adefesios salvajes descargan el estigma del lumpen

El horror escenificó en un destello los postreros momentos.

Imprecaciones y gritos, retumbaban en ese pestífero agujero.

Pavel Patiño, Voltaire Maquilón, José Narváez, Orlando Freire

Inmóviles, inconmovibles, ingrávidos, incongruentes

espectaban el desigual combate.

Alucinados y embrutecidos sin poder articular con coherencia

bamboleantes, mareados, como el trompo en sus moribundos giros.

Amordazados el cerebro por tanta inhalación, esnifada, vaharada

que les había embotado el pensamiento,

no alcanzaron a comprender que no estaban alucinando

que esta visión no era un efugio de sus irrealidades

que no era el  autoatentado forjado por sus mentes extraviadas.

Pusilánimes, despojos viles, títeres descabezados.

No les quedaba valor más que para fornicar con las ratas

No les alcanzaba el aliento más que para sostener su calamidad

No les alcanzaba el pánico más que para tragarse sus propios detritos.

¿Cómo podían estas sabandijas dopadas,

 mutiladas del grito ante la muerte cimentar una ofensiva?

¿Cómo podían estos infestos descerebrados

con los pensamientos pulverulentos producir un artificio?

¡Pobres bichos, apestados, zombies de su propia consunción!

Tú con la fuerza irrevocable de tus puños;

los matreros con el amedrentamiento de cuchillos y garrotes

tú sin más armas que tu enardecido coraje

defendiendo la afrenta que cruzó el rostro de Patiño

te desafiaste a ti mismo en un trance de ciega potestad

¡cobardes! miserables, individuos de hiena madre

verdugos infames del que decían ser amigo

ratas inmundas disfrazadas de hombres

no intentaron librarte de esa pendencia ignominiosa

Indefenso, reducido por el ataque avieso

el golpe homicida tu cabeza fractura …

el tremendo garrotazo cruzó tu parietal derecho

doblándote, nublándote en la inconciencia sin retorno.

Te desplomas amortiguado,

…doblando tu humanidad castigada…

Oscuridad en el azaroso sendero de tu desesperación desatada

Estremecido el suelo se tiñe de tu languidecido espíritu

Los asesinos Ñacato han ultimado al tigrillo

bajo el manto mefítico de las incógnitas sombras

Peor resaca que la complicidad de tu asesinato

será el ancla que no podrán levar por su incuria.

Infames, indigentes descastados del inframundo,

urdir que la gravedad confabuló con una falta de equilibrio

que tu cuerpo vencido en una vertiginosa y mortal caída

se estrelló contra el pavimento destrozando tu cerebro

y te hundió en el estremecimiento de una eterna soledad

donde ahora tu pavesa evidencia el efímero paso del ser.

Y los Ñacato, cualquier día, en cualquier lugar

descoyuntados, despedazados…

 

Liquidado como tantos cadáveres que de las calles se rescatan;

cubierto por la densa bruma que encubre tu ejecución horrenda

uniformados ungidos del protocolo mundano de su investidura

recogen tu cuerpo masacrado sin piedad y sin sentido

tu cuerpo ensangrentado por el absurdo canibalismo del sistema

victimado por la cobardía de los que decían ser tus amigos.

¡Aún respiras! ¡Aún tu cuerpo preserva el calor y la conciencia!

¡Rápido! ¡un hospital!, ¡sálvenle la vida que extraviada galopa! 

¡Pobre hombre! ¡otro atropellado por lanzarse a la autopista!

¡P o b r e   h o m b r e!  ¿¡a t r o p e ll a d o! ?

¡Ciegos! ¿Cómo pueden confundir el asesinato con el suicidio?

 

Hospital Eugenio Espejo.

Se devela la violencia de tu último sábado.

Aún consciente y dolorido en la camilla te desplomas

Una neblina infranqueable

ha devorado el resplandor de tu mirada,

te separa de la vida que ya no percibes

y que se niega a abandonarte.

Aletargado,

latiéndote aún el corazón que reanima tu espíritu extenuado

empieza tu calvario, tu pasión y tu muerte, Rómulo.

Hileras de enfermos

esperando la panacea que restituya su equilibrio

médicos, enfermeras, heridos, familiares,

murmullos a reventar

deambulaban por la sala de emergencias del hospital.

Demolida ante una capillita improvisada

esperaba inútilmente las palabras redentoras

 

Epicrisis:

Glasgow 13T/15, 0h45,  9 de noviembre de 2008

Paciente en malas condiciones generales

Cabeza hematoma subdural agudo, parietal derecho

hipotermia, bradicardia sinusal hipofonética, disrítmica

pulso 42, frecuencia respiratoria 24, tensión arterial 120/50

deterioro vertiginoso a las 11h45, glasgow 4T/15

Pronóstico reservado

se anotó en la anamnesis que fue dimensionándose

Se desconoce cinemática del trauma.

Tu corazón retumbaba a un débil ritmo irregular

El golpe tu cráneo había triturado y tu encéfalo reventado

estabas sumido en las tinieblas de un letargo incognoscible

tus pupilas midriáticas sin reflejos tu ausencia denotaban

sangrante hilillo imparable fluía por tus oídos

escoriaciones y arañazos en tu rostro,

moretones en tus brazos,

limaduras en tus rodillas

delataban el ajusticiamiento ejecutado por tus asesinos.

 

Asomada a la ventana de ese imperturbable cristal

que se desnudaba segundo a segundo

ante mis ojos estupefactos

vivía la demencia de un mundo vertiginoso y anárquico

¡me devastaba tu impotencia hermanooooooo!

subordinado a la vida artificial

que controlaba tus exánimes latidos

grité con todo el odio que mi dolor ha procreado

maldije la inoperancia del sistema

y a sus siniestros titiriteros

vivimos el circo del horror en su perversidad más refinada

un conciliábulo de dementes

y asesinos

y corruptos y violadores

se beben nuestras vidas sangrándonos la esperanza

Culpables somos por creer que el destino revocar podemos

¡qué ingenuidad más fecunda!

¡qué farsa implantada en la médula!

¡Revelémonos a la deglución de estos buitres!

no dejemos que nos arranquen

el coraje de vivir en este tiempo amargo.

Es hora de marchar, de enarbolar la protesta

no más sangre sacrificada en el altar de la cobardía

no más enlutados por la violencia sin tregua

que puebla las calles

¡queremos vivir!

sin miedo,

sin temor al exterminio de las ilusiones.

 

OJOS: presencia de reflejo palpebral,

 pupilas anisocóricas

Derecha midriática 7mm arreactiva a la luz,

izq de 3mm hiporreactiva

CAE otorragia izquierda

CUELLO: móvil

CARA:  escoriaciones superficiales pequeñas

BOCA:  no HÚMEDAD PRESENCIA DE tet

Tórax: Expandible, buena entrada de aire

CORAZÓN:  RS CsR

Abdomen suave depresible

RHA más extremidades

Hemiparosia  braquiocrural izquierda, 215

 Glasgow 4T/15 (M2 01 V1T)

TAC CEREBRAL Hematoma subdural agudo F-T-P derecho

 

PROCEDIMIENTO OPERATORIO

Asepsia y antisepsia

Colocación de campos quirúrgicos

Incisión de Falconer derecha

Profundización de herida quirúrgica

Craniectomía parietal mediante 4 agujeros de trauma

Duotomía arciforme

Hallazgos antes descritos

Evacuación más lavado de hematoma subdural

Control de hemostasia con surgirle

Colocación de drenaje subdural

Plastia de duramadre con gálea

Control de hemostasia.

Cierre por planos

 

La camilla se deslizaba seguida por un cortejo de miradas

Yacías inmóvil,

conectado al artificio que llevaba aire a tus pulmones,

tu cabeza vendada,

ligeramente ladeada,

la cirugía evidenciaba

lloré, lloré al comprobar la mutilación de tus sentidos

¡te llamé! ¡te grité!¡te toqué! ¡te besé!

¡estreché tus manos tibias e inertes!

Me abofeteó esa catalepsia de tu expresión ausente y sedada

Las puertas, los guardias, los médicos

impidieron mi paso hacia ese cenotafio donde te torturaban

donde te apartaban de mis súplicas, de mis quebrantos

Días interminables ibas y venías por todo el hospital

sobre esa jaula sin barrotes

Deterioro neurológico,

sin respuesta al tratamiento me gritaban

Glasgow 3T/15

La válvula descompresora

que liberaría la presión sobre tu encéfalo

aquella craniectomía no evacuó ningún riesgo conjeturado

la transición hacia lo inevitable estaba ya decretada

los reportes médicos, jamás alentadores, no apostaron por tu vida

cada día el monstruo de la oscuridad su álgido aliento soplaba

y yo desde este lado de la angustia por tu regreso clamaba

yo tu madre, tu hija, tu hermana, tu mujer, tu amiga, tu esclava

Todas las fuerzas invocando la sanación de un solo hombre ¡Tú!

Tú doliéndome las ausencias de nuestros padres

Tú doliéndome la indolencia de nuestros hermanos

Tú mi pequeño hermano, mi hermano menor

en el sopor más profundo

ignorabas el drama de tus últimos latidos

tu piel intacta, suave,

blanca, cubría el deterioro de tu organismo;

me impedía percibir el derrumbe que extraían por tu boca

masas purulentas, fétidas denotaban tu isquemia cerebral

la tan temida sentencia de tu partida inevitable.

Los esfuerzos por rehabilitarte se fueron extinguiendo

cuanto más se acrecentaba mi pánico

de perderte irremediablemente.

Afuera en el bullicio,

la ciudad se estremecía con sus descaradas impiedades

Afuera los caníbales

afilaban sus colmillos para desgarrar los corazones

Allá en la intemperie,

tu garganta  prorrumpió con su extraviado grito.

Simón y Marcelo

comprobaron que tu final su marcha iniciaba

doloridos,

con el espanto carcomiéndoles la descendencia arrebatada,

regresaron al lugar de tus ancestros

para orar en el oráculo de Etza

 

16 de noviembre de 2008,

paciente hemodinámicamente variable,

Piel sana.

15h50  Paciente de 43 años con diagnóstico de TCE grave,

8 días en UCI con mala evolución clínica

al momento no se observa  reflejos óculo cefálicos,

los cuales están ausentes,

prueba de apnea positiva

reflejos óculovestibulares ausentes,

Glasgow 3T ( M1 VIT O) TA= 108/60 TAM= 92 mmHg Fc= 110x

Neurológico: ECC= 3T/15

pupilas de 5 mm de diámetro sin respuesta pupilar.

Paciente de quien ya se habla con familiares

para la posibilidad de procurar órganos:

se está manteniendo  buena función

de perfusión para la donación.

17 H00. Paciente con muerte cerebral

apoyado de ventilador,

se aspira secreciones por TET

amarillentas en moderada cantidad

con pupilas isorreactivas, arreflécticas,

abdomen suave, depresible,

diuresis por sonda Fowley en volúmenes variables

y de características normales.

Baja a quirófano para transplante de órganos

Ablación hepatorenal/corneal 19h20,

transplante hepático a Quiña Gamboa María Gabriela,

Hospital Eugenio Espejo 9no piso cama 19,

Fibrosis hepática congénita.

 

En la ciudad de Quito, Ecuador, a 16 de noviembre del año 2008

y posterior al diagnóstico de Muerte Cerebral y con autorización

libre y Voluntaria y a título gratuito, los familiares de quien en vida

respondió al nombre de Rómulo Edmundo Martínez Rivadeneira

autorizamos el retiro de tejidos y órganos sólidos

que con fines de trasplante sean requeridos para el manejo

de pacientes con patologías crónicas.

 

Se procederá a realizar el retiro de: Córneas, riñones e hígado.

 

La ablación se realiza con fines de transplante

para efecto de donación cadavérica.

La naturaleza del procedimiento conozco y acepto y una vez que

he sido informada en calidad de HERMANA, que mi familiar

se encuentra en muerte cerebral

cuyo concepto se me ha explicado adecuadamente

y ya se han realizado las pruebas clínicas y EEG que la confirman

reitero que acepto que los órganos y tejidos de mi familiar

sean removidos quirúrgicamente para ser transplantados

a los pacientes que se beneficien del procedimiento…

 

El horror estremeció  mi sangre como una demoledora pólvora

Zarandeándome cual una hoja en la tempestad me azotó el dolor

Caí en un abismo turbulento que me arrastraba a la demencia

¡No podía respirar! una mano invisible me estrangulaba

¡Otra aplastaba mi pecho!

¡oprimiéndome el corazón con iracundia!

Las lágrimas en violenta catarata inundaron mi rostro

Azorada por la cruel declaración del carnicero del quirófano 

Comprobé con mis ojos y mis manos que tú, Rómulo,

¡ya no eras más!

¡Ya no eras más!…

Tu espíritu había abandonado tu cuerpo rendido

El último reflejo que sostenía tu martirio se había extinguido

Cesó tu respiración, cesó tu vida, cesó tu pasajera estancia

Cesó tu autoinmolación en las sentinas donde tu vida derrochabas.

Dicen que al fin descansas, que ya no sufres

¿Descansas de una vida

a la que voluntariamente no renunciaste?

¿No sufres un dolor que no buscaste?

¿Quiénes te privaron de esa existencia que era tuya?

¿Por qué Dios que tanto a sus hijos ama consintió tu asesinato?

¿De qué seguridad habla el estado?

¿Será tu muerte otra percepción?

Te han sofocado el aliento innombrables sabandijas

tu vida pendió de un cataléptico pentotal

hasta que cesó el suministro.

Ese 16 de noviembre a las 17H00

se derrumbó el firmamento.

Ni la más dolorosa punción encontró respuesta

Ya no osciló tu pecho

con la espontánea respiración que te sostenía

Te abracé con pavor, con amargura, con ingenua credulidad

de que hubiese sido tan sólo un efímero espasmo.

¡No! ¡No quería aceptar la evidencia de tu terrible quietud!

Esa serenidad de ultratumba, esa presencia ausente

Tu cuerpo céreo, sin aura,

opacado por la guadaña de la tenebrosa raptora

no podía negar su propia extenuación.

Rómulo,

doné tus órganos como un homenaje de vida por tu sacrificio

Para que vivieras la existencia que te raptaron

para que latiera en otros cuerpos tu presencia

para que tus ojos

discriminaran los espejismos desde la mirada de Luis

para que los demás comprendan que el dolor es la reencarnación

para que aquellos que te recibieron si algún día leen este poema

sepan que fuiste tú el milagro detrás del asesinato.

 

NOTA DE EGRESO DE UCI

MARTÍNEZ RIVADENEIRA RÓMULO   HC: 60085

FECHA DE INGRESO A HEE: 09/11/2008 HORA 00:50

FECHA DE INGRESO A UCI:    09/11/2008 HORA: 22:15

FECHA DE EGRESO UCI:  16/11/200/  HORA 19:00

DIAGNÓSTICO INGRESO: TCE GRAVE+LOE

Hemorragia subdural aguda hemisferio derecho+ craniectomía

Descompresiva.

DIAGNÓSTICO DE EGRESO: TCE GRAVE + LOE

Hemorragia subdural agudo hemisferio derecho + craniectomía

Descompresiva.

HIC REFRACTARIA

 

Morgue Hospital Eugenio Espejo

Ya tu cuerpo vulnerado por el bisturí de las amputaciones

franqueada tu demolición

por el veneno que marchita y enajena

Solitario

sobre la loza esperaban tus restos su tránsito hacia la eternidad

Cínicamente la muerte

con sus mandíbulas infestas empezaba a corromperte.

Hace doce horas tu corazón  paralizó el latido

y el flujo de tu sangre

Vinieron los salvaguardas de la ley para rotular tu cadáver

escribieron en algún papel

los hallazgos que las horas habían patentado.

Te trasladaron a la morgue policial

y certificaron tu acabamiento.

ACTA DE LEVANTAMIENTO DE CADÁVER

FECHA Y HORA. Lunes 17 de noviembre de 2008 11h45

LUGAR: Morgue Hospital Eugenio Espejo

AUTORIDAD: Fiscal de turno

CASO REPORTADO POR: CMAC-101

FECHA Y HORA DE LA MUERTE:

16 de noviembre de 2008 19h00

 

EXAMEN VISUAL EXTERNO DEL CADÁVER:

 

HOMBRE 43 años de edad talla 1.80 cm. PESO 160 lbs.

TIPO CONSTITUCIONAL: Normal

PIEL COLOR: blanco

CABELLO: CASTAÑO

DESCRIPCIÓN DE LAS PRENDAS DE VESTIR:

Envuelto en una sábana blanca, cuerpo desnudo.

 

SIGNOS POST MORTEN:

Cuerpo:  frío

Rigidez:  No

Livideces: si

Signos de putrefacción: No

Tiempo aproximado de muerte: 12 horas aproximadamente.

Probable manera de muerte: a determinarse

Probable causa de muerte: a determinarse

Entrega del Cadáver:

Vehículo:  Ambulancia 107

CONDUCTOR: Cbop. Yasig Efraín

PERSONAL QUE ASISTIÓ AL LEVANTAMIENTO:

Cbos de Policía Carlos V. Jumbo C.

Cbos. De Policía Henry Romero

 

Arrastrando las cadenas de mi dolor,

ajena al ojo del mundo

me abismé en la oscuridad de tu eclipse,

un sol negro

se posó en tu vida el día aquel que se nubló tu mirada

no fulguró desde entonces

ningún relámpago que te estremeciera

Los hechizos del shamán invocando los poderes de la vida

El rugido espasmódico de los jaguares

presintiendo tu desgracia

El trino lúgubre de las aves desde el fondo de la espesura

La encabritada insurrección de las aguas del Upano

aturdidas galopando,

clamaban por el abatimiento del cuarto de la estirpe.

La noche otra vez me sorprendió monologando con tus recuerdos

Escudriñando en el arca donde escarbaba buscando tus huellas.

Tu acostumbrada prudencia ante los intempestivos eventos

¡Oh Rómulo! ¡Hermano!

Ni un solo tormento del vía crucis

donde el garrote destrozó tu cerebro

Ni una sola profanación del santuario de tu cuerpo

Ni una sola morbosa indagación

para permitir el trance hacia tu eternidad

Ni una cobarde manipulación más de tus despojos

hubiera permitido…

¡Créeme hermano!

la justicia se empecina y la dignidad apesta como los albañales

los derechos mancillados no son visibles,

hasta la última palabra te mutilan

en vano supliqué misericordia para tu cuerpo sacrificado

vinieron como carroñeros siniestros a devorar tu carne

hundieron la sierra en tu desfigurada cabeza

descerrajándote el cráneo

sólo

para legitimar que la violencia social

es un engendro de la infamia

¡Cobardes!

No pudieron escribir la verdad de tu ajusticiamiento

Hurgaron tus despojos, riéndose como hienas

Tú,  santuario de tu cuerpo,

tu propio santuario por última vez fue hollado

mortificado, desentrañado, vilipendiado, autopsiado.

Sólo una sábana blanca cubría

la lívida y fría desnudez de tu cuerpo

desheredado de todos los honores y de todas las piedades.

Impotente y llena de prejuicios ante el salvajismo de tu muerte

ya no te toqué, ya no te hablé,

ya no te di el abrazo que nos separaba…

…para siempre.

Me refundí en la cobardía de mis lágrimas

ocultando mi angustia

Esta ráfaga que me zarandeó, que me arrastró,

que me aniquiló

se enmascara en las entrañas de aquella noche turbulenta.

Noche en la que tu asesino Ñacato reventó tu existencia amarga.

Imprequé en contra del verdugo y quise arrancarle las entrañas

Lapidarlo, arrastrar su fétido aliento clavada de odio y venganza

Hundirlo en el ácido del desprecio

esperando que se corroyera hasta el último grito

Pisotear sus despojos en esa proscrita danza de extrema locura.

Luis, Luigi, Williams y yo,

te custodiamos hasta los Jardines del Valle

en el silencio de esa ciudad

donde los muertos irremediablemente se refugian

Los guías de ultratumba

en el último ritual que transmutaría tu sacrificio

sin  estremecimiento, ni congoja,

te sumergieron en las entrañas del fuego

y que tus restos en ese acto de purificación y acabamiento

yacieran imperturbables en el columbario de la memoria.

18 de noviembre de 2008, 14h00,

recibí el cofre que guardaba tus cenizas

Vinicio, Christian y yo,

nos sumimos en la solemnidad del silencio.

Una inmensa soledad me invadió

desde el derrumbamiento de mi alma.

En ese pueblo sin esperanzas

donde la muerte catequiza a los espíritus

renació el dolor de otros duelos.

Surge como una ola,

se detiene,

se recrea,

me hurga,

infinita finitud de mi vivencia, me torturas.

Bajo ese cielo permanente, indefensa me descubro

tan próximas mis raíces, intemporales y serenas.

Teresa y Rómulo en la otra realidad perviven

al otro lado del reflejo donde los astros no penetran

en la eternidad  de los silencios y la bruma del olvido

heredera de su estirpe me celebro a la sombra de su muerte.

Oráculo siniestro sopló la nieve cósmica de los sueños

y en una perpetua desmemoria

traspasaron esa escultura degradante protegida por la niebla.

Tus padres, habitantes del recuerdo,

pasajeros de la lóbrega caverna,

te esperaron

e iniciaron el viaje hacia el reino de la afonía imperturbable

¿Y tus hermanos? ¿Y tus amigos? ¿Y tu hija?

Sólo yo, tu madre, tu hermana, tu hija, tu amiga, tu viuda,

huérfana del jaguar blanco que se perdió en la ciudad sin límites.

Ausencia, nadie, nada más que la lluvia lavando los tormentos.

 

…/…

 

Luis Martínez Guerrero, diagnóstico: Keratocono y leucoma

Córneas delgadas y frágiles que degeneran vertiginosamente

Solución inmediata: transplante de córnea de donante cadavérico

Tus ojos se iban cubriendo de una oscuridad sin retorno

extrañas sombras se iban tragando los últimos halos de luz

la espera centuplicada en el limbo de las angustias palpitaba.

Derrotaba el tiempo los soles obstinados de esa búsqueda sin tregua;

las mórbidas brumas que se habían descoyuntado en su bostezo.

La garganta de la noche te corrompía con su aliento de loba

te empujaba al abismo inescrutable de ese mundo sin contornos.

Estalla la tragedia que arrastra a Rómulo al letargo absoluto

a esa estación sin conciencia, sin sentidos, sin fulgores

donde los latidos no legitiman la existencia

donde la respiración se subordina al mandato del cerebro

al protocolo que los médicos inventan para justificar su oficio

Inducido a un sueño sin imágenes para preservar sus órganos

Rómulo desde la derrota de su tiempo te legó sus ojos

te donó aquello que jamás soñaste podía nadie dártelo

en una transustanciación corpórea y etérea

transmigró su alma en tu mirada

para que tú , sobrino, erigieras la obra inacabada de tu vida

para que te perpetuaras a través del milagro de su sacrificio

para que en cada despertar su mirada en la tuya se eternice.

El inminente tránsito hacia la lobreguez de los espíritus

te concedió la terrible certeza de espantar las tinieblas…

que habían devorado el cuerpo martirizado de tu dador

¡Ah! Feroz emisario de la muerte que aplastaste la esperanza

¡Ah! Siniestra realidad que amputaste el latido para crear la luz

No debo imprecar, y lo hago dolorida

Sé ¡Oh Dios! Que no puedo revocar tus mandatos atroces

Sé ¡Oh Dios! Que nuestras vidas no son nuestras ni tuyas

¿Por qué oculto de nuestras percepciones nos inflinges tanto mal?

Devuélvenos la inocencia y no nos tortures con el exilio.

 

20 de noviembre de 2008, Patronato Municipal San José

expira la zozobra y renace la esperanza

8 de la mañana el quirófano preparado espera a su paciente

la noche anterior, tu sueño Rómulo vigilaba

tocó tu corazón con su hálito impalpable

largamente te acarició, te transfirió la serenidad de su espíritu

te habló desde un silencio suspendido

no eran sus palabras las que a través del espacio se desplazaban

era su propia esencia que lo abarcaba todo

su amor trascendido, puro, etéreo e indestructible

su mirada luminosa, profunda, clara, se integró a tu mirada

tus ojos llenos de luz buscaron su presencia…

Rotenbach observó el protocolo y ejecutó magistralmente

el transplante que renovó tu sentido mutilado.

Ninguna amenaza, ningún rechazo, ningún desconcierto

conspiró contra la predestinación de todas las voluntades.

Khira Martínez Rivadeneira
17 de enero de 2009

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