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El surrealismo en la Argentina
Silvia Loustau

diez hojas de cuchillo se niegan

a dar su merecido

y por un momento

a escribir siquiera cualquier parte de lo que se

ha dado por vivido.

 

Carlos La Torre _ Biografía Limitada

El movimiento surrealista fue fundado en Francia en la década del 20. Es difícil separar la palabra surrealismo de poetas franceses como Eluard, Breton, Prevert, aquellos quienes más trascendieron. Sin embargo el surrealismo se extendió por el mundo y en la Argentina florece con vigor en la literatura nacional recién a comienzas de la década del 50.

 

Resultado de las diversas asimilaciones de los planteos de Breton y sus seguidores, fue la creación de obras fundamentales en todos los campos del arte.La preeminencia poética de los fundadores europeos movilizó también a los poetas argentinos.

 

He optado por poetas decididamente emparentados desde la década del 50, y que dejaron constancia de su vinculación, tanto a través de sus poéticas particulares como en publicaciones y documentos.

 

El Primer Manifiesto Surrealista es de 1924 y desde entonces hasta mediados de los 50 en Francia se implanta una de las corrientes más vigorosas del siglo en cuanto acción y pensamiento poético. La poesía surrealista ofrece una mirada nueva; una ruptura con el lenguaje que tiene el propósito de hacer de él un ser vivo y brillante. Se vale, primordialmente, de los poderes desbordantes del inconsciente del amor, el erotismo, el humor y el sueño, demanda libertad procurando la innervación de la palabra. La escritura automática,  la ambigüedad sintáctica y semántica son algunos de los recursos utilizados por este movimiento. El deseo era: no dejar de sorprender.

 

El surrealismo, tal como yo lo entiendo, declara nuestro inconformismo absoluto con la claridad suficiente para que no se le pueda atribuir, en el proceso del mundo real, el papel de testigo de descargo. Afirma Bretón en El secreto del arte mágico del surrealismo.

 

Los cauces de este fenómeno se extendieron a lo largo de los años con un grado de diversidad tan sorprendente como generoso.

 

Un grupo de poetas argentinos asumió el desafió surrealista. Algunos lo hicieron con adhesión estricta, a pesar de los cambios sociales

 

y políticos que acompañaron el derrotero surrealista en su evolución. Otros se acercaron a esta corriente sólo para tomar de ella aquello que les fuera útil a sus poéticas personales.

 

Una de las primeras adhesiones que se registro en América del Sur fue a través de la revista Qué lanzada por Aldo Pellegrini, Mario Casano , David Sussman y otros. Editaron dos números en 1928 y en 1930, y lo podemos considerar el antecedente más lejano que vincula a poetas argentinos con el movimiento de vanguardia europeo. Todos formábamos una especie de fraternidad surrealista... contaría años más tarde el propio Pellegrini. La revista tenía un fuerte tono critico hacia las tendencias literarias de la época y alzaban una bandera rebelde y contestaría.

 

En 1948 aparece la revista Ciclo, también bajo la conducción de Pellegrini y Elias Piterbarg, a quienes se agregó Pichón Riviere.En ella hubo algunos cambios, aunque mantiene sus lazos con el surrealismo propone puntos de vista ligados otras vertientes estéticas, pero reafirman un espíritu ético ante el arte y la expresión.

 

Unos años más tarde, dirigida por Enrique Molina, aparece la revista A partir de cero, en ella se retoman las primeras experiencias de los vanguardistas argentinos. Junto al autor de Las cosas y el delirio se agruparon Aldo Pellegrini, (quien siendo médico había hecho de la escritura y el surrealismo su militancia), Julio Llinás, Carlos Latorre, Juan A. Vasco y Francisco Madariaga. Publicaron dos números, en 1952 y 1953. En 1956 editan su última entrega con textos de los autores citados a quienes se suma Olga Orozco.

 

En octubre de 1953 aparece la revista Letra y línea, dirigida por Aldo Pellegrini. esta publicación abordaba todas las ramas del arte, haciendo hincapié en la poesía. Continúan con su estilo polémico y combativo e incorporan gran cantidad de poetas argentinos, no siempre adheridos a la corriente surrealista. Pellegrini declararía: De los nuevos nombres que figuran en la nomina inicial de Letra y línea, solo tres se declaran surrealistas: L atorre, Molina y yo….pero la revista admite toda clase de colaboraciones dentro de un criterio de amplia modernidad. Fueron editados cuatro números. En el último, julio de 1954, ofrecen un homenaje a Dadá.

 

El circulo de poetas que se acercan a Pellegrini se amplia, entre ellos podemos nombrar a Alberto Vanasco, Edgard Bayley, Oliverio Girondo, Juan Antonio Vasco y otros.

 

En 1958 la revista Boa, dirigida por Julio Llinas, del grupo de Pellegrini, se vincula con el grupo neo-surrealista francés Phases, retomara aspectos de la corriente impulsada por Pellegrini, sumando a la publicación las artes plásticas, que desde un principio habían acompañado al movimiento surrealista europeo.

 

Esta ha sido una visión casi a vuelo de pájaro acerca del surrealismo en nuestro país, un deseo de demoler el mito que el surrealismo se dio en Francia y mostrar, como ya lo hemos ido haciendo en sucesivas entregas que se extendió por el mundo y que en nuestra tierra tuvimos un grupo de poetas que adhirieron a él. Desde mi punto de vista el surrealismo no ha muerto, siempre se abreva en sus aguas, en la de poetas que opinan que la poesía es una forma de conocimiento, pero a condición de ser la más desesperada tentativa de salvación de una conducta existencial.Es un estado de incandescencia del espíritu, un relámpago de la intuición que a través de la imagen descubre la contextura y las relaciones secretas de las cosas y el hombre.

 

Dos poemas de poetas surrealistas argentinos: 

                           La certidumbre de existir 

                                por Aldo Pellegrini

 

Si

lo he visto todo

todo lo que no existe destruir lo que existe

la espera arrasa la tierra como un nuevo diluvio

el día sangra

unos ojos azules recogen el viento para mirar

y olas enloquecidas llegan hasta la orilla del país silencioso

donde los hombres sin memoria

se afanan por perderlo todo

 

En una calle de apretado silencio transcurre el asombro

todo retrocede hasta un limite inalcanzable para el deseo

 

pero tu y yo existimos

 

tu cuerpo y el mío se adelantan y aproximan

y aunque nunca se toquen aunque un inmenso vacío los

separe

tu y yo existimos

                            Donde yo estoy 

                            por Julio Llinas

 

                    Los ojos blancos,

                    la piel paralizante:

                    me buscaréis en vano

                    entre mis bestias.

 

                    Mi roja música

                    ha triunfado.

                    (Ah la frenética infancia

                    junto al médano

                    y la esmeralda polar,

                    surcando nuestra casa).

 

                    Me encontraréis

                    en lo más hondo del bosque,

                    temblando al grito de la lava,

                    sirviendo a un mágico idiota.

Bibliografía

 

Molina , Enrique, Páginas seleccionadas por el autor, Celtia, Buenos aires, 1983

 

Marcel Raymond, De Baudelaire al  Surrealismo,  Fondo de Cultura  Económico, 1970

© Silvia Loustau - Mar del Plata – Argentina
syllous@yahoo.com.ar

www.silvialoustau.blogspot.com 

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