Rigoberto y Yo
Conversaciones con mi sapo
Michael Jackson
Soledad López

Llegué  al estanque en el momento preciso. Mi amigo Rigoberto, estaba ahí despatarrado, más feo que otros días con su arrugada piel marrón y sus ojos saltones que miraban en otra dirección.

-Hola, mi buen amigo - le dije mientras me acercaba.

-Has llegado un poco tarde – respondió, inflando y desinflando su pecho.

-Es que miraba televisión y me detuve a pensar sobre la hipocresía y otras cosas. –

-¿A propósito de qué? –

-De la muerte del cantante Michael Jackson –

-¡Menuda figura del panorama artístico!

-Fíjate que la prensa de muchos países lo muestran como si fuera un ídolo, un ser humano fuera de serie, un verdadero rey de la música...-

-No olvides que detrás de toda esa publicidad, se manejan muchos millones y que la máquina está montada para multiplicar la venta de discos, CDs, clips y toda la basura que están preparando a toda velocidad para venderla ahora, mientras palpitan las emociones. –

-Pero lo que realmente me mortifica, es que luego de todos los escándalos protagonizados por el cantante, se calle propositadamente el abuso a menores, su adición a las drogas, los niños que han quedado traumados para el resto de sus vidas haber sido violados y todas las locuras llevadas a cabo en ese submundo de ignominia donde se mueven muchas figuras “famosas”. –

Mi amigo sapo guardó silencio por breves instantes y mientras cazaba un insecto con su larga lengua, respondió:

-No olvides que un negro que reniega de su raza para transformarse en blanco, debe guardar muchos resabios. –

-Lo que más me subleva es que la prensa desinforme a la gente común, gente sencilla y sin malicia, transformando los actos delictivos y repugnantes, como la violación a menores, en algo secundario, como sin importancia. Es más, pienso que debería alertar, cuando habla de Michael Jackson,  a los padres, diciéndoles que deberían estar alertas ante figuras de notoriedad artísticas pero de prácticas aberrantes, para que nada de eso pase inadvertido. –

-Podría ser, pero no olvides que alguien, hace ya siglos, escribió aquello de: “ poderoso caballero, don dinero”... –

-De todos modos, no se debe  aceptar argumentos que, escudándose en la fama, intenten poner un velo para cubrir los delitos cometidos por famosos, pertenezcan al mundillo del arte, la política o las finanzas, restando importancia a lo que nadie desconoce ya: la pederastia. –

-De todos modos, ten en cuenta una cosa; luego que pase esta ráfaga y los interesados ganen los millones que calmen su codicia, el viento del olvido barrerá del planeta los nombres de gente que hoy es noticia. No olvides que la vida continúa...

-Ya lo sé,  pero necesitaba escuchar tu parecer. Ahora, me siento más calmada. –

-Entonces, ¡hasta mañana! Recuerda que una ranita me espera al otro lado del estanque para que la abrace bien fuerte, hasta que sus ojos saltones casai se salgan de las órbitas. Ah, el amor....-

Soledad López
Rigoberto y Yo
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