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Relación existente entre las virosis cutáneas recidivantes y el estado inmune de los pacientes afectados
Lic. Yornaika Llano González
yornaika@infomed.sld.cu
 
Licenciada en Tecnología de la Salud, especialidad: Laboratorio Clínico. 
Profesora Instructora de la Facultadad de Ciencias Médicas Dr. Salvador Allende
Hospital Dr. Salvador Allende

Resumen:

En nuestros días los virus cobran un importante papel dentro de la sociedad, debido a que cada vez las mutaciones que se presentan en los mismos les permiten perpetuarse y continuar siendo huéspedes indeseables en los humanos, causando múltiples enfermedades.

Dentro de ellas las virosis cutáneas que en ocasiones pueden recidivar, convirtiéndose en un problema de salud y de estética a la vez, y que por lo general afecta a poblaciones jóvenes. Es por ello que se quiso demostrar la relación existente entre las virosis cutáneas recidivantes y el estado inmune de los pacientes afectados.

El mismo se realizó en el hospital Dr. Salvador Allende, con casos vistos en la consulta de Inmunología, en el periodo comprendido de enero 2005 a diciembre 2007.

Se pudo comprobar que alrededor del 50 % de los pacientes presentaron estados de inmunodeficiencia celular, también se llegó a la conclusión que más del 50 % de estos pacientes afectados por virosis cutáneas recidivantes su sistema inmune se encontraba deprimido por los resultados obtenidos en la prueba cutánea demorada, presentando una hipoergia.

Palabras claves  

Recidiva: reaparición de una enfermedad después de haber transcurrido un tiempo

IgS: inmunoglobulinas

IgG: Inmunoglobulina G

RE: roseta espontánea

RA: roseta activa

IDS: Inmunodeficiencia secundaria

IDP: Inmunodeficiencia primaria

PCR: prueba cutánea retardada o demorada

SI: sistema inmunológico

Introducción

Virus (en latín, veneno), entidades orgánicas compuestas tan solo de material genético, rodeado de una envoltura protectora.

El termino virus se utilizó en la última década del siglo XIX para describir a los agentes causantes de enfermedades más pequeñas que las bacterias. Ellos carecen de vida independiente, pero se pueden replicaren en el interior de las células vivas, perjudicando en muchos casos a su huésped en este proceso.

La existencia de los virus se estableció en 1982, cuando el científico ruso Dimitri I. Ivanovsky descubrió unas partículas microscópicas, conocida más tarde como el virus del mosaico del tabaco. En 1898 el botánico holandés Martimes W. Beijerinck denominó virus a estas partículas infecciosas.  

Pocos años más tarde, se descubrieron virus que crecían en bacterias, a las que se denominó bacteriófagos.

En 1935, el bioquímico estadounidense Wendell Meredith Stantey cristalizó el virus del mosaico del tabaco, demostrando que estaba compuesto sólo del material genético llamado ácido ribonucleico (ARN) y de su envoltura proteica.

En la década de 1940 el desarrollo del microscopio electrónico posibilitó la visualización de los virus por primera vez.

Los virus representan un reto importante para la ciencia médica en su combate contra enfermedades infecciosas.

Y las infecciones virales en humanos por lo general dan como resultado una respuesta inmune.  

La función principal del sistema inmunológico (SI) es proteger al organismo de la agresión de agentes extraños de cualquier índole, como virus, bacterias o moléculas no reconocidas como propias, es decir, que no integren su estructura biológica.

Es por ello que se quiso demostrar la relación existente entre la virosis cutánea recidivante y el estado inmune de los pacientes afectados.

El sistema inmunológico es extraordinariamente complejo y está integrado por diferentes órganos, tejidos, células y moléculas que tienen relaciones interdependientes muy estrechas para poder responder adecuadamente a los agentes extraños. De manera comprensible y esquemática se puede clasificar la inmunidad en natural, con la que nacemos, y específica, que se adquiere durante el crecimiento y adaptación al medio. Sus componentes más importantes son: la piel y mucosas, los órganos linfoides como las amígdalas, las adenoides, el bazo, el timo, los ganglios linfáticos existentes en el tejido pulmonar e intestinal; proteínas que están presentes en la sangre, como las inmunoglobulinas, que son los anticuerpos, y numerosas células leucocitarias, dentro de las cuales tienen una participación muy especial los linfocitos, además de numerosas sustancias producidas por estos órganos y células; por último, la estructura génica del sistema principal de histocompatibilidad (SMH).

La inmunodeficiencia se produce cuando existe un defecto congénito de algún componente del sistema o cuando este se encuentra afectado por causas externas cuantitativas o cualitativas, por lo que respectivamente se denominan inmunodeficiencias primarias (IDP) o secundarias (IDS).

La respuesta del sistema puede ser insuficiente según el tipo y grado de agresión, pero también puede ser anárquica y dirigida a lo propio, lo que ocasiona otros tipos de enfermedades como las autoinmunes y las alergias.

La respuesta inmune normal requiere de un equilibrio o balance biológico muy sensible, que puede alterarse por muchas causas internas o no dependientes del organismo, sino del medio y de la sociedad. Es lo más frecuente que estas alteraciones estén relacionadas con el padecimiento reiterado de enfermedades mayoritariamente infecciosas.

En las inmunodeficiencias primaras, predomina las infecciones a repetición que pueden afectar cualquier órgano del individuo. Las infecciones recurrentes como la furunculosis en piel y eczemas cutáneos, herpes de cualquier localización, se logran conocerse con un interrogatorio adecuado al paciente o familiar y un examen físico minucioso, que permite el diagnóstico presuntivo de una IDP.

Los exámenes de laboratorio para confirmar el diagnóstico pueden dividirse en 2 niveles: el primero, que nos permite el diagnóstico de las inmunodeficiencias más frecuentes, incluye el hemograma, la cuantificación de las inmunoglobulinas (IgS) y de los anticuerpos, el estudio de los linfocitos y sus subpoblaciones, la respuesta cutánea retardada y otras pruebas funcionales.

El segundo nivel requiere del estudio de subpoblaciones leucocitarias y de las moléculas de adhesión por métodos de citometría de flujo, de la presencia en cantidad y calidad de varias enzimas y de métodos de biología molecular para el estudio del sistema principal de histocompatibilidad (SPH). En general, el diagnóstico definitivo de las inmunodeficiencias requiere de métodos de laboratorio muy especializados.

Para este estudio se utilizaron los siguientes métodos:  

  • Cuantificación de la Inmunoglobulina G.

  • Prueba de formación de Rosetas: Espontáneas y Activas

  • Prueba cutánea retardada

Cuantificación de la Inmunoglobulina G (IgG)

 

En esta técnica el antígeno (Ag) forma un complejo precipitante con el antisuero monoespecífico en el punto de equivalencia de las concentraciones del antígeno y del anticuerpo (Ac), y se hace visible el anillo resultante de la precipitación. El diámetro del halo de precipitación se relaciona directamente con la concentración del antígeno. Y atendiendo a los rangos de referencia, se determina el incremento o disminución de las concentraciones de la inmunoglobulina, donde el tiempo de difusión del antígeno es de 24 horas (en el caso de la IgG). Esta prueba resulta de interés especial en las inmunodeficiencias primarias y secundarias, así como en las enfermedades autoinmunes.

 

Prueba de formación de Rosetas: Espontáneas (RE) y Activas (RA)

 

Ella se basa en la característica que tiene el linfocito T de presentar en su membrana un receptor específico para hematíes de carnero (el cual corresponde con la molécula CD2 o T11) que le permite que los mismos se asocien a su membrana formando rosetas en condiciones apropiadas

Las rosetas espontáneas se incuban 18 horas a 4° C en baño de hielo, y las rosetas activas 5 minutos.

  • Valores mayores se consideran un incremento de los linfocitos T, lo cual puede ocurrir durante un proceso infeccioso.

  • Valores inferiores significan detrimento de linfocitos T, lo cual ocurre en los estados de inmunodeficiencia celular.  

Si evaluamos la formación de RE, estamos cuantificando los linfocitos T periféricos totales, mientras que si evaluamos la RA, estamos cuantificando linfocitos T funcionalmente activos en periferia.

Valores de referencias

RE (64 – 85 %)

RA (35 – 47 %)

 

Prueba cutánea retardada (PCR)

Se basa en la aplicación de antígenos al individuo, con los cuales el organismo ya estuvo en contacto previamente por los esquemas de inmunización o por frecuencia en el medio.

La misma se hace inyectando el antígeno justo debajo de la piel, por lo general en el antebrazo, de modo que una pequeña protuberancia levante la piel. La protuberancia indica que el antígeno se ha inyectado a la profundidad correcta. Generalmente se indica el sitio con un marcador de tinta. Esperando una reacción normal de induración a las 48 horas.

Sí el sistema inmune es capaz de reaccionar ante los antígenos, la piel se verá roja o irritada en el lugar donde se inyectó el antígeno. El tamaño y grado de la irritación determinará si el paciente está respondiendo al antígeno, el sitio de inyección de la prueba mostrará una zona inflamada de más de 5 mm.

Una zona inflamada de menos de 5 mm indica la posibilidad de que el sistema inmunológico no es capaz de reaccionar a cualquier antígeno.

Hipoergia: Disminución de la intensidad de la reacción inmunitaria.

Anergia: Incapacidad para reaccionar a una batería de antígenos comunes con pruebas cutáneas.

Se realizó un estudio descriptivo longitudinal retrospectivo.

  • Se escogieron los casos vistos en la consulta de Inmunología del Hospital Dr. Salvador Allende, en el período comprendido desde enero 2005 hasta diciembre del 2007. De todos ellos se estudiaron los afectados por virosis cutánea persistente.

  • A todos esos casos se les realizó estudios de inmunidad humoral y celular, tales como: cuantificación de Inmunoglobulina G (IgG) por el método de Inmunodifusión radial simple, Prueba de rosetas mediante aislamiento e incubación en sangre de carnero, y Prueba cutánea demorada mediante la inoculación in vivo de antígenos microbianos atenuados.

  • Se agrupan datos, se emiten resultados y conclusiones.

Universo de muestra

Todos los casos vistos en la consulta de Inmunología en el período de  enero 2005 hasta diciembre del 2007.

Muestra

62 pacientes aquejados de virosis cutánea recidivante.

Fuente de recolección de los datos: Primaria

Técnica de recogida de la información: Por registro

Método de muestreo: Por selección de un experto (el médico)

Resultados

Tabla # 1: Principales afecciones y cantidad de casos atendidos por virosis cutánea persistente.

Afecciones

Cantidad casos

Sexo

Herpes labial

15

F: 5 casos

M: 10 casos

Forúnculos en piel

35

F: 12 casos

Lic. Yornaika Llano González 
yornaika@infomed.sld.cu
 
Licenciada en Tecnología de la Salud, especialidad: Laboratorio Clínico. 
Profesora Instructora de la Facultadad de Ciencias Médicas Dr. Salvador Allende
Hospital Dr. Salvador Allende 
  

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