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El rey de Araucanía y la Patagonia
Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com

 
 

Orélie-Antoine de Tounens, que de él se trata, nació el 15 de mayo de 1825 en La Chaise, comuna Chourgnac, cantón de Heutefort, distrito Périgueux, departamento de la Dordona, en Francia.

 

Sus padres, campesinos venidos a menos no tenían ascendencia noble ni ninguna de las veleidades típicas de los burgueses de ser descendiente de algún personaje de la nobleza. Eso Antoine, que así era conocido en su ámbito familiar, lo conocía perfectamente bien. No es de ahí de donde provienen sus regias aspiraciones. En 1845 se encuentra en París estudiando y practicando Procuración, estudios que finaliza con muy buenas calificaciones y que ejerce algunos años.

 

En 1855 se produce un sustancial cambio en su personalidad y en su conducta. Algunos autores lo  atribuyen a las lecturas de los viajes y travesías de navegantes  que escribían sus recuerdos de viaje como Orbigny, Guillermo E. Cox, Dumont D’Urville, La Pércuse y otros navegantes y exploradores de los que Antoine era un asiduo y minucioso lector.

Orélie-Antoine de Tounens

 

Para mediados de 1858 vende todas sus pertenencias y lograr comprar un pasaje desde Burdeos hasta Coquimbo, en el norte chileno, donde llega el 28 de agosto de 1858, tras un penoso viaje con varios trasbordos que duró 55 días. Vive dos años, alternándose entre Santiago y Valparaíso, donde había instalado su centro de actividades y planificando la manera de llevar a cabo su atrevida empresa. Asocia a dos compatriotas de apellidos Lachaise y Desfrontaines a quienes vende su idea y se contacta con el cacique araucano Quilapán, que era el jefe de las tribus moluches o arribanas.

 

Esta estadía también le había servido para contratar los servicios de un mestizo, Rosales,  que hacía las veces de doméstico, de custodia y de intérprete y que le serviría para entrar en tierras aborígenes.

 

El plan de Antoine no era complicado. Era disparatado porqué las partes involucradas, Argentina y Chile,  que resultaban perdidosas no lo permitirían, pero el plan en sí, era sencillo. Demasiado sencillo. Como ni Chile ni Argentina  tenían el dominio efectivo  de la Araucanía ni de la Patagonia y los araucanos, de hecho, contaban con mayor dominio de ambas zonas, “Reunir las repúblicas hispanoamericanas bajo el nombre de una confederación monárquica constitucional dividida en diecisiete estados”.

 

Así lo menciona Antoine en sus memorias, y como vemos no eran proyectos pequeños y no se andaba con minucias.

 

Antoine le avisó a Quilapán y a otros caciques menores de sus intenciones de proclamarse Rey  de todos ellos, y publica su primer decreto autoproclamándose monarca: Orélie-Antoine Iº.

 

“Nos, príncipe Orélie-Antoine de Tounens. Considerando que la Araucanía no depende de ningún otro estado; que se halla dividida por tribus y que un gobierno central es reclamado tanto en interés particular como en el orden general, decretamos lo que sigue:

 

Art. 1º: Una monarquía constitucional y hereditaria se funda en Araucanía; el Príncipe Orille-Antoine de Tounens es designado Rey.

 

Art. 2º: Para el caso de que el Rey no dejara descendientes, sus herederos serán tomados de las otras ramas de su familia, siguiendo el orden que será establecido ulteriormente por una Ordenanza Real.

 

Art. 3º: En tanto se constituyan los cuerpos del Estado, las ordenanzas reales tendrán fuerza de ley.

 

Art. 4º: Nuestro Ministro, Secretario de Estado, se encargará de la ejecución del presente decreto.

 

Fechado en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

 

Firmado: Orélie-Antoine Iº.

 

Por el Rey: el Ministro Secretario de Estado del Departamento de Justicia. F. Desfrontaines.”

 

No nos olvidemos que Antoine era Procurador matriculado y como no podía ser de otra manera, para un Rey galo-arauco tan puntilloso de los aspectos legales como Orélie-Antoine Iº, la primera medida adoptada es establecer una Constitución de tipo parlamentarista para sus dominios. Resumiré esas características constitucionales.

 

Poderes del Estado: 1º Ejecutivo. Gabinete de Ministros. Consejo del reino y del Estado con miembros designados por el Rey. 2º Legislativo. Electos por voto universal y 3º Judicial. Con Corte Suprema de Justicia.

 

Detalles constitucionales varios: El acceso a la nobleza galo-araucana. “El Rey hace nobles a voluntad, pero sin derecho a casta ni privilegios; sus títulos son simplemente honoríficos.”

 

“Las sesiones del Consejo y del Cuerpo Legislativo han de ser publicadas en los diarios. No hay pequeñas causas para la justicia.”

 

“La Araucanía se dividirá en Departamentos y Comunas al estilo francés, estableciéndose su administración mediante prefectos y subprefectos”.

 

Se debe notar que hasta ese momento, el proyecto era exclusivamente en territorio de influencia araucana de Quilapán. Pero cuando Antoine comienza a recibir las adhesiones a su monarquía, según él lo explica en sus Memorias, además de los araucanos aceptan la proposición monárquica la gran mayoría de los caciques patagónicos, siendo según Antoine, “aceptada de manera unánime por todos los indígenas de la Patagonia”, lo que lo obliga a ampliar considerablemente  las fronteras de su reino, por el Este hasta el Atlántico y por el Sur hasta el Estrecho de Magallanes y a redactar un nuevo decreto aceptando  los requerimientos patagónicos de integrarse al flamante gobierno monárquico.

 

“Art. 1º: La Patagonia queda reunida desde hoy a nuestro reino de la Araucanía, como parte integrante del mismo, en la forma y condiciones enunciadas en nuestra Ordenanza Real del 17 de noviembre del corriente.

 

Art. 2º: Nuestro Ministro, Secretario de Estado en el Departamento de Justicia, queda encargado de la ejecución de la presente ordenanza.

 

Art. 3º: Los límites del reino se han ampliado desde el Río Negro hasta el Estrecho de Magallanes, desde el macizo andino hasta la  costa Atlántica, incluso Los Tehuelches quedan inmediatamente incorporados al reino de Orllie-Antoine lº”.

 

Como el gobierno chileno de Montt no reacciona, ni el de la Confederación Argentina, presidido argentino por Urquiza tampoco,  el autodesignado monarca decide un nuevo viaje proselitista al Arauco. Llegando al río Renaico y logra reunir a los caciques Levin, Leucon y Levic.

 

En ese mitin les presenta la bandera de la monarquía arauco-patagónica: verde, azul y blanca y lee el documento fundacional de la ampliación territorial de la monarquía. Además muestra y reparte los dibujos de cómo serían las nuevas monedas del reino.

 

“Hoy 25 de Diciembre de 1861, día de la Navidad. Los electores de la tribu de Canglo se han reunido bajo la presidencia del cacique Levin y después de haber deliberado, dichos electores nos han elegido y proclamado Rey de la Araucanía y de la Patagonia, en los términos indicados”.

 

Precisamente en esos momentos se produce el cambio presidencial en Chile. 

 

El presidente chileno era Manuel Montt, quien ya había recibido  de manera personal una carta del monarca avisándole de las novedades y es sustituido por José Joaquín Pérez quien hereda y solucionará el problema.

 

¿Y nosotros los argentinos en que andábamos en esos momentos?

 

Nosotros no nos enteramos de nada. Estábamos muy ocupados en temas trascendentes como si Buenos Aires se federalizaba y era capital de nuestro país o no. En ese momento Urquiza era el presidente, todo Entre Ríos era territorio federal y la Bajada del Paraná la capital del país.

 

La nueva administración chilena del presidente José Joaquín Pérez, se cansó de las pavadas monárquicas de los araucanos y de los galos y comprándolo al mestizo Rosales con una promesa de inmunidad y algo de dinero, éste lo entregó dando aviso de su ubicación y siendo rápidamente apresado. Antoine es llevado preso a Los Ángeles donde estuvo nueve meses detenido.

 

El Comandante General de Los Ángeles era el Coronel Cornelio Saavedra, hijo de Manuel Saavedra y nieto de nuestro Cornelio de Saavedra.

 

De esa situación lo salva el Conde Cazott, que siendo Encargado de Negocios de Francia y argumentando que su compatriota no se encontraba en pleno goce de sus facultades mentales, obtuvo un salvoconducto chileno embarcándolo en una nave de guerra francesa rumbo a Brest.

 

Pero Antoine no era hombre de amilanarse ante el primer fracaso. Luego veremos que tampoco ante el segundo. Sobre todo cuando hay un reino de por medio.

 

Entre 1862 y 1869 reside en Francia pero no para calmarse de sus veleidades monárquicas, sino para preparar su regreso al trono. Cuesta suponer que en toda esta campaña de organización de su operativo  retorno, no haya existido ayuda financiera y logística del gobierno francés. 

 

En agosto de 1869 se embarca en la nave de guerra D’Entrecasteaux que lo trae secretamente hasta cerca de San Antonio al sur del Río Negro. Viaja acompañado de Pietro Tappa  un aventurero prófugo italiano, que había estado preso en Cerdeña. A pie costeando el Río Negro llegaron a Choele Choel con el propósito de continuar hasta Chile.

 

En Choele Choel se encontraron con el cacique Lemunao, quien los ayudó a llegar a los toldos de Reuque-Curá y por el boquete de Llaima, en Lonquimay, pudo pasar a lo de su amigo el cacique Quilapán.

 

Cornelio Saavedra nieto, quien seguía siendo Comandante General de los Ángeles y respondiendo a la decisión del gobierno chileno de no tolerar más estas excursiones reales. Agravado con la presencia del D’Entrecasteaux en el sur chileno, dado que había pasado por el Estrecho de Magallanes y había llegado antes que Antoine y su comitiva que habían cruzado caminando, colmaron la paciencia de los chilenos y decidieron actuar en serio.

 

Cuando Orllie-Antoine repara que de esta sale preso o muerto,  demuestra que podría ser loco pero no sonso. Prestamente deshace todo el camino y llega hasta las Salinas Grande donde se encuentra con Calvucurá quien lo acompañó hasta cerca de Bahía Blanca, de allí viajó en vapor hasta Buenos Aires, luego a Montevideo y luego viaja hasta Francia nuevamente.

 

Sorprende que  de esta segunda incursión, las autoridades argentinas tampoco reparan en  lo que ocurre. Solamente los diarios La Nación, La Tribuna y La Prensa, publican notas sobre el personaje y sus andanzas.

 

En 1874 emprende su tercer intento y ahora si nuestras autoridades lo toman en serio. Llega a Buenos Aires, bajo el nombre de Juan Prat, viaja por mar hasta Carmen de Patagones con escala en Bahía Blanca. Ahí es reconocido por el coronel Julián Murga y arrestado el 17 de julio de 1874. Regresando a Buenos Aires y deportado a Francia.

 

Sorprendentemente la aventura no finaliza en ese momento. La Casa Real Galo-Arauco-Patagónica, aun perdura en nuestros días y a través  de distintos medios, periódicamente y aprovechando acontecimientos trascendentes, publica notas y solicitadas y hace notar que goza de buena salud. Como por ejemplo en ocasión del conflicto con Inglaterra en el Atlántico Sur, publicaron varias solicitadas en Francia e Inglaterra, haciendo notar sobre sus derechos.

 

Por otra parte, las casas especializadas en numismática hacen su agosto. Periódicamente se renuevan las ediciones de sus monedas con algún pequeño detalle modificado que hace necesaria la actualización por parte de los coleccionistas y la venta de títulos nobiliarios está en alza.

 

Un Marquesado o un Condado cotizan entre 4000 y 3000 euros respectivamente. Los que tienen veleidades monárquicas satisfacen sus gustos con agrado.

 

Bibliografía General:

Historia Argentina. José Luis Busaniche. Biblioteca Dimensión Argentina, dirigida por Gregorio Weinberg. Editado por Solar/Hachette. Buenos aires, 1975.

 

Historia de la Argentina. 1515-1943. Ernesto Palacio. A. Peña Lillo editor S. R. L. Buenos aires, marzo 1975.                   

 

Yo, Antoine de Tounens. Rey de la Patagonia. Jean Raspail.  Editorial EMECÉ, Buenos Aires, 1983, 280 ps.

 

Roberto Antonio Lizarazu

roberto.lizarazu@hotmail.com 

 

Gentileza del blog Breves Apuntes de Historia http://brevesapuntesdehistoria.blogspot.com/
 

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