Mientras tanto

Picasso, Cézanne y el mito del genio precoz
Juana Libedinsky

LA NACIÓN, Bs. As. (Arg.)

MADRID.- En España hay un sistema para aprender inglés en la televisión por cable que presenta a la medianoche programas de conversación entre personajes tan alternativos que se está volviendo de culto para quienes accidentalmente lo descubren.

Tanto es así que, días atrás, en una maternidad, la embarazada y los acompañantes, haciendo tiempo en una de las habitaciones, no podían sacar los ojos de la pantalla donde se transmitía, justificándose ante la sorprendida partera con que, en realidad, se trataba de una estimulación en idiomas ultratemprana para la criatura por venir.

Eso pareció ser convincente ya que todo el mundo parece obsesionado con cómo criar niños que se destaquen enseguida en alguna actividad. Esto fue evidente en uno de los libros más comentados del año en Estados Unidos (que estará editado en breve en castellano): la colección de artículos publicados en la revista New Yorker por su periodista estrella, Malcolm Gladwell.

De todas las notas célebres allí compiladas, una de las que más sensación causó aborda cómo la genialidad suele estar inextricablemente ligada a la precocidad. El hacer algo realmente creativo, nos inclinamos a pensar, requiere de la frescura, la exuberancia y la energía de la juventud.

* * *

Sin embargo, un economista de la Universidad de Chicago que cita Gladwell, David Galenson, decidió poner a prueba si estas suposiciones sobre la creatividad eran verdaderas a través del estudio de Pablo Picasso y Paul Cézanne.

Galenson comparó los precios pagados por obras de ambos artistas al comienzo y final de sus carreras en los grandes remates actuales y descubrió que una obra de Picasso realizada a los veintipico de años del artista costaba, en promedio, cuatro veces más que una hecha cuando tenía más de sesenta.

Para Cézanne ocurría lo opuesto. Sus obras hechas cuando tenía más de sesenta años costaban por encima de 15 veces más, en promedio, que las de su juventud. La frescura, exuberancia y energía de la juventud no le sirvieron de mucho a Cézanne. Tuvo un florecimiento tardío y, por alguna razón, en nuestros registros de genialidad y creatividad no solemos entender a los Cézannes del mundo.

Gelson argumenta que los genios precoces como Picasso son más conceptuales, en el sentido de que empiezan con una idea clara de hacia dónde quieren ir con su trabajo y la investigación no les resulta fundamental. Los que florecen tarde trabajan exactamente al revés. Sus objetivos son imprecisos y por eso su procedimiento es tentativo e incremental.

Los Cézannes, en conclusión, no se desarrollan tarde por falta de ambición o defecto de carácter, sino porque el tipo de creatividad que necesita de la prueba y el error necesariamente toma más tiempo.

Así que parecería que nunca es demasiado temprano para empezar, ni siquiera en el vientre, según sostienen muchos, aunque los frutos de un programa de TV se vean varias décadas después.

por Juana Libedinsky

jil210@gmail.com
LA NACIÓN, Bs. As. (Arg.)
Domingo 10 de enero de 2010

Autorizado por la autora

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

Email: echinope@gmail.com

Twitter: https://twitter.com/echinope

facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce

Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/ 

 

Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay

 

Ir a índice de periodismo

Ir a índice de Libedinsky, Juana

Ir a página inicio

Ir a índice de autores