Albert Camus y su noción del absurdo: un análisis de Calígula ensayo de María Araceli Laurence
Facultad de Ciencias Sociales
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Resumen: Albert Camus es uno de los autores emblemáticos de la historia de la literatura y el teatro universal. Nos detendremos, en este trabajo, en una aproximación al análisis de Calígula uno de los textos teatrales que integran el denominado “ciclo del absurdo”, etapa fundamental de su trabajo. Palabras clave: Camus, Ciclos temáticos, Calígula, Teatro, Absurdo. Introducción: Albert Camus es uno de los escritores y pensadores más representativos de Francia en el período de la segunda posguerra. Comenzó llamando la atención con una novela corta: El extranjero, y luego, La peste le daría fama internacional. Fue amigo durante mucho tiempo, y después enemigo, de Jean Paul Sartre. Pero, también, tenía grandes problemas. Su apoyo a causas pocos populares le generaban controversias; la guerra de Argelia le creaba dificultades personales. A todo esto hay que sumarle su propia enfermedad, la tuberculosis. Desde muy joven se dedicaría al teatro, en principio, adaptando textos clásicos (Aristófanes, Esquilo, el teatro isabelino, los clásicos españoles) y, luego, con sus propias obras: Calígula, El malentendido, El estado de sitio, Los justos. La concepción del teatro que tiene Camus la podemos encontrar en el Manifiesto del primer grupo teatral del que formó parte, el Théâtre de l’Equipe: El teatro es un arte de carne y hueso que otorga a cuerpos vivos el cuidado de traducir sus lecciones, un arte al mismo tiempo grosero y sutil, un entendimiento excepcional de los movimientos, de la voz y las luces. Pero, también, es la más convencional de las artes, existe por esa complicidad del actor y del espectador que le dan un consentimiento mutuo y tácito a la misma ilusión (Lottman, 1994, p. 202). Cuando recibe el Premio Nobel en 1957, Camus explica: Tenía un plan preciso cuando empecé mi obra: primero quería expresar la negación. Bajo tres formas: novelesca: El extranjero, dramática: Calígula y El malentendido. Ideológica: El mito de Sísifo. Preveía el ciclo positivo, también bajo tres formas: novelesca: La peste. Dramática: El estado de sitio y Los justos. Ideológica: El hombre rebelde. Entreveía una tercera capa alrededor del tema del amor” (2002, p. 12) Etapas de su producción: ciclos temáticos: Los textos de Albert Camus pueden dividirse en diferentes etapas que reflejan el pensamiento del autor ya que, tal como afirma el propio Camus, en El mito de Sísifo: Está en continuo devenir (…) de la misma manera la creación única de un hombre se fortalece en sus otros rostros sucesivos y múltiples que son sus obras. Las unas completan las otras, las corrigen o las recuperan, y también las contradicen (1999, p. 147-148). El primer público de Camus fueron sus amigos de Argel que, poco a poco, se fueron ampliando debido a la publicación de sus artículos en el periódico Argel Republicano y a la publicación de sus dos primeros libros: El revés y el derecho (1937) y Bodas (1939) en la Editorial Charlot. Ya en 1942 y, pese a que el mundo se encontraba en guerra, Editorial Gallimard decide publicar El extranjero que se convertiría en un referente para el público francés. —El primer período de producción es denominado por la crítica: ‘la literatura solar’, incluye: El revés y el derecho (L’Envers et L’Endroit), escrita entre 1935 y 1936 cuando tenía veintidós años y vivía en Argel. Bodas (Noces), ensayo compuesto entre 1936 y 1937. El verano (L’Été) y tres recopilaciones periodísticas: Actuelles I (1950), Actuelles II (1953) y Actuelles III (1958). —El ‘ciclo del absurdo’ conformado por: El extranjero (L’Étranger) de 1942. El mito de Sísifo (Le Mythe de Sisyphe), 1942. El malentendido (Le malentendu), cuya primera representación tuvo lugar en el Théâtre des Mathurins (París) el 24 de junio de 1944.Y Calígula (Caligula) escrita en 1937, estrenada en 1945. —El tercer ciclo es el ‘ciclo de la rebeldía’: La peste (La Peste) publicada en 1947 y escrita entre 1940 y 1947. El estado de sitio (L’État de Siège) estrenada el 27 de octubre de 1948, un auto sacramental a partir de las lecturas de Calderón de la Barca y Lope de Vega con motivo de la traducción de sus respectivas piezas Devoción de la cruz y El caballero de Olmedo. Y Los justos (Les Justes) estrenada el 15 de diciembre de 1949 en el Théâtre Hebertat. El hombre rebelde (L’Homme révolté) publicado por Gallimard en octubre de 1951. —La cuarta y última etapa recibe la designación: ‘de la soledad y de las dudas’ y está formada por los siguientes textos: La caída (La chute) redactada entre septiembre de 1955 y febrero de 1956, publicada por Gallimard el 16 de mayo de 1956. El exilio y el reino (L’Exil et le Royaume), publicado en marzo de 1957. Y El primer Hombre (Le Premier Homme) obra que Camus estaba escribiendo en el momento de su muerte (Cf. sobre esta periodización Florence Estrade, El lector de Albert Camus) Una lectura de Calígula. Calígula fue la primera pieza de teatro de Albert Camus. Escrita en 1937 con la finalidad de ser representada por el Teatro del Equipo de Argel, formado por un grupo de sus amigos. Sin embargo, fue estrenada recién en 1945 en el Teatro Hébertot en París. Camus fue modificando esta obra durante trece años hasta su versión definitiva para el Festival de Arte dramático de Angers en 1957. Calígula corresponde al ciclo de la negación, más conocido como el ciclo del absurdo. Indaga sobre el destino del hombre que se encuentra tanto en comunión como en oposición con el mundo que lo rodea. El hombre es mortal, el mundo es eterno, a partir de la toma de consciencia de esta situación el hombre comienza a rebelarse contra su destino y desea, desesperadamente, encontrarle un sentido al mundo. Este ciclo se encuentra inscripto en el contexto de la segunda guerra mundial, de ahí que aparezca inmortalizada la angustia colectiva universal. Frente a lo absurdo de la vida Camus propone la rebelión como una manera activa de combatir las injusticias. A partir de la rebelión (aún cuando se trate de un acto individual) la colectividad existe. Mediante una ética y una estética del rechazo y la contradicción el hombre se rebela contra el absurdo. Camus, hasta este momento, había expresado a través de sus obras un sentimiento trágico de la vida y una gran desconfianza por todo intento de construcción de un sistema (Todd). Desde su conocimiento de la obra de Nietzsche, el autor sostiene una actitud de sospecha frente a la “moral tradicional”. Le interesa, fundamentalmente, la siguiente cuestión: ¿Cómo hay que comportarse en general y durante los años negros cuando uno no cree ni en Dios ni en la razón? (Todd, 1997, p. 299). Sin embargo, Camus no está incluido dentro del denominado teatro del absurdo, el mismo Martin Esslin en su libro El teatro del absurdo, incluye dentro de esta categoría a autores tan disímiles como Beckett, Ionesco y Adamov, pero excluye a Camus de manera explícita: Si Camus sostiene que en nuestra desilusionada época el mundo ha dejado de tener sentido, lo hace con el estilo racional, elegante y discursivo de un moralista del siglo XVIII, en obras cuidadas y de perfecta estructura (1966, p. 16) Calígula se estrena el 26 de septiembre de 1945 con gran éxito. Obtiene críticas diversas, la peor es la de Kleber Haedems, hijo de un coronel de artilleros y autor de artículos aparecidos en publicaciones colaboracionistas. Escribe en L’Epoque: Son sombras que piensan, siluetas lisas..., que tratan de reunir los elementos dispersos de una filosofía (Lottman, 1994, p. 409) Camus, quien conoce la fama por primera vez a los treinta años, dice en sus Cuadernos: La razón de los elogios es tan mala como la de las críticas. Apenas una o dos voces auténticas o emocionadas. ¡La fama! En el mejor de los casos un malentendido (...) Ahora sé lo que es, poca cosa. (Lottman, 1994, p. 409) Calígula es uno de los primeros proyectos de Albert Camus. Realizó distintas versiones de esta obra: la primera, publicada en 1944; la siguiente en 1947 y; nuevamente, la modificó en 1957. En las sucesivas versiones va cambiando a los personajes secundarios pero el emperador Calígula se mantiene en cuanto a las características de su carácter, su conducta y las motivaciones que lo guían. Calígula es para Camus símbolo del absurdo en el ser humano y, también, de lo absurdo del mundo. Dice Camus “era un tirano inteligente cuyos móviles parecían a la vez singulares y profundos”. La obra tiene cuatro actos. La acción se desarrolla en el palacio del emperador en Roma. En el acto primero, el protagonista se transforma en un tirano cruel y despiadado, a partir de la muerte de su hermana y amante, Drusila. El imperio comienza a padecer el terror que imparte el emperador. En el acto segundo, la obra nos muestra cómo los senadores planean una conspiración contra Calígula. Hace su aparición Escipión, joven poeta y criado cuyo padre había sido asesinado por el soberano. Este personaje siente, a la vez, rechazo y amor por el tirano. Los senadores son obligados a adorar a Calígula como si fuese una divinidad. Helicón, su criado, le advierte de las maniobras en su contra. En el acto cuarto Calígula se burla de la danza: Calígula con túnica corta de danzarina, con flores en la cabeza, aparece como sombra chinesca tras la cortina del fondo. Da algunos ridículos pasos de danza y se eclipsa. Inmediatamente después un guardia dice con voz solemne ‘el espectáculo ha terminado’ (1983, p. 472). Para reafirmar su poder decide asesinar a Cesonia, su amante. Queda solo frente a sus enemigos y tiene tanto miedo como sus víctimas. Tengo miedo. Qué rabia después de haber despreciado a los demás. Sentir la misma cobardía en el alma (1983, p. 481) Muere asesinado a manos de patricios gritando “¡Aún vivo!” (1983, p. 482) En este texto encontramos, por un lado, unidad de acción, de carácter y de lugar, siguiendo los preceptos de la tragedia clásica (Horacio y Aristóteles). Dentro de estas características tradicionales, podemos mencionar: —Relato cronológicamente lineal que presenta los rasgos aristotélicos de la narración “bien hecha”: introducción, nudo y desenlace. —Condiciones de espacio y tiempo claramente especificadas. —Se conocen los datos de los personajes: edad, prehistoria, lugar de nacimiento, hechos de la juventud, etc. —Relaciones sociales abiertamente establecidas. Por otro lado, encontramos, elementos que no responden a los cánones tradicionales: —El número de actos, en este sentido recordemos que la estructura clásica recomienda cinco actos, esta obra tiene cuatro. —El lenguaje utilizado, como ejemplo de esto podemos mencionar la escena I del Primer Acto: PRIMER PATRICIO: Aún nada. EL PATRICIO ANCIANO: Nada por la mañana, nada por la noche. SEGUNDO PATRICIO: Nada desde hace tres días. EL PATRICIO ANCIANO: Los correos van y vuelven. Mueven la cabeza y dicen: “Nada”. SEGUNDO PATRICIO: Han mirado por todo el campo, no hay nada que hacer. (1983, p. 431) —El efecto de teatralidad o “teatro dentro del teatro” presente en varias escenas de la obra: escena IV del acto cuarto, Calígula representa a una bailarina; escena I del acto tercero, interpreta a Venus y sus vasallos le rinden culto; escena XII del acto cuarto: el protagonista le habla al público: CALÍGULA: (...) (Se planta frente al público, un poco inclinado hacia delante, olvidando a Cesonia) Ellos son auténticos. Son como yo. Me esperan y me acucian. (1983, p. 479). —La escena V del Acto Segundo será representada por los personajes, excepto Calígula y Cesonia.como si fueran marionetas. Camus consigue transgredir de manera consciente las reglas de los géneros literarios a partir de su dominio de dichas reglas. El tema central planteado en Calígula es: cómo vivir. El protagonista dispone de un poder sin límites: CALÍGULA: ¿Qué gano con una mano firme, de qué me sirve tan tremendo poder si no puedo cambiar el orden de las cosas, si no puedo hacer que se ponga el sol por el este, si no puedo evitar que haya tanto sufrimiento y que los seres mueran (...) (Acto I, esc. II) Calígula cree que transformando las reglas establecidas y asesinando a los demás logrará reafirmar su libertad sin límites, a la que aspira para rebelarse contra el carácter absurdo de la condición humana. Hasta que advierte, después de asesinar a Cesonia, que la falta de límites en el ejercicio de la libertad conduce a la soledad y al fracaso. La locura de Calígula para Camus implica un arrebato de sentimientos que se originan en nuestro ser y, al mismo tiempo, expresa una voluntad inquebrantable: los derechos de la moral individual, la moral colectiva, el derecho de matar, el derecho de revelar a los hombres su condición lamentable (Sartre). A modo de cierre: Dice Susan Sontag: Como contemporáneo tuvo que tratar todos los temas de dementes: suicidio, carencia de afecto, culpabilidad, terror absoluto. Pero lo hace con un aire de razonabilidad, mesura, fluidez, graciosa impersonalidad que lo sitúa aparte de los otros. Partiendo de las premisas de un nihilismo popular muestra al lector - con solo el poder de su voz y su tono sosegado- a sacar conclusiones humanistas y humanitarias que en nada derivan de sus premisas (2005, p. 87). Podríamos relacionar a Calígula con las afirmaciones teóricas del autor. El absurdo es para Camus, según nos cuenta en El mito de Sísifo, un malestar moral y físico que proviene de la incapacidad para comprender el mundo que nos rodea. El sentimiento del absurdo surge de la comparación entre una situación de hecho y el mundo que la supera. Es un divorcio. Surge de la confrontación entre estos dos elementos. Lo absurdo, así entendido, no está ni en el hombre ni en el mundo sino en su presencia común. Dice Camus: No sé si este mundo tiene un sentido que lo supera pero sé que no conozco ese sentido y que por el momento me es imposible conocerlo. ¿Qué significa para mí un significado fuera de mi condición? No puedo comprender sino es en términos humanos. Lo que toco, lo que me resiste, eso es lo que comprendo (1999, p. 61). El absurdo no es para Camus, solamente, una estética sino que invade la existencia del hombre. Esto se manifiesta en: —El reconocimiento del paso del tiempo. —La conciencia de nuestra mortalidad que se expresa en el “horror a la muerte”. —La existencia de un vacío entre nuestra subjetividad y la ajena. —La “alienación” del yo. Para Camus decir “esto es absurdo” equivale a decir “esto es imposible”, y también, “esto es contradictorio”. El absurdo es, asimismo, lo inadmisible, lo que no podemos comprender, lo que no podemos justificar. En definitiva, Calígula aparece como el personaje indicado para exagerar y caricaturizar el concepto de lo absurdo. “En particular es el único (...) que ha vuelto ridículo el poder mismo” (Camus, 1999, p. 397). Las historias legendarias contadas sobre este emperador caprichoso y arbitrario que manipulaba a sus cortesanos y jugaba con ellos como el gato con el ratón, son ideales para ilustrar la concepción camusiana del absurdo. Bibliografía: Camus. Albert, 1983, Narrativa y Teatro Completo, Editorial Seix Barral, Barcelona. Camus, Albert, 1999, El mito de Sísifo, Editorial Losada, Buenos Aires. Estrade, Florence, 2002, El lector de Albert Camus, Editorial Océano, Barcelona. Lottman, Herbert R., 1994, Albert Camus, Taurus Pensamiento, Madrid. Esslin, Martin, 1966, El teatro del absurdo, Seix Barral, Barcelona. Pellettieri, Osvaldo, 1997, Una historia interrumpida, Editorial Galerna, Buenos Aires. Sontag, Susan, 2005, “Los carnets de Camus” en Contra la interpretación, Editorial Alfaguara, Buenos Aires. Todd, Olivier, 1997, Albert Camus. Una vida, Tusquets Editores, Barcelona. |
Ensayo de:
© María Araceli Laurence 2011
Publicado, originalmente, en Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero47/caligula.html
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