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Siervos sin tierra 
por Ramiro Lagos

Es la voz del verso roto,
es la campana sin voz,
son las voces silenciadas
de los siervos y el pastor.

Siervos sin tierra es libro
del escritor nacional,
y los que mueren sin tierra,
son tema de otro cantar.

El sol de los latifundios
refleja al rico país
de El Dorado con sus siervos,
sin tierra para morir.

Siervos sin tierra en la patria
del virreinato feudal.
Arriba los gamonales
y los de abajo ¡a currar!

Bello país tan grandioso,
es tierra de promisión,
pero los siervos sin tierra,
se queman al negro sol.

La tierra de Dios es grande,
lo predica el Arciprés
y el campo santo más vale
dárselo en paz a la grey.

La tierra, la tierra patria
da para tantos, y da
para sembrar la esperanza
del convivir popular.

La tierra, la tierra verde
del convivir con la grey,
tiene un cristo parcelero
y los siervos creen en él.

Ay, Cristo de los milagros,
de Hato Grande o el país,
los siervos sin tierra mueren
sin tierra para al morir.

Se muere el terrateniente
y su capital con él,
sólo le queda la tierra
donde lo entierran, ¡amén.!

Los siervos sin tierra crecen
en la América del Sur:
son más y más los que tienen,
sólo en su tierra una cruz.

APOSTILLA. El destacado novelista colombiano Eduardo Caballero Calderón, Premio Nadal Espanolo con El Buen Salvaje, escribió otra novela testimonial titulada SIERVOS SIN TIERRA.. Coincidencialmente, el escritor Eduardo Santa, haciéndose eco del problema del campesinado colombiano, escribió otra novela de tema similar, titulada Sin tierra para morir, que fue traducida al serbio. Como podrá observarse, muchos autores de Colombia testimonian el desalojamiento del campesinado de sus tierras por parte de los terratenientes, sin que nunca se haya hecho la Reforma Agraria pregonada tantas veces por el dos veces candidato a la Presidencia de Colombia, el humanista y la humanitaria voz del Parlamento el Dr. Otto Morales Benítez

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