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Poema en el césped 
por Ramiro Lagos

Una vez en el césped recibías
a todo sol mis clases de aire libre.
Te enseñé que un poema es algo oculto
que se ve con los ojos bien cerrados,
con la vista del tacto que no toca,
con el tacto que toca y no ve nada,
y sin embargo es ritmo intercambiado,
y sin embargo es ritmo, ritmo, ritmo.

Otra vez en el césped se caían
tus contactos y, al fin, se retrataba
la doble insinuación de tu mirada,
y me puse en mitad de dos cristales,
para verte en plurales perspectivas,
y en dos formas te vi, te veo ahora
tras la luna del alma en forma de arco
o en diminuto arroyo circundante
para un pequeño cielo de miradas.

Una vez en el césped descubría
que te había conocido en otros ojos,
en otra sombra de pestañas lánguidas
o en otro beso en camino de ser pájaro
de fruta sorprendida entre mis manos.
Te descubrí vegetal de tantos brazos,
de racimos y juncos !tanta savia!
como si fueras mujeres de mil mujeres.
Esto es para crearte y re-crearte
de trozos de mujeres diferentes.

!Cuánta raíz se esparce bajo el césped
y entreteje los musgos luz arriba
donde la sombra es pico de otros nidos!
En ti se multiplica al aire fresco
de los almendros de todas las mujeres.
En ti brota el perfume de las vírgenes,
que fueron once mil, y nunca fueron.
En ti la inspiración de cuantas pueden
sustentar un poema como un fruto.
En ti las primaveras amorosas
de las mujeres llenas de veranos.
En ti la suma de todas las miradas
de cuantos ojos cruzan mis relámpagos
de sangre amotinada en sus dos fuegos.
En ti ese dulce y tierno vencimiento
de las que sienten el frescor del césped
y buscan ciegamente sus contactos.

Ramiro Lagos

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