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La poesía de León de Greiff en los Estados Unidos
Tras la odisea del poeta colombiano por los océanos de su imaginación
por Ramiro Lagos

Si hay en Colombia un bardo con toda la barba, diríase, ‘’loca alegría“‘!, que es Barba Jacob. Pero también lo es, bajo la misma unanimidad, el de la barba real y musical: Francisco de Asís León Bogislsdo de Greiff Haeusler Su "luengo" nombre es de por sí amalgama y contraste de múltiples perfiles ancestrales. Aunque su primer nombre nos evoque al santo poeta Francisco de Asís, hermanado en las cantigas y cantos del medioevo, está muy distante de él cuando le da por atar y desatar con sus barbas báquicas y venusianas al león que lleva adentro, desmelenado y soñador 

Antiguo emigrante de los 'bosques" escandinavos y alemanes, el lírico león nace errabundo como los caballeros fantásticos. A la sombra de su propio fantasma ancestral viósele por Francia y por Italia trashumante como el espíritu difusivo de León Hebreo. Ya emigrante en poesía pasa por España donde, sin petrificarse como los leones de la Alhambra, y, sin extasiarse como Fray Luis de León en Salamanca, quema sus velas en América como lo hizo en Méjico León Felipe, y al fin, aquel león emigrante de los viejos mundos, llega a "El Dorado" poético de Colombia donde deja anclado su "nao" de vikingo. Es cuando le da por escalar las montañas antioqueñas para terminar enarbolando en lo más alto su penacho de razas múltiples. Sus barbas crecen allí como si fuese un San José de la Montaña o un Serenín vallinclanesco escapado de "Prosa de Dos Hermitaños."

León de Greiff, a manera de un antiguo conquistador, sube y baja las montañas antioqueñas, hasta llegar sobre rieles a imponer su virreinato lírico en la Nueva Granada. Es, pues, el único león virrey que llega a Colombia, no de España, sino de toda Europa, la arcaica y la moderna, para sentar reales frente a los "leones rampantes" de la poesía capitalina de Bogotá.

Allí, desafiante ante las generaciones “centenaristas” y “piedracielitas”, abriéndose paso entre dos fuegos, y escapándose del feudo generacional de "Los Nuevos", sacude su melena lírica y la deja esparcida hacia su propia vanguardia, para continuar su peregrinaje de fama literaria y llegar a los Estados Unidos a manera de un insólito padre peregrino de la poesía colombiana. Fue así como a través del vagabundaje poético se reencontró con un lector suyo ancestral, de origen alemán, cuyo nombre responde al Dr. Stephen Charles Mohler, profesor en Norteamerica. Fue él quien al obtener su "degree" máximo con una tesis sobre la poesía degreiffiana, confirió a los Mamotretos del poeta el carácter u orla de poesía doctorante fundamentada en una obra titulada El Estilo Poético de León de Greiff. El ya doctorado degreffiano, que lo fuera de la Universiriard. D.C en 1969, fue, que se sepa, el primer norteamericano que escribió una tesis doctoral sobre la poesía del gran lírico. Otrosí, es el primero que lo introduce en los registros académicos de las bibliografías doctorales de la University Microfilms, Inc. de Ann Arbor, Michigan.

Al llegar a los medios universitarios en forma de tesis, más que por los canales antológicos internacionales, la poesía "degreiffiana," (valga el adjetivo), transciende a los Estados Unidos, donde era escasamente conocido, según el Dr. Mohler, quien advierte, "Little or nothing seems to have been written about him in English." Poco o nada parece que se haya escrito sobre él en inglés. Ni si quiera en la primera edición de la famosa, antología de Anderson Imbert aparece este gran poeta colombiano, y fue precisamente un reclamo que hicimos al Profesor Anderson Imbert, el Dr. Mohler y el suscrito. Desde entonces, va para más de un seis lustros, que el nombre de León de Greiff comenzó a interesar a. los estudiosos de la poesía contemporánea, y ya se han escrito desde entonces varios trabajos y libros sobre el poeta. Claro que el Dr. Mohler no se contentó con publicar en inglés su tesis doctoral sobre el poeta León de Greiff. Quiso que se publicara en español, gestión que le hicimos para que la editorial Tercer Mundo de Bogotá se interesarla en editarla. Posteriormente a la obra de Mohler apareció otro libro sobre Leóñ de Greiff: el del profesor cubano Orlando Rodríguez Sardiñas, el cual también se dio a conocer entre las universidades norteamericanas. Pero la obra de Mohler hay que considerarla como la pionera en este país y por lo tanto, se hace necesario seguir sus pasos tras la critica de Mohler.

Comencemos por recalcar que la supuesta matrícula de León de Greiff en determinada Escuela, es algo que pone en jaque a los críticos y constituye hasta un desafío literario, si bien, autores como Octavio Corvalán en su obra "Modernismo y Vanguardia", lo señala como un "vocero estruendoso del vanguardismo”. En la tesis doctoral del Dr. Mohler se hacen varios planteamientos, contraponiendo a los que lo consideran como vanguardista y hermético y los que mirando al faro de sus luces difusivas, ya metidos dentro de sus Mamotretos, lo ven como síntesis de cuantos “ismos puedan satisfacer al lector culto o al que creyendo conocer las estéticas de consulta, se da el lujo de quererlo llevar a la Escuela en donde él no quiso registrarse, con el temor de perder su personalidad de esteta libre o liberado. Ello lleva a pensar que León de Greiff es vanguardista en actitud o en algunos poemas, pero no en su obra total, tan intensa, tan frondosa, tan oceánica, tan alucinante. Con la honestidad característica de los americanos, el profesor Mohler confiesa que ha concentrado su atención principalmente en tres obras del poeta colombiano y no en sus obra completa.

Frente al espejo de los Mamotretos del poeta, que arranca desde el año de 1925 hasta 1960, el profesor americano tiende una mirada panorámica en forma exploratoria. y paseándose por los "ismos", que en una u otra forma imanaron el ámbito escaptorio o vibratorio del poeta, sólo fija su atención en torno a Tergiversaciones, El libro de los Signos, Variaciones alrededor de la nada. Su tesis se centra en el análisis estilístico de la poesía "degreiffiana" con la introducción previa a manera de arcada biográfica por donde pasa el poeta con todo su bagaje cultural y con todo su polifacetismo desde sus primeras cantigas y baladas, basta su continuo discurrir de nómada lírico bajo relampagueantes esbozos barrocos y románticos, para ir acercándose como atraído por un núcleo de vibraciones simbolistas en torno a lo que es su contribución de vanguardia: un sintonismo muy suyo pero definitivamente ultramodernista.

Adentrarse en los reinos poéticos de León de Greiff, como lo hace el Dr. Mohler, es como encontrar el alma universal baudelairiana tantas veces multiplicada por cuantos son los elementos múltiples de los reinos de la naturaleza transfigurada por arte de recursos estilísticos que entran en juego, para configurar sus diferentes rostros animados, "dinamificados", humanados o deshumanados, según convenga a la metamorfosis onírica o a los logros sinestésicos. De todo ello habrá de quedar en las diferentes atmósferas y resonancias interioristas o exterioristas de la cosmovisión del poeta que dan entrada y salida al caudal de su imaginería metamorfósica tan rica en creaciones como en sugerencias, "apres le beau multiforme et versicolore, qui se meurt dans les espirales infinies de la vie", según Baudelaire. Claro énfasis hace el Dr. Mohler tanto en la estructura técnica de León de Greiff como en su imaginismo e impresionismo. Le sorprende la creatividad léxica y la abundancia de arcaísmos y neologismos, no menos que el uso de "cultismos", aplicándose el término no sólo a sus exploraciones clásicas sino también a sus incursiones por otras culturas foráneas. Su odisea por los océanos de la imaginación, aglomera un cúmulo de sinónimos náuticos que, aparte de enriquecer todo un léxico especializado de viento en popa, contribuye a crear las sensaciones dinámicas con su continuo navegar, como un pirata eterno o como un infatigable buceador de estrellas submarinas. Marinero y terráqueo, al poeta De Greiff se le trata de localizar en alguna corriente o movimiento, pero él, inquieto león, no se deja ubicar, y ésta es una de sus características: que cuando se piensa que se le ha capturado en algún cliché de referencia o en el "ismo" que relampaguea en sus versos, le da por multiplicarse en otros tantos leones o se escapa hábilmente o se refugia en alguna inusitada metáfora o se enclaustra en su hermetismo o muestra sus dientes de ironía para vérsele saltando nuevamente de fauna en flora o volando de popa en popa o momentáneamente triunfante en lo alto de las protuberantes estéticas de los "ismos" que lo rodean. Da la impresión de que cuando se ve asediado, soltara una carcajada de león sarcástico para reírse a mandíbula batiente del artificialismo, del retoricismo, de las ínfulas metafísicas, de la dictadura de la gramática y del metro. Otrosi del feminoide sentimentalismo de bardos trasnochados, del academicismo de pose y de la vulgar trivialidad poética. Diríase que León de Greiff se burla hasta de sí mismo, que es una manera de reírse de los que se identifican con él sin conocerlo a fondo, haciendo de él una cátedra para quienes se creen más sabidos que él mismo maestro. La poesía de León de Greiff, según al profesor Mohler es una continuación del modernismo. Lo compara con Silva en su actitud, en su pesimismo e ironía y su romanticismo no sentimental combinado con una fuerte influencia simbolista y con temas en que campea lo personal con lo universal. Sus melodías son "vaporosas", y no prefabricadas. Con Rimbaud comparte el espíritu de liberación de la sociedad y de las normas literarias y, sin embargo no sigue a Rimbaud en su teoría de la correlación entre el sonido y el color u otros tipos de transposiciones. Sin querer sentar cátedra de crítico, me he remitido a los conceptos-tesis del profesor Mohler. Aparte de ellos, al parecer, no fue su estrella tutelar (la de León) el modernismo y sin embargo, comulga con su eclecticismo espigador de irradiaciones o vibraciones simbolistas, decadentistas y exotistas. Algo y mucho de creacionismo cintila en él y es lo queda para ser estudiado por los críticos, no por los diletantes de oficio.

Tras el simbolismo de su personalidad errabunda, en sus grandes entradas y salidas frontales brilla su mente como una cúpula dorada, por las que asoman, también imaginariamente, dos búhos en vela que, luego de ensimismarse en sueños sub-realistas, descansan en unas espesas barbas musicales, para sentir la sensación de nido poblado de múltiples alondras. Como se ve él mismo, ni más ni menos es como

"Un soñador que vela,
con oídos de caracoles profundos y frente de campana y 'pensieroso'
ceño. La grávida campana
pletórica de fantasía 'iridiscente'
y de melena, ansiosa de fugas a los vientos errantes
con noches de terciopelo 'endrino',
cazador de nubes, cabalgador de sombras,
argonauta de océanos de sones
sigo !A LA CARGA!.
Apostilla. Conocimos al poeta León de Greiff, por primera vez, en el Café Automático de la Avenida Jiménez, en la mitad del siglo XX, siempre rodeado de poetas jóvenes. Más tarde, en 1958, fue figura pinacular al lado del maestro Rafael Maya en el Primer Festival de Poesía Colombiana... Su magisterio poético solía ejercerlo en el mencionado Café, entre escéptico y acéntrico pero nunca posaba de maestro a la hora de saborear la poesía.

Ramiro Lagos

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