A un año de su partida
Félix Coluccio: 
figura secular con enorme condición humana 

Escribe Sebastián Jorgi

Y por dónde empezar para rendirle homenaje a una figura que recorrió todo el siglo XX con una perfomance cultural que nos enorgullece. Nació el 23 de agosto de 1911 y falleció el 4 de agosto de 2005. Casi 94 años no son pocos y habrá que ir multiplicando, ya que la labor  nos dice otras cifras. Maestro Normal, Profesor Nacional de Geografía, Profesor Nacional de Educación Física, son sus estudios. Y su actuación docente pasó como Profesor Adscripto de Geografía Humana, Profesor y Fundador Regente de Estudios del Liceo Militar General San Martin, Director de Investigaciones del  Intituto  Félix Fernando Bernasconi  y Director del Fondo Nacional de las Artes, entre otras actuaciones de relevancia como ser Miembro de la Academia Nacional de Geografía y del Tango .

Conocí a don Félix en los años Ochenta, cuando era Director del Fondo Nacional de las Artes. El me gestionó en la entidad un préstamo para publicar mi libro de cuentos Eliot Ness, Pérez and Company y es más, me ayudó a que la publicación saliese al fin, pues la imprenta en cuestión se había demorado más de lo previsto y de lo pactado. Allí comencé a tratarlo y al tiempo, a compartir con él, en el café de la esquina de Entre Ríos e Hipólito Irigoyen, casi siempre acompañado por su esposa Mercedes. Y siempre generoso conmigo, pensando con quién me ponía conectar para publicar mis libros inéditos o algunos escritos críticos. Llamaba a Román de Plus Ultra o a Pampín  de Corregidor o a González de Colihue, con el ánimo de relacionarme. O de pronto me recomendaba a una publicación del Perú o del Brasil, ya que su figura tenía un prestigio bien ganado en Latinoamérica, merced a su Diccionario Folklórico Argentino  o  Fiestas y costumbres de América  de 1954, reeditado en 1985 con el título Fiestas y costumbres de Latinoamérica, ya en colaboración con su hija Marta Isabel. Con ella publicó también  Cuentos folklóricos para niños en 1981 y Fauna del terror en Latinoamérica en 1984, entre otras obras en la que trabajaron juntos.

Una mañana en que debo llevar a mi padre a una entrevista médica (a unos pasos de donde vivía don Félix) paramos en el café antes citado, en el que Coluccio era habitué, ya que con sólo un viaje en ascensor estaba en un par de minutos allí. Lo ve parado delante de mí de un golpe: Yoryi, che, qué hace por acá. Lo invito a la mesa y le presentó a papá. A usted lo conozco. ¿ No vivía en Guido y Salta, en Lanús ? Me quedo helado : a la vuelta de mi casa de infancia en Lanús Este. Don Félix asiente y entonces se entabla un diálogo, a tal punto que vecinos y mis propios padres resultó que iban a las reuniones folklóricas que organizaba don Félix a sólo media cuadra del lugar. Eran los años 1939, 40 y 41.

En este recordatorio personal, es mucho lo que le debo agradecer a don Félix . Su aliento, su confianza en mi obra, sus recomendaciones, hasta me llevó a colaborar con él en un programa de Radio Splendid (El café de los artistas). He leído con interés su obra, la que me introdujo en ese mundo mágico de las costumbres latinoamericanas y me sirvió como aporte para mi obra de ficción novelesca. Sobre  Fiestas y costumbres en Latinoamérica publiqué una nota bibliográfica con el título Introducción a las costumbres de Latinoamérica (La Razón, Domingo 26 de enero de 1986) y casi un mes después le hice un reportaje que salió en La Capital el 23 de febrero de ese año.

Aquí en Mar del Plata, donde en los veranos coincidíamos, nos reuníamos a veces con Pedro Leguizamón, otras con algún ex alumno de don Félix. Curiosamente, en el bar de la rambla (donde están los dos osos), el propietario había sido su alumno cuando Coluccio era maestro de sexto grado. Me llevaba a tomar café allí y los recuerdos surgían en cadena, aunque los proyectos que compartíamos  alimentaban  expectativas. En mi obra inédita, un ensayo sobre la narrativa argentina, considero su libro Los potros de la libertad, una serie de cuentos de gran fuerza telúrica y de textura impecable.

Distinciones como el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, la Pluma de Plata del Pen Club, el Kónex de Platino, Ciudadano Emérito de la Cultura Argentina (Secretaría de Cultura de la Nación), Premio Internacional Fernando Ortiz, Campana de Plata de la Embajada de Cuba, Homenaje de la Academia Argentina de Letras y Mayor Notable de la Cultura Argentina (Cámara de Diputados de la Nación) y la Pluma de Oro del Pen Club, entre otros numerosos premios  a la trayectoria intelectual de don Félix Coluccio.

Ediciones Corregidor tiene en prensa Cultura popular y tradicional de la República Argentina, que esperamos para comentarlo en nuestra columna. Porque usted nos sigue escribiendo, gran Maestro y ha dejado una obra tan única y tan extraordinaria en el campo de las tradiciones populares, folclóricas y de la literatura latinoamericana, que lo han puesto en un podio alto, incuestionablemente alto, de las letras y  la investigación.

Por su obra y por su enorme condición humana, gracias.

Muchas gracias, don Félix.

Sebastián Jorgi

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