Amigos protectores de Letras-Uruguay

Samuel Villeda Arita
Hombre de San Marcos de Ocotepeque
por Segisfredo Infante

Acaba de recibir el “Premio Nacional de Literatura” 2010, nuestro amigo de varios años el licenciado en psicología Samuel Villeda Arita, hecho positivo que en medio del aburrimiento provincial, ha logrado despertar la alegría juglaresca en el alma de una sociedad plagada de inconsecuencias, de envidias y de actos de violencia inaudita. Samuel ha bregado por los caminos de la literatura desde que nosotros éramos niños. Ha incursionado en la poesía, en el artículo periodístico cultural y en el cuento corto. Y ha sido presidente, casi vitalicio, de la “Sociedad Literaria de Honduras”, y organizador adjunto de los hermosos “Juegos Florales” de San Marcos de Ocotepeque (en el extremo occidental de Honduras), tarea en la que anualmente ha venido acompañando al ciudadano ejemplar, “gentleman” como el que más, don Enrique Rodezno.

Uno de los detalles que deseo resaltar sobre la conducta simpática, incluso desprendida de Samuel Villeda Arita, es que sin haber sido amigos cercanos, bautizó el Premio de Ensayo (¿1996?) de los mencionados “Juegos Florales”, con el nombre de mi humilde e ignota persona. Varios años más tarde (ya siendo auténticos amigos) la “Sociedad Literaria de Honduras” hizo un homenaje en Tegucigalpa a “Segisfredo Infante, Elvia Castañeda de Machado y Mario R. Argueta”, como un reconocimiento público a nuestras permanentes gestiones culturales y acciones intelectuales. Estos mismos reconocimientos le han sido conferidos (por iniciativa de Samuel) a otras personalidades hondureñas como Juan Ramón Martínez, Helen Umaña, Julio Escoto y Oscar Acosta.

No puedo olvidar mi visita a San Marcos de Ocotepeque, hace aproximadamente catorce años, en el contexto del Premio de Ensayo mencionado. Significó una verdadera odisea viajar desde Tegucigalpa y llegar hasta aquellas tierras. El carro tipo turismo se arruinó en el valle de Comayagua; después abordamos un bus hasta Siguatepeque; más tarde recogimos a los escritores José D. López Lazo y Enrique Cardona Chapas en San Pedro Sula; continuamos en la madrugada hasta San Rosa de Copán; dormimos un par de horas y luego viajamos hacia lo desconocido, deteniéndonos en un desvío (carretera de tierra) hasta la pequeña ciudad de San Marcos. La habitación especial del hotel se la había apropiado don Ramiro Colindres, alegando que nosotros nunca íbamos a llegar. Al final nos instalamos con bastante comodidad, comenzando los festejos en la casa solariega de uno de los hermanos de Samuel, quien prefirió que saliéramos “huyendo” hacia las orillas del poblado, a fin de evitar la lectura de una “salutación” a la nueva reina de los “Juegos Florales” que, según la tradición, era pariente cronológica de Matusalén. La sorpresa de Samuel Villeda y de nosotros mismos es que ese año habían cambiado la vieja costumbre, por lo que ahora la reina y sus acompañantes eran sílfides o nereidas de diecisiete años de edad, traídas, con laureles simbólicos, desde los bosques mitológicos de la Antigua Grecia.

Alguien ha informado que Samuel Villeda Arita fue el único candidato al Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa” 2010. Eso, por ahora, carece de importancia, frente a la práctica desprendida del amigo Samuel de regalarles homenajes anuales a varios escritores hondureños, en un medio tan egoísta y calculador como el nuestro. Celebramos el reconocimiento estatal para Samuel Villeda Arita, después de tantas décadas de transitar los caminos de cierto tipo de indiferencia contra personas buenas y agradables como él.

Segisfredo Infante 
sinfante1@yahoo.es 
Aldea de Cerro Grande, Distrito Central
Diario La Tribuna (Honduras)
Domingo 6 de diciembre 2010

Ir a índice de América

Ir a índice de Infante, Segisfredo

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio