La puerta herméticamente abierta
Guillermo Ibáñez

Dolorosamente las paredes 
sollozan
ante mi respiración oculta.

Cada lado de este cubo 
huye de mis ojos
y siempre mis brazos 
son cortos
para algo tan vano 
como el olvido.

Cada plano se convexa
y un globo me circunda,
nuevo o viejo, 
como el nuevo o viejo globo.

Las diferencias están en que 
lo mío es transparente.

La mirada guarda soledades 
incómodas, mudas y tristes
que socavan el cuerpo.

Estoy totalmente conmigo
con todos los testigos que
guardo sin ruido.

La habitación llora mis 
lóbregas diferencias
y a mi cielo, a mi tiempo, 
a mi sueño
y al silencio impotente
cargado de gritos 
de un primer número
similar a la perfección 
inconsciente.

Guillermo Ibáñez
Árbol de la memoria 

Del libro "Introspección" (1970)

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