Criterios martianos sobre el adulto mayor
por Ramón Guerra Díaz

nataljmarti@bp.patrimonio.ohc.cu

El primero de octubre está señalado por las Naciones Unidas y la Comunidad Internacional como el DIA DEL ADULTO MAYOR, fecha marcada para que todos los ojos humanos se dirijan hacia ese sector de nosotros mismo que son los ancianos, esos que muchas veces se invisibilizan dada la vorágine de la sociedad moderna y esa fiebre de consumismo que marca el constante cambio de las cosas por otras más sofisticada. Desgraciadamente muchas veces al adulto mayor lo olvidamos y hasta sentimos que estorba para este ritmo de vida que lleva a envejecer las cosas, cuando aún no nos hemos acostumbrados a ellas. Por eso vale la pena  escuchar la voz del Apóstol cubano, que tuvo en una altísima estima a los que llegaron a la cima cronológica y pueden ver la vida como desde la cumbre de una montaña.

Ilustramos estas palabras con la fotografía de su anciano padre a quien dedicó el poema que cierra esta entrada y que nos habla de la devoción por ese humilde valenciano que le sirvió de ejemplo y acicate:

La ancianidad es sublimemente sintética. Habla como los pueblos antiguos, en frases cortas, con grandes palabras. Todo se agranda al ascender: así es tan grande la cumbre del camino.

“Revista Universal”. México, Mayo 1875

 

No hay cosa más bella que amar a los ancianos; el respeto es un dulcísimo placer… Los ancianos son los patriarcas.

“Revista Universal”. México, Mayo 1875

 

¡OH, cana cabellera, vida tan cierta por ser el punto y cabo de esta vida, imagen de lo perpetuo y de lo eterno que vas hacia lo que es llamado muerte vertiendo dones que fortalezcan al que aún tiene este pesado regocijo del espíritu, gusto de los ojos, orgullo para los que nacemos, y gala y lustre rica de las copiosas remembranzas de la patria!

 

 Así se piensa y se ama, cuando de un cuerpo viejo, se ve brotar ciencia gustosa por los labios trémulos, confianza en las miradas vivas, entusiasmo consolador en los ojos perpetuamente juveniles. Rejuvenece esa vejez; nace algo en esos cuerpos que van ya camino del yacer aparente del sepulcro.

“Revista Universal”. México, Mayo 1875

 

Cuando habla un joven, el alma recuerda dónde se enciende el vigor. Cuando habla un anciano, el alma descansa, confía, espera, sonreiría si tuviera labios, y parece que se dilata en paz.

“Revista Universal. México, Mayo 1875

 

La voz de los ancianos tiene algo de los otros mundos: tiene algo de religioso, de paz no humana, algo de revelación. Se tiene como una garantía de consuelo en las palabras de un hombre anciano.

“Revista Universal”. México, Agosto 1875

 

¡Hablan tan bien las cabelleras blancas! ¡Miran con tanto cariño los ojos de los ancianos! Dilátase el espíritu en contento: intégrase el ser con esta vida ajena; como que se vierte uno de sí mismo en una atmósfera de extraña alegría: -al fin en irse de sí mismo consistirá en su día todo el vivir.

“Revista Universal”.México, Mayo 1875

 

Los años santifican: los años embellecen; los años como aliento poderoso, soplan sobre el espíritu, y le dejan limpio, y libre de esas pasioncillas gusanosas que nos los envenenan, y nos lo roen en lo mejor de nuestra vida. ¡Y es hermoso ver rodar, al soplo recio del tiempo, cuerpo abajo esos gusanos! Ama más el hombre viejo. Y se le ama más. Si erró se le perdona. El hombre tiene necesidad de venerar. Goza en olvidar lo impuro

“La Opinión Nacional”. Caracas.17/2/1882. Tomo 14, p. 396

 

“¡Se van, se van los viejos! Ellos son como ornamento, y la mejor fuente de fuerzas de la vida. ¡Qué ejemplo un anciano sereno! ¡Qué domador de fieras, todo anciano! ¿Cuán bueno ha de haber sido el que llega a esos años altos sonriendo?

Periódico La Nación, Buenos Aires.25/2/1883 Tomo 9 p. 368

 

“Por eso parecen siempre jóvenes estos ancianos, que comenzaron asó la vida: en el campo rompiendo la tierra: en la ciudad, rompiendo los obstáculos”

Periódico La Nación, Buenos Aires.25/2/1883 Tomo 9 p. 367

 

¡Qué encanto tienen los cabellos blancos! Parece que viene de lo alto lo que viene de ellos. Las puerilidades mismas están llenas de gracia en los ancianos. Se les ve como a veteranos gloriosísimo que vuelven heridos de una gran campaña. Los defectos, los delitos mismos, parecen como que se funden y desaparecen en la majestad de la vejez. ¡Qué hombres esos que han vivido ochenta años! Aun cuando hablen con voz trémula y anden tardo, se les ve como a titanes.¡La vida llevaron a cuestas, y la sacaron a la orilla! A fuego lento se les ha ido blanqueando como la corteza al hierro en la fragua, los cabellos.

“La América. Nueva York, Febrero 1884

 

 “Una cabeza blanca había, que se llevó sin embargo todas las miradas. El hombre se siente consagrado en los ancianos”

Periódico La Nación, Buenos Aires.3/1/1887. Tomo 11, p. 136

 

“En la calle nos debíamos quitar el sombrero cuando pasan los ancianos”

Periódico La Nación, Buenos Aires.30/8/1888 Tomo 12 p. 45

 

“Cuando no se ha cuidado del corazón y la mente en los años jóvenes, bien se puede temer que la ancianidad sea desolada y triste”

Revista La Edad de Oro Nº 2, agosto 1889. O.C. Tomo 18, p. 390

 

“…La juventud y la ancianidad aclamaban juntas…”

Periódico El Partido Liberal, México 27/9/1889. O.C., Tomo 7. p.353

 

“Solo los que se saben llegan a la vejez con salud y hermosura”

Obras Completas. Tomo 2, p. 116

 

“Ha que culpa tan grande es la de no amar, y mimar, a nuestros ancianos”

Periódico Patria, 28/12 1893. Obras Completas. Tomo 5, p. 270

 

“¡Un viejo, con la barba blanca, que entra en mi oficina, en la oficina de un hombre que ha tenido padre, pidiendo limosna! –Eso sí que le hace dar un vuelco al corazón!

Cuaderno de Apuntes Nº 18. Tomo 21, 395

 

“…Sufrir bien, por algo que lo merezca, da juventud y hermosura. Mira a una mujer generosa: hasta vieja es bonita, niña siempre, -que es lo que dicen los chinos, que solo es grande el hombre que nunca pierde su corazón de niño: y mira a una mujer egoísta, que, aun es joven, es vieja y seca. Ni a las arrugas de la vejez ha de tenerse miedo”

Carta a María Mantilla. O.C. Tomo 20, p. 212

 

VIEJO DE LA BARBA BLANCA

Viejo de la barba blanca

Que contemplándome estás

Desde tu marco de bronce

En mi mesa de pensar:

Ya te escucho, ya te escucho:

Hijo, más, un poco más:

Piensa en mi barba de plata,

 

Fue del mucho trabajar:

Piensa en mis ojos serenos,

Fue de no ver nunca atrás:

Piensa en el bien de mi muerte

Que lo gané con luchar.

Piensa en el bien

Que lo gané con penar.

Yo no fui de esos ruines

Cual el monte aquel he sido

Que ya no veré jamás

De  azul en lo junto a tierra,

No: yo pasé por la vida

Mansamente

Como los montes he sido

 

Vamos, pues, yo voy contigo-

Ya sé que muriendo vas:

¡Pero el pensar en la muerte

Ya es ser cobarde! ¡A pensar,

Hijo, en el bien de los hombres,

Que así no te cansarás!

El llanto a la espalda: el llanto

Donde no te vean llorar:

¿Hay tanta lágrima afuera,

Y vienes a darnos más?

Marino que ha de quedar al timón

Cuando lo ve zozobrar.

Quejarse es un crimen, hijo:

Calla: date: ¡un poco más!-

La barba muerta me tiembla,

Hijo, de verte temblar.

Recojo el cuerpo deshecho,

Cierro los labios amargos.

                            José Martí, 1887

por Ramón Guerra Díaz 
nataljmarti@bp.patrimonio.ohc.cu
 
Gentileza del blog "Martí Otra Visión" - Publicado el 9 de Octubre de 2010
http://blogs.monografias.com/marti-otra-vision 

Ver, además:

 

                      José Martí en Letras Uruguay

 

                                             Ramón Guerra Díaz en Letras Uruguay

 

Editado por el editor de Letras Uruguay

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