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La lengua y la virtud de la eubolia
Agenor González Valencia
agenor15@hotmail.com

La lengua es rapaz. Meliflua. Irresponsable. Comprometedora. Irónica. Sutil. Inductiva. Convincente. Acusadora. Infamante. Lóbrega. Halagadora. Decente. Indecente. Pulcra. Sucia. Elegante. Vulgar. Educada. Insolente. Culta. Ignorante. Alegre. Triste. Rumoreante. Silencioso. Sumisa. Rebelde. Soberbia. Modesta. Angelical.

Suele el político usarla de instrumento, ya sea personalmente o a través de sus cortesanos, tanto para fines nobles como para fines que la perversidad macula.

Azorín, en una obra titulada El político, publicada en su tiempo por aquella inolvidable colección Austral, aconsejaba a quienes se dedican a la experiencia riesgosa del ejercicio de la política, que para no incurrir en lamentables desaciertos, tuviesen la virtud de la eubolia, que consiste en decir solamente aquello que conviene decir.

 

¡Cuántos, con las palabras convertidos en garras por su lengua, destrozan, ensucian y calumnian a sus presas a través del oficio mediático que les sirve para alimentar de ruindad a su prole!

¡Cuántos, por el irreflexivo uso de su lengua, se han precipitado al vacío!

¡Cuántos envuelven su lengua en mieles que destilan en la hábil manera de envolver para fines aviesos a su víctima!

¡Cuántos, irresponsablemente, mueven su lengua convirtiéndose en cajas de resonancia de aquellos que intencionalmente lanzan el inescrupuloso comentario cargado de cierto, de veneno, de insidia, de perjurio, de mala sangre!

¡Cuántos se comprometen por la liviandad de su lengua en inadvertidos pactos verbales de los que más tarde, inútilmente, se arrepienten!

¡Cuántos, haciendo gala de ironías con la vivacidad de su lengua, forjan desafectos!

¡Cuántos, con su lengua, sutilmente destilan acíbar!

¡Cuántos son inducidos por su lengua y las ajenas a la frustración, al fracaso, a la desesperación, a la soledad!

¡Cuántos labran con su lengua la maestría del convencimiento!

¡Cuántos por su lengua, hicieron víctimas del patíbulo a cuántos!

¡Cuántos convierten su lengua en oscuro recinto de presagios negativos!

¡Cuántos disfrazan su lengua con inocentes encajes de halago en el afán de ganar la gracia del poderoso!

¡Cuántos son admirados por el uso decente de su lengua!

¡Cuántos obtienen el desprecio público por el indecente uso de su lengua!

¡Cuántos reciben público reconocimiento por la pulcritud de su lengua!

¡Cuántos, por su sucia lengua, deambulan en el trágico sendero de la nada!

¡Cuántos por la elegancia de su lengua, provocan respeto y alegría!

¡Cuántos, por la vulgaridad de su lengua, sienten en el alma heridas de desprecio!

¡Cuántos, por su educada lengua, son recibidos con honores!

¡Cuántos, por la insolencia de su lengua, son el rechazo de la sociedad!

¡Cuántos, por su culta lengua, merecen que se los escuche!

¡Cuántos, por su culta lengua, merecen que se los escuche!

¡Cuántos, por la ignorancia de su lengua, provocan lástima o pena!

¡Cuántos, por la alegría de su lengua, estimulan intensas ganas de vivir!

¡Cuántos, por la tristeza de su lengua, invitan a la meditación y misericordia!

¡Cuántos, por su lengua convertida en cesto de rumores, viven el sufrimiento de la sospecha y el desdén público!

¡Cuántos, por su lengua silenciosa, transitan de la reflexión al saber!

¡Cuántos, por la sumisión de su lengua, convierten la cobardía en su estandarte de triunfo!

¡Cuántos, por la rebeldía de su lengua, develan verdades encubiertas por la corrupción, la impunidad y el poder!

¡Cuántos, por la soberbia de su lengua, atemorizan; pero al final son irremediablemente aplastados por ésta!

¡Cuántos, por la modestia de su lengua, alcanzan la santidad o la gloria!

¡Cuántos, con su angelical lengua, construyen para los ingenuos deslumbrantes paraísos terrenales!

La lengua…la lengua…la lengua, lo mismo construye que destruye. El político que carece de la virtud de la eubolia suele, extemporáneamente, arrepentirse de haber movido su lengua para decir lo que bien pudo haber callado a tiempo.

 

Dr. Agenor González Valencia
agenor15@hotmail.com

 

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