Stella Maris Latorre, novelista
Lic. María González Rouco

Stella Maris Latorre nació en Gualeguaychú, Entre Ríos (Argentina). Es novelista, poeta, comunicadora social y organizadora de eventos culturales. Vivió en Merlo, provincia de Buenos Aires (Argentina) y en La Coruña, Galicia (España).

Es Directora fundadora del Centro Cultural Rosalía de Castro en Buenos Aires, Argentina. Dicho centro se fundó el 7 de junio de 2001. Su fundadora fue acompañada en sus inicios por Washington Cardozo. Desde sus inicios, las actividades de la institución han estado dirigidas a diversas actividades: presentaciones de libros, homenajes a escritores y gente del arte de Argentina, exposiciones, congresos, concursos literarios y entregas de premios. En principio muchas de sus actividades se realizaron en el local habilitado para ello en el Hotel Chile de Buenos Aires: otras, directamente en la casa de Latorre y también en la sede de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

Stella Maris Latorre

Ha creado el Café Literario “Poesía con aroma a café”. Forma parte del grupo literario Calíope y participa en la revista Noticias de la musa; declarada de interés cultural, dirigida por la escritora Estela Yarde Buller. También forma parte de OPYC ( Organización de Pueblos y Culturas) que preside la escritora Lilian Yarde Buller. Realizó cursos de capacitación en el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Se define como una “trabajadora incansable por la unión de los pueblos”. Condujo el programa televisivo Con estilo de mujer, sección literaria de la TPO, en 1998 en la ciudad de Merlo. Es autora del proyecto televisivo Latinoamérica se expresa así. Ha participado en 1998 en el Tren de la Poesía de Pablo Neruda, en Temuco, organizado por el escritor chileno Bernardo Reyes (sobrino nieto de Neruda); en la Feria Internacional de Libro en Chile (año 2000); en las Ferias del Libro argentino y en la 33º Feria del Libro (2004) en La Coruña, Galicia ( España), en los Jardines de Mendez Núñez.

Es autora de El regreso de Eva (1997), Río de palabras, La felicidad de amar, Amor migrante -en gallego y castellano, presentado en el Club Español de Buenos Aires-, La isla de Galo -presentado en la Feria  del libro de 2004 en Argentina y en la Casa de la Cultura de Merlo-, Transgresión -presentado en la 33 Feria del Libro en La Coruña ( España ) en 2004-, Yolanda Ker Una mujer de nuestro tiempo, Luz, cámara, acción... -presentado en la 31 Feria del Libro en Buenos Aires-, Turismo sexual y Solas y solos.com –presentados, estos últimos dos, en el Café Tortoni, en Buenos Aires.

Ha recibido los premios Poesía Jorge Luis Borges; Poesía y cuento, del Centro Chileno Bernardo O’Higgins; del CONADEPA; de Solidaridad Social de la OMHS, año 1999, y del Centro de Artes y Letras "San Telmo y la revista Arlequín".

Su página web es http://todosjuntos.com/stellamarislatorre.htm.

Su última novela, Transplante, fue editada recientemente por la Editorial de los Cuatro Vientos, y Latorre firmó ejemplares en la 33 Feria del Libro de Buenos Aires. Acerca de esa obra, le pregunté a la autora:

- ¿Cómo surge su interés por el tema del transplante?

- Siempre sentí un interés especial por el tema "Transplante de órganos". Me interesa qué puede existir detrás de lo que a todos nos parece normal; es como ver las cosas en otra dimensión, aquello que la gente común normalmente no se plantea, en sí soy una persona, en cuanto al pensamiento, "transgresora".

- El corazón ya había tenido un papel muy importante en su novela Amor migrante, incluso hay un corazón en la tapa. ¿El migrante es, como el transplantado, alguien que recibe un corazón nuevo? Parece ser una metáfora del desarraigo.

- Realmente considero que el migrante es eso, un transplantado, pero ese corazón viene como fallado, puesto que parte queda en su país de origen y parte en el nuevo país donde se radica, y cuando le toque el momento del regreso; llegará a su patria de origen y sentirá morriña por la que dejó; es como tener el corazón partido, nunca volverá ha ser esa persona que dejó su tierra hace un tiempo largo; el migrante es un ser especial, un  ciudadano del mundo, sin puerto fijo.

- Su estilo es, según la situación de la que se trate, coloquial o poético. ¿Le gusta variar el tono de la narrativa?

- Mi estilo es ambas cosas: Coloquial porque me fascina el diálogo; poético porque me gusta ponerle ese condimento; como si fuera una comida a la que no debe faltarle sal, pimienta... Eso es lo que le pongo a mis escritos: una pizca de poesía. Además me gusta variar el tema de la narrativa, juego mucho con eso.

- Su labor de periodista debe tener mucha incidencia en esta ultima obra. ¿Es así?

- El ser periodista influye mucho en esta obra y en todas, porque soy una persona que viajo mucho y voy con mi cámara de video filmando todo lo que puedo y eso me sirve como testimonio de cosas que a veces pueden escapar de mi memoria. Muchas veces hasta grabo los sonidos del agua en los ríos, el mar. El viento, en Isla Negra (en Chile), tiene otro sonido -bien lo decía Pablo Neruda-; allí se encuentran todos los vientos, todos los sonidos de los vientos. Eso alimenta a un escritor, sentir esa sensación de cada cosa nos lleva a poder transmitir en la obra los sentimientos que luego atraparán al lector.

- También vemos reflejados sus viajes. ¿Los considera una fuente para la creación?

- Los viajes son una fuente muy grande para la creación, porque no se puede escribir de algo que uno no conoce. Cada lugar guarda sus misterios y si uno no pisó esa tierra, esa baldosa, esos caminos, no puede describirlos porque falta ese contacto personal con el sitio del cual uno quiere hablar.

- En la obra se habla de las meigas, las brujas gallegas. Esa vivencia de lo gallego ¿tiene que ver con sus antepasados, o es una elección personal?

- Mis antepasados influyeron mucho en mí, pero fui a Galicia y viví con la gente de la aldea, un mes casi, para escribir Amor Migrante. Por ejemplo, participé de la noche de San Xoan, donde queman la gran Meiga y las jóvenes saltan la fogata para que San Xoan les  ayude a conseguir un buen marido, donde se queman las cosas que no nos gustaron o nos hicieron daño, escribiéndolas en un papel y arrojándolas a la fogata, haciendo la queimada y, al beberla, leer su conjuro. Entonces, puedo decir que es una elección personal también; puesto que todo lo gallego ha entrado y quedado dentro de mí como si hubiese nacido en esas tierras, y además mi difunto esposo era nacido en una aldea de Lugo llamada Santa María de Cirio, en el Ayuntamiento de Pol.

- Transplante tiene un hondo contenido ético. ¿Cree que una obra literaria puede influir en el lector?

- Estoy segura de que hay obras literarias que influyen en el lector; esto depende de la capacidad que tenga el escritor de transmitir sus dichos para que el lector capte el mensaje y lo adopte dentro de sus formas de ver y pensar.

María González Rouco
Licenciada en Letras UNBA, Periodista

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