Monólogo
Hidrofobia
Obed González

A mi alumna: Stefany Navarro con todo mi cariño.

H oy, me mordió un perro. Zarandeó mi pierna hasta hacer un garabato con ella. Así como tú lo hiciste conmigo. Penetraste tu colmillo, cortando en mí tendones, arterias y músculos donde existías.

Me está dando calentura, estoy temblando.

Debes de ir al médico–Me dicen- ¡Pero no tengo tiempo más que para pensar en ti!

La lluvia me duele y mi garganta se agrieta. Estoy empapada de dolor. Te tengo en mis vísceras, en mis epiplones y en mis huesos.

El sudor encharca mis párpados. ¡Esta herida es profunda y mis ojos se fijan en ella buscándote; sé que estás aquí, dentro!

Me tengo que vigilar cuando, me acuesto, me espanta saber que pueda quedar dormida, los demonios suben por la escalera del sueño y me asfixian. ¡Seis, siete horas pensando en todo y nada a la vez! ¡Escucho el crepitar de las paredes y quisiera escribir mi testamento!

Tomo la pluma de la nada y nada; quisiera que el sol aparezca y gire a mi rededor; pero el sol no aparece por ningún lado.

Mi cama se compadece de mí., llevo en la espalda las huellas de los jinetes del Apocalipsis.

Se ha ido la luz, y las sombras juegan a esconderse.

Parece que está amaneciendo. Sí, creo que la muerte me da vida otra vez.

Cruje mi cuerpo, y en mi cabeza gira el tornado del cuerpo. Te fuiste no sé a dónde, no sé con quién. Has enterrado tu cáncer en mi corazón ¡Y piensas que no de fallecer!

El cuarto se ha convertido en tierra. El amor es tan dulce como una borrachera y tan cruel como una resaca.

Te he buscado todo el tiempo: Estoy fatigada, encajada a esa cama que levanta a mis muertos. ¿Se sobrevive al desamor?

En la boca de la muerte estoy, como bolo alimenticio que ha de ser tragado. Estoy muerta todos los días Y vuelvo a beber mientras mis seres queridos lloran por la que se va. Soy un cuerpo vacío, en donde siquiera hay huesos huecos. No hay calor, poesía, vino o amor que me resucite. ¡Mi carne se ahoga en su propio vómito! El rencor, la lujuria, el amor, la angustia, la pasión, el dolor, la mordida del perro, tú… y muchas cosas más, corren por la cerradura de la puerta de la muerte.

Me desmorono cada vez más. Ya no puedo sostener abiertos los ojos, el alma me pesa cada vez más.

Humanidad: hoy todo está enfermo: la tarde, el viento, la pluma, la taza, el cenicero, la botella, el perro, mi cuerpo, ¡Hasta Dios!... Hasta nunca.

Texto parafraseado del libro " Hidrofobia " del poeta mexicano Obed González.

Hidrofobia, González, Obed, Ed. Tintanueva, México, 2002.

Obed González, México 1969. Egresado de la Escuela de Escritores de SOGEM. Ha publicado seis libros, entre los que destacan: " Hidrofobia " (Ed. Tintanueva, México, 2002); " Muerte de tercera " (Ed. Del Lirio, México, 2005) y " Otra vez los perros " (Ed. Tres Haches, Argentina, 2007). Trabajos de su autoría han sido publicados en las siguientes antologías: " Eco de voces " Generación nacida en los sesenta (Ed. Arlequín y CONACULTA); " Vientos del pasado " (Ed. Centro de Estudios Poéticos, Madrid, España, 2007), " Calemburetruécano " (Ed. SOGEM. México, 2007) y " Letras de Oro " (Ed. Nuevo ser, Buenos Aires, Argentina). Y publica en revistas de España, Brasil, Argentina, Uruguay, Italia y México.

Obed González

Texto parafraseado del libro " Hidrofobia " del poeta mexicano Obed González.

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