La sociedad argentina, y la muerte como herramienta de la historia
Leopoldo Juan González

La historia, toda la historia, cualquier historia pequeña y particular, como ésta, no es más que la historia de la lucha de clases.

 

Nuestro país, tiene un trágico y luctuoso pasado, y una curiosa manera de tratar el tema de los genocidios, con una abierta y sincera intención de soslayarlos, de evadirlos, de sacarle el cuerpo a la verdad, como queriendo esconderlos debajo del “manto del olvido”, como si fuera posible, resolver los problemas pasándolos al inconciente, una especie de terapia al revés. Sin querer aceptar que el olvido no es posible:

 

“…el olvido está tan lleno de memoria / que a veces no caben remembranzas / y hay que tirar rencores por la borda…” “… en el fondo el olvido es un gran simulacro / nadie sabe ni puede / aunque quiera / olvidar...” (1)

 

Si uno se remonta a las remotas entretelas del genocidio argentino, acordaremos que arranca con la aniquilación de las poblaciones originarias; después fueron los negros en las luchas de la independencia; los caudillos y sus montoneras, en la idea de que esas muertes nos salvaban de la barbarie y nos introducían en la civilización; las masacres obreras de la semana trágica; la Patagonia rebelde del anarco sindicalismo; las matanzas en los montes y obrajes de La Forestal; Los yerbatales de “Las aguas Bajan Turbias”; Los guetos tabacaleros de Patrón Costa; y un larguísimo etcétera.

          

Más aquí también siguen las matanzas: la Década Infame, la “revolución fusiladora” de 1955, las matanzas en José León Suárez, Córdoba, Rosario, y otros puntos del país en los levantamientos populares de resistencia a la tiranía; la masacre de Trelew; Ezeiza o en todo el país enlutado por la furia asesina de las “Tres A”, culminando, es de esperar, en la más increíble y brutal matanza de la que tenemos memoria en nuestra historia, con treinta mil desaparecidos, con veinte mil muertos reconocidos, que se pretende murieron en combate, con los vuelos de la muerte desde los que se tiraban personas vivas al río, con detenidos masacrados dentro y fueras de las cárceles, con el robo sistemático y siniestro de bebes arrancados a sus madres cautivas y torturadas al momento de nacer sus hijos, con aproximadamente quince mil presos políticos, computando todos los que fueron detenidos, sin “orden escrita de autoridad competente”, los que debieron soportar torturas físicas y psíquicas y vejaciones de toda índole, y como broche de esta luctuosa e increíble lista: Malvinas.

 

Nosotros nos vamos a centrar, para realizar este trabajo sobre el choque cultural, en la relación de los ex presos políticos de la última dictadura, con todas las secuelas que produjo, la tortura, las matanzas y los innumerables etcéteras, en esa sociedad plural y “liberal” que encontraron con la libertad en los albores de la democracia y desde allí hasta ahora.

 

Es importante destacar que estamos convencidos de que, todo drama humano, hasta que no es saldado, reaparecerá cíclicamente, sin remedio. Y que la lista con la que comenzamos el trabajo no es más que un ayuda memoria, para aquellos que creen, ciudadanos y gobernantes, que las reconciliaciones desde afuera de la Justicia son posibles.

 

La escalofriante destrucción del entramado social que produjo la dictadura genocida y que comenzara durante el lopezreguismo, y lavar el miedo que la sangre dejo, en las manos de nuestras “fuerzas de seguridad” y en la memoria del pueblo llevará años de terapia histórico-social. Dejar a los muertos en el olvido y a los asesinos sin castigo solo traerá más muertos. Debemos concienciar aquello que el pueblo y los distintos gobiernos pretenden mantener en el inconsciente, y recorrer hacia atrás el camino hasta purgar la historia de la sangre derramada.

 

Reconstruir una sociedad tan lastimada requiere de memorias tozudas, de sobrevivientes que entiendan la importancia de su denuncia, y del relato de sus experiencias, del recuerdo y el reconocimiento crítico y autocrítico de los hechos vividos.

 

Ciertamente, somos los sobreviviente, los ex presos, los exiliados que han vuelto, los que mayor responsabilidad tenemos en esto, ya que no somos más que los militantes y combatientes de aquellas organizaciones político-militares de los 60/70, los que generamos las políticas, los que soportamos las persecuciones y los que aportamos a esta historia los muertos y los desaparecidos, los testigos fieles de las políticas de exterminio. “Quién mejor que nosotros, para sacar a la luz, para hacer conciente aquello que navega oculto en el inconciente colectivo”. Decía el compañero  “Bemba” Blanco en una de las entrevistas.

         

Es cierto que no estamos solos, nos acompañan enormes sectores de la sociedad, nos acompañan en este cometido, los trabajadores y los campesinos, los docentes y los científicos, Organismos de Derechos humanos y las ONG’s,  gobernantes, artistas, intelectuales y el pueblo en general, aunque un hecho curioso y digno de estudio se produce en este campo, a pesar del reconocimiento y el respeto que nos tienen, no somos considerados a la hora de opinar, de dar testimonio, de aportar la experiencia y las ideas, es como si, el hecho de haber pertenecido nos marginara de las políticas futuras. Hay quienes nos hemos integrado en los partidos tradicionales y democráticos, hay quien militamos en organizaciones sociales, en las asambleas barriales, en ONG’s, en Organismos de Derechos humanaos, pero a la hora de hechos trascendentales, como por ejemplo, la sanción de la Ley Antiterroristas, o el Museo de la Memoria, nosotros no somos tenidos en cuenta, se consulta a Las Madres, a Los Hijos, a los Familiares, a Organismos Internacionales, pero no a nosotros: los sobrevivientes.

 

De aquí queremos partir y a lo largo de este escrito nos proponemos considerar, valorar y transmitir algunas de las reflexiones que surgen del trabajo de campo que realizamos, entrevistando a ex presos políticos, miembros de los Organismos de Derechos Humanos, funcionarios y lo que a diario reflejan los distintos medios masivos de comunicación.

 

Como esquema conceptual referencial y operativo creemos es importante entender las características sociales de nuestro pueblo, y buscar en materiales publicados y testimonios de los protagonistas las razones de nuestra hipótesis.

 

Si partimos poniéndonos de acuerdo sobre el concepto de algunos términos nos será más fácil, para este trabajo, por ejemplo: es cultura el conjunto de formas de vida, de conocimientos y tradiciones, configuradas por la actividad humana en una población y en un espacio histórico y geográfico determinado. Para simplificar entendemos por cultura el cultivo integral construido por una comunidad y la relación que esta entabla con la naturaleza, con otras comunidades, con lo sagrado y con su propia comunidad.

 

Mientras que choque cultural es el enfrentamiento a que se ve sometido una subcultura, o cultura minoritaria ante la gran sociedad cultural, en este caso los ex presos, ex militantes setentistas y sus vecinos, el pueblo común y los funcionarios gubernamentales, para ello y como caso testigo dos temas: la promulgación de la Ley Antiterrorista y la apertura del espacio, denominado, Museo de la Memoria, que funcionará en la ESMA, donde funcionó el más grande de los centros de extermino de la Capital Federal, durante la última dictadura militar. Y algunos ejemplos concomitantes en el resto del país.

Parado frente a la problemática planteada, emprendí el camino de la investigación con la entrevista a un funcionario, Ex miembro de Buró político de una Organización político militar de los 70, quien acordaba en parte con la propuesta de este trabajo y decía: “no sé si es tan contundente como vos lo planteas, pero es cierto que en tanto actores de aquella historia, hemos desaparecido de la curiosidad de los  investigadores sociales” …”aquí se están haciendo algunas cosas muy buenas como es el Museo de la Memoria” pero si bien se han convocado a casi todas las organizaciones de Derechos Humanos, a nosotros en tantos actores vivos, sobrevivientes del genocidio, no nos preguntan”

Al respecto también se puede ver el artículo publicado en el Diario Página 12 del 24 de junio de este año:

“Ejercicios de Memoria”

 

“Especialistas de la Coalición Internacional de Museos de Conciencia en Sitios Históricos vendrán a la Argentina para contribuir al debate sobre el espacio para la memoria que funcionará en la ESMA. Las experiencias de Rusia, República Checa, Estados Unidos, Chile, Italia y Sudáfrica”.

“La ciudad de Terezin, en la República Checa, fue un gueto judío y un campo de concentración desde donde decenas de miles de personas fueron deportadas a Treblinka y Auschwitz. Villa Grimaldi, en Santiago de Chile, fue uno de los más grandes centros de detención y tortura de la dictadura de Augusto Pinochet. Perm-36 fue uno de los campos de trabajos forzados stalinistas. En el Motel Lorraine fue asesinado el 4 de abril de 1968 Martin Luther King. En todos esos lugares funcionan actualmente museos o “sitios históricos de conciencia”. Seis personas que conducen esas instituciones estarán esta semana en Argentina para intercambiar experiencias con quienes hoy piensan cómo armar en la ESMA el espacio para la Memoria”

           

“Los especialistas –miembros de la Coalición Internacional de Museos de Conciencia en Sitios Históricos– vendrán a la Argentina invitados por Memoria Abierta, una organización de la que forman parte la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Centro de Estudios Legales y Sociales, Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Servicio Paz y Justicia. El martes, debatirán en un coloquio abierto titulado “El museo que queremos. La transmisión de la memoria a través de los sitios”. También recorrerán la ESMA y se reunirán con miembros de los organismos de derechos humanos”.

 

Al margen de la idoneidad y honorabilidad,  que les reconocemos a los Organismos actuantes, nosotros los sobrevivientes, me pregunto, no tendríamos algo para aportar.

 

Decía un poco en serio y un poco en broma el “Bemba”: “…desde cuando cumpa, los DTS (Delincuentes Terroristas Subversivos) tienen derecho a opinar sobre algo, faltaba más”

 

Ante el más flagrante, tomado flagrante, como flagrar = Arder, resplandecer como el fuego, y como In Fraganti, en el mismo momento de que se está cometiendo el delito del que se habla. Decía: ante el más flagrante de los hechos que vivimos últimamente los sobreviviente como tales y la sociedad ciega, sorda y muda, ante algunos temas, se sancionó en tiempo record la “Ley Antiterrorista” un peligrosísimo instrumento legal que deja expuestos y en riesgo a aquellos que a criterio de la “justicia” tengan un “plan de odio étnico, religioso o político”, ante semejante vaguedad queda libre de justificación todo comentario. Ver Diario Clarín del 11 y 14 de junio de 2007, que dan cuenta de la sanción en Senadores y Diputados de la mencionada Ley.

 

Frente a esto el CELS publica un comentario de repudio, en el mismo diario con fecha del 22 de junio, y con fecha 26 se le envía al Señor Presidente de la Nación una carta Firmada por casi todos los Organismos de Derechos Humanos y, casualmente, los sobrevivientes no fuimos consultados, pero es interesante ver que en esa carta se dice, por ejemplo: “…La ley cumple con las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y amplía las atribuciones de la Unidad de Información Financiera (UFI), encomendándole la investigación de acciones vinculadas al “narcoterrorismo” pero no tiene en cuenta órganos especializados en derechos humanos y lucha contra el terrorismo para dejar en claro cuáles son los actos de carácter terrorista.

 

La vaguedad y amplitud de la figura penal de asociación ilícita terrorista abre la puerta a la arbitrariedad en su utilización.

 

La norma, además, no prevé el Terrorismo de Estado, el único generador de la historia más terrible que ha vivido el pueblo argentino.

 

Por otra parte la utilización de la figura de la “asociación ilícita, de vasta tradición en el Código Penal” según se menciona en los considerandos, nos trae muy dolorosos recuerdos ya que es la figura que se utilizó para procesar a la inmensa mayoría de los presos políticos de 1974 a 1983 y se utiliza hoy para acusar a los protagonistas de protestas sociales…” y la firman:

 

Abuelas de Plaza de Mayo

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos

Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas

Herman@s de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia

H.I.J.O.S.

Liga Argentina por los Derechos del Hombre

Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora

Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos

Servicio Paz y Justicia

 

Mabel Gutierrez

en representación de los firmantes

 

De ninguna manera, que se entienda expresamente, queremos decir que los firmantes no están en su derecho, solo queremos destacar que los que hoy somos sobrevivientes, ayer fuimos compañeros de los militantes que dieron lugar a las agrupaciones  que hoy reclaman.

 

En general, Identidad, que es de eso de lo que estamos hablando, no es más que la auto comprensión de las personas, vinculadas a diversos distintos grados de conciencia y sentimiento, en lo que se refiere a la propia individualidad, la situación de la vida y la pertenencia social. La identidad no se da en los individuaos a priori, sino sino que se constituye en el transcurso del proceso de socialización mediante las interacciones de los demás y el aprendizaje de los roles sociales.

 

Cuando la identidad particular se inserta en una sociedad tradicional como la nuestra, relativamente estática, la identificación del individuo es sobre todo de la identificación inconciente con un colectivo social, por ejemplo la familia, el barrio, del cual se siente miembro.

 

HT: “Cachito, hay dos cosas que no se pueden evitar, la primera es que, en tanto sobrevivientes, hemos perdido la calidad de héroes, para pasar a ser militantes de la revolución fracasada y la segunda es,  la puta historia de este país que mide las cosas desde la teoría de los dos demonios; fue siempre así: o Ford o Chevrolet, o Rosas o Anti Rosas, o marxistas o peronistas, o River o Boca”

 

Bemba: “… lo que vos no entendés, es que ellos tienen razón, nosotros no existimos, chabón…”

 

Para ponerlo en términos más ortodoxos, el ausente (muerto o desaparecido) es elevado a la categoría de “héroe” ya que como todo ideal se constituye en la categoría de universal.

 

El sobreviviente, en tanto singular, es uno por uno, es una presencia encarnada, y como singular objeta aquel ideal universal del ausente, se transforma en resto y como todo resto es segregado, y segregación social, es ni más ni menos que, el fenómeno social o practica política basados en el trato discriminatorio a una parte de la población a la que por diversos motivos (político, religiosos, de raza, etc.) se la considera inferior.

 

Esto es, según creemos, lo que sucede con los militantes setentistas sobrevivientes, de las maquinarias que el Terrorismo de Estado puso en práctica para exterminar todo intento de transformar nuestro país, en un mundo mejor, “para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo…”  que el simple y sencillo deseo de aquellos militantes, hoy ignorados como tales.

 

Bueno sería empezar desde este punto y desandar la historia hasta lavar toda la sangre, la que huele a podrido en las manos de las fuerzas de seguridad, en la iglesia de Von Wernich, y en los sectores económicos de poder que llevaron la deuda del país de 6.000 a 50.000 millones de dólares y seguir hacia atrás hasta hacer conciente las matanzas de pueblos originarios para robarles las tierras, procedimiento en el que seguramente encontraremos apellidos repetidos a lo largo de este camino.

 

Alguna vez habrá que empezar la terapia, en beneficio de fundar las bases de la historia en la verdad, sin muertos debajo de la alfombra.

 

“…en el olvido encallan buenas y malas sombras / huesos de compasión / sangre de ungüentos / resentimientos inmisericordes / ojos de exilio que besaron pechos // hay quienes imaginan el olvido / como un depósito desierto / una / cosecha de la nada y sin embargo / el olvido está lleno de memoria.///” (2)

 

 

                                                                                   Leopoldo Juan González

BIBLIOGRAFIA

 

 

BENEDETTI, Mario. (1995): El Olvido está lleno de memoria. Seix Barral. Buenos Aires. (1) y (2)

 

HEINZ HILLMAN, Kart. (2001):  Diccionario Enciclopédico de Sociología. Herder. Barcelona. España.

 

DIARIO CLARIN Ejemplares de los días 11, 14 y 22 de junio del 2007.

 

Ag. Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina. Pablo Ramos

Ley antiterrorista: Algo huele mal en el Plata

 

DIARIO PÁGINA 12,  Ejemplar del 24/06/2007                                                                                                                                                                                                      

Leopoldo González  

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