Gombrowiczidas 

Witold Gombrowicz y Tomasz Pindel
Juan Carlos Gómez

“Tengo que decirte que aprovecho mucho la lectura de tus gombrowiczidas porque desde el punto de vista literario son una obra maestra y un formidable ejercicio del estilo”

El Pequeño K fue demorado en Polonia y casi fracasa su viaje a la Argentina en el año del centenario de Gombrowicz. Como Tomasz Pindel era el responsable en Polonia de estas diligencias administrativas el Pequeño K le puso el apelativo de Burócrata.

Pero el trabajo que realizó el Burócrata como responsable del Instituto del libro de Polonia más el comentario con el que encabezo esta historia verdadera me pusieron finalmente de parte de él. El Burócrata es un gombrowiczida polaco que hace unos años realizó un milagro.

Gracias a él fueron posibles los homenajes que se le hicieron a Gombrowicz en la Argentina para la efeméride del centenario. Cuando el Embajador de Polonia empezó a moverse para preparar la celebración se vio en apuros, no había plata y no había libros de Gombrowicz, no había nada, entonces me invitó a un almuerzo en su casa de San Isidro para elaborar una estrategia.

El Zorro, que se había empezado a poner intranquilo, le pidió ayuda a la Vaca Sagrada, y la viuda se la pidió a los españoles, pero la mediación no dio resultado, es decir, el resultado que dio fue tardío, tres de las novelas de Gombrowicz, Ferdydurke, Transatlántico y Cosmos, aparecieron recién cuando las jornadas del Centro Cultural Borges y de la Feria del libro ya se habían extinguido y poco pudieron hacer para darle brillo a los homenajes que se realizaron.

El tiempo empezó a galopar y no aparecía ni la plata ni los libros, el Zorro trataba de tranquilizarme con discursos que no tenían contenido, mientras tanto yo me fui dando cuenta que el embajador no estaba bien preparado para pedir dinero. Pero en ese momento dramático se produjo un milagro, el Ministerio de Cultura de Polonia en forma providencial creó el Instituto del libro dos meses antes del comienzo de los homenajes y nombró al Burócrata para conducirlo. A partir de ese momento el Burócrata abrió los grifos del dinero, los billetes empezaron a caer sobre el Centro Cultural Borges y sobre la Feria del libro, y la aventura tuvo un final feliz.

El Burócrata es generoso conmigo pero a veces no estamos de acuerdo, especialmente cuando analizamos la trayectoria de algunos personajes polacos.

Yo tengo algunas manías poco saludables, con una de ellas me distingo haciendo todo lo posible por contrariar a los embajadores de Polonia, sin embargo, con el Camaleón y con el Zorro las cosas salieron bien y tuve con ellos relaciones amistosas y cordiales, no así con el Pitecántropo pues alrededor de él se armó un escándalo de proporciones mayúsculas que terminó con el alejamiento del embajador.

Tomasz Pindel

Jan Kobylanski

El embajador que sucedió al Pitecántropo es un misterio para mí, sobre él tuve una correspondencia vivísima con el Burócrata.

“Madame du Plastique me cuenta que la Argentina ya tiene un nuevo embajador polaco, un tal doctor Ryn que escribió un libro sobre un paleontólogo polaco que hizo descubrimientos en Chile. La Corifea me dice en cambio que es un psiquiatra, que está más loco que una cabra y que no entiende cómo el Senado aprobó su nombramiento (...)”

“Tomasz, por favor, ¿podrías poner un poco de orden en esta confusión?; –Sí, yo también oí hablar del nombramiento de Ryn pero no sé mucho de la vida diplomática. Lo que sí sé es que Ryn es profesor en la Universidad Jaguellónica, especialista en psiquiatría que viajó mucho por América del Sur y fue embajador en Chile. Escribió –entre otras cosas– un libro muy interesante sobre la medicina indígena sudamericana (es uno de sus temas fuertes) y efectivamente le fascina el personaje de Ignacy Domeyko, un polaco que se fue a Chile en siglo XIX y allí se convirtió en uno de esos polacos ‘que hacen patria’. Ryn daba clases en la Cátedra de América Latina en la Universidad Jaguellónica (donde yo enseño literatura hispanoamericana) y sé que los estudiantes ponían a sus clases por las nubes. Políticamente Ryn es de derechas, se mostró por ejemplo como un defensor de Pinochet lo que, bueno, es por lo menos discutible (...)”

“Pero teniendo en cuenta su obra y experiencias, es un candidato para el puesto de embajador en Argentina muy apropiado; –Tomasz, hay un lío de proporciones mayúsculas. Anduvo por acá el presidente del Senado de Polonia y le dio instrucciones precisas a los polacos para que rompieran relaciones con Ryn. Ese hombre miserable, a su juicio, no podía ser embajador de los polacos, era amigo de personas despreciables como, por ejemplo, de un conocido crápula polonés millonario que vive en Uruguay. No pisó la Embajada de Polonia, Zdzislaw Jan Ryn le mandó una carta a uno de los Gemelos Pimentones, más precisamente al presidente de Polonia, quejándose de la conducta del presidente del Senado, es decir, hay un quilombo de proporciones mayúsculas (...)”

“Por otro lado, la Madame du Plastique tiene un dilema enorme, Ryn le pidió que escriba una nota en el diario polaco sobre un libro suyo, y la pobre me pide consejo a mí, ¿pero qué consejo puedo darle?; –Sí, estoy consciente del conflicto que lo  tiene al embajador Ryn como protagonista. No sé ni me interesa mucho qué tipo de contactos tiene o no tiene el embajador Jan Kobylanski, el crápula polonés. Todo esto es una parte de un conflicto mas complejo: parece que Kobylanski intenta utilizar sus influencias en Polonia para controlar toda la vida diplomática polaca en la América Latina. Pero bueno, que los políticos hagan sus cosas entre ellos...No puedo dar ningunos consejos, pero yo lo veo así: tal vez Ryn es un personaje controvertido en el sentido político, pero en el contexto científico de ningún modo (....)”

“Su trabajo académico (por ejemplo su ultimo libro sobre la medicina indígena) a mi parecer es excelente. No sé de qué libro habla María, pero yo no dudaría en escribir una nota así. Política es política, libros son libros; –Tomasz, no estoy de acuerdo. Aunque Ryn y Mengele no son la misma cosa, eso está claro, los dos han escrito libros de ciencia y se han dedicado a la política. En el caso de Mengele estoy seguro que vos no hubieras escrito: ‘Su trabajo académico a mi parecer es excelente. Política es política, libros son libros. Así lo veo yo’ (...); –Gómez, el paralelo entre los dos parece aclararlo bien: el trabajo científico del doctor Mengele era criminal, el trabajo científico del profesor Ryn es loable (...)”

“El doctor Mengele hizo cosas terribles; no sé nada sobre posibles actos despreciables realizados por profesor Ryn. Si me preguntaras por Jan Kobylanski, te diría que mi opinión es definitivamente negativa: existen pruebas de que este señor ha cometido atrocidades durante la guerra (colaboró con los nazis) y que sus opiniones raciales son escandalosas (antisemita etc.). Pero estamos hablando del profesor Ryn que, como se dice, conoce a Kobylanski. ¿Comparte sus ideas? No sé. Si las compartiera sería un escándalo, claro. Pero juzgar a alguien por sus conocidos me parece exagerado”

No sé en cuánto habrá influido mi opinión negativa sobre el Pitecántropo y sobre el Timbre, posiblemente en nada, pero la cuestión es que poco tiempo después de haber sido nombrados embajadores estos personajes siniestros tuvieron que regresar a Polonia.

ver La identificación de los apodos y de la actividad

Juan Carlos Gómez

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