El desmemoriado
Juan Carlos Gómez Heguy

HOMBRE:

Te cuento una... (Se muerde el labio inferior con picardía y menea la cabeza:) ¡Te morís!: Mirá, el otro día, (Rememora, mirando hacia arriba:) ¿cuándo fue? Sí, el miércoles. No, pará, (Levanta la mano en gesto de atajar y luego la lleva con el índice extendido hasta cerca de la nariz:) el miércoles no puede ser, los miércoles trabajo, así que... (Agita la mano señalando hacia adelante con el índice extendido:) ¡El sábado! (Duda, frunciendo los labios y mirando la nada:) ¿O el sábado fue que me agarró el cólico? (Resuelto:) Bueno, no importa. ¿Viste la vecina de al lado, la que te conté? ¿Cómo se llama...? (Pausa, atento.) ¡Ah!, ¿nunca te hablé de ella? Bueno, esta mina –se me borró el nombre, qué increíble, hace veinte años que somos vecinos... (Desvía el rostro hacia abajo y un costado.) No, veinte años, no (Menea la cabeza; mira a su interlocutor, interrogante:) ¿Qué año estamos? Bueno, ponele diez años– ¿...Qué te estaba diciendo? (Pausa, atento.) ¿Eh? ¿La mina de al lado? (Abre la boca con admirada sorpresa.) ¡Aah, turrito! ¡Guachín!, contá, contá... ¿Te la atracaste? (Desconcertado:) ¿Yo te estaba contando...? (Haciendo un gesto de fastidio, como tirando algo hacia atrás por arriba del hombro:) ¡Pero, sí, si me volvés loco, me cortás todo el tiempo y me hacés perder…! Bueno, ¿de qué hablábamos? (Escucha, atento; luego, con fastidio:) ¡Sí, sí, de la mina de al lado, ya sé, dejame que rebobine! (Pensativo, se rasca la frente:) ¿Cómo es...? (Con las dos manos hacia delante, las palmas hacia abajo:) ¡Pará, impaciente, ya está!: Yo estaba tomando fresco (Meneando el torso hacia uno y otro lado.), tranqui, matecito, bizcochitos, debajo del duraznero... (Duda, mordiéndose la primera articulación del índice de la mano izquierda.) No, duraznero, no es. ¿Qué mierda de árbol es el que tengo, adelante? (Ansioso:) ¿Vos te acordás? (Abre los brazos con las palmas hacia adelante y mira hacia un lado buscando apoyo en un testigo invisible; continúa, didáctico:) ¡Ya sé que no importa, gil, pero te la hago detallada para que tenga gracia! (Resoplando hacia abajo:) Bueno, sos un plomo: (Acelerando:) Te la cuento rápido. Esteee... (Mira hacia arriba y prolonga la e, para que su interlocutor no pueda intercalar palabra.) ...¡sí, (Enojado.) la mina de al lado, ya sé! ¡Estoy pensando! ¡Ah!: cae la cana, al lado. Un tipo y una tipa (Seguro, con suficiencia), me acuerdo bien, ¿viste? Porque hay cosas que te quedan, así, patentes, como grabadas. No me acuerdo si estaban de uniforme, pero yo enseguida me di cuenta de que eran canas. Bueno, tocan el timbre. (Vacila brevemente y sigue con el tono anterior:) O no, me parece que golpearon las manos. El cana era negro. (Atento, desafiante, mira a su interlocutor, y repone categórico:) ¡Sí, negro! (Junta los dedos de las manos hacia arriba y las sacude a la altura del pecho:), ¿qué tiene? ¡Uy, pará (Se golpea la frente con la palma de la mano.), tenés razón, me estoy confundiendo con una película! (Alza el rostro y la mirada:) ¿Cómo se llama? (Triunfal:) ¡La del FBI! (Duda, baja la vista:) No, del FBI, no; me parece que era de boxeo... (Cordial, despreocupado:) Che, ¿quién es ese que hace de negro, siempre? ¿Vos te acordás? (Alterado, barboteando, casi chillando, otra vez el gesto de arrojar algo hacia atrás, ahora con la otra mano:) ¡No, quién dijo "negro", ya estás delirando! Yo te estoy hablando de otra cosa. (Amargado, mirando hacia el suelo:) Ya ni sé de qué te estaba hablando. Vos no prestás atención.  

Juan Carlos Gómez Heguy
Finalista de Monólogo Teatral Hiperbreve
Concurso Internacional de Microficción "Garzón Céspedes" 2008
Esta edición ha sido realizada,
por CIINOE/COMOARTES S. L.(ciinoe@hotmail.com)
en su Colección “Gaviotas de azogue” / 80, Febrero de 2009, Madrid, España.
Se autoriza la difusión sin fines comerciales por cualquier medio

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