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Bioética global y sus implicaciones |
Autores: 1. Dr.
C. José Félix García Rodríguez Profesor Investigador. Universidad Juárez Autónoma
de Tabasco Secretaría de Salud de Tabasco. Régimen
Estatal de Protección Social en Salud. 2. Dr. Gustavo Adolfo Rodríguez León Profesor Investigador. Universidad Juárez Autónoma
de Tabasco Secretaría de Salud de Tabasco. Régimen
Estatal de Protección Social en Salud. Villahermosa,
Tabasco. Octubre 26 de 2009 Resumen La
bioética global es una de las disciplinas o corrientes epistemológicas más
actuales en el mundo, tanto en el quehacer académico y científico, como
en el medio sociocultural y político. El auge de la bioética global ha
sido observable sobre todo en las últimas tres décadas, lo que se
explica básicamente por el creciente interés de las sociedades modernas
acerca del uso adecuado de los conocimientos científicos y las tecnologías,
así como también por las tensiones y preocupaciones acerca de sus
consecuencias adversas en la vida y la salud de la población humana y la
de otros seres vivos, y por supuesto, por los daños ecológicos y
medioambientales provocados por una inadecuada aplicación del avance
científico, todo lo cual pone en riesgo la sustentabilidad de la vida
sobre el planeta Tierra. Palabras
Clave:
Bioética; Ética médica; Bioética
Global; Medio ambiente; Ética de la tierra Abstract The
global bioethics is one of the disciplines or present epistemological
currents in the world, as much in the academic and scientific task, like
in sociocultural and political means. The height of the global bioethics
has been observable mainly in last the three decades, which basically
explains by the increasing interest of the modern societies about the
suitable use of the scientific knowledge and the technologies, as well as
by the tensions and preoccupations about its adverse consequences in the
life and the health of the human population and the one of other alive
beings, and by all means, by the ecological and environmental damages
brought about by an inadequate application of the scientific advance,
which puts in risk the viability of the life on the planet Earth. Key words: Bioethics; Medical ethics; Global bioethics; Environment; Earth ethics Introducción Sin
lugar a dudas, la bioética es una de las disciplinas o corrientes
epistemológicas más actuales en el mundo, tanto en el quehacer académico
y científico, como en el medio sociocultural y político. Por su parte,
el auge de la bioética global ha sido observable sobre todo en las últimas
tres décadas[1]
lo que se explica básicamente por el creciente interés de las sociedades
modernas acerca del uso adecuado de los conocimientos científicos y sus
tecnologías, así como también por las tensiones y preocupaciones acerca
de sus consecuencias adversas en la vida y la salud de la población
humana, y la de otros seres vivos, y por supuesto, los daños ecológicos
y medioambientales provocados por una inadecuada aplicación del avance
científico. El
concepto de bioética empieza a formalizarse a partir de los escritos de
Potter, quien la conceptualizaba como un sistema moral basado en
conocimientos biológicos y valores humanos, dentro del cual el hombre
debe aceptar plenamente su responsabilidad por la supervivencia en el
mundo, tanto biológica como cultural, así como en la preservación del
medio ambiente.[2] De esto se desprende que la
Bioética se ocupa del cuidado y de la afirmación de la vida desde un
enfoque interdisciplinario y plural, en diálogo permanente con la filosofía
social y política y con la ética ambiental, también conocida como ecoética.
En síntesis, la bioética abarca la complejidad de diferentes campos de
estudio como la biosfera, la tecnosfera, los individuos y los aspectos
sociales, culturales, económicos, jurídicos y políticos. Por ello,
Potter enfatizaba en la necesidad de establecer un puente entre las
ciencias biológicas y las humanidades a través de la reflexión ética,
inspirado sobre todo en la noción de bioética ecológica, supervivencia
y ética de la tierra de Aldo Leopold.[3]
De todo lo anterior, emerge el concepto de Bioética Global. Cabe
aclarar que existe una fuerte tendencia a equiparar la bioética con la ética
médica, cuyos fundamentos filosóficos se remontan al famoso Juramento
Hipocrático,[4] el código de ética médica
que más ha influido en la medicina occidental. Así, diversos autores como
Albert Jonsen, sostienen que la bioética surge en el ámbito de la práctica
médica, en virtud del fuerte cuestionamiento a la investigación en seres
humanos y general, a los dilemas planteados por la aplicación de los
avances tecno científicos en el campo de la medicina, en el marco de una
sociedad compleja, dinámica y multicultural, todo lo cual da origen a la
conocida Declaración de Helsinki en 1964, así como al Informe Belmont en
1978. Por lo anterior, es importante aclarar que la bioética
comprende en sí a la ética médica, pero que no se limita a ella. Así,
en tanto la ética médica, en su sentido tradicional, trata únicamente
de los problemas relacionados con juicios de valor derivados de la relación
entre el médico y el paciente, la bioética constituye en sí un concepto
mucho más amplio y profundo, ya que además de incluir los dominios de la
ética médica, se aplica también a las investigaciones biomédicas y
sobre el comportamiento, abordando además una gama diversa de cuestiones
sociales, como son las relacionadas con la salud pública, la salud
ocupacional e internacional, y la ética del control de la natalidad. Además
de ello, la bioética va más allá de la vida y la salud del ser humano,
ya que considera también asuntos relacionadas con la vida de los animales
y las plantas, así como la preservación del medioambiente. Bioética
Global y sus implicaciones La
Bioética Global fue planteada inicialmente por Van Rensselaer Potter,
quien se refería a ella como un conocimiento estrechamente vinculado a la
ética ambiental, y forman parte de las corrientes epistemológicas que
integran la denominada revolución contemporánea del saber. [5]Dentro
de ella, comparten junto con otras teorías preocupaciones, tensiones,
modos de comprensión y propuestas de solución a problemas acuciantes del
hombre y su relación con la naturaleza. Y es que el siglo XX produjo
nuevas teorías científicas y cambios importantes en conceptos
fundamentales como la verdad, el determinismo, la causalidad. Ello puso
bajo serio cuestionamiento las dicotomías que otrora constituyeron el
fundamento de nuestros modos de comprensión: el bien y el mal, la verdad
y el error, la certidumbre y la incertidumbre, el determinismo y el
indeterminismo. De esta manera, la propuesta ética de Potter encuentra su
fundamentación más sólida en las epistemologías contemporáneas que
reconocen la multiplicidad de verdades; el carácter social e histórico
de todo conocimiento; que precisan la noción de sujeto con la de
observador, y que vinculan el conocimiento a la vida. Desde
esta perspectiva vital, se debe considerar de manera conjunta e integrada,
el dominio que conforman la bioética global, el holismo ambiental, la
epistemología de segundo orden, el pensamiento complejo y los estudios de
la complejidad. Por su posición vinculante entre estas corrientes, la bioética
global está sentando en la actualidad las bases de un pensamiento ético
nuevo, mismo que busca soluciones a los problemas actuales mediante el
concurso de la sabiduría que aportan no solo las ciencias, sino también
las comunidades y los ciudadanos. La
bioética global coloca al sujeto real junto con sus contradicciones en el
centro de la reflexión moral, y está dotada de una vocación incluyente
(de la humanidad y la naturaleza); pugna por liberarse de la simplificación
moral que a lo largo de la historia de la humanidad ha pretendido anular
la diversidad humana, que expresa el universo moral mediante la
conceptualización absoluta y cerrada que contrapone de forma binaria y
simplificadora el bien y el mal, y que anula al sujeto real diverso,
heterogéneo, creativo, mediante el universalismo abstracto que suprime la
complejidad moral. Por ello, en la bioética global, Potter expresa la
crisis de la humanidad como problema de la supervivencia de la humanidad,
y propone una salida mediante la búsqueda de una nueva sabiduría. Este
planteamiento significa en realidad un cambio en el modo en que se concibe
el objeto de la ciencia. Así, ya que desde la modernidad se ha entendido
el objeto de la ciencia como el estudio del mundo exterior, Potter propone
alcanzar una sabiduría que se ocupe por igual de las consecuencias prácticas
de ese conocimiento para la supervivencia de la humanidad. Ocuparse del
uso del conocimiento y sus consecuencias, significa introducir la indagación
de los propósitos. Esto significa la incorporación de la ética y la
reflexión moral dentro de las ciencias, dentro del conocimiento, y no únicamente
en la esfera de vínculo ciencia-sociedad como hasta la fecha
sucede. Desde esta perspectiva,
lo moral no es solo un elemento social externo o vinculante; es una parte
inalienable de la producción de saber científico en el mundo. Esto
significa un cambio
radical en los ideales de conocimiento, ya que hasta el presente se ha
operado con ideales que buscan el conocimiento objetivo; la verdad que
permita el dominio del hombre sobre la naturaleza y la sociedad mediante
el ejercicio de relaciones de control basadas en ese conocimiento
objetivo. Pero ahora, el centro de atención se traslada a la propuesta
original de Potter, es decir, de la tradicional producción aséptica de
nuevos conocimientos, objetivos, puros y verdaderos, a un terreno que
involucra la subjetividad, los propósitos, el uso y las consecuencias del
uso de esos conocimientos. Ello significa que en esta concepción, el
objeto de la ciencia concierne también al curso de las acciones que
deberemos emprender para proceder con el conocimiento y superar los
estados de cosas actuales. Esto es, reconocer de manera explícita la
responsabilidad social por parte de los científicos acerca de las
consecuencias de su aplicación. En
su obra “Bioética Global” Potter[6]
describe de manera precisa, tres importantes implicaciones metodológicas
de la bioética global para el desarrollo de la investigación social y la
aplicación del conocimiento generado. Estas son: 1. La suficiente
humildad cognoscitiva de quienes practican la ciencia y se asumen por lo
tanto como científicos o investigadores; 2. La urgente necesidad de
sobrepasar las fronteras de las disciplinas tradicionales e ir más allá.
Esto es, pensar y actuar de manera multidisciplinaria y transdisciplinaria,
así como reconocer explícitamente, la importancia del papel jugado por
el sujeto que investiga en tanto persona real y subjetiva y a la vez, la
consideración del sujeto investigado en su contexto y pertenencia a
comunidades sociales concretas; y 3. Reconocer en su justa dimensión, la
importancia de la filosofía y la ética, a fin de afrontar en todas sus
consecuencias, los complejos dilemas de nuestros días. 1. La
urgencia de humildad cognoscitiva Falta
humildad cognoscitiva a quienes practican la investigación científica,
cuando en los marcos de un paradigma de simplificación suponen que
reduciendo en sus componentes y aislando los problemas estudiados del
entorno sociocultural en que se producen, y con la simple aplicación del
marco teórico de una simple
disciplina, es suficiente para explicar y hacer frente a los complejos
problemas humanos del presente. Bajo esta perspectiva de estudio
positivista, reduccionista y simplificante, no se alcanzan a entender y
por lo tanto se dejan de lado, las diversas conexiones
e interdependencias existentes entre el hombre y su entono
sociocultural y medioambiental, y en consecuencia, la necesidad de un
pensamiento sistémico y multidimensional, así como un abordaje
multidisiciplinario y transdisciplinario. 1) La
necesidad de sobrepasar las fronteras de las disciplinas, y tomar en
cuenta a las personas reales en su pertenencia intrínseca a comunidades
sociales concretas Las
fronteras disciplinarias impuestas al conocimiento resultan estrechas no sólo
para los investigadores, sino también para la sociedad en general. Así,
dado el desarrollo de las telecomunicaciones, la cibernética y el
ciberespacio a partir del siglo XX, en la actualidad las rupturas
disciplinarias plantean un reto enorme, pues ahora existe un amplio y
profundo intercambio entre especialistas de todos los campos
disciplinares, incluso los que más habían permanecido alejados entre sí,
como son las ciencias formales y las ciencias de la vida. Pero el reto no
se reduce únicamente al intercambio entre legos. Como bien lo ha
planteado Morin[7], desde la modernidad
hasta nuestros días, el poder del conocimiento fue sustraído a los
ciudadanos y colocado en manos de los especialistas. Sin embargo, como
acaba de mencionarse, la ampliación del rol de la individualidad y el
reconocimiento de los derechos civiles y políticos durante el siglo XX,
acrecentaron la demanda de una democracia cognitiva que devuelva el poder
del conocimiento de las ciencias en general a los ciudadanos. Esto es
urgente, pues abrir las puertas de las disciplinas, de la academia y del
conocimiento a la voz de los ciudadanos se ha convertido en una demanda
imperante, frente a los complejos problemas que enfrenta la humanidad,
y.las consecuencias medioambientales del uso indiscriminado de la ciencia
y la tecnología. 2) La
importancia de la ética para enfrentar los problemas complejos de
nuestros días En
el siglo XX, el pensamiento ético fue retado por el avance científico y
tecnológico que rompió los límites cognoscitivos y morales heredados.
El surgimiento de la bioética fue una respuesta específica a ese reto,
que presupone una nueva comprensión de la relación entre el conocimiento
y los valores. Por eso, las urgencias éticas deberían ser entendidas
como una necesidad de cambio en el pensar y actuar con respecto a la
disyunción existente entre la filosofía, la bioética y el conocimiento,
pues cada vez es más evidente que dicha separación disciplinar
constituye la médula de la crisis de la humanidad contemporánea. Conclusión.
La bioética global frente a la crisis de la humanidad La
crisis de la humanidad ha sido comprendida y justificada como consecuencia
del proceso de planetarización y emergencia de la actual sociedad mundo.
Según esta corriente, las premisas de infraestructura material y
comunicacional de la sociedad mundo ya han cobrado forma, y la crisis que
enfrenta la humanidad obedece precisamente a que no aún alcanzan a
concretarse las condiciones que propicien una gobernabilidad global. Lo
anterior coloca a la sociedad mundo emergente ante el riesgo de nuevas
guerras, la destrucción de las fronteras naciones y la dictadura global.
En palabras de Morín, “estamos en una segunda prehistoria, la de la
Edad de Hierro planetaria, prehistoria de una posible sociedad-mundo”[8] Otra corriente cercana a
la anterior, impulsada por Capra, califica la crisis de la humanidad como
un problema que tenemos por delante y que se significa en un verdadero
dilema: O somos capaces de construir comunidades ecológicamente
sustentables, diseñadas de manera tal que sus tecnologías e
instituciones sociales así como sus estructuras materiales y sociales, no
interfieran con la capacidad inherente de la naturaleza para mantener la
vida, o destruiremos las bases biológicas de la vida en la Tierra, según
su forma actual.[9] En
cualquiera de sus conceptualizaciones, la crisis de la humanidad expresa
una tarea bioética urgente, pues el verdadero dilema radica en la
capacidad dialógica del hombre para asegurar la sobrevivencia de la
humanidad en la Tierra. Para ello, se necesita suficiente humildad
cognocitiva para aprehender el enlace fundamental existente entre la vida,
la cognición y el medio ambiente. ¿Cómo podríamos enfrentar la crisis
actual si no estamos a la altura de los tiempos? Sin democracia cognitiva
y ruptura de las barreras disciplinarias suena algo imposible. En síntesis,
la crisis de la humanidad se reconoce en un reto fundamental planteado a
todos los seres humanos: el reto de la supervivencia de la humanidad o la
extinción de toda forma de vida en el planeta Tierra. En este sentido, la
bioética global tiene mucho que decir y hacer. Notas: [1] Soberón, Guillermo y
Feinholz, Dafna. Aspectos Sociales de la Bioética. Comisión Nacional
de Bioética, México, 2009. [2]
Acosta, José. Bioética para la sustentabilidad. Publicaciones
Acuario, Cuba, 2002 [3]
Leopold A. A Sand County Almanac and Sketches Here and There. New
York, Oxford University Press, 1949. [4] García,
G. Normativa en Bioética, Derechos Humanos, Salud y Vida. México, Ed.
Trillas, 2009 [5] Delgado,
G. Cognición, problema ambiental y bioética. En Acosta, José. BIOÉTICA
para la sustentabilidad. Cuba, Publicaciones Acuario, 2002. [6] Potter, V.R. Global
bioethics. Michigan, University Press, 1988. [7] Morin
E. El Método 6. Ética. Madrid, Ediciones Cátedra, 2006. [8] Morin,
E. El Método V. La Humanidad de la Humanidad. Madrid, Editorial Cátedra, 2003, p. 329. [9]
Capra, F. The Hidden Connections. integrating the biological,
cognitive, and social dimensions of life into a science of
sustainability. New York, Doubleday, Random House, Inc. 2002.
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